lunes, 19 de enero de 2015

EL POSTUREO


A esa cierta edad en la que los grandes objetivos vitales están casi todos conseguidos y archivados, uno se permite el lujo de marcarse nueva metas un tanto más livianas o si queréis, estúpidas. Ahora, como ya os anticipé en un reciente post, estoy obsesionado con los selfies y he pensado que es fácil acabar con ellos y con toda la estupidez que les rodea.
No os estoy proponiendo que cuando veáis a un japonés armado de palo sujeta cámaras haciéndose una foto delante de Las Meninas le soltéis un bofetón y le metáis el palo por el rasca. Sería divertido, pero sugerirlo es apología de la violencia. Me basta con una fórmula mucho más efectiva: hagamos que se sientan pasados de moda, horteras y anticuados. Así son las modas y así se termina con ellas, como cuando todo el mundo empezó a usar la letra Comic Sans como original, fresca y casual y acabó siendo la firma del mal gusto en cualquier diseño gráfico. Como la pulsera magnética, la Blackberry o el vídeo de la ducha, de tanto manosearlos terminaron desgastados.
Pues eso tenemos que conseguir con los selfies, sacarlos de nuestras vidas, rechazar con cierta soberbia al que insiste con el palito, no darle al “me gusta” nunca y huir del postureo. Por cierto, otra cosa con la que debemos acabar es con la palabra postureo, porque no existe mayor postureo que utilizar la palabra postureo. Una nueva estupidez del hipsterismo ilustrado con la que hay que romper para no acabar todos tontos del pene.
Nuestra vida será mucho mejor sin cámaras atadas a palos fotografiando modernillos postureando. Vale que no es muy tolerante mi actitud, pero es que los viejos dicen lo que piensan y más después de leerme otro libro del amigo Bernhard, siempre orgulloso de ser molesto.

2 comentarios:

  1. Y después de acabar con los palitos para los selfies, ¿ acabaremos también con las camaritas gopro? ...por molestar un rato.

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  2. Pues a mí me parece que los selfies cumplen una función psicológica muy importante. Para el retratado, el selfie es la última confirmación de su propia existencia. "Salgo en la foto, luego existo". No lo descartes: salen en la foto y salen de la duda metódica, para entrar de lleno en la certeza mediática. Qué ancho me he quedado...

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