martes, 12 de marzo de 2013

LA HUELGA

Cómo mola pegarte el madrugón, llegar al aeropuerto y que te digan que tu vuelo está cancelado y que te busques la vida porque no tienen ninguna alternativa para ti. El otro día fuimos unos de los damnificados de la huelga de personal de Iberia, que afectaba a otras compañías como Vueling y lo único que nos ofrecieron fue comprar un nuevo billete para otro vuelo y reclamar a través de internet la devolución del billete anulado... Vamos un "Dios te lo pagará, pero cuando acabe el cónclave".
Respeto y defiendo el derecho a la huelga frente a los atropellos de algunas empresas o administraciones que cambian con enorme facilidad las normas del juego y los contratos pactados y firmados entre dos partes. Entiendo a los trabajadores de Iberia que ven como vuelven a ser la pieza más frágil en una fusión en la que unos pocos se van a forrar a costa de dejar en la calle a muchos currantes.
Sin embargo hay algo que nunca he comprendido y que me crea cierto ardor de estómago: la desigualdad de las personas ante la huelga. Si consideramos la huelga como un derecho universal de defensa de los trabajadores, no me parece justo que esta herramienta sea muy útil para algunos y totalmente inútil para otros. Cuando los trabajadores deciden paralizar aviones, trenes o gasolineras, su posición de fuerza es enorme porque su rehén es toda la sociedad. El ejemplo lo tenemos latente con otro conflicto actual, el de los trabajadores de Roca, que por mucho que se declaren en huelga, no van a conseguir que la gente deje de cagar o que lo haga en el campo. Tampoco pasa nada cuando los periodistas de El País, a modo de protesta por el ERE deciden no firmar sus artículos. Y mucho menos cuando los empleados de Telemadrid nos dejan la pantalla negra durante varios días, eso casi lo agradecemos.
Es cierto, la mayoría de los ciudadanos estamos indefensos ante este sistema reivindicativo porque sufrimos las consecuencias de las huelgas de los servicios imprescindibles y de poco nos sirve el derecho de huelga en profesiones sin las cuales el mundo puede sobrevivir. Nada pasa si mañana se ponen en huelga los organizadores de eventos, ni las agencias de publicidad, ni los laboratorios fotográficos, ni los fabricantes de lentes de contacto, ni los pasteleros de IKEA, ni los limpiacristales de rascacielos, ni los mecánicos de aspiradoras, ni los fresadores de rodamientos, ni los productores de zumo, ni los repartidores de pizza.
En cambio hay una serie de trabajadores que tienen cogidos por los cataplines a sus patrones y a toda la sociedad, porque si se paran ellos, se para el mundo. Es el caso de los transportes, de los médicos, de la funerarias, de los testaferros y por supuesto, de los futbolistas y/o árbitros... Hasta ahí podíamos llegar.




1 comentario:

  1. Como no tengo previsto viajar en Iberia, o mejor dicho Iberinglich, por ser ya propiedad de los ingleses. Quiero empezar con el tema, al que tú has concluido. El futbol y el “Bar...” Si de verdad existe una crisis, ¿Cómo puede ser? que parte muy importante de esta sociedad, al que sufre una crisis económica, gasta un dineral para ver 22 millonarios corriendo detrás de un balón, ¿Cómo puede se? Que esta propia sociedad aun tolera que los bancos sigan dando créditos a los clubes y los partidos políticos y no a los propias empresas medianas, al que depende este país, ¿Cómo puede ser? que el Estado y Hacienda tolera y en algunos de los casos, hacen la vista gorda a las grandes deudas de los Clubes y partidos políticos, mientras que los pequeños empresario, cuando tengan una pequeña deuda estarán perseguidos por hacienda, y lo peor de todo, se les embarga sus propiedades.
    Desgraciadamente, también la esperanza de muchos españoles, tuvo el mismo destino que el propio movimiento social del 15M, mucho bla, bla y al final res, res, Pero no se trata de carne de res, sino nada en catalán.
    En fin, para no tener el mismo rumbo de Iberia, aun hay la esperanza, Eso sí, cuando hay voluntad y sobre todo solidaridad, entre los de Iberia, los médicos, Maestros, funcionarios, estudiantes, policía y políticos honrados y todos los trabajadores y trabajadoras de este país, que se unen juntos, y que dejan de salir a la calle un día un grupo y el otro día toca otro grupo. Es la hora, de que cada uno de este país, por una vez, deja en su casa su ideología política, y salir juntos a la calle, hasta que el gobierno cambia de rumbo. Y que Iberia, vuelve a ser como referencia económica de este país, como de su turismo, como de su modelo de sanidad y también de su fútbol, y de su "cristiano"también..
    Un Refugiado

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