jueves, 3 de julio de 2014

GOLPPE DE ESTADO

Voy a atacar al gobierno, para que no se diga. Por mucho que me empeñe, no es fácil estar más de treinta y siete minutos sin que te llegue a los oídos alguna de esas simpáticas ocurrencias de esta colección de humoristas fracasados. Raro es el día en que le dejan el protagonismo a otro y parecen empeñados en hacerse con todos los titulares y despertar a la gente de ese aletargamiento colectivo en el que estamos sumidos ante tanta gilipollez.
Una vez retirados los focos de los nuevos Reyes, rápidamente han vuelto Cristóbal, Alberto y Mariano a atraer la atención con sus despropósitos e insultos a la inteligencia. Primero con el chapucero aforamiento de Juancar deprisa y corriendo, no sea que aparezca algún juez díscolo y nos la líe. Después con la progresista reforma fiscal de Robin Hood Montoro y su cruel y sádica propuesta de quedarse con buena parte de la indemnización por despido; cambiamos la ley para abaratar el despido, se te queda en sólo 20 días por año y además de eso Hacienda se va a quedar un buen pico. Y tú, bastante tienes con seguir vivo y con el chollo de estar en el paro, que no tienes que madrugar...
Y si no había bastante tomadura de pelo, ahora Mariano propone una curiosa "regeneración democrática". Miedo me da cuando estos se erigen en defensores máximos de la libertad y la democracia. En efecto, me lo temía, se trata de otra de sus trampas disfrazada de finiquito en diferido. Bajo ese sugerente nombre de "regeneración democrática" se esconde una maléfica propuesta más digna de algún caudillo dictador de otro tiempo que de un demócrata de verdad. El nombre de la propuesta debería ser "democracia a la carta" porque lo que pretende Mariano es reinterpretar la ley electoral para seguir ganando las elecciones aunque no las gane. Con dos testículos propone que a partir de las próximas elecciones municipales (que no le pintan demasiado bien) gobierne en los ayuntamientos y comunidades la lista más votada. Qué listo, qué ventajista, qué tramposo, como sabe que ahora la izquierda es mayoritaria pero está fraccionada en distintos partidos, evita perder la gran mayoría de instituciones para dárselas a coaliciones progresistas.
Si algo así prosperase sería un golpe de estado contra la democracia, contra el Sufragio Universal (un ciudadano, un voto), similar a los que dan los tiranos o los radicales que suben al poder con unas elecciones y una vez arriba cambian la ley para perpetuarse. No les dejemos. Eso sí, para los medios conservadores de nuestro país (es decir, todos) el único peligro es el antisistema, proetarra, antidemocrático, chavista, malo, malísimo llamado Pablo Iglesias. Si es que con ese nombre...

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