jueves, 22 de mayo de 2014

REFLEXIONANDO

En este país que ni siente ni padece, el domingo hay elecciones. Son unas votaciones para elegir a los diputados españoles en el Parlamento Europeo, algo que según dicen todos los políticos es importantísimo, mucho más que las propias elecciones españolas; por eso todos los partidos han puesto a sus primeros espadas encabezando las listas: Cañete, Valenciano, Meyer, Wagner, Iglesias, Vidal, Nart, Silva... Podría ser la alineación del Recreativo de Huelva, pero son los líderes de los principales partidos en estas votaciones, ¡send eggs!
Yo voy a votar, claro que sí, es mi obligación, para después poder quejarme. Pero por primera vez no sé a quién votar, en serio, no lo tengo claro, reflexionaré. Todos los partidos me han mandado a casa una cartita con sus papeletas; de entrada me sorprende la nula capacidad de todos ellos para innovar: una carta infumable, firmada por el líder, un mini resumen de sus intenciones y un sobre con la papeleta. Publicidad decimonónica y caciquil, enviando la papeleta por si hay algún analfabeto o abuelito en casa que se lía y se cree que es eso lo que tiene que hacer. Ningún guiño al siglo XXI, a la tecnología, a las redes sociales...Pura caspa.
El caso es que ninguno de los que me han mandado cartita me convence con ningún argumento o impacto publicitario contundente, así que lo siguiente que hago es analizar las listas para ver quiénes son los que supuestamente aspiran a representarnos. Lo primero que me sorprende es que todas las papeletas tengan que llevar cincuenta y tantos candidatos, cuando la mayoría sólo pueden aspirar a conseguir uno o dos; con todo mi respeto, el señor Luis Miguel Salvador García, situado en el puesto 54 de Ciudadanos, está ahí únicamente para poder presumir dentro de unos años ante sus nietos. Sigo buscando y, cosa curiosa, encuentro a Ortega Lara escondido en el último puesto de la lista de Vox; con todo mi respeto, también, hacia una persona que sufrió lo que sufrió, me parece un monumental engaño que le utilicen como imagen de la formación en todas las fotos, pero luego le pongan el último para asegurarse de que no sale (creo que tampoco hubiera salido de primero). Paso a los mayoritarios y me vuelvo a indignar al ver por en medio de la lista pero en puestos de escaño asegurado a políticos de gran futuro como Carlos Iturgaiz o José Blanco, a quienes se envía a ese cómodo y bien remunerado retiro europeo.
Olvido las formas y pienso en el fondo. Todos los días oigo los argumentos de cada uno. El PP, que la culpa de todo es de ZP; el PSOE que Cañete es Machista como base de la campaña; VOX da miedo; UPD, mucha pereza; Ciudadanos no me fío. Willy Meyer me cae bien y es coherente, pero IU también está un poco pasada... Mmmmm, sólo me queda el misterioso Partido X que no termina de convencerme, el juez de Blesa que parece majo pero un poco soplado y Podemos, el partido de Pablo Iglesias, que además cuenta con serias posibilidades de salir. Me gusta su nombre y me mola que vaya alguien un tanto irreverente y sin pelos en la lengua a decirles unas cuantas verdades a los jerifantes de Europa. De momento empiezo a tenerlo más claro, pero aún así, reflexionaré el sábado y votaré el domingo.

PD. Que nadie resuma esta crítica en el típico "son todos iguales", porque no son todos iguales, ni mucho menos... Y por eso hay que votar.

1 comentario:

  1. Tan solo dos aclaraciones, a riesgo de resultar algo pedante. La ley, que aunque no nos guste hay que respetarla y cumplirla, obliga a los partidos a poner una lista con todos los Eurodiputados que pudieran salir, en un hipotético caso milagroso, de obtener todos los votos una sola formación política.
    Y la otra aclaración es la posición de Ortega Lara. Este hombre se ofreció para hacer campaña, aparecer en mítines y carteles como cebo o banderín de enganche, pero desde el principio pidió ir en el último puesto para garantizarse el no salir elegido.
    Dicho esto lo tengo peor que tú, no me convence ninguno, nadie, por esas razones y otras más que no expones, no se a quien votaré, pero como tú votaré seguro.

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