El domingo hice una paella, lo cual dice mucho de mi españolidad. Estaba malísima, lo cual dice mucho de mí como cocinero, no por cocinar mal, sino por reconocerlo. Ningún mal cocinero acepta nunca que le haya salido mal un plato, y menos la paella. Si está dura es porque el arroz este es poco absorvente; si está blanda es que el agua de este pueblo es distinta; si está salada es que en la pescadería me han dado los calamares muy salados; si está sosa es que "con fuego de sarmiento no me hubiera pasado esto"... Cuánto cuento hay alrededor de la paella. En cambio no lo hay con el cocido, ni con la fabada, ni con la menestra, ni con los espárragos con mayonesa, ni con los berberechos Cuca...
La mía estaba descolorida, lo cual resta puntos por cuestiones de marketing; estaba dura y blanda, según la zona; tenía pocos ingredientes o demasiado arroz, que viene a ser lo mismo... Pero cumplí con uno de los principales requisitos para triunfar: empecé a hacerla a las dos y media, con lo cual no comimos hasta las cuatro de la tarde y, en esos momentos, cuando la gente está a punto de fallecer por inanición, todos los comentarios son positivos. El otro factor a mi favor es que senté en la mesa un comensal americano, lo cual es muy agradecido, con varios "hurray", "ouauh" y otras extrañas onomatopeyas guturales.
De cualquier modo, está fue mi tercera peor paella. Sólo había hecho otras dos antes, en San Francisco, que estaban bastante más ricas, a pesar de los ingredientes del mismísimo Oregon... Bueno, os dejo con mis cuñadas para que, siguiendo su línea, me pongan a parir, que es para lo que sirve un buen "cuñao"... Que si le faltan las aceitunas, que tiene demasiadas gambas, que eso no son gambas, que son langostinos, que a la paella no se le echan "oregones"... Lo que tiene que aguantar el humilde paellador o paellero o como coujons se diga.
No se porque, pero en cuanto he visto la foto me ha venido a la mente la final de natacion sicronizada de grupo de esta tarde y que me voy a perder............todo sea por una pedazo de paella que me voy a tomar en Valencia.
ResponderEliminarEn Valencia no cuñada en Alicante, que no es igual la paella valenciana que el arroz alicantino, te explico, los primeros preparan el caldo en la propia paella,(es paella no paellera), y no sofríen el arroz. Los de por aquí preparan el caldo siempre fuera y sofríen bastante el arroz. Hay que hacer saber también al personal que no se cocina igual una de tierra, con carne o verduras, que una de mar, con animales abismales, que la mixta, que ami me parece una cerdada. Y tras esta lección magistral, solo tengo que decir a mi cuñado que cuando quiera un buen arroz se venga, que no muerdo. Por cierto a ti Marta no te toca paella este finde, tengo previsto arrosejat, si es de tu agrado vamos, para los no duchos, son unos fideos marineros de la zona de Tarragona, preparados con una picada de almendras, ajo y perejil.
ResponderEliminarPues tan mala tan mala no estaba. (Sería por el hambre pero yo tripití). Claro que el cocinero hizo paella mixta, con verduras y pescado, no sofrió el arroz y traía el caldo preparado......vamos todo eso que se insinúa un poco más arriba.....ya sólo faltan los comentarios de Jorge......otro cuñaaaaaooo
ResponderEliminarMe parece genial cuñaaa¡¡ que rico ¡¡...aunque no sé lo que es.
ResponderEliminarLuis, esa es la diferencia entre la familia y un buen amigo. El buen amigo hasta es capaz de tripitir con el claro fin de volver a ir a Santamera y la familia, que sabiendo que cocina el cuñaooooo ( magnífico entrenador de coreografias de gambas y mejillones )ni se le ocurre aparecer por allí.
Bueno, a no ser que te invite a una copita de vino re-embotellado, que entonces a la segunda copita, te da igual toooooooooooo y te tragas la coreografia de gambas y hasta un partido del Espanyol.