Tengo la destructiva manía de escuchar los anuncios de radio y desmenuzarlos con crueldad. En más de una ocasión he citado algún ejemplo. El otro día me topé en las ondas con uno que no tenía desperdicio: invitaban a acudir a un glamuroso evento denominado, tal como lo dijo el locutor, "Jors reisin expiriens plei tur"... Y se quedó tan ancho. Y yo empecé a desmenuzar con mi primera pregunta existencial: "¿Nos hemos vuelto idiotas?". Primero pensé que se trataba de una artimaña para que sólo acudan al hipódromo los angloparlantes, pero cuando seguí escuchando y vi que daban todos los detalles de las carreras y del contenido del evento, cai en la cuenta de que estábamos ante un nuevo caso de nuestro paletismo hispano, que nos hace ver las cosas de distinto color si están en inglés. No es lo mismo "carreras de caballos en el hipódromo" que "horse racing experience"...¡Por Dios!, en el primero huele a establo y mierda de yeguas, mientras que en el segundo se respira fashion y perfume Channel.
Los que trabajamos en este sector somos todos muy dados a la estupidez del espanglish y soy el primero en reconocer que la mayoría de nuestros proyectos están bautizados en la lengua de "Sespir", pero hay casos que rozan el ridículo, como la tarjeta de visita que me dieron el otro día, de una tal Pepa Pérez, owner de Pepa Group. Nunca he compartido la obsesión que tiene casi todo el mundo por tener título o cargo, lo más pomposo posible, en su tarjeta y, ahora también, en su perfil de redes sociales. Me parto el píloro cuando leo a profesionales autónomos que se autodenominan CEO de su empresa o gente como la tal Pepa, que presume de "owner"; quizás en inglés quede más suave, como la caca de caballo, pero ir presumiendo de dueño, jefe, propietario o puto amo, dice algo malo de tu estilo. Claro, que si le has puesto a la empresa tu propio nombre, ya queda claro cuál es tu style.
Pero qué lecciones os va a dar alguien que trabaja en Last Lap para marcas como Red Bull, Nike o PlayStation y que sufre a diario las correcciones de sus hijos a cada palabro que dice en inglés.
Menos mal que a continuación escuché otro anunció totalmente antagónico, de la refinada marca francesa de perfumes Yves Rocher, que cansada de luchar contra la garrula pronunciación del francés que hacemos en nuestro país, ha dejado de llamarlo "Iv goshé" para decir abiertamente "Ibes Rocher", tal como suena... Y claro, la colonia ya no huele igual, pasa a tener un aire a sobaco campesino del mismo Socuellamos. Lo dejo, me voy con Yoni Guolquer, mai fren...
PD. Al escuchar la voz del locutor, me salía el tono de Constantino Romero y al mirar la cara del campesino, veía a Alfredo Landa. Parte de my life.
¿Qué pasa con los de Socuellamos? Mi familia política es de allí! Y yo trabajé en Playstation y mi marido en "Ibes Rocher" Pufffff que lio, bueno, gud nait & siyu!
ResponderEliminar!Uf, menos mal que lo encuentro, qué mal rollo! Todo esto esto de las tarjetas se debe a un tremendo error de la imprenta. Por buscar una baratita. En vez de owner debían haber puesto directora, en vez de Pepa Group debía poner Simbiosis Agrupadas, y para acabar no me llamo Pepa.
ResponderEliminarFederico.