Tengo un compañero de trabajo que es muy religioso. Siempre bendice la mesa antes de comer, sigue todos los rituales católicos (ceniza, cuaresma...) y el domingo deja lo que esté haciendo para ir a misa. Este año se ha venido con nosotros al Sahara, pero no con la idea de evangelizar a los saharauis sino a trabajar por una buena causa con convencimiento y entrega. Es el responsable de que en la familia de Dumaha hayan mejorado las instalaciones una salvajada, con una renovada placa solar perfectamente instalada y con una ducha que va a ser la envidia de todos los vecinos. A mí, tengo que reconocer que me chocaba cuando le veía santiguarse antes de empezar a comer el cus cus, y cuando le veía por la noche leer el Nuevo Testamento en la jaima con una linterna.
Por eso hubiera sido lógico que me hubiese regalado él esta imagen que desde el viernes tengo en mi despacho. Pero no, han sido todas las chicas de la oficina las que aparecieron con todos estos "muñecos" para agradecernos los detalles que les habíamos dado el día de la Mujer trabajadora. Creo interpretar cierta ironía en el regalo y quizás por eso nos pusimos a jugar un rato con las figuras como si fueran "Madelmanes", pero sólo un rato, hasta que la mujer de la limpieza que casualmente estaba por allí, se sintió un tanto ofendida y me pidió que no nos riéramos tanto. Yo, que soy muy respetuoso con las creencias, le pedí disculpas, lo que le sirvió a ella para crecerse y decirme: "Qué suerte tienes, te ha tocado el Sagrado Corazón, mi favorito". Tuve que disimular para no volver a reírme.
El caso es que el Sangrado Corazón de Jesús, reside ahora en mi despacho y preside mi santuario en la desordenada mesa, junto a las medallas del Sahara Marathon, las fotos de viejos eventos, las tarjetas de los clientes y decenas de pins con la bandera saharaui. Estoy dudando si llevármelo a casa pero es que en las teles de hoy en día no hay sitio para ponerlo encima.
Sí, lo he puesto bien, Sangrado Corazón, es así como se llama el mío y lo pone bien claro en las dos inscripciones que lleva. No sé si se trata de una cuestión etimológica o de historia religiosa que yo desconozco o que la figurita está fabricada en algún país que no tiene demasiada información al respecto. Ay, si es que hay cosas que no se pueden comprar en los chinos.
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