Mi hijo mayor que es demasiado crítico con los comentaristas deportivos la ha pagado con uno de ellos gritando "qué estupidez es eso de un mal día", mientras todos ellos achacaban a ese abstracto concepto el fracaso de la Selección de baloncesto. Es cierto, no deja de ser una frase hecha con muy poco soporte científico para explicar que hemos jugado de pena, que ha faltado tensión, que todos habíamos vendido la piel del oso sin haberlo cazado y que el entrenador ha estado un tanto ausente. Pero no seré yo quien haga crítica de un deporte del que nunca he controlado demasiado, ni como practicante ni como espectador. Simplemente me ha hecho gracia el comentario de Diego, que ha heredado la costumbre paterna de alinearse con los perdedores y como seguidor del Espanyol y el Estudiantes, sabe mucho de "malos días".
Claro, que luego he ido a reunirme con Twitter y he repasado la actualidad con esa contradictoria frescura que te ofrece la red y no he conseguido llegar a la conclusión de si realmente se trata de un mal día o todo lo contrario. Impactado por el hecho relevante informado por el Banco de Santander a la CNMV, he empezado a leer obituarios que hablaban de ese pobre hombre rico como si fuera un cruce entre Teresa de Calcuta y Leonardo Da Vinci, momento en el que he esbozado alguna sonrisa ante los desafortunados chistes gores y comentarios, algo salidos de tono y momento, que he encontrado. Que si los gusanos se reparten el botín, que si los cementerios llenos de fortunas, que si... Ni lo uno ni lo otro, quizás. Cuestión de valores. Morales o bursátiles.
Desde el punto de vista del IBEX sí puede considerarse un mal día porque casi se quedan sin tres de sus jefes en el mismo día. También lo es para Fernando Alonso, que se ha quedado sin sponsor y sin jefe de equipo a la vez, pero tengo mis dudas de si el resto de españolitos pueden marcar este 10 de septiembre en su agenda como un mal día.
Quizás sí porque Cañete ha sido nombrado Comisario, quizás no porque aspiraba a más. Quizás sí porque la Botella se nos marcha, quizás no porque igual viene Espe. Quizás...
Y mi conclusión final con mi más respetuosa frivolidad, está con Diego, ni mal día ni leches, uno más, como el anterior en el que murió un hombre aplastado por un árbol, el otro en que la palmó Peret o el de más allá cuando se lesionó Cristiano Ronaldo. Y lo digo hoy, que es 11S, ese sí que sabe lo que es un mal día.
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