Nos hemos mudado. De ahí el apagón. Acabar la reforma,
después de nueve meses de obras y de sobredosis de fontaneros, electricistas,
carpinteros, cerrajeros, arquitectos, aparejadores o taxidermistas... ha
sido un parto sangriento. No entro en detalles, los imagináis, sólo os transmito la
satisfacción de haber concluido la que espero sea última obra de mi vida y
haber contribuido a reflotar el maltrecho sector de la construcción. Montoro, nos debes unas.
En teoría era una mudanza sencilla, de una casa a la de al
lado. Del presente al pasado para convertirlo en futuro. Qué cursilada, pero
cierta, pues tras veinte años fuera de la choza de mis padres, he regresado
para quedarme. Una sensación curiosa y cálida: una casa nueva sobre la base de
la de toda la vida; pues eso el futuro construido sobre el pasado.
Se mezclan emociones, la alegría de los niños ante la
novedad y descubriendo cada rincón de la nueva vivienda, contrasta con la
desesperación de los hermanos Karamazov al regresar al mismo estante de la
librería en el que habían estado durante 40 años. El estudio cambia de cuadros,
de estilo, de ruido… Donde estaba la ducha está la cama, lo que era puerta
ahora es ventana, la nevera está donde el horno y el pasillo ha sido
privatizado. Todo es distinto, pero la casa es la misma, con todo lo bueno y
creo que nada de lo malo. Bueno, sí, las ausencias.
Por eso hoy, con el taladro aún caliente, los riñones
doloridos de mover cajas y las manos resecas de limpiar tanta mierda, podemos
dar por concluida la mudanza (por cierto, os recomiendo a los Hermanos
Moraleda, qué manera de subir y bajar pianos, cuadros, muebles y cajas repletas
de pasado).
Así que ahora, que estamos mudaditos y que los amables
señores de Telefónica han conseguido realizar el traslado de la línea, setenta y
seis días y ochocientas llamadas después de mi solicitud, procedo a reinaugurar
este insigne e insignificante blog con el mismo espíritu con que fue creado: lo
que salga de los huevos, cuando salga de los huevos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBienvenido otra vez, se echaba de menos.
ResponderEliminarQuiero conocerla YA mismo!!!
ResponderEliminarErnesto.
Ps. Ya
Bla, bla, bla, bla,.....¿¿¿Y LA INAGURACION??.
ResponderEliminarP.D. Ahora sabemos el porque de tu perdida de peso, ojeras y mala cara. Pobrecito.
No es cursi, a mi me ha gustado.
ResponderEliminarMenos mal que ha vuelto el blog... Por fin podremos llenar esos momentos tan intimos en el excusado (los periodicos ya no hay quien los lea).
Nac.
Pues sí a todo....pero el otro día había debajo de una silla de Diego un chicle pegado que debe tener 32 años....quítalo.....
ResponderEliminarHola Marta...