domingo, 28 de abril de 2013

MEDIDAS MAL MEDIDAS

Después del varapalo de las cifras del paro, todos los focos se encendieron apuntando a Moncloa. Siempre ha sido así. Primero se encendieron los micrófonos pero debían estar estropeados, porque no se pudo oír ni un suspiro, ni un resoplido, ni siquiera un "y tú más". Mariano se escondió debajo de Montoro, a quién cubría Guindos y, por encima de todos, Fátima hacía el avestruz tan bien como siempre. Sólamente funcionó el cacharro de Floriano, quien aprovechó para hacer una de sus profundas reflexiones llamando tontos a los socialistas.
El viernes sí, el viernes los focos y los micros se afinaron para escuchar la rueda de prensa del Consejo de Ministros. Con gran expectación se esperaba la reacción a los seis millones de parados. Entre otras cosas porque durante toda la semana se había calentado el ambiente anunciando nuevas e interesantes medidas del Gobierno. Ocho medidas, ocho intervenciones de urgencia. No es que esperase una reacción muy contundente, ni ningún tipo de milagro o bálsamo tonificante, pero después de tragarme la rueda de prensa y releer las medidas una y otra vez, fui cayendo en un peligroso estado contable-depresivo. Detrás de mucha palabrería "guindesca" para esconder una considerable subida de impuestos y proponiendo medidas de buen gobierno corporativo, racionalización normativa, desindexación económica y consolidación fiscal, llegué a la medida número tres, la que se refiere directamente al desempleo y simplemente flipé en colorines: "Aprobación de un plan anual de política de empleo que pasa por la evaluación de los efectos de la reforma laboral. El primer informe será contrastado por un organismo independiente antes de julio de 2013, como, por ejemplo, la OCDE." Hace falta tener poca vergüenza para sentarse delante de un micrófono y proponer como medida contra el paro la realización de un estudio sobre el impacto de la reforma laboral. Si quieres justificar que tu reforma ha sido útil (algo difícil de creer a estas alturas), encarga el estudio y luego nos haces un poco de propaganda, pero no tengas el morro de presentarlo como medida por el empleo. Señoras y señores, la gran medida para el empleo es un informe sobre el resultado de la reforma laboral; van a encargar a unos cuantos tecnócratas (a buen seguro militantes de Izquierda Unida) para analizar las consecuencias (positivas, por supuesto) de la reforma y después se lo dejarán leer a la OCDE para dar credibilidad a su morrocotuda metedura de pata...  Nos están llamando imbéciles a todos los españoles, pero sobre todo a esos seis millones.
Y como colofón a tan negro panorama, dice Guindos que lo que están haciendo es ponerse en lo peor para que luego las sorpresas sean positivas. Casi casi, prefiero el plasma o mejor el micro averiado...
PD. Quizás estoy algo ácido para ser lunes, pero es que acabo de leerme el último número de Mongolia.

viernes, 26 de abril de 2013

POR FALTA DE INCULTURA

Era una de las frases preferidas de mi madre. La había oído en alguna exposición o esperando la vez en el mercado, pero la repetía a menudo como síntoma de las carencias culturales de la sociedad. Y todavía entonces el déficit cultural estaba motivado por la desinformación y por el tormentoso periodo político que dejábamos atrás. Ahora la situación ha cambiado, tenemos muchísima más información, más medios, toda la facilidad del mundo para acceder a las artes, las letras o las notas musicales, pero seguimos adoleciendo de una enorme falta de ignorancia.
En un país en el que se tacha al intelectual de "rojeras", se persigue al cineasta por posicionarse políticamente, se torpedea cualquier gesto de creatividad a base de impuestos y se promulga la emisión de "telemierda" a grandes escalas, es normal que los cerebros se fuguen o se sequen. Criticamos a nuestros políticos porque no hablan inglés, nos reímos de nuestros futbolistas por cazurros, pero todavía es mayoría la gente que en esta España nuestra considera un libro como algo elitista, erudito, aburrido o presuntuoso. Y lo digo en el día del libro, sí. Cuánta gente hay cuya única lectura son los pies de foto del Marca o las románticas frases de detrás de la puerta del retrete del bar. No es que les eche nada en cara, pero hay que saber lo que tenemos y nuestro poderío literario, al margen de este insigne blog, está muy marcado por esos precursores de Twitter que ponían tan ocurrentes frases encima del urinario. Qué bonito lo de "Rosana, te voy a poner una naranja en la boca y te voy a comer el chichi hasta que te salga Fanta". Aunque a mí no me gustan tan pornográficas, prefiero lo romanticones que dan todo por su amada, como el Don Juan que ha pintado dos puentes de la A-1 dirección a Burgos: el primero dice "Sin ti, uno parece 365" y en el siguiente pone "Contigo, 365 parecen 1". Tampoco tiene desperdicio el de la foto que hice el otro día en medio de un bosque de Alcalá de Henares. Quiero pensar que era una historia de amor y no el final de un proceso narcodepresivo...
Hablando de literatura del pueblo, me gustan las frases que vienen escritas en los camiones de Seur y que no voy a reproducir porque son largas y van deprisa, así que nunca me da tiempo a memorizar. Y todo esto os lo cuento porque hoy, volviendo de comer con varios compañeros, hemos visto a un transportista sentado en la cabina de su camión leyendo un libro y nos ha resultado tan impactante que nos hemos quedado un rato comentándolo... País.

martes, 23 de abril de 2013

DIA DEL ATEÍSMO

El domingo paseaba por Madrid y encontré varias plazas ocupadas por grupos de infieles que escuchaban a un predicador que trataba de convencerles con un altisonante discurso doblemente amplificado por un equipo de megafonía. Era el Día internacional del Ateísmo y el orador llamaba a todos los creyentes de distintas religiones a dejar de serlo; argumentaba con bastante clarividencia: "no hay ni un sólo dato científico que pruebe la existencia de un ser superior"; hacía un llamamiento a las conciencias "no es necesario creer en un dios para vivir esta vida con respeto al prójimo, con tolerancia, justicia y solidaridad", luego se ponía algo más incisivo y decía: "está demostrado que la gran mayoría de hechos milagrosos, apariciones y episodios divinos han sido fraudes y ni uno sólo está comprobado y verificado" y terminaba gritando consignas algo más ofensivas como "las religiones tienen detrás una larga historia de sangre, violencia, guerras, persecuciones, represión e intolerancia", para terminar con una sentencia a modo de slogan: "Ningún dios justo permitiría un mundo tan injusto".
Sorprendido seguí caminando por la ciudad y encontré otro encendido y amenazante ateo en otra plaza y otro más allá y cambié de barrio y más, y más, todos ellos con su equipo de sonido, su atril a modo de altar, su pancarta y sus fieles, o infieles, seguidores. Me sorprendía que el ayuntamiento les hubiese dado permiso para todo ese despliegue en un total de cincuenta plazas y llegó a parecerme invasivo con el espacio y con las libres conciencias de los ciudadanos.
Continué andando y con este solecito primaveral se me fue pasando el resacón del sábado y volví a la realidad. No sé si triste o cruda, pero realidad. Se ve que había visto y oído mal, mi fanático y practicante ateísmo me había cegado una vez más.
Todas esas concentraciones de predicadores formaban parte de la gran Misión del camino neocatecumenal en el año de la fe. Para que lo entendáis, un llamamiento de la iglesia católica que se lleva a cabo todos los domingos de Pascua y que consiste en sacar la iglesia a la calle en 10.000 improvisados escenarios. Con un convincente argumento que dice que si la gente no entra a las iglesias, la Iglesia irá a la gente. Coño, como Mahoma... Me paré a escuchar el mensaje y me sentí aludido "quizás tú seas uno de esos que vive la vida de paso, con prisas, sin pararte a pensar, sólo pendiente de los placeres materialistas y dándole la espalda a tu creador...Tú también te encontrarás con dios y obtendrás su perdón". He de decir que al principio me preocupó, pero después me alivió, así que hice una foto bastante mala y seguí con mi ronda, mientras los malos pensamientos se apoderaban de mi cabeza.
No lo entendía. No entendía que las religiones sigan con sus cruzadas y misiones catecumenizadoras. No entendía que invadieran el espacio público cuando tienen miles de locales céntricos, cómodos y gratuitos. No entendía que piensen que con ese sistema provocador e invasivo y a base de decibelios vayan a conseguir más seguidores. No entendía que les hubieran dado permiso para todo ese despliegue, con lo difícil y caro que se ha puesto pedir permisos en Madrid. Y entonces me hice ateo... Bueno, ya lo era.

domingo, 21 de abril de 2013

MOVILIDAD EXTERIOR

Estoy notando que me falla la movilidad exterior: está semana he sufrido dos accidentes, uno en bicicleta por intentar seguir a mi hijo en un descenso, y el otro chutando a portería con la hierba mojada... Casi me desnuco. Si es que a ciertas edades la movilidad exterior se va debilitando. Bueno, realmente no sé muy bien si la locuaz y brillante Ministra de trabajo que nos hemos echado se refería a ese tipo de "movilidad exterior" en su reciente comparecencia. También pensé que igual se trata del tráfico en la periferia de las grandes ciudades y de esos grandes atascos que sufrimos los que trabajamos o vivimos en el extra radio. Pero no, creo que la amiga Fátima Báñez hablaba de los emigrantes, simple y llanamente.
Llevamos un tiempo oyendo estupideces sobre los españoles, jóvenes y no tanto, que se ven forzados a abandonar nuestro país para ganarse las acelgas en países más prósperos. Continuamente se dice eso tan refinado de la "fuga de cerebros", que es una forma un tanto vanidosa y chauvinista de hablar de emigración. Los profesionales mejor preparados tienen que salir del país para buscar un futuro más prometedor, como si España se hubiera convertido de la noche a la mañana en el vivero de científicos, ingenieros, intelectuales y eminentes economistas que huyen del INEM y de Montoro para investigar y desarrollar sus prometedoras carreras en otro idioma. Y a mí, que me da por ser escéptico, me da la sensación de que esos jóvenes y no tanto, que optan por la movilidad exterior, van a ampliar su currículum como virtuosos del uso de la fregona (gran invento español), como conserjes del turno nocturno de hoteluchos del barrio de la estación de Munich o en el complejo mundo del Whoper y el Big Mac... En eso consiste la emigración.
Y lo que me hace gracia es que en este país no sepamos lo que significa eso, cuando tenemos una amplísima experiencia como emisores y como receptores. Cuando oigo a la carismática ministra hablar en esos términos, me surge la malévola idea de aplicar la misma terminología a los "machupichos" o "sudacas" o "guachupinos" o "moritos" que tan respetuosa y hospitalariamente hemos acogido durante las últimas décadas. Ellos eran la generación más brillante de su país y venían aquí buscando la oportunidad para desarrollar sus brillantes carreras en un escenario más adecuado a sus conocimientos. De Ecuador o Rumanía nos llegaron los jóvenes cerebros que buscaban movilidad exterior.
Y para completar esta insultante broma, llega la tía Merkel y sugiere a los países sudamericanos que ayuden a sus hermanos europeos ahora que la economía de aquello que llaman LATAM está infestada de brotes verdes. Así que en breve veremos la paradójica imagen de los cerebros españoles buscando movilidad exterior en Ecuador. Chachas, jardineros, basureros, limpiadores o mensacas, todos tendremos un hueco allí. Lo que me quita el sueño es saber qué mote nos pondrán...

PD. La foto que ilustra esta entrada circula estos días por internet y dicen que la chica de la izquierda es una de las políticas de las que hablamos aquí... y por supuesto no es Fátima Bañez.

martes, 16 de abril de 2013

HE LIGADO

Hello Dear,

How are you doing?Hope fine.My name is Earleen, i have a warm and friendly feelings,so i decided to leave a massage for you. if it touches you to be a friend you can reply me so that i can send to you my pictures and tell you more about me.i believe we can start from here to know each other better.Have a nice day and think about me.
Hoping to read your reply to me.
Regards,from Earleen
¡Joder!, yo que estaba entusiasmado con mi nueva amiguita y no paraba de thinkar en ella, me acabo de enterar de que Earleen es de mentira, que es uno de los muchos engaños que circulan por internet y que sus intenciones no se limitan a invitarme a tener una aventurilla, sino que pasan por desplumarme primero. Vamos, que en el mejor de los casos mi amiguita es una putilla del Caucaso, cuando no un mafioso de los Cárpatos.
Esto me pasa por seguir en Twitter a la Policía Nacional. Desde entonces se me derrumba un castillo de naipes cada día; ahora ya no tengo esperanza de que me haya tocado la lotería Nigeriana y que me vayan a mandar el cheque una vez que haya pagado los primeros gastos de gestión del envío; también sé que el heredero del presidente de Togo, no me va a pagar un millón de euros porque tiene problemas para sacar el dinero de su país; incluso he dejado de temer que alguien publique imágenes mías comprometidas y diga cosas espantosas en mi perfil de Facebook, tal como me advierten algunos mails; ni voy a hacer nada por evitar que alguien haya registrado el nombre de nuestra empresa en China y nos vaya a quitar los derechos de expansión en el país del cerdo agridulce. Nunca pensé que mi amistad con la poli iba a ser tan fructífera, pero lo es y espero que lo siga siendo. Para evitar que más del cincuenta por ciento de los mails que recibo sean SPAM, para poner un orden legal a la cíber jungla, para no tener que borrar cada día del blog comentarios indeseados en los que se invita a nuestros dignos lectores a indignos placeres y para darles su merecido legal a los insensatos que buscan hacerse famosetes a cualquier precio y dedican su tiempo y sus conocimientos informáticos a contaminar informátivamente con fotos trucadas e imágenes falsas de eventos tan dramáticos y lamentables como el atentado de Boston.
Lo siento Earleen, fue bonito mientras duró.

domingo, 14 de abril de 2013

MI PADRE Y GADAFI

En medio del desierto hay un barco. No me vais a creer, pero así es. En medio de la hamada argelina, en ese desierto pedregoso que nadie quiere y que le han dejado a los saharauis porque es el sitio donde menos estorban, allí hay un barco. El Océano Atlántico está lejos y el Mediterráneo, más todavía, así que no lo ha arrastrado ningún temporal, ni siquiera un tsunami. Está nuevecito, aunque lleno de polvo, varado en su propio mar, como si de una disparatada instalación artística se tratara. Quienes lo ven, miran alrededor buscando la cámara oculta que les graba la cara de asombro, pero no la encuentran. No es una broma, aunque lo parece.
Ese barco, el de la foto, es todo un símbolo, en el fondo debería ser un monumento. Al fin y al cabo no se ha equivocado tanto, al chico le habían dicho que el Sahara Occidental está bañado por el Atlántico y allí está, esperando el momento en que pueda darse un buen remojón en libertad. El origen de este anacronismo viene del mismísimo Gadafi, que en uno de esos gestos que caracterizan a los grandes magnates, obsequió al presidente saharaui con este utilitario. Es de agradecer que Abdelaziz no lo llevara a algún puerto deportivo para hacerse escapadas "berlusquianescas". Se ve que tampoco quiso ser desagradecido con su aliado y no lo puso en venta para sacar algunos fondos para la causa y el pueblo saharaui.
Curiosa y divertida anécdota la de Gadafi, el Sahara y el barco, ¿verdad?... Pues ahora es cuando llega mi padre. Resulta que el Audi que tanto servicio le dio durante sus últimos años, de exposición en exposición, de Madrid a Mojácar y de Mojácar a Madrid y que después hemos utilizado todos los hermanos, ha decidido marcharse a disfrutar de su retiro y como última voluntad va a ofrecer sus servicios a la delegación saharaui en Argelia. Un dignísimo final para un fiel compañero.
Ya sé que el Audi no es tan pintoresco como el barco, ni tampoco mi padre era tan extrafalario como Gadafi, pero tengo que confesar tristemente que ahora mismo veo mucho más posible que el presi saharaui se pasee por Argel subido al Audi, a que salga a dar un garbeo con el barquito. Aunque nunca perderemos la esperanza.


martes, 9 de abril de 2013

MIS QUERIDOS MUERTOS

Dice aquel que hasta que la muerte nos separe. El otro decía que nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir. Aunque no deja de ser una visión un tanto optimista, lo cierto es que la muerte lo cura todo y en ese jodido momento todos deberíamos ser iguales; se acaba el asunto, seas rico o pobre, brillante o mediocre, bueno o malo, perico o culé, te espera el mismo futuro. Y ahora es cuando te crees que yo te voy a contar como es ese futuro... No, hombre, no, el final del cuento lo pone cada uno a su gusto, tú creerás que luego hay angelitos que te mecen las nubes mientras escuchas gregoriano; él dirá que hay una sala de espera en la que te sientas junto a Bárcenas, Pepiño, Iñaki, Correa y compañía y de ahí te van mandando al fuego eterno; ella pensará que según la cascas, pasas el túnel y te reencarnas en Encarna Sánchez o en Betty Missiego o incluso en cabra de la legión; y otros pensamos que la maquinaria se queda en reposo, apagada, en silencio, en blanco, en negro, en nada, no es, no está, na de na...
Sea donde sea que acaba el cuento, dicen que todos acaban igual, y ya me jode. Primero porque llevo toda la vida escuchando decir a diversas religiones que en el más allá cambiarán las cosas, habrá justicia, los últimos serán los primeros y todos esos mensajes tan igualitarios que me parecen súper coherentes si los intentáramos aplicar aquí, antes de que te chamusquen o te pongan ese cacho losa encima. La mayoría de las creencias son autocomplacientes con la muerte. Tú tranquilo, aunque estés con el agua al cuello, si luego tendrás una segunda vida mucho mejor... Y como no vuelve nadie a protestar...
Pero, sin necesidad de ponerse metafísico, mi mensaje hoy es que no todos los muertos son iguales, porque tampoco todos los vivos lo somos. Siempre existe ese pactado respeto que obliga a despedirse de cualquier ser humano destacando sus virtudes y escondiendo sus defectos en los rincones del ataúd, pero hay momentos en que surgen casualidades que obligan a la comparación. Ya me había roto los esquemas que la noticia del cuarenta aniversario de la muerte del genio Pablo Picasso fuese eclipsada por el fallecimiento de Sara Montiel, símbolo de un arte cuando menos "distinto"; pero lo que ya me ha creado un conflicto de sentimientos es la desaparición simultanea de dos seres tan antagónicos como Margaret Thatcher y José Luis Sampedro, una, ejemplo de poder, soberbia y sectarismo, y el otro, humilde representante del compromiso, la igualdad y la solidaridad. Yo sí que tengo muertos preferidos. Ojalá existiera el cielo y el infierno, para coincidir con ellos... Da igual dónde.

lunes, 8 de abril de 2013

MATAR AL PADRE

Nuestro hijo mayor nos ha traído de Italia auténtica pasta siciliana, más en concreto los famosos penes, que no penne, así que nos hemos dado un buen atracón de "cipotti di colori". Es lo que tiene el buen rollito con los hijos, uno intenta llevarse bien, ser colega, pero al final terminan cogiéndose confianzas y dándote collejas o insultándote cuando se enfadan.
Yo que me esperaba una estampita del Papa Paco o una góndola en miniatura, me he pasado la Semana Santa comiendo pichas y respirando los hedores de estos mocosos, que se arrejuntaron con sus primos y durante los días de lluvia, o sea todos, mataron el tiempo a pedos. Es curioso, pero el asunto del caca-culo-pedo-pis-caca no se elimina ni con adolescencia, ni con edad del pavo, ni siquiera con novietas. Mola, porque es el vínculo que une a chavales de edades tan distintas como los nuestros. La carcajada ante un buen pedo es igual a los 6, que a los 13, que a los 16.
Eso sí, al pequeño, que de momento ha salido buen estudiante, le gusta dejar todo por escrito y el otro día le encontré en un cuaderno, una hoja con la lista de tacos que sabe decir y tengo que reconocer con orgullo que el chavalillo está bien preparado. También tiene la manía de escribir sus cabreos, algo que siempre he desaconsejado y que me ha generado importantes conflictos profesionales. Coge un papelito y se desahoga escupiendo sus sentimientos. El último dice: "Papa tu dices que mi salto es malo entonces tu tendras que hacer un salto y tendras que montar en el".
También le ha dado por pintar y su gran especialidad son los cromos de fútbol. Como ya nos ha desplumado y tiene casi completada toda la colección, ahora ha pasado a hacerse sus propios cromos; ya tiene terminado el Barça y yo estoy negociando con él para que empiece con el Espanyol, ahora que está jugando bien y no le tengo demasiada manía a los jugadores. Tiembla Panini.
Pero después de tantos días con los niños, de montar en moto, en bici o jugar al fútbol con ellos, me he acordado de lo que decía un amigo con buen criterio: "Si eres amigo de tus hijos, tendrán un nuevo amigo, pero no tendrán padre..."
Y justo después ha llegado otro amigo y me ha regalado el último libro de la novelista francesa Nothomb: "Matar al padre". ¿Me están queriendo decir algo?

jueves, 4 de abril de 2013

DE GORKI A LLACH


No es que sea depresivo, pero siempre me han gustado las canciones tristes y los libros duros. Lo dije una vez y nadie me entendía, pero pocas cosas me hacen más feliz que escuchar las canciones dramáticas de muerte, suicidio y depresión de ese peculiar asturiano llamado Nacho Vegas.
Con la literatura me ocurre algo similar, siempre he huido de la ficción y me he refugiado en libros de política, historia o ensayos de conflictos, guerras o miserias humanas. Y no es que me haya anestesiado contra el dolor ajeno, todo lo contrario, creo que necesito ser consciente en todo momento de su existencia y por ello sigo buscando ese tipo de lectura.
Dos ejemplos de ello son los dos últimos libros que he leído, casi entre lágrimas, con un permanente nudo en la garganta y con una emoción extasiante que no me dejaba apartar los ojos de las páginas. Se trata de dos historias muy lejanas, pero igual de cargadas de drama y sensibilidad. Por un lado las memorias de Gorki, recientemente editadas por la editorial Automática en tres pequeños tomos, en las que el autor de “La madre” recorre su infancia y juventud con escalofriante amargura por los interminables obstáculos que aparecían en su vida y por la dureza gélida y política de la Rusia pre Bolchevique.
La otra historia es más cercana y la narra mi admirado Lluis Llach en su primera y sorprendente novela “Memoria de unos ojos pintados”. Lo compré por fanatismo y la empecé a leer con escepticismo, pensando que no podría ser buena por aquello de zapatero a tus zapatos, pero poco a poco me vi envuelto en una narración espeluznante de la Guerra Civil en Catalunya, en el frente del Ebro, bajo los bombardeos de Barcelona, en la represión de la postguerra… Una durísima crónica que te permite ver y sentir de verdad lo que significa una guerra, con crudeza y con esa enorme sensibilidad que Llach siempre ha tenido. Entre lágrimas y sobresaltos emocionales, es imposible no quedar sobrecogido por esta impactante historia de amor en tiempos revueltos, no apta para homófobos.
Quizás cada uno hubiera merecido su comentario independiente, pero a pesar de la enorme distancia que separa a ambos autores, en todos los sentidos, me ha parecido curioso que los dos consigan causar una sensación muy similar cuando los lees... Algo así como ¡puta vida!
PD. Después de esta entrada, me he ganado alguna limosnilla ¿verdad?

miércoles, 3 de abril de 2013

ALEATORIO

 Mis hijos tienen por costumbre insultarse llamándose “random”, que es algo así como decirse “aleatorio”. No me extraña que el insultado se ofenda y le conteste una serie de improperios mal sonantes al insultador. Si yo voy por la calle y alguien me llama aleatorio, optaría por cruzarle la cara o responderle algo más duro, quizás contubernio o perifrásico o incluso hipérbole.
Para mi la palabra aleatorio se limita a una función del Ipod. Tú pulsas el modo aleatorio y el cacharrito te pone la música que le sale de los microchips. Es mi sistema preferido para escuchar música porque es como poner una emisora de radio en la que todas las canciones son de tu gusto porque pertenecen a tus propios discos. En teoría es así, pero en la práctica la cuestión random termina electrocutándote las neuronas. Claro que mis gustos son muy variopintos, demasiado. Así que en media hora oyendo los greatest hits de mi discoteca, dejándome llevar por el tío random, mi mente viaja a los 70 con Pink Floyd y su “Wish you were here” recordándome el olor a humo de colores que salía de la habitación de mi hermano, repleta de unos colegas que en su mayoría ya no están porque se los llevó la generación del caballo y la desinformación. Y sin haber borrado la imagen de mi memoria, salta a la siguiente canción y entra en escena el Nuevo Mester de Juglaría y sus jotas castellanas que me encendían la sangre adolescente y me llevaban de concierto en concierto moviendo el pendón morado y gritando aquello “Castilla entera se siente comunera”. Ya quedan pocos seguidores de Padilla, Bravo y Maldonado, salvo los que viven en esas calles.
Sigo dejándome llevar por el aleatorio y me veo sumergido en la oscuridad del Rockola viendo una de las últimas actuaciones de Parálisis Permanente y ese seductor mundo de la movida pseudo punky madrileña. Y caprichosamente del punk de los 70 me pasa al de los… Por cierto, ¿cómo coño se llama está década actual?... Bueno, que me sale una canción del grupo punk de San Francisco, Melvoy, cuyo cantante es hijo de una sevillana e hincha del Betis y me acuerdo de las tardes tirado en la hierba de North Beach. De momento voy aguantando los caprichos del engendro de Steve Jobs que va merodeando por los rincones de mi memoria, hasta que llega a una canción de High School Musical que grabó mi hijo cuando tenía siete años y allí me planto, hago objeción de conciencia y paso a elegir yo mismo la música. No sea que alguien se piense que soy un aleatorio.

lunes, 1 de abril de 2013

PROBLEMAS MECÁNICOS


Recuerdo como se retorcía el 127 al entrar a las curvas a derechas y notaba golpes de chapa que casi me agujereaban la suela del zapato. Claramente se había reventado el amortiguador de aquel lado y cuando giraba, hacía tope. Lo llevé al taller y para facilitarle el trabajo al mecánico le adelanté el diagnóstico: “Tiene reventado el amortiguador”. A la semana me devolvieron el coche con los discos de frenos nuevos, los neumáticos equilibrados y el paralelo hecho, pero seguía sonando el ¡clack! y bailando el “Harlem shake” en cada curva. Volví al taller e insistí en el veredicto: “Estoy seguro de que es el amortiguador reventado”. Otra semana después lo recogí con mi padre (era el que pagaba) y me habían cambiado la dirección por un problema de la cremallera, que no de la bragueta. Nada nuevo bajo el sol, el 127 parecía un Dyane 6 y el ruido seguía allí, así que volvimos cabreados a pedir explicaciones y fue a la tercera cuando el “sabio” mecánico descubrió el problema: “El amortiguador izquierdo está sin aceite, se ha debido reventar”. Lo arreglaron y nos terminaron de desplumar, pero yo aprendí que a muchos seres humanos les sienta mal que nadie les dé lecciones o les diga que es lo que tienen que hacer en el trabajo. Profesionales mediocres.
Aun así, la semana pasada volví a cometer ese error de juventud (todavía soy un chavalín), pero esta vez fue en el médico. Entré y cuando me preguntó la doctora por mis síntomas, le di mi diagnóstico, lo que sirvió para que la muy necia sintiera herido su orgullo profesional y dedicase todo el tiempo de la consulta a rebatir mis argumentos y a inventar ella mis síntomas, sin ni siquiera oscultarme. Fui a verla porque me mareo con frecuencia y ella decidió que no es que me maree, sino que me pongo nervioso y respiro por la boca y entonces hiperventilo (no tiene nada que ver con lo pedos) y me entra ansiedad. Fue entonces cuando me entró ansiedad por darle una colleja y, recordando la historia del 127, decidí no volver jamás a ese médico.
También aprendí un consejo que me dio un viejo arquitecto: lo inteligente es dar órdenes camufladas de consejo y lo más maquiavélico es influir, consultar, sugerir, hasta conseguir que los demás tomen la decisión que te conviene… Pero nunca le digas al mecánico o al médico qué es lo que tienes, que lo adivinen ellos.
PD. He buscado una foto del 127, pero sólo he encontrado de su sucesor, el Talbot Horizon