lunes, 2 de junio de 2014

ABDICA I DE ESPAÑA

He leído tantas veces lo de "EL REY ABDICA" que he empezado a pensar que era el nombre de algún sultán o monarca de Jordania o de cualquier paisastro de esos de la Península Arábiga, como la goma. Después me he conectado a Twitter y he asistido a ese divertido pero cansino ejercicio de creatividad humorística española. Luego he llegado a casa y le he preguntado a mi hijo pequeño si sabía lo que había pasado y entonces he salido de dudas: "Papá, el Rey Juan Carlos es el que más manda, el que dice lo que hay que hacer y manda a la gente para que le traigan cosas, un vaso de agua o lo que sea. Ahora como está viejito, van a poner de Rey a Felipe y será él quien pida que le traigan cosas o vasos de agua".
De esta forma ya tenía todos los datos para formarme una opinión sobre este acontecimiento estelar de la humanidad. Acto seguido, tomando una cerveza con Montse hemos dudado si ir o no ir a la Puerta del Sol y hemos entrado en una interesante discusión de objetividad contra subjetividad. Me explico: la parte objetiva es clara, en el siglo XXI no tiene ningún sentido un sistema de jefatura de estado de carácter hereditario y con todos los casposos condimentos que una monarquía conlleva, así que ¡Viva la República!
Acto seguido ha llegado el lado subjetivo y ha empezado a hacer elucubraciones sobre lo que pasaría en este momento si en este, nuestro querido país, se abriese ese melón. Lo que ahorramos en Casa Real nos lo gastaríamos en Presidencia de la República, la cual pasaría a ser un nuevo y preciado objeto de deseo a ser conquistado por la insaciable plaga de corruptos. Empiezo a pensar en posibles candidatos democráticos y todos los que tendrían posibilidades de serlo tienen un perfil infinitamente más bajo que el del Principe Felipe. No soy monárquico sino lo contrario, pero me han venido a la memoria los cuatro discursos que escuché en la defensa de la candidatura de Madrid 2020 y el único que no invitaba al sonrojo común era el del único que no era político.
Imagino una mayoría absolutista como la de ahora y sumo al Gobierno, un presi de república y empiezo a temblar pensando en posibles nombres... González Pons o Floriano o Aguirre o La Cospe... Del otro lado ni me lo planteo, están reunidos. Y haciendo la quiniela los dos hemos llegado a una terrorífica amenaza, los primeros candidatos de los dos grandes partidos para el puesto de Presidente de la República podrían ser nada más y nada menos que Felipe González y José María Aznar.
Asustados ante el retorno de los molestos jarrones chinos hemos caído en la ingenuidad de buscar a alguien sin filiación, alguien que no cree discordia ni más mal rollo; Montse ha propuesto a Paz la de Pasapalabra y yo, con eso de que llega el Mundial, he pensado en Iniesta. Y con toda la tontería y analizando que quizás no estamos todavía preparados para esto, he pensado que Felipe VI no es la peor opción. Y total, para que le lleven vasos de agua a todas horas, que más da.

1 comentario:

  1. Yo a Arguiñano le veo de Presidente, es más creo que sería un tío sensato y cojonudo. Pero con esas gafas grandes que se pone a veces no podría salir en las monedas. Descartado.

    Chema

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