martes, 29 de abril de 2014

NO ESTAMOS LOCOS

Esta entrada del blog puede considerarse un espacio publicitario, aunque no hayamos ingresado nada por ello. El único objetivo es recomendar a nuestros cuatro seguidores la lectura de un libro que me parece totalmente imprescindible en estos momentos: "No estamos locos", de El Gran Wyoming.
No es este un espacio dedicado a recomendaciones o peticiones del oyente y aunque en alguna ocasión hemos hablado de algún libro, nunca hemos pedido de forma tan descarada el "voto" para uno, pero en este caso me ha creado tal impacto personal que me siento totalmente obligado a hacer campaña para su difusión.
Mis allegados (forma fina de denominar a los que me aguantan día a día) estarán hartos de escuchar mis múltiples y exagerados elogios al ensayo de José Miguel Monzón, quien, por cierto, es un personaje bastante popular en este país y cuenta con infinidad de seguidores y otra tanta infinidad de detractores. Por eso mismo recomiendo el libro.
Para empezar he de reconocer que cuando lo vi publicado no me apetecía nada leerlo. Primero lo compré para regalárselo a un amigo y después, casualmente, otro amigo me lo regaló a mí. Pensé que ya conozco suficientemente al personaje, le sigo con fidelidad y sé muy bien cuáles son sus opiniones. También reconozco que cuando lo abrí no tenía muy claro si me apetecía leer unas cuestiones tan serias con el tinte irónico marca de la casa, pero bastaron unas cuantas páginas para caer en las garras de una de las mentes más clarividentes que he visto (por mucho que algunos le odiéis).
El libro es un recorrido por la historia de España para analizar nuestra sociedad con una contundencia brutal. Verdades como puños de las que nadie se atreve a decir, dichas con todos los argumentos, respaldadas por datos, complementadas con hemeroteca y despedazando sin ningún tipo de rubor la mentira política de este país o de parte de este país.
No hace falta que os diga que Wyoming no es militante del PP y que su tendencia política es abiertamente izquierdista. Por eso mismo el libro tiene tan buena aceptación entre los "rojeras" y nula entre los "fachillas". Sin embargo, él mismo se encarga de plantear todo este aburrido tema de las dos Españas con una claridad asombrosa y rompiendo todo tipo de prejuicios, tabús y lugares comunes sobre la política. La Guerra, la Transición, la Iglesia, la corrupción, el liberalismo y otros muchos asuntos candentes quedan diseccionados con precisión quirúrgica y llegando a esas conclusiones que a muchos nos pasan por la cabeza a diario, pero que no sabemos escribir tan bien, ni nos atrevemos.
Sinceramente creo que sería muy bueno para nuestro futuro que este libro lo leyeran todo tipo de personas, los de izquierdas, por supuesto, pero también los de derechas o de centro o apolíticos o lo que sea. Sé que no lo conseguiré, pero sería bueno. A mí me ha abierto la mente, por eso lo recomiendo. Y no estoy loco.

martes, 22 de abril de 2014

LUIS, EL IDIOTA


Pues no tenían razón Luis, no eras el cabrón, eras el idiota y ahora te estás ganando el mote con justicia. Pensaste que no te iban a dejar solo, eran muchos años de vivencias y connivencias en el partido, luchando por unos ideales, para que a la primera de cambio te dieran la espalda todos, pero así ha sido, eres un pringao. Te fiaste de ellos porque dijeron que te ayudarían, porque eliminaron al juez más peligroso, porque Mariano te mandaba mensajitos de ánimo en los momentos difíciles, porque te seguían pagando aunque fuese en diferido y simulado. Mientras estuvieses calladito estarías protegido, pero cuando se levanto el pastel y España entera se enteró de lo que teníais guardado debajo del felpudo de Génova, toda esa lealtad y amistad se fue al carajo y te has quedado más solo que la una, metido en el trullo, sin paseos ni patio, sin tu familia y sin tu dinero. Lo tuyo es uno de los ejemplos más bochornosos de lo que significa la palabra traición, pero no de ti hacia ellos, como piensan algunos, sino de ellos hacia ti.
Durante tantos años has estado comiéndote el marrón de llevar las cuentas con finura y disimulo para que nadie sospechase nada; tanto tiempo de dedicación al partido siendo el hombre más querido por todos porque generabas riqueza a la institución y de vez en cuando tenías algún sobre que repartir, y así te lo pagan, dándote la espalda de la forma más vil e insolidaria que podías imaginar.
No creo que quede ni una sola persona en este país que dude de los tejemanejes que os traíais, de que cobrabais donaciones ilegales para financiar al partido (supongo que a cambio de algún favorcillo a esos empresarios) y que os repartías el botín en sobresueldos en dinero negro. Todo el mundo da por hecho que Mariano y todos los que salen en esos papeles se llevaron la guita.
En aquellos primeros días la conmoción fue brutal, tembló Génova y La Moncloa. Todos pensamos que si caías tú caerían todos. Incluso algún bloguero cerró temporalmente su blog esperando esa sonada dimisión. Pero no, te traicionaron, miraron para otro lado, borraron tus ordenadores, quemaron tus agendas, apagaron los móviles, quitaron de en medio al periodista más peligroso y dieron por normalizada la situación. Con lo fácil que les resulta quitar y poner jueces, de ti pasaron. Consiguieron transformar al cabrón en el idiota.
Ese es el espíritu de compañerismo de tus amigos del partido, juntos han conseguido señalarte para que tú solo te lleves todo el marrón e incluso los votantes se ríen de ti por pringao y mala persona. Seguirán prietas las filas. Das pena, Luis.

domingo, 20 de abril de 2014

CARRERAS CON SALIDAS

 
Siempre he sido contrario a esa generalizada opinión paterna de que los hijos tienen que estudiar carreras que tengan salidas. Al principio pensé que se referían a la facilidad sexual de las jóvenes estudiantes y como padre de tres varones y, llevado por cierto machismo, pensé que no era mal plan, así que me uní al llamamiento para juntar a nuestros donceles con chiquillas salidorras. Luego al comprobar que lo único que se pretendía era elegir el futuro de los chavales desde el más pragmático materialismo, pensando exclusivamente en la salida profesional lo más digna, accesible y, sobre todo, bien pagada que hubiera, empecé a sentir sarpullidos.
Quizás es que tuve mala influencia y al ser hijo de artistas, el tipo de orientación que recibí fue absolutamente contrario. De entrada no trataron de influir en la elección de mi futuro y si lo hacían de forma disimulada era siempre para llevarme hacia el lado menos práctico e intentando despertar la escasa creatividad que habitaba en mi intelecto. Por eso cuando dudaba entre matricularme en Historia o en Periodismo, ellos barrían claramente hacia la menos práctica de las dos, la que podía aportar algo más de conocimiento abstracto, del que dicen que no sirve para nada, pero sirve para todo y más. Yo elegí la otra, pero no porque tuviera más salidas, que de eso nada, todas eran unas estrechas, sino porque simplemente me gustaba más. Ellos aceptaron, aunque seguían de cerca mis pasos para que no me fuese hacia el lado oscuro. Recuerdo muy bien el día que le dije a mi padre que me quería comprar un coche y él me dejó cortado con una sentencia que tardé varios años en entender: “Ya, y lo siguiente que me dirás es que quieres trabajar en un banco…”
Para él era lo peor, era venderse al dinero, entregarse a un sueldo, dar la espalda a la cultura y a otras formas de vida más constructivas, otras salidas. Y eso es lo que ahora se promueve desde nuestro sistema educativo y ese sistema mercantilista que se nos ha impuesto. Ahora ya no hay dudas, la crisis vuelve a ser excusa para cortar por lo sano cualquier atisbo de inquietud cultural o de disidencia; se estudia para trabajar, nunca para aprender, ni para saber, ni para ser más culto, ni mucho menos para ser más sensible. Por eso no queremos que nuestros hijos sean profesores, ni historiadores, ni artistas, ni periodistas y nos cegamos en un “cortoplacismo” pensando que si son diseñadores de aplicaciones digitales, ingenieros informáticos, webmasters o community manager tienen el camino allanado, cuando ni ellos ni nosotros sabemos hacia donde va a ir este mundo y cuáles son las profesiones del futuro.
Por eso ahora, rodeados todavía de oraciones subordinadas, logaritmos y listas periódicas y viendo lo coja que está nuestra educación de la otra parte menos práctica y más creativa, sólo me atrevo a darles un consejo: no os fiéis de las salidas... ni de las estrechas.

Pie de foto: Esto es lo que para mí ha sido siempre una buena salida de una carrera.

martes, 8 de abril de 2014

VIAJE A LA ALCARRIA

Varios pueblos de Catalunya amanecieron la semana pasada cubiertos por una considerable capa de arena anaranjada. Toneladas de tierra del desierto del Sahara, levantadas por una fuerte tormenta de viento, habían subido a varios miles de metros de altura y, metidas en corrientes térmicas, vendavales anticiclónicos e isobaras concéntricas habían viajado a la nación catalana (esto es sólo para provocar un poco) para caer en forma de chaparrón de barro.
Me sorprendió tanto la noticia que la estuve comentando con los chicos, camino del cole, y volvimos a sacar una vieja discusión física que no hemos aclarado: Si un helicóptero subiese a una cierta altura y se estuviese totalmente parado durante unas ocho horas, al bajar ¿estaría en España o en América?
Tampoco hemos tenido nunca claro por qué un avión tarda menos de Nueva York a Madrid que del Adolfo Suárez al John F. Kennedy, cuando la distancia es la misma; entiendo que es por los vientos o por el giro de la tierra o por las dos cosas. También les conté que los aviones, cuando tienen que hacer un aterrizaje de emergencia tiran casi todo el combustible en el aire y se evapora. Ahí les tengo investigando.
Y como todas estas cosas siempre vienen juntas, como por casualidad o mensaje divino, el fin de semana cayó del cielo sobre nuestra casa en el pueblo, el esperpéntico personaje que aparece en la fotografía. Sus iniciales son HK y tras una ardua investigación he llegado a varias conclusiones. La hipótesis más creíble es que Lucca, un chavalillo de Casalpusterlengo, acudió a Bolonia a pasar la tarde del domingo y su madre le compró un globo, este en concreto; cuando volvían a casa con prisas para cenar e irse a dormir porque mañana hay colegio, el bueno de Lucca soltó el globo para abrir la puerta del coche y el padre, aunque saltó, no llegó a coger la cuerda. Lucca lloró desconsoladamente ante la desesperación de su padre y sólo paró cuando su madre le prometió que le compraría otro.
A esto llegué por mi experiencia viendo niños llorar por pérdida de globo, por mi obsesión por quedarme mirando hacia arriba al puto globo hasta que se pierde en el infinito y porque en el globo había instrucciones de uso en italiano y un letrerito que decía "Made in Italy". Espía que es uno.
Reconoced que todos habéis mirado melancólicamente como un globo se perdía en el espacio y os habéis hecho mil preguntas sobre su destino; que si llegará a la estratosfera como Baumgartner, que si se chocará con un avión, que si se derretirá con el sol, que dónde coño irá a parar. Pues ya lo sabemos, los italianos llegan a la Alcarria en un viaje mucho más rocambolesco que el de Cela porque es posible que antes pasen por media Europa dando vueltas. Lo que daría por saber su recorrido exacto. Igual me llevo un chasco y su origen es la Feria de Sigüenza y sólo ha volado unos pocos kilómetros, pero en ese caso, el vendedor habría traído los globos de contrabando porque no tiene instrucciones en español y la ley obliga a poner las instrucciones en nuestro idioma. Qué estupidez de ley que obliga a ponerle instrucciones a un globo, ¿no?. Además, en ese caso, el niño se llamaría Paco y mola mucho menos que Lucca.

PD. Es obvio que esta entrada se me ocurrió en un momento de globo, pero ni alcarreño ni italiano... Riojano.


lunes, 7 de abril de 2014

TODOS CON AGUIRRE

Durante los últimos días hemos asistido al linchamiento mediático y social de una ciudadana madrileña ejemplar y discreta que ha sido víctima de una clamorosa injusticia. En solidaridad con esta amiga que está pasando por malos momentos, escribo estas líneas.
Amiga Esperanza, no sabes cuanto te entiendo, porque yo también he sido maltratado en muchas ocasiones por los desmanes del poder. Sin ir más lejos, la semana pasada me quitaron dos puntos y doscientos euros por circular a 121 km/h en una ancha y segura recta de Guadalajara que algún iluminado limitó a una velocidad de 90 km/h. Los muy mal intencionados estaban escondidos con el radar debajo de una encina. Además, el poli, un chuleta repeinado con gafas Ray Ban de imitación, me tuvo media hora esperando comprobaciones y supongo que buscando en Google si exceso llevaba la X en la primera, la segunda o la tercera sílaba. Pensé por un momento en marcharme, pero me dio miedo que me dispararan o que me detuvieran después; a nadie le gusta pasar la noche en el cuartelillo. Tuviste mucha suerte el otro día de que no te detuvieran, la verdad.
Ya ves, las cosas están chungas. Antes podías aparcar en Serrano en doble fila, entrar en el centro sin problemas y ahora esto es un caos. Desde que Gallardón se gastó la pasta suya y de los veintiocho siguientes alcaldes en soterrar la M-30, han llenado la ciudad de parquímetros y de “gusanos” que te fríen a multas si te pasas cinco minutos. Además han puesto coches pequeñajos que recorren el carril bus con cámaras y en cuanto te pillan dentro, te empapelan. Ahora la Botella ha ido a más en su represión y ha puesto cámaras en los autobuses. También hay cámaras en las calles del centro y en cuanto entras, te llega la receta a casa con una fotico del culo de tu coche. Yo hago la cole (del mío). Del IBI, la recogida de basuras, el paso de carruajes y los otros impuestos ni te hablo por no amargarte las torrijas de la Semana Santa.
También hay que tener cuidado porque en cuanto sales y te tomas dos cañas te encuentras luego un control de alcoholemia, te hacen soplar y te soplan cuatro puntos y una pasta. Tuviste mucha suerte el otro día de que no te hicieran el control, la verdad.
Además, ya sabes como son los polis por lo general, poco dialogantes y algo chuletas; yo al principio me enfrentaba a ellos, pero con los años he aprendido que lo mejor es llevarles la corriente con el clásico “sí, señor agente”, porque si no te pedirán la fotocopia compulsada del seguro y las bujías de recambio. Doy fe que los mendas estos de la movilidad son unos machistas rencorosos de ser mandados por tanta mujer y aparcan súper mal las motos, con lo cual cualquier ciudadano de bien en tu situación hubiera hecho lo mismo.
Ya ves, amiga Espe, esto es un sin vivir, no se puede fumar en ningún restaurante y si sales a la calle está llena de mendigos, el carril bus está separado por barreras de plástico, aparcar sale carísimo, no tenemos Juegos Olímpicos ni ganas, el Madrid ha dicho adios a la Liga… Los madrileños tenemos que estar muy al loro para no caer en las garras de este entramado del mal. Un consejo amiga, vuelve a la política, que se vive mejor.

PD. Lo único que no me gustó de tu aventura urbana e irreverente es que volvieras a utilizar, una vez más, el terrorismo de ETA para tu propio beneficio. Eso estuvo feo, lo demás…

jueves, 3 de abril de 2014

DR JEKYLL...

Todos somos un poco bipolares. Quien más y quien menos tiene su lado Andrés Iniesta y su lado Diego Costa; un día eres Papa Francisco y al día siguiente, Rouco; ángel o diablo; humilde o madridista; rojo o facha; borde o asquerosamente encantador; currante o vago redomado... Somos dicotómicos o contradichos, que viene a ser lo mismo.
Esta reflexión viene dada por el coñazo que me han dado mis amigos, conocidos, compañeros y alguna cajera del Carrefour a raíz de mi barba. He estado un mes sin afeitarme y eso ha creado un revuelo a nivel mundial de dimensiones insospechadas. Unos eran partidarios de que me afeitara de inmediato, porque me hace más viejo, porque estoy más feo, porque parece que tengo tiña, porque es poco higiénico, porque parezco un talibán... Con amigos así no hacen falta enemigos. Otros, más hipócritas, pero políticamente correctos, me decían que me hacía más interesante, que estoy más guapo, que parezco un intelectual...
Y luego vienen los parecidos razonables, esa afición tan nuestra de la que también he sido víctima: que si Chanquete, que si Sean Connery en Octubre Rojo, que si Briattore o Richard Gere o Andrés Pajares o Fernando Esteso. El caso es que al final, como soy bimenstrual, he decidido dar gusto a todos y todas y que cada uno se quede con mi lado preferido. Además he patentado el corte de barba para ver si se pone de moda en el mundo hipster y me forro. Dependiendo de los "me gusta" que obtenga en Facebook me quedaré así o me afeitaré entero (el rostro) o me dejaré barba aunque quede más tupida en un lado que en otro. Eso es lo que es mi barba, tupida, es túpida. Cómo me gusta reírme de mí, lo cual no significa que me guste que los demás se rían de mí, ¡eh!

PD. La elección de afeitarme el lado derecho y dejar barba en el izquierdo fue totalmente ajetreada e intrínseca, así que no busquéis extrañas explicaciones, no seáis tan rebuscaos...

martes, 1 de abril de 2014

SOLDADO ROUCO

Qué ganas tengo de perderte de vista, de que desaparezcas de nuestras vidas y nos dejes en paz... La paz os dejo mi paz os doy. Manda narices que el epicentro de mayor generación de conflicto termine siendo este personajillo que en teoría debería ser el embajador de la paz. Estoy indignado con los últimos rebuznos (así era como mi tío llamaba a los sermones de los curas) del amigo Rouco. Es lamentable como este obsoleto predicador se crece ante el micrófono y aprovecha de manera indigna y obscena cualquier ocasión para dictar sus categóricos y amenazantes mensajes teñidos de rancia ideología.
Soldado Rouco, la ley le permite votar en las elecciones y puede hacerlo a quién usted quiera. La ley le permite afiliarse a un partido o crear el suyo propio y presentarse a las elecciones para que los españoles le votemos. Pero lo que no es de buen recibo ética y moralmente es que se aproveche de su condición de oficiante de funerales de Estado para lanzar mensajes escondidos en papel transparente con sus creencias políticas y sus arrojadizos miedos.
Me pareció un insulto a las víctimas del 11 M que cuando se habían conseguido apagar las voces de la discrepancia y crear cierto consenso en torno a ellos, salió el curilla a airear de nuevo las más demoniacas teorías de la conspiración; le faltó decir lo de "los terroristas no se esconden en lejanas montañas..."
Y me volvió a parecer un insulto a la familia Suárez y a la inteligencia que, de nuevo, en el funeral del político más elogiado por todos, el adalid del consenso, este gris vendedor de biblias recriminara a diestro y siniestro las actitudes políticas, denunciara las reivindicaciones nacionalistas y pusiera sobre la mesa la patata caliente de la Guerra Civil. No habíamos quedado en que la memoria de aquellos años había que superarla y mirar hacia adelante, que no siguiéramos rebuscando en las cunetas, que beatificáramos, eso sí, a los mártires de la iglesia y pasásemos página.
Tío torpe, cómo te metes en estos berenjenales, si el pobre Suárez te brindaba en bandeja todo el guión para el sermón y te hubiera quedado precioso. Si Adolfo es consenso, unión y buenas palabras de todos. Si Adolfo son los mundos de Yupi. A santo de qué te metes en el fregado de la Guerra Cívil, que es lo contrario y que abre heridas no cerradas y te pone contra las cuerdas porque abre otras preguntas sobre el papel de la iglesia en aquellos históricos momentos o en los cuarenta años posteriores. Qué oportunidad has vuelto a perder para acercar la iglesia a todos y no seguir buscando enfrentamiento y rechazo. Hubieras hablado de la pobreza, de la desigualdad, de la corrupción o incluso haber hecho un resumen de tus highlights con los homosexuales y el aborto o haber pedido la X en la declaración de la renta, pero no...
Escribo esto con todo mi respeto a católicos creyentes y practicantes que sé que no se ven representados por esta fantasmagórica figura.
Pie de foto: ...O no.