Ayer fue un gran día. Es mi conclusión. También es la valoración de todos los amigos que me llamaron a mostrar su solidaridad, que tanto agradecí: "Bueno, al final habéis tenido suerte, podría haber sido mucho peor". Tenían razón, la cosa pintaba mucho peor. Es el problema que tenemos los españoles o los humanos en general, a la hora de transmitir información, que cada uno vamos aportando algo nuevo al mensaje y el resultado final es digno del juego del disparate. Ese es el funcionamiento real de los rumores. La distorsión del boca-oreja. La mosca a la rana, la rana a la mosca...
Esta mañana el cartero ha llevado una carta a casa y ha visto la cerradura forzada y algún cajón por el suelo; se lo ha dicho a un vecino que se lo ha contado a la única vecina que tiene teléfono y esta ha llamado al alcalde para que nos lo comentara. A partir de ahí se ha generado un fuego cruzado de llamadas y el resultado es que a mediodía salíamos disparados hacia el pueblo porque nos habían desvalijado todo, estaban las puertas abiertas e incluso había algún mueble en la calle. Ni que decir tiene que las motos, las bicis y todos los equipos electrónicos habrían volado.
Ya de camino, nuestro colega el pastor meditador nos ha llamado a decir que no parecía tan grave. Al final hemos llegado y hemos comprobado que sólamente nos habían robado mi queridísima Kawa, un DVD y un par de chorradas más y que los destrozos se limitaban a cinco o seis cajones y armarios abiertos, algún papel por el suelo y, eso sí, los bombines de todas las cerraduras reventados. ¡Qué alegría más grande! Ha sido como aquel chiste tan cruel del cuartel:
-Ramírez le informamos de la muerte de toda su familia en accidente.
-No me fastidie, ¡qué horror, vaya desgracia!
-No hombre no, que sólo ha sido su madre.
-Menos mal, qué susto me había dado usted.
Es cierto que en esos momentos te corre veneno por la sangre; la rabia te convierte en detective para intentar capturar al desalmado; dices cosas políticamente incorrectas; deseas cosas inhumanas... Pero también es cierto que, del mismo modo que en el sorteo de la lotería te acuerdas de la salud, aquí miras a tu alrededor, ves a amigos pasándolo mal, a gente enferma, en paro, con problemas y das la razón a todos los que te han llamado a felicitarte por lo que te ha pasado.
Visto así, también es una ocasión única para escaparte al campo entre semana y asistir en directo a un episodio de CSI protagonizado por la Benemérita en su "inspección ocular". No se trata de un tacto rectal, aunque suene parecido, sino de una meticulosa investigación del Colombo alcarreño y su secretario, armados de linterna y teléfono con cámara. De sus "óculos" ha salido la conclusión de que el cristal de la puerta lo han roto desde fuera, porque los cristales estaban dentro; que han entrado de noche porque la luz estaba encendida y que buscaban dinero, porque no se han llevado nada voluminoso. Y después, al cuartelillo a presentar la denuncia y a darle cuartelillo a un "cachorro" de Guardia Civil mu majete pero algo torpe con el teclado. Por cierto, sin darme cuenta, le he robado el boli.
Y después cañítas y tapas en Sigüenza y de regreso a casa escuchando el fútbol como un domingo más. Viva la vida. Y el optimismo.
PD: Querida Kawita, hoy debería estar triste, pero no les voy a dar ese gustazo. Aunque nunca olvidaré esos grandes momentos que hemos disfrutado juntos.
Joder que pu--da ¡¡
ResponderEliminar¿ se han llevado el banderin del Español? eso nos daria muchas pistas.
¿ y ese maravilloso vino con el que deleitas a tus invitados? eso nos daria muchas mas pistas.
¿ y las latas de mejillones escabechados con efectos secundarios? eso ya seria la leche, porque bastaria con darnos un paseo por los alrededores y si vemos a alguien con la cara verde, montado en una Kawita haciendo eses y gritando Viva el Español.......le decimos que nos devuelva el dvd.
tranquilo diego ya encargado una misa por tu kawita
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