
Sin embargo, desde que lo vi la primera vez, llevo dándole vueltas a la situación hasta tal punto que apenas puedo dormir. Hay una variable que me inquieta y oprime el alma. Alguien se ha parado a pensar en la situación tan tensa que se hubiera creado en el bar si no hubiese tocado el gordo, cuando el pobrecillo menda, tan desarrapado y tan guapetón hubiese llegado al bar a tomarse su cafecito:
-Manolo, dime que te debo.
-Veintiún euros.
-¿Veintiun euros por un café?
-No hombre, un euro del café y 20 de esto.
-Manolo... Te dije que este año no quería lotería.
-Ya, pero yo por si las moscas te la cogí.
-Pues no pienso pagártela.
-Qué listo, porque no ha tocado ¿verdad? y si hubiese tocado, ¿a que sí lo pagarías?
-Ni de coña. Manolo, coge el billete y métetelo por donde te quepa, que yo no lo pago.
-Una picha, o me pagas ahora mismo o no vuelves a entrar a mi bar.
-Ni ganas que tengo de volver a que me times en esta mierda de bar. Toma tu euro, tu billete y tu café repugnante lleno de posos.
-Y tú ve saliendo por la puerta antes de que te parta los morros, mamaracho.
-Eso lo serás tú y tu puta madre.
-Con mi puta madre y la tuya te vas a ir ahora mismo de la hostia que te voy a meter, cabronazo ¡Fuera!
Evidentemente esta situación es ficticia, pero la primera también lo era y tirando de eso que se llama sentido común y que está sabiamente respaldado por la estadística, he llegado a la inteligente conclusión de que esta escena es mucho más posible que la primera, con lo cual no pienso comprar ni un puñetero décimo. Me conformaré con la salud y con no encender la tele ese día. Eso sí, el anuncio mola.
Ya se te han adelantado. Hay un anuncio marcha atrás con una conversacion muy parecida.
ResponderEliminarQue estamos en horario infantil......¡¡¡¡
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