miércoles, 15 de agosto de 2012

BAJAS O SUBES

El día de la Virgen de agosto hacemos descenso, es una tradición familiar. Aunque realmente no recuerdo a ninguno de mis antepasados tirándose en bici montaña abajo. Nos debe inspirar el más reconocido y popular de los descensos, el de la propia Virgen. Así que ayer nos fuimos toda la familia a La Pinilla para intentar saciar la insaciable afición de nuestros hijos por la más peligrosa de las disciplinas ciclistas. Toda una experiencia.
Llovía. No llueve desde hace trimestres, pero ayer llovía para humedecer el acojone paterno. Medio centenar de jovencitos "descenders" preparaban sus maquinotes de cuatro mil euros la más barata y con suspensiones de dos palmos de recorrido. Impresionante despliegue técnico y de indumentarias, todos perfectamente equipados y conjuntados... hasta que llegaron los Muñoz que, con ese estilo y esa clase en el vestir que siempre les ha caracterizado, dejaron boquiabiertos a todos los "bad boys" que esperaban al remonte. Dieguillo equipado como los demás bikers, pasaba desapercibido; Martín empezaba a llamar la atención por su edad y minúscula envergadura; pero el verdadero espectáculo llego con el papá y su amigo Luis, uno con una Mongoose rígida que lloraba para evitar que la metieran por semejantes trialeras y el otro, servidor, equipado con chubasquero de Telefónica de los años noventa, pantalón de motocross con aireación en la entrepierna por la que asomaba la materia gris, zapatillas amarillas de hace veinte años con calas para pedales automáticos... Y como montura mi queridísima BH Coronas del año noventa y poco, con dos centímetros de recorrido atrás y cinco delante...
Con razón oíamos murmullos cuando subíamos al telesilla o cuando nos adelantaba algún grupo de bikers (nosotros, obviamente no adelantamos a nadie). Martín y Diego hacían como que no nos conocían, pero: "Baje yo seguro y ríase la gente". Nos hicimos media docena de bajadas por las pistas más complicadas y acabamos reventados e incluso felicitados por alguno de los pros, que cuando vieron nuestros hierros y nuestras canas dijeron "¡Vaya huevos tenéis! En ese momento fue cuando los chicos dejaron de estar avergonzados y sintieron cierto orgullo. Algún día les hablaremos a nuestros nietos de nuestros descensos, porque los hijos no nos escuchan, aunque rapidillo empiezan a ir.

5 comentarios:

  1. ¡¡¡¡JAJAJAJAJAAA¡¡¡ Pero ¿ a quien quieres engañar? se vé perfectamente que la bici esta parada y que estas posando ¡¡¡ me parto ¡¡¡

    Lo que és increible, es ver bajar a los jovenes Muñoz por las montañas. Son la leche.

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  2. ¿Y a los de las bicis buenas también les duelen hasta los cartílagos, o es por otra razón?

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  3. Qué suerte tienen vuestros chavales de tener unos padres tan "cool" ;)

    ¿Te has percatado de que eres la "antítesis" de los descenders actuales??? Manillar recto y corto, pedales automáticos, chubasquero de regalo de Movistar cuando das de alta una línea, y lo más grande ¡Los acoples (o cuernos)!!! jajajaja!!! ;) Sigues siendo tan genuino como siempre.

    Yo estoy deseando poder llevarme a mis chavales por las trialeras. El mayor de momento, ya he conseguido que se tire con la moto de "moltó" desde el tobogán, aunque los guantazos me los llevo yo (por la madre).

    Cuanto me acuerdo de las sesiones de fotos que preparabas para los carteles de los grandes premios, sobretodo me acuerdo de la que hicimos de estudio para el Larios...

    Un abrazo!

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  4. Un momento, no me cuadra, ¿donde demonios estaba la madre de las criaturas mientras? Si no recuerdo mal ella fue una afamada descender.

    Lo siento Luis, lo de los dolores me temo que es consecuencia de la pila, pero no la alcalina, si no la pila de años que calzáis encima los dos. En cualquier caso mi enhorabuena, a vuestra edad seguir tan activos es muy bueno para evitar el Parkinson.

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  5. La sufrida madre se quedò con Lucio que lloraba porque él también quería tirarse con su bici decatlòn del año de la polca y freno contra pedal, me bajé a Riaza al parque a rezar para que volvieran todos enteros y no terminar el dia de la virgen en el hospital. Reconozco que me dieron envidia y el gusanillo me picaba por dentro....ojalá no les hubiera contado nunca que yo también hacía esas locuras. Ahora cualquiera les explica lo peligroso que es....
    Luis desde luego tu eres el que mas mérito tiene. Con la que caía y el frio que hacía.....y ni siquiera eran tus hijos. Espero que el moratôn de la cadera se te quite antes de que vuelvas a Luarca y la parienta no te eche una buena bronca.

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