La huelga general del jueves va a ser un fracaso. Lo sabemos todos. Quizás la convocatoria ha sido algo precipitada, pero sobre todo la situación psicológica de los trabajadores acompaña poco. Una buena parte no la respaldará por motivos ideológicos, por no hacer una huelga contra el partido al que han votado; otros simplemente no se atreverán. No se atreven porque tienen miedo, porque la psicosis general invita a no arriesgar, a ser corderito, a no enseñar las cartas, no sea que pongas en juego tu futuro. Así está la cosa, en esta anestesiada sociedad, nos pueden hacer lo que sea que el escepticismo, mezclado con pasotismo y mucho miedo, impiden moverse a la gente para reivindicar sus derechos.
El camino lo han preparado bien. Primero con esa burda desacreditación, casi criminalización, de los sindicatos a través de algunas mentiras y mucha demagogia. Después con la amenaza de los mercados, las agencias y las primas de riesgo que vendrán a por nosotros con más fuerza si se nos ocurre parar el país aunque sólo sea un día. Más tarde con el fantasma de Grecia y de la mala imagen internacional que vamos a dar. Con todo esto se ha transmitido el mensaje de que España no está para huelgas, que ir a la huelga significa ser un irresponsable insolidario con la situación del país.
No me gusta la huelga general, pero voy a ir a la huelga, sí. Y creo que todo el mundo debería ir, por una cuestión de conciencia y justicia. Aunque creamos que no sirve de nada. Creo que de alguna forma tenemos que decir que no, que estamos cansados de que nos engañen, de que la política sucumba ante la economía, de que la corrupción sea algo normal en nuestras vidas, de que la justicia no sea justa y de que los bancos ordenen la agenda de nuestro futuro. En este triste país en el que la gente no se escandaliza cuando ve al dueño de Mercadona decir que tenemos que trabajar como los chinos y que se idolatra a los grandes empresarios de la CEOE, olvidándonos de que su anterior "jefe", Díaz Ferrán era el chorizo que es y aun así teníamos que aguantar sus lecciones y reprimendas, es normal que encima pensemos que la culpa de lo que pasa es nuestra por haber pedido hipotecas más altas de las que podíamos pagar.
Señores ciudadanos, les están engañando. La reforma laboral no es una herramienta para crear empleo ni para salir de la crisis, es una ayuda a los empresarios para poder equilibrar más facilmente sus cuentas, para despedir con la mitad de los costes, para bajar los sueldos, para poder hacer un ERE sin pedir permiso y para dar marcha atrás, con la excusa de la crisis, a tantos derechos conseguidos por los trabajadores durante las últimas décadas. Cuando había vacas gordas no se repartían, así que ahora que se queden con las flacas ¿no? He sido empresario y de alguna forma sigo siendo directivo y precisamente por eso lo digo. Medidas como estas no nos van a ayudar a crear empleo, porque son medidas restrictivas y no constructivas. Restan, recortan y frenan, cuando ahora habría que pensar más en sumar, generar ingresos y acelerar la economía.
Posiblemente la huelga no sea el mejor sistema, hubiera preferido cualquier otro, pero la sociedad no puede ser cobarde, hay que decir a los políticos que no pueden seguir pisando a los ciudadanos. Si nos callamos sí que daremos una imagen penosa, sí que seremos irresponsables y sobre todo insolidarios con esos otros cinco millones que, aunque quieran, el jueves no irán a trabajar.
Que cada uno elija libremente lo que quiere hacer, trabajar o ir a la huelga. Pero que no nos paralice el miedo y las amenazas. Solo falta que nos quiten el derecho a opinar libremente.......por miedo. Yo tambien haré huelga y de paso mis hijos tambien.
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