miércoles, 5 de junio de 2013

EL COMISARIO

Tengo algún amigo que es comisario, pero no me pidáis favores, que no os van a sacar de ningún lío. Os hablo de otro tipo de comisario, que está mucho más de moda, el comisariado artístico o cultural. Una bonita profesión que había pasado injustamente desapercibida y que ahora parece estar tomando, también injustamente, excesivo protagonismo.
Recibo una invitación de La Casa Encendida, una exposición de pintura de esas con título rimbombante y con el nombre del comisario que ha realizado la selección. Ni una sola palabra del o los artistas, ni de su estilo, ni su procedencia... Es lo que se lleva ahora, la trampa en la que han caído la gran mayoría de los museos y centros culturales relevantes. Antes el comisario se documentaba, seleccionaba lo mejor, opinaba sobre la distribución de las obras y salía su nombre en pequeño en la penúltima página del catálogo. Eso, cuando no era el propio artista el que hacía "comisariado self service". Ahora el comisario, protegido por tan poderoso nombre, adquiere un protagonismo a veces desmesurado, reinterpretando la obra de los artistas, argumentando lecturas cogidas con pinzas, retando incluso a la historia, intentando destruir unos mitos para construir otros, y poniendo su nombre en la portada del catálogo y en la entrevista de la tele.
Insisto que respeto el trabajo y lo considero necesario, pero como en el caso del crítico, del director del museo o de la taquillera, cada uno tiene que aceptar su rol y no querer suplantar al verdadero protagonista.
Voy al Reina Sofía y cada exposición tiene un nombre complejo y una historia que contar, mucho más allá de lo que realmente cuenta el artista, en una atrevida y pretenciosa reinterpretación del arte. Voy a la ópera y el director de escenografía le roba protagonismo y le cambia el argumento al mismísimo Mozart, en un descarado ejercicio de provocación. Leo algún libro en el que el prólogo es bastante más brillante que el resto del libro. Voy al fútbol y el árbitro se convierte en la estrella invitada del partido.  Escucho a Djs que manosean y ensucian grandes temas de bandas excepcionales. Hasta en el cine pasará que te pondrán subtítulos con la opinión de los críticos; bueno realmente ya hay quien lo hace a través de Twitter. Ya sólo falta que leas un blog y los comentarios de los lectores sean mejores que el propio blog... No es este el caso, je, je.
De mis palabras y mi tono iracundo, habréis entendido que estoy rodeado de artistas por los cuatro costados. Si hubiese caído en una familia de comisarios, seguro que tenía una opinión bien distinta y mejor documentada. Qué se le va a hacer...

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