domingo, 23 de junio de 2013

AQUÍ, EN EL FUTURO

Un día intenté explicaros lo que era el Bosón de Higgs, pero me parece que no os enterásteis de nada. Era una especie de túnel hermético donde los electrones echaban carreras a gran velocidad, no sé con qué objetivo. Lo que sí entendimos todos es que se trataba de un descubrimiento muy importante para la humanidad porque todos los periódicos hablaban de ello con absoluta devoción y sorpresa.
Recientemente hemos dado otros pasos de gigante para entrar en el futuro y uno empieza a sentirse Luc Skywalker o Marty McFly viendo como cada día nos presentan un nuevo y sorprendente invento de los que ya nos predijeron las pelis de ciencia ficción. Te imaginas un mundo en el que se puede hacer fotocopias de cualquier cosa e incluso de los hombres y que incluso puedas ser transparente... Pues sí, ahora mismo ya se puede imaginar.
La impresora 3D ya está a la venta y puedes reproducir con exactitud cosas tan dispares como una pistola para que dispares o una válvula para el corazón. No sé qué prefiero. Y si lo que quieres fotocopiar es una persona, resulta que ya han encontrado los mapas perdidos del ADN y podemos llegar a hacer experimentos como el de la oveja Dolly con humanos e incluso con seres supranaturales como el mismísimo José Mari. Os imagináis un mundo repleto de Aznares... Estaríamos todos salvados y el coeficiente intelectual de la humanidad se multiplicaría geométricamente.
Pero ni el bosón, ni la impresora, ni la clonadora me hacen tanta ilusión como el invento que han hecho un papá y su hijo el otro día. Un cristal que te hace invisible, que te permite esconderte y escuchar las conversaciones sin que te oigan e incluso mirar a tu vecina en la ducha sin que ella se entere. Es obvio que el futuro ya está aquí, mucho antes de lo que esperábamos. Disfrutad de ello antes de que lleguen Montoro y Wert y lo jodan.

jueves, 20 de junio de 2013

EL MENTIROSO

Quien afirma que nunca miente, tiene la misma credibilidad que quien dice que nunca se ha tirado un pedo. Lo cierto es que quien dice que no miente es un mentiroso. Paradoja. Y conozco a varios de estos "paradojos", que afirman rotundamente que siempre dicen la verdad porque sufren una patología bastante común: se creen sus propias mentiras.
No miento, tengo conocidos, compañeros e incluso amigos, que basan muchos de sus argumentos en mentiras. En algún caso lo hacen con buena intención, con mentiras piadosas; en otros, se trata de mentirosos compulsivos que disfrutan faltando a la verdad; pero el peor y más peligroso es el mentiroso concienzudo, que defiende sus mentiras con tal fogosidad, que llega a creer que sus afirmaciones son totalmente reales y que convence a todo el mundo de ello... incluido a sí mismo. Lo más desagradable es cuando te cuentan una película que has protagonizado tú y la cambian y pretenden convencerte de que las cosas no fueron como las viste y viviste tú. Llega un momento en que te hacen dudar sobre la propiedad de tus ojos y de tus oídos.
Hace unos días recorrí setecientos kilómetros en coche para reunirme con un político y que me mintiera; me hizo ir a verle para mentirme a conciencia y sin ningún pudor. Fue en el camino de vuelta cuando urdí todo este tratado sobre el comportamiento de los humanos, sean o no políticos, ante la verdad.
Recuerdo que mi madre dejó de ver a una de sus mejores amigas porque decía que no sabía hablar sin mentir, que en cada afirmación incluía una mentira, por exageraciones, por medias verdades y por enfermedad.
Nosotros, como todos los padres de buen ver, tratamos de inculcar en los niños valores de honestidad y sinceridad, invitándoles a decir siempre la verdad, pero la picardía les puede desde muy pequeños. Ayer, sin embargo, obligué a Lucio a mentir, pero no lo conseguí. Se había quedado dormido y le llevé tarde al colegio, con la excusa de que habíamos ido a sacar su pasaporte o que habíamos ido al médico o que su padre tenía el coche roto o que su hermano estaba malo... pero el muy capullo fue desmontando cada una de las excusas, demostrándome que eran mentira y negándose a decirle una mentira a la profesora. Así que llegó y dijo "me he quedado dormido", mientras su padre se escondía tras la puerta.
Después me enteré de que está ensayando para la obra de fin de curso, en la que le ha tocado hacer de Pinocho. Ya veis, de momento he encontrado a uno que no miente, aunque pedos sí que se tira. Doy fe.

domingo, 16 de junio de 2013

LOS MALHECHORES

Desde muy pequeñito me corroe una duda existencial: nunca he llegado a saber si lo apropiado es delatar a los malhechores o si eso significa ser un chivato acusica que en el infierno te verás, comiendo patatas en un orinal. De hecho, ahora que soy un poco más mayorcito, me he sorprendido en más de una ocasión reprendiendo a mis hijos por chivarse de algo malo que hacían sus hermanos o compañeros… ¡Niño, está muy feo eso de ser chivato!
También, a lo largo de mi extensa vida, he sufrido numerosos robos y siempre he recibido el mismo consejo oficial: hay que denunciarlo porque así algún día conseguirán cogerles. Y así hice, denuncié todos y cada uno de los casos, aún bajo el riesgo de parecer chivato, y como resultado he conseguido que ninguno de los tropecientos hurtos se haya resuelto.
Lo que sí me parecía claro es que los bien nacidos debemos denunciar a los mal nacidos. Que la práctica del chivato es una acción loable, injustamente tratada a lo largo de la historia… Y no digamos de la reciente historia. Os voy a hablar de cuatro nombres que a lo mejor os suenan: Bradley Manning, Julian Assange, Hervé Falciani y Edward Snowden. No no son los últimos premios Nóbel de física, pero podrían o, mejor dicho, deberían ser idolatrados como héroes de esta sociedad, como personas comprometidas con la justicia que arriesgan su pellejo por salvaguardar las más básicas normas de los derechos de los ciudadanos.
Lo qué han hecho estos cuatro jóvenes es lo que deberíamos hacer cualquier persona de bien que ve como delante de sus narices se están cometiendo tropelías, delitos e injusticias…DENUNCIARLO. Desde dentro o desde fuera, Manning y Assange desnudaron la hermética seguridad informática americana y dieron a conocer al mundo muchos de los atropellos al derecho internacional cometidos por el gobierno de Washington. Falciani ha sido también valiente porque ha desafiado a las grandes fortunas del mundo, a los muchimillonarios que controlan nuestro mundo y nos imponen rectas actitudes mientras esconden sus dineros en Suiza para no pagar impuestos. Y Snowden ha desvelado un secreto a voces; ya sabíamos todos que cuando ponemos “Me Gusta” en la página de David Bisbal, inmediatamente se enciende una lucecita en el cuartel general de la CIA, pero este romántico chiflado ha pensado que eso no está bien y lo ha denunciado.Todos ellos han sido chivatos y han sido duramente castigados por sus profes
Ahora los cuatro están declarados personas nos gratas están perseguidos por la justicia, algunos pueden ser condenados a cadena perpetua, sólo por haber denunciado las ilegalidades que pasaban ante sus ojos. Moraleja: si algún día veis un crimen, guardad silencio o seréis asesinos…

jueves, 13 de junio de 2013

EL MAGISTRADO

Que los ciudadanos españoles somos imbéciles es una afirmación demasiado obvia. Sin embargo, me parece excesivo que nuestros dueños se encarguen de recordárnoslo cada día.
Que la justicia no es un órgano independiente es algo conocido por todos y reconocido por los mismos que se encargan de manipularla. Muchos son los ejemplos recientes de manipulaciones y de movimientos hacia un lado o hacia el otro para tratar de llevar una causa hacia un tribunal o hacia otro, con el convencimiento manifiesto de que si lo juzga Menganito, el veredicto será el opuesto al de Fulanito. Y todos lo tenemos ya aceptado como si fuera normal. Ahora, los medios hablan con total naturalidad del giro hacia la derecha que ha tomado el Tribunal Constitucional tras la incorporación de los cuatro nuevos magistrados y de qué forma ese movimiento blinda la política del PP, sin ningún riesgo de que los recursos ante el TC puedan prosperar. Y todos nos lo tragamos, como si fuera lo normal, y si dices algo, siempre te contestan con el "y tú más" porque los otros también lo hacían, o te recuerdan que Garzón se presentó a unas elecciones con el PSOE. Pues mal hecho por todos, por aquellos entonces y por estos ahora, aunque sinceramente creo que a estos se les ve un poco más el plumero, vamos que no se cortan, que hasta presumen de ello. De hecho, Garzón está donde está porque enseñó demasiado el color de sus ideas y tuvo el atrevimiento suicida de juzgar los crímenes del franquismo y, en paralelo, indagar los papeles oscuros del PP.
Al ver esta noticia del Tribunal Constitucional empecé a leer el perfil de uno de los magistrados, al que denominan "el juez del PP", y tuve que salir corriendo al cajón de las medicinas para chutarme una sobredosis de Almax. Es como si me dicen que los partidos del Barça y el Madrid, los va a arbitrar Shakira. El caso es que acabé, una vez más, tatareando uno de los más populares cánticos del 15-M: " Le dicen democracia y no lo es..."
Mire oiga, ya sabe usted que tiene mayoría absoluta, que puede hacer lo que le venga en gana y que lo va a hacer, como ha ocurrido hasta ahora. Sólo le pedimos por favor que no nos insulte a diario; ya sabemos que somos tontos, pero no nos lo repita tan a menudo, que se nos están empezando a inflar las pelotas.

martes, 11 de junio de 2013

EL GRIFO DEL FROB

Que los ciudadanos españoles somos imbéciles es una afirmación demasiado obvia. Sin embargo, me parece excesivo que nuestros dueños se encarguen de recordárnoslo cada día. No contentos con la milonga del comité de expertos y las mil y una corruptelas que se destapan cada día, ahora nos lo vuelven a recordar con toda una campaña de publicidad de "ocurrente" creatividad y cuantiosa inversión en los principales medios: El grifo del FROB.
El anuncio, tanto en su versión escrita para periódicos, como en cuña hablada para radios, es un auténtico insulto a la inteligencia. El FROB, que no tiene nada que ver con el de los pescados, es el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, un organismo creado por el Estado para regular y controlar los movimientos de los bancos y cajas.
Ya sabemos los españolitos que uno de los grandes problemas de la economía es la falta de crédito, el escaqueo que los bancos están teniendo para prestar dinero, a pesar de haber recibido las millonarias ayudas del rescate bancario. A diario agonizan centenares de empresas e iniciativas privadas porque los bancos no sueltan un euro. Y allí aparece el organismo creado por el Gobierno para controlar a los bancos y como gran medida para promover el crédito lanza una simpática campaña de publicidad que incita a los bancos a abrir el grifo para que fluya el crédito.
Somos idiotas, pero no tanto ¡hombre!. El FROB tiene contacto directo con la cúpula de todos los bancos; yo diría que hasta tienen el número del móvil de Botín, González o Goirigolzarri (me encanta este nombre), se ven de vez en cuando con ellos y hasta puede que jueguen al mus... Así que no es necesario hacer este alarde y comunicarse con ellos a través de un anuncio en la prensa.
¿De verdad pensáis que ahí fuera hay algún imbécil que se piense que los bancos van a empezar a dar créditos porque han leído o escuchado el anuncio?... No, hombre, no, la campaña tiene otros objetivos más claros, por un lado justificar ante la sociedad que ese organismo está haciendo todo lo posible por mover la economía, haciendo creer al ciudadano de a pie que ya estamos saliendo de esta, y por otro, repartir unos eurillos entre los principales medios informativos, que las están pasando canutas, para que sean un poco más benévolos con los que rigen nuestro destino.
Mire oiga, ya sabe usted que tiene mayoría absoluta, que puede hacer lo que le venga en gana y que lo va a hacer, como ha ocurrido hasta ahora. Sólo le pedimos por favor que no nos insulte a diario; ya sabemos que somos tontos, pero no nos lo repita tan a menudo, que nos vamos cansando. Cierre el grifo de la estupidez, no sea que se colme el vaso.

domingo, 9 de junio de 2013

LOS EXPERTOS

Que los ciudadanos españoles somos imbéciles es una afirmación demasiado obvia. Sin embargo, me parece excesivo que nuestros dueños se encarguen de recordárnoslo cada día. Disfrutan con su crueldad y se ríen de nuestra infinita paciencia, por no decir de nuestro masoquismo político.
La última me ha dejado boquiabierto, al comprobar que el nivel de estupidez hispánica es superior a lo que esperaba y que incluso los periodistas desempeñan este papel a la perfección. El nuevo invento de los políticos se llama "comité de expertos o sabios" y es una ocurrente triquiñuela para enmascarar decisiones políticas poco populares, justificadas por el informe tecnócrata de un supuesto comité de personalidades, nombrado por sufragio digital. Sí, todo un órgano democrático elegido a dedo por el gobierno de turno y predispuesto a demostrar, incluso con fórmulas matemáticas, que lo que hacen o van a hacer los gobernantes es lo apropiado.
Daros por jodidos que van a volver a cambiar las reglas del juego y la pensión, para la que llevas tanto tiempo cotizando, se va a reducir por decreto. Todo se basa en un análisis estadístico sobre la esperanza de vida de los españoles, según el cual en un futuro no muy lejano seremos prácticamente inmortales. Pero no pasa nada, hombre, si lo ha recomendado un grupo de expertos habrá que hacer caso; al fin y al cabo, todos nos lavamos los dientes porque lo recomiendan ocho de cada diez dentistas ¿no?
Si lo dice Montoro, hay bronca; si lo dice Guindos, hay gritos; si lo dice Rajoy, hay trifulca... Pero si lo dicen los expertos, habrá que respetarlo... Aunque sean ellos mismos los que han nombrado a esas personas, les hayan bautizado con el vanidoso título de "expertos" y les hayan soplado en el oído el objetivo del estudio.
Tras la buena acogida que ha tenido la idea en los medios y en la sociedad, han patentado el sistema y ya ha informado Montoro que está preparando un nuevo comité se expertos para la reforma fiscal. Y a partir de ahí, lo que tenga que venir vendrá, que con un buen experto, todo entra mucho mejor.
Eso sí, que nadie piense que la titulación de experto o sabio se consigue en cualquier parte. De nada sirven todas esas eminentes firmas que se quejan de la privatización de la sanidad; tampoco son expertos todos esos profesores y profesionales que se rebelan contra los desmanes Wert; ni son sabios los economistas que auguran malos tiempos con tanta inyección de austeridad. Experto sólo lo eres si te lo dice el gobierno...
Mire oiga, ya sabe usted que tiene mayoría absoluta, que puede hacer lo que le venga en gana y que lo va a hacer, como ha ocurrido hasta ahora. Sólo le pedimos por favor que no nos insulte a diario; ya sabemos que somos tontos, pero no nos lo repita tan a menudo.Aunque se lo diga un experto.

miércoles, 5 de junio de 2013

EL COMISARIO

Tengo algún amigo que es comisario, pero no me pidáis favores, que no os van a sacar de ningún lío. Os hablo de otro tipo de comisario, que está mucho más de moda, el comisariado artístico o cultural. Una bonita profesión que había pasado injustamente desapercibida y que ahora parece estar tomando, también injustamente, excesivo protagonismo.
Recibo una invitación de La Casa Encendida, una exposición de pintura de esas con título rimbombante y con el nombre del comisario que ha realizado la selección. Ni una sola palabra del o los artistas, ni de su estilo, ni su procedencia... Es lo que se lleva ahora, la trampa en la que han caído la gran mayoría de los museos y centros culturales relevantes. Antes el comisario se documentaba, seleccionaba lo mejor, opinaba sobre la distribución de las obras y salía su nombre en pequeño en la penúltima página del catálogo. Eso, cuando no era el propio artista el que hacía "comisariado self service". Ahora el comisario, protegido por tan poderoso nombre, adquiere un protagonismo a veces desmesurado, reinterpretando la obra de los artistas, argumentando lecturas cogidas con pinzas, retando incluso a la historia, intentando destruir unos mitos para construir otros, y poniendo su nombre en la portada del catálogo y en la entrevista de la tele.
Insisto que respeto el trabajo y lo considero necesario, pero como en el caso del crítico, del director del museo o de la taquillera, cada uno tiene que aceptar su rol y no querer suplantar al verdadero protagonista.
Voy al Reina Sofía y cada exposición tiene un nombre complejo y una historia que contar, mucho más allá de lo que realmente cuenta el artista, en una atrevida y pretenciosa reinterpretación del arte. Voy a la ópera y el director de escenografía le roba protagonismo y le cambia el argumento al mismísimo Mozart, en un descarado ejercicio de provocación. Leo algún libro en el que el prólogo es bastante más brillante que el resto del libro. Voy al fútbol y el árbitro se convierte en la estrella invitada del partido.  Escucho a Djs que manosean y ensucian grandes temas de bandas excepcionales. Hasta en el cine pasará que te pondrán subtítulos con la opinión de los críticos; bueno realmente ya hay quien lo hace a través de Twitter. Ya sólo falta que leas un blog y los comentarios de los lectores sean mejores que el propio blog... No es este el caso, je, je.
De mis palabras y mi tono iracundo, habréis entendido que estoy rodeado de artistas por los cuatro costados. Si hubiese caído en una familia de comisarios, seguro que tenía una opinión bien distinta y mejor documentada. Qué se le va a hacer...

lunes, 3 de junio de 2013

EL SÉQUITO

Voy a hacer una sugerencia al político. Da igual quién sea usted, de qué partido sea, cuántos votos tenga, en qué corporación esté, si es ministro o consejero o concejal... Sólo le pido una cosa: cuando vaya usted hacia un acto cualquiera de esos que embadurnan su agenda y de los que tan orgulloso está, párese un segundo y mire hacia atrás, observe lo que lleva tras de sí y después piense. No hace falta que reflexione en ese mismo momento, casi mejor le sugiero que se guarde la imagen en la retina y vuelva sobre ella por la noche, junto a su almohada, el único ser con el que usted se topa a lo largo de la jornada que no le hace la pelota.
¿Está usted ya tumbado?... Muy bien, refresquemos la imagen en la memoria. Junto a usted iba su jefe de gabinete, la jefa de protocolo y el jefe de prensa; ellos le recordaban lo que tenía usted que decir y le informaban sobre el desarrollo del acto. Justo detrás suyo iban dos subsecretarios y un director general, en concreto los encargados de la materia del acto; pegados a ellos, tres guarda espaldas, cuadrados de espaldas, pero redondos de cabeza, ya sabe usted que entre los seguratas se lleva mucho lo del pelo rapado, debe ser para que se vea bien el cable en espiral del pinganillo. En la siguiente fila le ha parecido ver a dos compañeros de partido, que están en la misma corporación y se han sumado al acto; uno de ellos va también acompañado por su jefe de gabinete y su responsable de prensa. Tras ellos se encuentra el jefe de la oposición en su corporación, que aunque sea un rival, se ha sumado al acto por cortesía e interés político; le acompañan su secretaria y su guarda espaldas.
No se me quede usted dormido, que aún no hemos terminado de contar ovejitas... Vamos ya por la quinta o sexta fila, donde puede adivinar a varios de los presidentes de Federaciones o Asociaciones relacionadas con el acto que usted va a presidir, así como al jefe de prensa del partido y tres asesores nombrados digitalmente. Ya al final se ve a algún empresario que buscará el momento para cruzarse con usted y sugerirle un buen negocio y algunas personas que no conoce pero supone simpatizantes del partido o simplemente canaperos.
Sí señor, hemos conseguido repasar la composición de esa larga estela que le sigue a todas partes como la cola de cualquier vestido de novia que se precie. Hasta ahora es posible que no se haya percatado usted de lo dañina que es esa imagen del séquito sumiso que le persigue; es más, estará usted muy orgulloso de tener un equipo tan fiel, que le ríe las gracias y que nunca le lleva la contraria, pero ahora que está a solas con su almohada, recapacite y deje mañana a toda esa panda de palmeros en su despacho, trabajando duro y resolviendo problemas. Habrá conseguido mejorar algunas cosas de este maltrecho país y habrá dado un giro de 180 grados en la imagen que todos tenemos de usted. Imagine la noticia: "El político que se quitó el séquito". ¡Vaya chiste!, se me ha quedado el cerebro sequito...
Pie de foto: No estaba pensando precisamente en este político, pero me ha hecho gracia la foto y supongo que alguno más se reirá...

domingo, 2 de junio de 2013

SALVADOR VICTORIA, ES UN PINTOR

Hay muchos políticos que me producen ardor de estómago. Alguno consigue incluso que la bilis suba hasta la garganta y las piernas empiecen a correr hacia el retrete. La mayoría simplemente me provocan risa, una risa nerviosa de escepticismo, incredulidad y desprecio, pero risa. Sin embargo, hay uno, por encima de todos que, como dicen mis hijos, me da todo el repudio.
No puedo con él porque es oportunista,  metepatas,  sectario y demasiado conservador (iba a decir facha redomao, pero no quiero ofender). El hombre no pierde oportunidad de salir en los papeles, sabe colocarse muy bien en todas las fotos y usa excepcionalmente el Twitter para descalificar y provocar.
Muchos de sus tuits han conseguido encender a la red y convertirle en controvertido personaje, en un claro ejemplo de búsqueda de protagonismo: "Que hablen de mí aunque sea mal".
Sin embargo, lo que más me molesta del politicucho en cuestión no son sus actos, ni sus comentarios, porque sinceramente no los sigo, lo que realmente no soporto es su nombre. Su apellido es poco usual, Victoria, y su nombre también, poco común, Salvador. La mezcla no puede ser más genuina y original: Salvador Victoria. Suena bien.
Sí, sonaba bien ya en los sesenta, cuando Salvador Victoria empezaba a ser un artista reconocido en su época parisina y siguió sonando bien cuando se convirtió en todo un referente del informalismo geométrico, con esa sutil pintura a base de círculos, óvalos o redondeles. No soy yo crítico artístico para describir o elogiar su obra, pero si tenéis interés, os recomiendo la glosa que escribió mi padre o el emocionante texto de mi hermano Rodrigo. No hace falta decir que Salvador era un gran amigo de la familia y que nosotros crecimos con su permanente sonrisa y cariño. Él se marchó muy pronto, en el 94, pero Mari Claire sigue siendo la gran embajadora que, a sus ochenta años muy bien llevados, sigue empujando ese nombre por el mundo y haciendo que suene tan bien eso de: Salvador Victoria.
Cada uno tiene derecho a llamarse como sus padres quieran, incluso a cambiarse el nombre o su orden, y por eso hay muchos nombres repetidos, muchísimas identidades duplicadas... Busco mi nombre en Google y salen cientos antes que yo, qué más da. Pero tenéis que entender que se me revuelvan las tripas cuando al buscar a un personaje tan emblemático como Salvador Victoria, me encuentre por todas partes a semejante mequetrefe con sus "encomiables" citas. No es justo.