A menudo discuto con amigos o familiares, todos ellos padres o madres, que presumen de neutralidad en la educación de sus hijos: "Yo trato de no influirles y dejar que ellos se formen su propia opinión." Es una frase muy recurrida y que queda muy bien en una cenita con vinos, pero que no comparto en absoluto, es más, pienso que, además de ser mentira, es una enorme irresponsabilidad. Es mentira porque no me creo que nadie consiga tener a los niños en una burbuja, aislados de los pensamientos de sus padres, sin saber qué tele ven, qué periódico leen, qué equipo siguen o qué partido votan, no es posible. Si tu hijo hace la primera comunión, le estás influyendo, y si no la hace, también.
Pero además es una irresponsabilidad paterna porque precisamente nuestra obligación como padres es educar a nuestros hijos y eso significa educar en valores, los tuyos, explicarles lo que es justo, hacerles distinguir las cosas importantes, ofrecerles todas las herramientas para formarles y hacerles cultos y libres. Un padre que no influye a sus hijos está haciendo dejación de su responsabilidad y está dejando que otros ocupen su lugar y les influyan con otras ideas o valores que pueden ser contrarios a los suyos.
