Cuando la policía detecta que hay uno o
varios asesinos en un estadio repleto hasta la bandera, lo último que se le
ocurre hacer es anunciarlo en megafonía, porque con eso provocaría una estampida
con las consiguientes avalanchas y amontonamientos: una tragedia. El sentido
común es el que debe regir en cualquier situación de crisis, donde todo buen
profesional sabe que lo primero que hay que evitar es que el remedio sea peor
que la enfermedad.
Estoy hablando de eventos y de deportes,
donde tengo cierta experiencia, pero creo que esto es aplicable a otros ámbitos,
como la economía, de los que admito que no tengo ni repajotera idea.
Y desde ese desconocimiento, me atrevo a
juzgar lo ocurrido en los últimos días con el Banco de Madrid como una soberana
chapuza nacional digna de Pepe Gotera y Otilio. Las autoridades detectan
irregularidades en un banco, tienen constancia de que la entidad está ayudando
a ciertos clientes a blanquear dinero procedente de asuntos turbios. Lo lógico
me hubiera parecido actuar sigilosamente, investigar policialmente, detectar a
los delincuentes y a sus cómplices y detenerlos, evitando así males mayores. Sin
embargo lo que se ha hecho ha sido todo lo contrario, encender los focos, poner
la megafonía a tope, llamar a la prensa y montar el show sin predecir las
consecuencias. Y el resultado es que sin remediar nada, porque no consta que se
haya detenido a ningún responsable ni a ninguno de los narcos o delincuentes,
lo que sí se ha conseguido es agravar hasta la muerte la enfermedad del banco y
que paguen justos por pecadores.
Sí, porque no sabemos si terminarán enchironando
a peligrosos mafiosos y haciendo pagar a los usureros directivos del banco,
pero lo que sí es ya un hecho es que los muchísimos ciudadanos de a pie, más o
menos ricos, igual da, sin tener nada que ver, van a perder buena parte de su
dinero y que los empleados se van a ir a la calle.
No había que ser muy avispado para saber
que en el mismísimo momento en que anunciaban la intervención, centenares de
titulares iban a vaciar sus cuentas por precaución y que eso iba a llevar al
banco a la suspensión de pagos y a la absoluta pérdida de credibilidad y de
futuro. Pero debe ser que alguno del Banco de España o del ministerio tiene
menos repajotera idea que un servidor.
Y lo que me sorprende del tema es que
nadie diga nada, que los ministros responsables estén escondidos, que nadie
sepa quién es el culpable de este desaguisado, que los periodistas no hinquen
el diente y que la gente no salga a la calle a pedir cuentas. A Bankia hubo que
salvarlo con veintitantos mil millones públicos porque no se podían poner en juego
los ahorros de los ciudadanos (eso decían), pero en este caso, como es un banco
más pequeño… que les den a los ciudadanos y a los empleados, difundimos la
imagen de que todo está podrido y nadie dirá nada.
No tengo ni tenía dinero en el Banco de
Madrid, pero por desgracia sí tengo algún familiar duramente perjudicado y me
parece que volvemos a estar ante una de esas situaciones en las que no todos
somos iguales ante la ley y donde los que pagan el pato siempre siguen siendo
los mismos. Y mi pregunta incómoda, ¿qué pasaría si se detectase alguna
situación irregular como estas en el Santander o el BBVA?
Gracias
ResponderEliminarBanco Madrid tiene varios miles de clientes, no pueden pagar justos por pecadores, ni entre los clientes ni entre los empleados. Me consta que hay excelentes profesionales en Banco Madrid.
ResponderEliminarSi se metieran con Botín... sacaría la libreta B y estaban todos apañados. O es que alguien se cree que el resto de bancos no tiene ovejas negras que blanquean dinero de amiguetes??? Además de que entonces si rescatarían al banco, como ese no es un banco de ricos....
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