La crisis llega a todas partes y por eso todas las empresas, sean de lo que sean, bombardean a posibles clientes con todo tipo de propuestas y promociones. Ya os he hablado en otras ocasiones de esos buzones repletos de publicidad-basura que se va directamente al contenedor del papel, o de las malditas llamadas de teleoperador a horas intempestivas. Pero en esta ocasión se trata de una oferta comercial que no puedo ni pienso aceptar: me acaba de llegar una carta en la que me envían una tarjeta de fidelización y me hacen cliente preferente del Tanatorio de Madrid. Eso implica que tengo un 5% de descuento en la compra de luces, esquelas y flores, en caso de que la palméis cualquiera de vosotros. También tengo prioridad en la elección de unidad de enterramiento, que supongo que es la tumba. Pero no queda ahí el tema, mi tarjeta dorada también me da derecho a recibir en mi correo electrónico toda la información y noticias relacionadas con el sector funerario y además lleva impreso el número de teléfono de atención al difunto por si en cualquier momento tengo una urgencia o apretón.
Reiros, pero no me hace ninguna gracia que estos tipos se hayan tomado la libertad de poner mi nombre completo en semejante tarjeta que denominan de "atención familiar"...Pero dejen a mi familia en paz. Bórrenme de su base de datos. No soy supersticioso pero la cuestión invita a ello; si ahora les devuelvo la tarjeta y les pido que borren mis datos, igual me borran del todo del mapa, porque estos tipos sí que deben tener conexiones en el más allá. Pero quedarme con ella me da mucho más yuyu y además corro el riesgo de confundirla con la Visa y pagar alguna comilona que después me descontarán en goma espuma del féretro o algo así.
Estas son las consecuencias del marketing mal entendido. En el mundo de la publicidad son bastante habituales los cambios de profesionales de una empresa a otra y es bastante normal que el desplazado trate de aportar las técnicas aprendidas en su antigua empresa a la nueva, es la forma de dejar su sello. Lo que ocurre es que no es lo mismo vender helados que ataudes y hay ciertas materias que requieren un poco más de sensibilidad. El menda en cuestión que me manda esta carta se ha permitido incluso hacer slogans como "La familia es lo primero" o "el mejor servicio en la tierra", cuando debería decir bajo tierra ¿no?
Desde luego es preocupante esto de la crisis, la gente no se atreve ni a palmarla. Con la tarjetita y sus descuentos, ya apetece un poquito más...
PD. Quizás no debería haber puesto la foto de la tarjeta porque me la pueden falsificar y cuando llegue a la tumba igual está ocupada...
La llamada de atención al difunto serà conferencia no? Y serà el mismo prefijo si el mas allá es el cielo o el infierno????
ResponderEliminarNo te preocupes por nada, llegado el caso la tarjeta se ocupa de los aspectos técnicos y yo me ocupo del parking, que en el de la M30 se aparca fatal. (¿Tendría que llevar cazadora de Lastlap o no?
ResponderEliminarAl menda que te firma la carta devuelvele la jugada. Envíale una tarjeta de fidelización a tu empresa, explicándole las ventajas de poder organizar sus fiestas familiares como eventos de gran categoría, con un magnifico descuento de 0,5%, y con las llamadas gratis, si es desde fijo claro. Respecto a tu deceso, no te preocupes, no te vas a enterar de las putadas que te hagamos...
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