Nadie puede imaginarse lo complicado que es organizar una carrera en medio del desierto. A cada minuto surgen insospechados inconvenientes que hay que resolver utilizando el adecuado conducto reglamentario del lugar. Ejemplo: hemos traído banderas de todos los países participantes, pero la holandesa y la polaca nos las han colocado al revés, con el consiguiente conflicto diplomático. El polaco de turno protesta, se lo comentas al responsable de meta, que se lo dice al encargado de infraestructuras, que se lo cuenta a un operario que no tiene ni puta idea de dónde está Polonia y cómo es su bandera. Al final decidimos subir a cambiarlas trepando un muro (por supuesto no fui yo) y tuvimos que deshacer el conducto reglamentario para evitar que llegase el "propio" a cambiarlas de nuevo.
La bandera es algo simbólico pero con una inmensa capacidad de generar conflictos. No me gustan las banderas. Bueno sí, su colorido sí, pero su significado no.
Toda la semana resolviendo problemas de banderas. Cuando llegamos al aeropuerto de Tindouf, porque sin darme cuenta dejé la mochila en el suelo y llevaba atada una bufanda con la bandera saharaui y la argelina. Los saharauis, por desgracia, están acostumbrados a ser pisoteados, pero un orgulloso policía argelino se me abalanzó enfurecido porque su bandera no puede tocar el suelo. Poco después, ya en inscripciones, lo mismo de siempre: ¿Nombre?, ¿Nacionalidad?... "Español no, soy vasco"... vaaale, respeto los nacionalismos, pero no es el sitio de reivindicarlos, aquí venimos todos a correr para el pueblo saharaui y la única bandera es la suya. Y esa sí que está al revés, la suya realmente tiene el verde arriba y el negro abajo pero no la van a cambiar hasta que no consigan tener su propio país, el que les quitaron. En el arco de meta lo hemos resuelto por la vía de en medio, la hemos puesto vertical.
Ahora tengo que resolver nuevos problemas, saber quienes han sido los primeros catalanes en la clasificación y gestionar el aluvión de banderas en la entrega de premios, la argelina peleándose con la cordobesa, la ikurriña a codos con la eslovena y yo ni siquiera me he traído la "periquita". Lo demás, sencillito, traerte a doscientos "locos" solidarios de todo el mundo a correr en medio del desierto, darles agua como para ahogarse en medio de la nada, atender a decenas de periodistas, cuidar la salud de los maltrechos runners y ayudar a las familias saharauis...Eso lo hace muy fácil el equipo que llevamos, pero las banderas...Ahí las putas banderitas.
La bandera es algo simbólico pero con una inmensa capacidad de generar conflictos. No me gustan las banderas. Bueno sí, su colorido sí, pero su significado no.
Toda la semana resolviendo problemas de banderas. Cuando llegamos al aeropuerto de Tindouf, porque sin darme cuenta dejé la mochila en el suelo y llevaba atada una bufanda con la bandera saharaui y la argelina. Los saharauis, por desgracia, están acostumbrados a ser pisoteados, pero un orgulloso policía argelino se me abalanzó enfurecido porque su bandera no puede tocar el suelo. Poco después, ya en inscripciones, lo mismo de siempre: ¿Nombre?, ¿Nacionalidad?... "Español no, soy vasco"... vaaale, respeto los nacionalismos, pero no es el sitio de reivindicarlos, aquí venimos todos a correr para el pueblo saharaui y la única bandera es la suya. Y esa sí que está al revés, la suya realmente tiene el verde arriba y el negro abajo pero no la van a cambiar hasta que no consigan tener su propio país, el que les quitaron. En el arco de meta lo hemos resuelto por la vía de en medio, la hemos puesto vertical.
Ahora tengo que resolver nuevos problemas, saber quienes han sido los primeros catalanes en la clasificación y gestionar el aluvión de banderas en la entrega de premios, la argelina peleándose con la cordobesa, la ikurriña a codos con la eslovena y yo ni siquiera me he traído la "periquita". Lo demás, sencillito, traerte a doscientos "locos" solidarios de todo el mundo a correr en medio del desierto, darles agua como para ahogarse en medio de la nada, atender a decenas de periodistas, cuidar la salud de los maltrechos runners y ayudar a las familias saharauis...Eso lo hace muy fácil el equipo que llevamos, pero las banderas...Ahí las putas banderitas.
Pero la gente esta fatal. Haberle dicho al polaco que hiciera él todos los honores y que se subiera él a colocar bien su bandera. Hay un montón de peña, que por muchos años que tengan, continuan en el patio del colegio. Diego mandanos alguna foto de esos niños siempre sonriendo, que eso si que nos da subidon-subidon
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