domingo, 27 de octubre de 2013

¡VIVA EL PAPA!


Acabo de romper los esquemas a más de uno. A conciencia lo hago. ¿Por provocar?, no, por ser justo. Nunca antes, en el transcurso de las cinco últimas décadas, me había sentido tan cerca de la Iglesia Católica, lo cual tampoco es para tirar cohetes porque aún sigo bastante, pero que bastante, lejos. Todo lo lejos que un ateo puede estar de una iglesia, mucho.
Sin embargo he de reconocer que el nuevo Papa me ha sorprendido positivamente con casi todas sus declaraciones. Mira que venía precedido de ciertas dudas o nebulosas por su pasividad frente a la dictadura argentina, pero todos los pasos que ha dado, desde que la plaza de San Pedro se llenó de humo blanco, han sido, cuando menos, esperanzadores. Vale que para mi el pope no es mi líder de opinión, pero para mucha gente sí lo es y sus comentarios, críticas o consejos pueden marcar positiva o negativamente el devenir de este mundo, cruel, por cierto.
Veníamos de un túnel. Los últimos pontífices se dedicaban a leer la cartilla a los políticos y a regañar a los infieles por asuntos intrascendentes, dando la espalda a los grandes problemas de la sociedad. Era más importante la evangelización que la erradicación de la pobreza; la castidad, que el sida; el matrimonio hetero, que la pederastia… Sus problemas y pecados quedaban siempre escondidos bajo una rancia y sospechosa sotana.
Y en esas llegó Francisco dando una lección de lo que su cargo significa y sacando a relucir ese papel "buenista" que se espera de una religión. Su viaje a Lampedusa, sus palabras de indignación y acusación ante el drama de los inmigrantes, su reconocimiento de culpas y malas prácticas en la iglesia, su recomendación para centrar el tiro en lo realmente relevante y ser más permisivo con las nimiedades, su incisiva crítica a la sociedad capitalista, su rápida intervención para quitar de en medio al obispo opulento… Han sido una serie de gestos muy por encima de lo esperado en ese estamento, pero, en mi opinión, de gran inteligencia, porque para evangelizar y evitar la estampida de católicos, hay que lanzar mensajes más tolerantes y constructivos que las amenazantes reprimendas anacrónicas a las que nos tenían acostumbrados los Caminos y Roucos de turno.
Muchos creen que no durará mucho, que la curia le hará la vida imposible o se le atragantará un café de forma accidental, pero mientras siga en esta línea, ¡Viva el Papa!, aunque me cueste.

PD.El retablo de la foto es original de la iglesia de Santamera (Guadalajara), pero el obispado se lo llevó a Trillo, donde hay más fieles.

2 comentarios:

  1. ¿ Y como vamos a llegar a la Iglesia de Santamera, si nos han colocado a mitad de camino la Taberna de los Brother?....contra eso, no hay fe suficiente.

    Hola Luis,

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  2. !Qué alegría me has dado! Ha merecido la pena esperar tanto tiempo.
    Este sábado cenamos en casa y os tuvimos a todos presentes en nuestras plegarias. Justo y Victoria dirigieron la oración y todos salimos bastante ... reconfortados.
    Diego, adelante, que la mies es mucha.

    Chema

    Por cierto, !aleluya!

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