jueves, 30 de agosto de 2012

LA GUERRA DEL AGUA

Cuando uno es joven la sangre revolucionaria te rebosa de las venas, crees que vas a cambiar el mundo con un par de movimientos. Cuando maduras lo intentas, pero no terminas de estar satisfecho con la revolución emprendida. Ya entradito en años esa misma sangre fluye mucho más lenta y llena de escepticismo, porque ya se han encargado todos los poderes fácticos de hacerte ver que las cosas son como son, te guste o no.
Y yo venía a hablaros del agua en mi pueblo. Con la sequía, el manantial que nos abastece está casi seco y aunque seamos cuatro gatos, hay que andar con cuidado para no quedarnos secos. La semana pasada, de hecho, tuvimos que imponer algunas restricciones para permitir que el depósito se recuperara. Durante varios días me tocó la labor de abrir y cerrar el grifo y realizar los pertinentes cálculos de consumo y de viabilidad acuífera. Por suerte la cosa no fue mal y no tuve que aguar las fiestas a los vecinos, pero la experiencia me sirvió para comprobar qué desarrollado tenemos los seres humanos el sentido del egoísmo y qué poquito el de la autocrítica.
Durante los días de escasez líquida (¡qué pedantería!) pudimos escuchar todo tipo de argumentos de los distintos vecinos para no poner su granito de agua a la causa: uno lavaba el coche, el de al lado regaba los tomates, el de arriba empantanaba su campo de frutales, el de en frente metía la manguera en su pozo para rellenarlo, el de aquí se duchaba tres veces al día, el otro sacaba brillo a sus motos, el papá mojaba a los niños en su piscina de plástico y el que quedaba encharcaba las plantas de su jardín... Individualmente todos tenían argumentos más que suficientes para hacerlo y si se comparaban con el vecino, su justificación ganaba fuerza... Colectivamente, el depósito se vaciaba irremediablemente.
Tengo que reconocer que el tema me agobió mucho porque comprobé con tristeza lo difícil que es que este mundo prospere. La cuestión técnica se solucionó con tres noches de corte de grifo para que se recuperara el nivel, pero la parte social se quedó herida, sin oír ni una sola voz de autocrítica, de autoinculpación o de solidaridad... Todos mirábamos a un vecino y lo culpábamos de la sequía. Y como me gusta hacer, de una parte hice un todo y pensé que así nunca resolveremos los problemas importantes del mundo como el hambre, siempre será responsabilidad de otro.
PD. Al final descubrimos que hay un mal vecino que rellena su pozo con el agua del depósito del pueblo. Lo tiraremos al pilón, ahora que está seco.

miércoles, 29 de agosto de 2012

YA NO ME MUERO

Todavía tengo húmedos los ojos tras el descubrimiento que ayer hice entre la documentación de mis padres, que trato de poner en orden. Es una emocionante e intensa práctica porque cada vez que abres un sobre o una carpeta lo haces con gran intriga y expectación por saber lo que te vas a encontrar. Abres, soplas el polvo, estornudas y lanzas una exclamación. Siempre te sorprendes. En la última redada he encontrado un poema que mi prima hizo cuando nací yo; el recordatorio del funeral de mi abuela, que murió antes de la guerra; una carta de mi padrino, Eusebio Sempere, a mis padres desde el hospital, poco antes de morir; el libro de ejercicios espirituales de mi madre en el Castillo de la Mota; las notas del colegio de mi padre; una carta de amor de uno a otro desde París a Madrid... Pero lo más estremecedor fue una carta de mi madre a mi padre, poco después de morir él. Por respeto al pudor que sentiría ella, no la publico, pero podéis imaginar las conmovedoras palabras de una madre que se queda sola después de toda una vida con su pareja. Le hace preguntas como "¿por qué te has ido?, ¿qué es eso de la muerte?" y le informa de algunas cosas de este mundo como "lo gracioso que está Dieguito, el hijo de Diego, si lo ves te lo comes..."
Y por seguir la cadena de mocosos comestibles y no dejar de lado a nuestra amiga "la muerte", hoy mi hijo pequeño, Lucio, se ha encargado de recordarme que somos la siguiente generación en el cuadrante del árbol genealógico de los Muñoz Avia. Cuando he vuelto a casa ha salido a recibirme muy contento y abrazándome como si no me viera desde hace un mes me ha susurrado al oído: "Te quiero tanto que no quiero que te mueras". No sé de dónde ha sacado el canijo que me voy a morir o por qué le ha surgido esa inquietud, pero yo me he quedado muy tranquilo sabiendo que por lo menos uno de mis hijos no quiere que me muera; le preguntaré al resto y si hay quórum me esperaré un poco más.

martes, 28 de agosto de 2012

LA BAYYETA

Ni mis hijos ni yo tenemos claro si bayeta es con dos eles o con "Y" griega, y como no me fío mucho del tío Guguel, para asegurar lo ponemos con dos YY.
A Carlos Cardús le llamaban "el bayeta" porque estaba siempre restregándose por el suelo. Alguno pensará que voy a hablar de motos, pero no, voy a hablar de mi suegra y de los políticos que le rodean y que son familia mía. Una suegra es un ser que se caracteriza por ofrecerte amablemente fiambre de la nevera cuando ya te has comido un cocido montañés, un cordero segoviano y una caja de polvorones. También es un buen escaparate para que te vayas haciendo una idea de lo que va a ser tu querida esposa dentro de unos años. Yo no tengo mucha queja porque de momento he tenido suerte (como para decir lo contrario ¿verdad?) y puedo ir tirando con lo que tengo. Salvo alguna pequeña manía, como las que tenemos todos, suegra e hija son aceptables.
La suegra vive lejos y apenas nos vemos, pero hay alguna manía que han heredado todos sus hijos, que es superior a mis fuerzas y por eso, llegado este momento, he explotado y me he decidido a denunciarlo públicamente. Mi suegra siempre cuelga la bayeta mojada en el tubo del grifo de la cocina. Lo hace para que se seque, pero es estéticamente horroroso y además es muy incómodo para el que llega después a usar el grifo, tienes que apartar la bayeta, encender el grifo y beber o coger agua; en su defecto puedes beber del grifo directamente sintiendo en la mejilla la caricia mojada del puto trapo con su olorcillo a cóctel de grasa con Fairy. Todos entenderéis mi cabreo y que la bayeta se lava, se escurre y se deja dobladita detrás de la pila. A mi mujer pude convencerla hace mucho con un ultimátum: "o la bayeta o yo", pero la "jodía" suegra me envía de vez en cuando otro de sus descendientes para que se adentren en mi hogar familiar e intenten colonizarnos con sus costumbres ancestrales. No, hasta aquí podíamos llegar, sois todos bienvenidos, hay vino en la bodega, puros en la caja de los puros y fiambre en la nevera, pero la bayeta no se cuelga en el grifo ¿oido?
PD Los chicos de la foto son dos de las hijas de mi suegra.

domingo, 26 de agosto de 2012

SIN ADSL

Cómo pudimos vivir sin internet, aun no me lo explico. Tampoco entendía mi madre cómo podía llegar un fax de Madrid a Nueva York si el papel no podía trasladarse por el cable. Por eso cuando tuve que contarle lo que era internet tuve que empezar por explicarle lo que era un ordenador, ese cacharro gigantesco que tenía en mi cuarto y que servía para escribir a máquina en una televisión y podías guardar lo que escribías en un disco de tres y medio. Tres y medio, no sé qué...
En muy pocos años todo eso ha pasado a mejor vida, los Amstrad, los Spectrum, los discos de tres y medio, las disqueteras, el fax y hasta mi madre. La tecnología y la vida van a velocidades de vértigo. Por eso, cuando en vacaciones, cambias el ritmo, abandonas tu casa y tus cacharros y tienes la bendita desgracia de vivir sin ADSL, te das cuenta de que sí hay otro mundo que circula a una velocidad mucho más lenta.
Aquí, conectado a un móvil y con escasa cobertura, en un pueblo abandonado de todo tipo de servicios, uno recuerda lo poco sugerente que era el mundo virtual cuando no había ni ADSL, ni RDSI, ni 50 megas, ni la madre que te parió... Subir una foto o recibir un mail puede llevarte media hora, consultar el estado de la prima de riesgo es una memez porque basta con imaginarlo, ver un vídeo es imposible y publicar una entrada en el blog es toda una heroicidad, así que ya podéis estarme agradecidos ¡eh!

miércoles, 22 de agosto de 2012

EL RATONCITO PÉREZ

Noche de terror en pueblecito alcarreño. Mi hijo mayor, muy machote él, nos ha obligado a toda la familia a ver el programa de Íker Jiménez. Claro está que si al chico de 15 años no le da miedo, el padre, que ha sobrevivido a tantos fenómenos paranormales, no va a ser ahora un gallina miedica. Primero una historia inquietante sobre una figura blanca sin cabeza que se paseaba por una carretera ante el pánico de tres contrabandistas que estaban en la cuneta; después historias de momias de cuerpo presente y por último recreaciones perfectas del hombre del neardental en sus cuevas... Suficiente para un machote como yo y más que suficiente para salir, ya a medianoche, linterna en mano, al depósito de agua del pueblo para cerrar la llave de paso (hoy me toca a mi cerrar el grifo), le pido a mis hijos que me acompañen pero me quedo sólo, con la silueta blanca sin cabeza, que me persigue montaña arriba y montaña abajo. Al final me salvo, entro en casa, doy un portazo, pero mis hijos siguen delante del televisor y ahora ven la versión americana del Quinto Milenio; temas intrigantes también, los espíritus de los mineros muertos en las minas de Iquique en Chile, los sonidos extraños en los templos de Petra, el Monstruo del Lago australiano que atemoriza a los vecinos... y yo sudando tinta, subiendo pulsaciones y acojonado perdido porque oigo ruidos a mi espalda, pero no me atrevo ni a girarme por no encontrarme al minero de la Pampa o a la silueta blanca de nuevo... Por fin oigo pasitos, miro y encuentro un ratón que corre por la cocina. Salto del sillón, primero encima del sillón y después, envalentonado, corro a buscar el bote de veneno para ratones y lo vacío por todas las esquinas.
Acaba el programa, suspiro, pero me acuerdo de que tengo que bajar al coche a recoger el regalo para mi hijo Lucio, a quien se le ha caído un diente. Bajo, con el pelo erizado y al borde del colapso, esperando encontrar dentro del coche a la silueta, el minero o incluso a mi mismo... no me atrevo ni a pulsar al mando, pero finalmente decido actuar deprisa, abrir, coger el regalo y salir corriendo, huyendo de mi mente.
Entro en casa, con el último portazo de la noche, mando a los niños a dormir e intento hacer lo propio, pero una duda me invade: Y si al que he envenenado era el Ratoncito Pérez...

FILOSOFÍA ESTIVAL

Treinta y ocho grados seguntinos. A los de Sigüenza se les llama seguntinos, así que sus grados también lo son. Son secos e insoportables, los grados; de los paisanos, no tengo datos suficientes para juzgar. Sólo un par de conversaciones cruzadas de las que he sido testigo o víctima en la piscina municipal. Las dos eran apropiadas para el entorno.
Estaba yo ensimismado o enmimismado en la lectura de uno de los espejos de Eduardo Galeano en el que había encontrado la más obvia, sabia y contundente afirmación religiosa "no fueron los dioses los que crearon a los hombres, sino los hombres los que crearon a los dioses", cuando otras dudas existenciales más profundas se han cruzado en mi escasa capacidad de concentración.
Las chicas de delante, quinceañeras ellas, entre esemese y guasap, despellejaban a una de sus amigas, supongo que más guapa, de quien decían que era una cínica, una hipócrita y una envidiosa. Los chavales de detrás psicoanalizaban a su madre con truculentas preguntas: "¿Si pudieses jugar en el Madrid en segunda o en el Barça en primera, cuál cogerías? o ¿si tuvieras que matar a uno, matarías a tu padre o a tu madre? o ¿que chuparías antes a un desconocido, el sobaco o el pie?". La madre ha contestado sin dudar un ápice: "Barça, suicidio, pie..."
Como podéis imaginar, he dado portazo al libro y he dedicado el resto de "mientrasiesta" (espacio de tiempo posterior a la comida, mientras otros duermen la siesta) a uno de esos estudios socio-cotillas, que tanto me gustan. Esta vez mi conclusión, al margen del sobaco y el Barça, (a mis padres no puedo ya matarles), es que en la piscina pública es mejor leer el Súper Mortadelo, que mis hijos no dicen tantos tacos como yo pensaba y que el saber sí ocupa lugar, joder que si ocupa...

lunes, 20 de agosto de 2012

MILES DE MOSCAS NO SE EQUIVOCAN...

La palabra audiencia es uno de los peores males de nuestro tiempo. No hace tanto tiempo que la efectividad periodística o la calidad de los espacios televisivos se medía en función de su credibilidad, su objetividad o su interés; eran baremos de medición basados en la calidad y no en la cantidad. Pero desgraciadamente, la economía de mercado manda también en la información y el buen periodismo ha claudicado por el poder de las audiencias. Ahora los medios no presumen de premios, ni sueñan con el Pulitzer, ni buscan el titular más objetivo...Ahora su único referente se llama OJD o EGM y su máximo triunfo es poder presumir cada dos o tres meses de un aumento de audiencia. De hecho todos presumen por igual de esos resultados, porque, como los partidos políticos, hacen una interpretación tendenciosa de los datos.
En la tele, el cine y hasta los vídeo-juegos pasa igual. Buenafuente hace buena televisión pero de nada sirve si no consigue una cuota de audiencia explosiva. La 2 tiene la mejor programación, pero no sería nunca rentable en términos cuantitativos. La telebasura está por todas partes, pero cuenta con el respaldo de la masa.
El otro día discutía con mi hijo Diego sobre el contenido violento de la mayoría de los vídeo-juegos, discusión bastante habitual en nuestra casa y supongo que en otras muchas, pero él basó todos sus argumentos en una cuestión de audiencias: los juegos más vendidos son todos los de guerra y cuanto más salvajes, mejor. Contrarresté su teoría con las cifras de audiencias en el cine, dominadas por Torrente, que no es precisamente el ejemplo de buen cine, pero no le convencí porque también defendió a Santiago Segura con un contundente: "Si hay millones de personas que ven sus películas será porque son buenas y divertidas, sino no las verían". Traté de explicarle que aunque millones de moscas coman mierda, no quiere decir que la mierda sea buena y que la cultura nunca puede medirse al peso.
Al final llegue a una doble conclusión: que la cultura nunca debería regirse por criterios democráticos y que los vídeo-juegos no son cultura.

jueves, 16 de agosto de 2012

HABLA BIEN, ¡COÑO!

Los chicos tienen problemas de vocabulario. Hoy, en una conversación en torno a un juego de la PlayStation (como la mayoría de las que se mantienen en esta casa), Martín presumía del juego diciendo que es "mazo épico y súper basto, chaval". Yo no he terminado de entender a qué se refería, pero he supuesto que le gustaba bastante; después le he explicado el significado de la palabra "épico", que tiene poco que ver con lo que él pensaba. Al rato ha aparecido Lucio contándole que otro juego suyo es adorable; casi nos lo comemos, pero también hemos tenido que explicarle lo que quiere decir "adorable", que rara vez conjuga bien con PlayStation.
Al margen de estos ligeros despistes, su vocabulario se compone en un altísimo porcentaje de tacos y expresiones malsonantes y ahora, con su mejora en el manejo del inglés, lo que hemos conseguido es tener todos el repertorio de animaladas en ambas lenguas. Damos ya por hecho que a Lucio le van a echar de clase el primer día de colegio cuando diga alguna bonita frase en inglés basada en partes del cuerpo que podrían ser chupadas. Lo cierto es que estamos preocupados y vamos a poner en marcha por enésima vez un sistema de puntos o algo así para premiar o multar por la forma de hablar.
Pensaréis que nos hemos vuelto muy puritanos y formales, pero no, lo que pasa es que lo que puede ser divertido aisladamente es insoportable cuando te invade. Es como la broma de los espárragos Cojonudos, los de la leyenda urbana de que el nombre se lo puso el Rey; no sé si será cierta o no la anécdota, pero las que ya tienen menos gracia son todas las copias que han salido después, a cada cual más basta. 
Alubias Acojonantes, licor Hijoputa... habla bien, coño, que no cuesta una puta leche y quedas cojonudamente... Normalmente lo digo con hostia pero lo he sustituido por leche por no ofender a algunos de los fieles seguidores del blog.

miércoles, 15 de agosto de 2012

BAJAS O SUBES

El día de la Virgen de agosto hacemos descenso, es una tradición familiar. Aunque realmente no recuerdo a ninguno de mis antepasados tirándose en bici montaña abajo. Nos debe inspirar el más reconocido y popular de los descensos, el de la propia Virgen. Así que ayer nos fuimos toda la familia a La Pinilla para intentar saciar la insaciable afición de nuestros hijos por la más peligrosa de las disciplinas ciclistas. Toda una experiencia.
Llovía. No llueve desde hace trimestres, pero ayer llovía para humedecer el acojone paterno. Medio centenar de jovencitos "descenders" preparaban sus maquinotes de cuatro mil euros la más barata y con suspensiones de dos palmos de recorrido. Impresionante despliegue técnico y de indumentarias, todos perfectamente equipados y conjuntados... hasta que llegaron los Muñoz que, con ese estilo y esa clase en el vestir que siempre les ha caracterizado, dejaron boquiabiertos a todos los "bad boys" que esperaban al remonte. Dieguillo equipado como los demás bikers, pasaba desapercibido; Martín empezaba a llamar la atención por su edad y minúscula envergadura; pero el verdadero espectáculo llego con el papá y su amigo Luis, uno con una Mongoose rígida que lloraba para evitar que la metieran por semejantes trialeras y el otro, servidor, equipado con chubasquero de Telefónica de los años noventa, pantalón de motocross con aireación en la entrepierna por la que asomaba la materia gris, zapatillas amarillas de hace veinte años con calas para pedales automáticos... Y como montura mi queridísima BH Coronas del año noventa y poco, con dos centímetros de recorrido atrás y cinco delante...
Con razón oíamos murmullos cuando subíamos al telesilla o cuando nos adelantaba algún grupo de bikers (nosotros, obviamente no adelantamos a nadie). Martín y Diego hacían como que no nos conocían, pero: "Baje yo seguro y ríase la gente". Nos hicimos media docena de bajadas por las pistas más complicadas y acabamos reventados e incluso felicitados por alguno de los pros, que cuando vieron nuestros hierros y nuestras canas dijeron "¡Vaya huevos tenéis! En ese momento fue cuando los chicos dejaron de estar avergonzados y sintieron cierto orgullo. Algún día les hablaremos a nuestros nietos de nuestros descensos, porque los hijos no nos escuchan, aunque rapidillo empiezan a ir.

EL PODER DE LOS SUEÑOS

Me puede el sueño, debe ser cosa del verano, de la tensión, de la presión sanguínea o del mismísimo miocardio. También me pueden los sueños y eso ya no sé por qué es. Quizás las fobias, las manías, las fantasías (nadie ha dicho sexuales) o que uno lleva muchos sueños infantiles de retraso y van surgiendo ahora, por aquello del medio siglo. El caso es que cada día sueño una gilipollez más grande y encima, al despertar, me acuerdo a la perfección de todo tipo de detalles por si algún día me pilla un psicoanalista argentino para desmenuzar mi conciencia o hacerme una disección cerebral, que es más o menos lo mismo.
Hace unos días soñé que dos compañeros de trabajo se iban a trabajar a nuestra más "tocahuevos" competencia y empecé a agobiarme pensando que podría ser una premonición. Ayer volví a soñar con otros dos chicos de la oficina, pero en esta ocasión lo que ocurría es que íbamos a un entierro en el que teníamos que sacar el féretro a hombros y como a ellos les tocó juntos, de tanto arrimarse uno a otro, con el vaivén de los pasos marciales, la emoción del momento y el rozamiento de cebolleta con el de delante, terminaron enrrollándose y ahora son pareja gay. Bueno, ahora no, en el momento de despertarme después de este sin sentido onírico. Podría dar más detalles e incluso los nombres de la parejita, pero no lo hago por respeto al muerto, que ni siquiera sé quién era.
No hace falta que insista en que hay alguna clavija mal enchufada en mi fucking cabeza y que por las noches se libera y se desmadra para vergüenza mía. Es como si mi cabeza se fuera por un lado y el cuerpo por otro y como podéis ver, esto es algo que me viene de lejos, incluso de cuando tenía el pelo negro.

lunes, 13 de agosto de 2012

NEVERA VACÍA

Qué placer. Pocas cosas dan tanto placer como dejar vacía una nevera. Los que sois padres de una buena tribu, bien me entenderéis. Cuando al final del fin de semana te encuentras un frigorífico repleto de sobras de toda la semana y decides que no vas a cocinar. Un poco de arroz con tomate, un puñao de espaguetis carbonara, dos cachos de bonito con salsa, medio solomillo a la plancha, una ensalada revenía y mogollón de frutas a punto de enmohecer. La nevera está llena de cacharros y decides sacarlos todos, poner al microondas a trabajar a destajo y le echas un poco de marketing en la presentación: "Hoy chicos, cenamos platos combinados". Un trocito de cada cosa, un mix infumable al más puro estilo vietnamita y de postre un poco de macedonia. El resultado, inigualable, niños contentos y frigorífico vacío, qué más puedes pedir.
Nos educaron así. Lo que te sirves en el plato te lo comes. No se tira la comida. Hay muchos niños que se mueren de hambre y tú no vas a tirar nada a la basura. Llevas toda la vida oyéndolo y eso provoca que te hayas convertido en todo un Diógenes gastronómico, en un papá basura, que antes de tirar cualquier resto de comida a la basura, optas por zampártelo, aunque sea el postre de aperitivo o la carne de postre. La culpa de tu exceso de peso es de las sobras que se dejan tus hijos. Pero bienvenido sea, qué gusto da vaciar despensas, neveras, armarios...Qué bien se come cuando no hay nada de comer y que gusto da volver después de las vacaciones y pasarte una tarde inolvidable de Carrefour, llenando carro, vaciando Visa y renovando fechas de caducidad de las conservas.

viernes, 10 de agosto de 2012

SPANISH PAELLA

El domingo hice una paella, lo cual dice mucho de mi españolidad. Estaba malísima, lo cual dice mucho de mí como cocinero, no por cocinar mal, sino por reconocerlo. Ningún mal cocinero acepta nunca que le haya salido mal un plato, y menos la paella. Si está dura es porque el arroz este es poco absorvente; si está blanda es que el agua de este pueblo es distinta; si está salada es que en la pescadería me han dado los calamares muy salados; si está sosa es que "con fuego de sarmiento no me hubiera pasado esto"... Cuánto cuento hay alrededor de la paella. En cambio no lo hay con el cocido, ni con la fabada, ni con la menestra, ni con los espárragos con mayonesa, ni con los berberechos Cuca...
La mía estaba descolorida, lo cual resta puntos por cuestiones de marketing; estaba dura y blanda, según la zona; tenía pocos ingredientes o demasiado arroz, que viene a ser lo mismo... Pero cumplí con uno de los principales requisitos para triunfar: empecé a hacerla a las dos y media, con lo cual no comimos hasta las cuatro de la tarde y, en esos momentos, cuando la gente está a punto de fallecer por inanición, todos los comentarios son positivos. El otro factor a mi favor es que senté en la mesa un comensal americano, lo cual es muy agradecido, con varios "hurray", "ouauh" y otras extrañas onomatopeyas guturales.
 De cualquier modo, está fue mi tercera peor paella. Sólo había hecho otras dos antes, en San Francisco, que estaban bastante más ricas, a pesar de los ingredientes del mismísimo Oregon... Bueno, os dejo con mis cuñadas para que, siguiendo su línea, me pongan a parir, que es para lo que sirve un buen "cuñao"... Que si le faltan las aceitunas, que tiene demasiadas gambas, que eso no son gambas, que son langostinos, que a la paella no se le echan "oregones"... Lo que tiene que aguantar el humilde paellador o paellero o como coujons se diga.

jueves, 9 de agosto de 2012

RUBENS

Algunos pensaréis que os voy a hablar de Rubens Barrichello. Pues no. Voy a hablar de la pintura flamenca, lo cual tampoco tiene nada que ver con Camarón de la Isla. Más bien voy a tratar sobre Rubens y su canon, y no me refiero a su cámara de fotos... Está barato el kilo de chiste ¿eh?
Rubens es ese pintor de Flandes que tanto gusta a las mujeres actuales porque cuando ven sus cuadros se sienten delgadas, esbeltas, casi anoréxicas.
La semana pasada Montse llevó a los chicos y a su invitado yankee al Museo del Prado para "desasnarlos" un poquito y cuando volvieron a casa les pregunté por su pintor favorito y todos coincidieron: "Rubens y sus señoras gordas y feas que dan todo el repudio" (he traducido y mezclado las opiniones de mi hijo Martín y del americano Trigg). Después, a solas con esos kilos de más que estoy cogiendo a base de cervecitas, aperitivos y tintos de verano, pensé que Rubens debería ser mejor valorado. Ahora que estamos rompiendo con todo y volviendo a costumbres del pasado, sería una buena cosa recuperar el canon de belleza de Rubens y otros tantos.
Os imagináis que gozada, volver de las vacaciones todo el mundo presumiendo de "chichas", mira que mofletes más salados, se me juntan con la papada, y qué me dices de los michelines, un poco más y chorrean hasta unirse con los muslos... Y si además vuelves todo blancucho porque has evitado quemarte al sol, más cool todavía. Parece que estoy de cachondeo, pero además de Rubens, muchas sociedades han valorado más el exceso que el defecto. Todavía hoy en día, en muchos países africanos está bien visto que las mujeres estén rellenitas y se cubren y echan cremas para estar lo más pálidas posibles. Y si tenéis dudas mirad los Juegos Olímpicos, donde compite un alto porcentaje de barrigudos, que si judo, que si lucha, que si halterofilia, que si lanzamiento de peso... Eso es lo que tenemos que hacer lanzar el peso, pero a la basura. Viva Pedro Pablo, vivan los gordos.

martes, 7 de agosto de 2012

CHORIZO REVILLA, UN SABOR QUE...

Cada vez que llegan las Olimpiadas me acuerdo del chorizo Revilla. Ya sé que lo correcto es decir Juegos Olímpicos porque la Olimpiada es el periodo de cuatro años que separa unos juegos de otros, pero la gente de la calle lo llamamos Olimpiada a todo, simplemente porque nos sale de los MMHH (mismísimos huevos). Bueno, pues yo me acuerdo del chorizo Revilla y hasta de la canción de su anunció, porque cuando eramos pequeños, los veranos que coincidían con JJOO se convertían en una divertida réplica de lo que veíamos por la tele, pero con amigos, primos y hermanos de contrincantes. Cada día hacíamos varias de las competiciones y teníamos incluso el mismo protocolo de entrega de premios, con flores, podio, himnos (cantados por nosotros) y medallas metálicas del susodicho chorizo. Los vejetes lo recordaréis, con cada longaniza venía una medalla del tamaño de una moneda de dos euros con la marca del chorizo impresa en bajo relieve. Además, en el salchichón la medalla era plateada, con lo cual teníamos resueltos los dos primeros puestos y el bronce lo hicimos con fichas de cabina de teléfono. Una cabina de teléfono era una especie de ducha acristalada donde te metías para hacer una perdida o enviar un "guasap" para que tu madre no te esperara a cenar.
Ahora siento rabia viendo que mis hijos, que son bastante seguidores de cualquier tipo de deporte televisado (no sé por qué será, la verdad), no sienten esa necesidad de replicar los Juegos. Al contrario, les hemos tenido cuatro días fuera y vuelven con auténtico síndrome de abstinencia de PlayStation. Menos mal que esta tarde Diego y Trigg nos han dado una alegría con una impecable exhibición de natación sincronizada a dúo; viendo sus gansos cuerpos de teenager moverse desacompasados, he entendido porque no hay categoría masculina en esta disciplina olímpica..

domingo, 5 de agosto de 2012

EL MEDALLERO

Como nos gusta dormir mientras otros sufren. La siesta durante la etapa del Tour de Francia es todo un clásico en nuestra sociedad, pero como este año nos han descafeinado el Tour, ha habido que esperarse a los JJOO, que son otro somnífero de lujo. Cómo me gustan las Olimpiadas, es una pena que sean cada cuatro años, deberían celebrarse todos los veranos; de esa forma sabríamos donde está Trinidad y Tobago o las Islas Palau. También sabríamos un poco más de descensos de aguas bravas, de tiro desde foso olímpico, de natación sincronizada, de pentathlon moderno y de marcha atlética... Es increíble la cantidad de deportes que existen y que sólo compiten cada cuatro años, a saber que harán esos pobres desgraciados durante el resto del tiempo, cuando la gonorrea de Mourinho o las hemorroides de Cristiano Ronaldo eclipsan cualquier otro acontecimiento.
Los Juegos también son un buen ejemplo de la fragilidad de nuestro amor patrio. Con qué velocidad somos capaces de pasar del "soy español, español, español..." a la ridiculización, el chiste fácil y el desprestigio de todo deportista que haya fracasado en los juegos. Y fracasar quiere decir no tener medalla, de nada sirve ser cuarto o diploma olímpico, sólo cuentan las medallas y se miden a granel, al peso, todos hacemos apuestas, somos triunfalistas primero y derrotistas después, siendo incapaces de disfrutar del deporte sino hay opciones de metal. Con lo bien que se ronca con un buen combate de judo, una semifinal de remo o un partidillo de Badminton entre neozelandeses y surcoreanos...
Yo encima tengo en casa un americano que nos restriega cada vez que su país obtiene una medalla, es decir, cada cinco minutos, y se deshueva cada vez que mira abajo en el medallero. Menos mal que Bolt le bajó un poco los humos.
PD. La foto no es de Londres pero resume bien lo que llevamos de JJOO, con lo éxitos de la natación femenina, de Phelps y de otro gran protagonista: Pistorius.

jueves, 2 de agosto de 2012

DIAPOSITIVAS

No, esto no es publicidad, todavía nos podemos permitir el lujo de tener el blog limpio de molestos banners. Espero que por mucho tiempo. Eso sí, si alguien tiene interés en sacar alguna mención o promo de su negocio, sin coste alguno, para que lo vean los cinco pringaos que leéis esto, lo estudiaré.
¿Os acordáis de Kodak?, llegó a ser una de las marcas con mayor reconocimiento y prestigio de todo el mundo, pero de repente un tocahuevos inventó el pixel y el gigantesco castillo de naipes se derrumbó porque no supieron reciclarse a tiempo. Mis hijos no conocen la marca y tampoco saben que quiere decir diapositiva, ni negativo, ni revelado, ni ampliadora, ni baño de paro, ni fijador...
Para uno, que fue fotógrafo, Kodak es parte de mi vida, el Kodachrome, el Ektachrome, la instamatic, o incluso la de usar y tirar. Qué sensaciones tan distintas a las de la fotografía digital, ni mejores ni peores, distintas... Eso de dejar las fotos el domingo por la noche en el buzón de Carreño o Pix o Ros y pasar a la mañana siguiente a recogerlas, ya reveladas, con la incertidumbre de no saber si estarán bien o mal. Ahora lo estoy reviviendo porque llevo varias semanas en las que ocupo mi tiempo libre en digitalizar mi archivo de diapos. He escaneado ya varios miles y os puedo prometer que he encontrado algunas auténticas joyas que ya os mostraré. Ojo, que no estoy presumiendo de buen fotógrafo sino de documentos históricos de gran valor para humillar o ser humillado; lo que es seguro es que con alguna nos vamos a reír todos.
He querido empezar por esta diapo, que aunque no es mía, la tengo muchas veces repetida porque venía de regalo en la mayoría de las cajas. Me ha hecho mucha ilusión volver a verla porque casi treinta años después sigo sin entender del todo la fotografía: ¿Qué cojones hace ese tipo en la playa con una escalera?

miércoles, 1 de agosto de 2012

LA VARA DE MEDIR

No doy crédito a lo que leo y oigo. Cada día menos. Pienso que me han metido en el Delorean y he retrocedido varios siglos. En Irán condenan a muerte a cuatro corruptos por estafadores. En Mali lapidan a una pareja por vivir en pecado. En Cuba meten en la cárcel al conductor y supuesto protector del disidente Payá. En Rusia enchironan a un grupo punk por cantar en una iglesia. En Inglaterra detienen a un adolescente por recriminar a un deportista su fracaso a través de Twitter...
Creo que hay que ajustar la vara de medir de la justicia en el mundo, porque quizás está un poco desigual y eso que en todos estos casos su fallo ha sido por exceso, más que por defecto. Normalmente la sabiduría popular se levanta en pie de guerra cuando un juez deja en la calle a un delincuente convicto y confeso o cuando las penas son menores de lo que el sentimiento de venganza demanda, pero en estos casos creo que se les ha ido la mano a todos los jueces ¿no?
Son esas cosas de la justicia, que a veces se lleva mal con las matemáticas y subleva a la gente más instruida en números. Cuando condenan a alguien a 127 años de cárcel, que suena excesivo, y sale a la calle cuando lleva doce, que suena escaso, el populacho se vuelve loco con la calculadora. Normal.
Que nadie me malinterprete, no estoy defendiendo a ninguno de ellos porque casi todos han hecho algo malo y recriminable, pero en su justa medida. Que hay un delito financiero, que se les multe o se les condene a cárcel, como deberíamos hacer en España, pero matarlos me parece excesivo. Incluso el brutal y paranoico asesino del cine de Denver, debe ser juzgado con todo el peso de la ley, pero por doce asesinatos y muchas tentativas, pero por 24, que es de lo que le acusan, cuesta entenderlo. Ya sé que muchos le matarían y probablemente es lo que hagan, porque sin lugar a dudas es el que más se lo merece de todos estos "presuntos". Yo no lo haría. El asesinato nunca puede ser legal ni ser cometido por el Estado, por muy malo que sea el reo. En cambio sí haría un profundo estudio de lo que ocurre en Estados Unidos, de la facilidad para conseguir un arma, de la educación en valores violentos y de lo que ha ocurrido tras el terrible crimen: las ventas de armas han crecido un 45% y nadie ha cuestionado su prohibición o limitación. No así la de los disfraces, que sí que son peligrosísimos y se han prohibido para acceder a los cines y teatros.
Ya sé que es una utopía pretender que la justicia sea equitativa y conseguir un gobierno justo del mundo, si ni siquiera conseguimos ninguna de las dos cosas en ningún país, pero me cuesta resignarme a vivir en un mundo de cartuchera, Winchester, patíbulo y censura. El otro día pasé por delante del Museo de la Tortura Medieval en Potes y sonreí pensando en lo lejano que quedaba ese horror, pero luego lees las noticias y ves que... aquí seguimos.