Acabo de romper los esquemas a más de uno. A conciencia lo
hago. ¿Por provocar?, no, por ser justo. Nunca antes, en el transcurso de las
cinco últimas décadas, me había sentido tan cerca de la Iglesia Católica, lo
cual tampoco es para tirar cohetes porque aún sigo bastante, pero que bastante,
lejos. Todo lo lejos que un ateo puede estar de una iglesia, mucho.
Sin embargo he de reconocer que el nuevo Papa me ha
sorprendido positivamente con casi todas sus declaraciones. Mira que venía
precedido de ciertas dudas o nebulosas por su pasividad frente a la dictadura
argentina, pero todos los pasos que ha dado, desde que la plaza de San Pedro se
llenó de humo blanco, han sido, cuando menos, esperanzadores. Vale que para mi el
pope no es mi líder de opinión, pero para mucha gente sí lo es y sus
comentarios, críticas o consejos pueden marcar positiva o negativamente el
devenir de este mundo, cruel, por cierto.
Veníamos de un túnel. Los últimos pontífices se dedicaban a
leer la cartilla a los políticos y a regañar a los infieles por asuntos
intrascendentes, dando la espalda a los grandes problemas de la sociedad. Era
más importante la evangelización que la erradicación de la pobreza; la
castidad, que el sida; el matrimonio hetero, que la pederastia… Sus problemas y
pecados quedaban siempre escondidos bajo una rancia y sospechosa sotana.
Y en esas llegó Francisco dando una lección de lo que su
cargo significa y sacando a relucir ese papel "buenista" que se espera de una religión. Su viaje a Lampedusa, sus palabras de indignación y acusación
ante el drama de los inmigrantes, su reconocimiento de culpas y malas prácticas
en la iglesia, su recomendación para centrar el tiro en lo realmente relevante
y ser más permisivo con las nimiedades, su incisiva crítica a la sociedad
capitalista, su rápida intervención para quitar de en medio al obispo opulento… Han sido una serie de gestos muy por encima de lo esperado en ese
estamento, pero, en mi opinión, de gran inteligencia, porque para evangelizar y
evitar la estampida de católicos, hay que lanzar mensajes más tolerantes y
constructivos que las amenazantes reprimendas anacrónicas a las que nos tenían
acostumbrados los Caminos y Roucos de turno.
Muchos creen que no durará mucho, que la curia le hará la
vida imposible o se le atragantará un café de forma accidental, pero mientras
siga en esta línea, ¡Viva el Papa!, aunque me cueste.
PD.El retablo de la foto es original de la iglesia de Santamera (Guadalajara), pero el obispado se lo llevó a Trillo, donde hay más fieles.
PD.El retablo de la foto es original de la iglesia de Santamera (Guadalajara), pero el obispado se lo llevó a Trillo, donde hay más fieles.
¿ Y como vamos a llegar a la Iglesia de Santamera, si nos han colocado a mitad de camino la Taberna de los Brother?....contra eso, no hay fe suficiente.
ResponderEliminarHola Luis,
!Qué alegría me has dado! Ha merecido la pena esperar tanto tiempo.
ResponderEliminarEste sábado cenamos en casa y os tuvimos a todos presentes en nuestras plegarias. Justo y Victoria dirigieron la oración y todos salimos bastante ... reconfortados.
Diego, adelante, que la mies es mucha.
Chema
Por cierto, !aleluya!