Sorprendido seguí caminando por la ciudad y encontré otro encendido y amenazante ateo en otra plaza y otro más allá y cambié de barrio y más, y más, todos ellos con su equipo de sonido, su atril a modo de altar, su pancarta y sus fieles, o infieles, seguidores. Me sorprendía que el ayuntamiento les hubiese dado permiso para todo ese despliegue en un total de cincuenta plazas y llegó a parecerme invasivo con el espacio y con las libres conciencias de los ciudadanos.
Continué andando y con este solecito primaveral se me fue pasando el resacón del sábado y volví a la realidad. No sé si triste o cruda, pero realidad. Se ve que había visto y oído mal, mi fanático y practicante ateísmo me había cegado una vez más.
Todas esas concentraciones de predicadores formaban parte de la gran Misión del camino neocatecumenal en el año de la fe. Para que lo entendáis, un llamamiento de la iglesia católica que se lleva a cabo todos los domingos de Pascua y que consiste en sacar la iglesia a la calle en 10.000 improvisados escenarios. Con un convincente argumento que dice que si la gente no entra a las iglesias, la Iglesia irá a la gente. Coño, como Mahoma... Me paré a escuchar el mensaje y me sentí aludido "quizás tú seas uno de esos que vive la vida de paso, con prisas, sin pararte a pensar, sólo pendiente de los placeres materialistas y dándole la espalda a tu creador...Tú también te encontrarás con dios y obtendrás su perdón". He de decir que al principio me preocupó, pero después me alivió, así que hice una foto bastante mala y seguí con mi ronda, mientras los malos pensamientos se apoderaban de mi cabeza.
No lo entendía. No entendía que las religiones sigan con sus cruzadas y misiones catecumenizadoras. No entendía que invadieran el espacio público cuando tienen miles de locales céntricos, cómodos y gratuitos. No entendía que piensen que con ese sistema provocador e invasivo y a base de decibelios vayan a conseguir más seguidores. No entendía que les hubieran dado permiso para todo ese despliegue, con lo difícil y caro que se ha puesto pedir permisos en Madrid. Y entonces me hice ateo... Bueno, ya lo era.
Acuérdate de hacer una entrada igual la próxima San Silvestre, coño si tiene nombre de santo... Esa si que es invasiva.
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