Después del varapalo de las cifras del paro, todos los focos se encendieron apuntando a Moncloa. Siempre ha sido así. Primero se encendieron los micrófonos pero debían estar estropeados, porque no se pudo oír ni un suspiro, ni un resoplido, ni siquiera un "y tú más". Mariano se escondió debajo de Montoro, a quién cubría Guindos y, por encima de todos, Fátima hacía el avestruz tan bien como siempre. Sólamente funcionó el cacharro de Floriano, quien aprovechó para hacer una de sus profundas reflexiones llamando tontos a los socialistas.
El viernes sí, el viernes los focos y los micros se afinaron para escuchar la rueda de prensa del Consejo de Ministros. Con gran expectación se esperaba la reacción a los seis millones de parados. Entre otras cosas porque durante toda la semana se había calentado el ambiente anunciando nuevas e interesantes medidas del Gobierno. Ocho medidas, ocho intervenciones de urgencia. No es que esperase una reacción muy contundente, ni ningún tipo de milagro o bálsamo tonificante, pero después de tragarme la rueda de prensa y releer las medidas una y otra vez, fui cayendo en un peligroso estado contable-depresivo. Detrás de mucha palabrería "guindesca" para esconder una considerable subida de impuestos y proponiendo medidas de buen gobierno corporativo, racionalización normativa, desindexación económica y consolidación fiscal, llegué a la medida número tres, la que se refiere directamente al desempleo y simplemente flipé en colorines: "Aprobación de un plan anual de política de empleo que pasa por la evaluación de los efectos de la reforma laboral.
El primer informe será contrastado por un organismo independiente antes
de julio de 2013, como, por ejemplo, la OCDE." Hace falta tener poca vergüenza para sentarse delante de un micrófono y proponer como medida contra el paro la realización de un estudio sobre el impacto de la reforma laboral. Si quieres justificar que tu reforma ha sido útil (algo difícil de creer a estas alturas), encarga el estudio y luego nos haces un poco de propaganda, pero no tengas el morro de presentarlo como medida por el empleo. Señoras y señores, la gran medida para el empleo es un informe sobre el resultado de la reforma laboral; van a encargar a unos cuantos tecnócratas (a buen seguro militantes de Izquierda Unida) para analizar las consecuencias (positivas, por supuesto) de la reforma y después se lo dejarán leer a la OCDE para dar credibilidad a su morrocotuda metedura de pata... Nos están llamando imbéciles a todos los españoles, pero sobre todo a esos seis millones.
Y como colofón a tan negro panorama, dice Guindos que lo que están haciendo es ponerse en lo peor para que luego las sorpresas sean positivas. Casi casi, prefiero el plasma o mejor el micro averiado...
PD. Quizás estoy algo ácido para ser lunes, pero es que acabo de leerme el último número de Mongolia.
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