Después de pasar el fin de semana en el pasado, me he vuelto a subir al Delorean para
viajar al futuro. Lo malo es que me he pasado de frenada y he aterrizado mucho
después, casi en el año 2050. Ya sé que no os lo estáis creyendo, pero es
verdad, ha sido una gran experiencia porque te permite ver las cosas con la
serenidad y objetividad que otorga
el paso del tiempo. La verdad es que he venido para comprobar una afirmación de
Luis María Ansón, en uno de sus artículos, que tanto acostumbro a no leer.
Reconozco que en esta ocasión compartí con Luisma todas y cada una de sus
acusaciones a nuestro común amigo Mariano, por su flagrante error de cálculo
perjudicando a la cultura con su IVA y sus recortes, frente a otras muchas facetas de la
vida pública y política. Decía
Anson, (sí, sin tilde) que en el futuro nadie se acordará del nombre del
ministro de hacienda pero sí de los escritores, cineastas, dramaturgos, músicos
que consigan florecer en esta compleja generación.
Realmente es verdad lo que dice y ni Montoro, ni Guindos, ni
el propio Rajoy son personajes conocidos en el 2050 (tampoco ¿Rubalqué?); he hablado con varios
jóvenes y apenas un par de ellos han sabido mencionar la crisis de principios
de siglo como un ejemplo a no repetir. Me dicen que fue por culpa de los bancos
que robaban el dinero de la gente y los políticos les ayudaban porque había
mucha corrupción. Cuentan que eran los orígenes de la democracia en España y que todavía no habían
llegado los cambios gordos que se consiguieron tras el enorme movimiento
popular que llevó pacíficamente a
la refundación del sistema con la nueva constitución del 21, primero, y con la
renuncia del Rey Felipe en el 24, que desembocó en la república federal y acabó
con las revueltas catalanas, vascas y murcianas de aquellos años. De poco más
se acuerdan, aunque sí respiro
sabiendo que la situación económica mejoró mucho y llegó un momento de
resurgimiento de nuestro país e incluso de esplendor cultural con la fundación
del Hollywood europeo sobre las cenizas del fracasado Eurovegas. Me hablan del
último gran éxito de Almodovar hijo; de la nueva novela de
Pep Guardiola, de las memorias de Urdangarín y de la plenitud cultural
alcanzada por nuestro país, una vez olvidados los recortes de la crisis y tras
los convulsos gobiernos de Rosa Diez, Eduardo Madina y Esperanza Aguirre.
Me
han empezado a hablar de fútbol y de las cuatro ligas seguidas ganadas por el
Espanyol, cuando he visto al fondo de la calle a un abuelito de casi noventa
años, con poco pelo, pero muy blanco, cantándole a sus nietos “A la taverna del mar” de Lluis
Llach… Rápidamente he subido en el Delorean para evitar una situación dramática
de cruce de “yos” en el futuro y he regresado a casita. Ya estoy de nuevo en
2012, con mi familia, con mi farolillo rojo y con la que está cayendo.PD. Uno de los datos que he puesto es falso ¿cuál?
¿ Con pelo a los noventa?
ResponderEliminarCuatro ligas para el Espanyol, ese es el dato falso sin duda chato. Ni con el Almanaque Deportivo de turno en su poder lo logran, jijijiji.
ResponderEliminarPor cierto, ya que vienes del 2050. ¿Sigue habiendo Gran hermano?, ¿Hay bar en Santamera o vamos todos al albergue reconvertido en asilo?, ¿me pude jubilar o sigo trabajando? ¿el Español....ascendió a primera?
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