Me gusta la radio. Soy un fiel oyente. En general, como periodistilla que me considero, me gusta todo lo que sea información, periódicos, informativos de TV, páginas web, política, internacional, cultura, deportes, necrológicas... Llego a ser un adicto de la información y tengo necesidad de actualizarla a cada hora.
Sin embargo, cuando se acerca la semana de mi viaje al Sahara y cuando regreso de ella, la rechazo. Primero porque en los prolegómenos estoy muy liado y no tengo tiempo ni ganas de escuchar otras historias que no sean las relativas al Sahara Marathon. Después, porque al llegar tras tan intensa experiencia, mi cabeza sigue allí y no me apetece que nadie me manche mis pensamientos y los impregne de PIB, tasa de desempleo o límites de déficit. Por eso, durante estos días y hasta que mi mente de desintoxique o mejor dicho, hasta que se intoxique de nuevo, prefiero oír sólamente música.
Durante nuestra estancia en los campamentos nos limitamos a escuchar las macarradas argelinas que nos pone el adolescente Mohandahmed; "El muelle de San Blas" de Maná, porque le recuerda a Ayub su época en España, y dos canciones de grupos saharauis bastante emocionantes: "Madre no llores por mí" y "La Estrella polisaria". Una vez aquí, prefiero no oirlas porque me pongo ñoño y prefiero refugiarme en mis últimas adquisiciones poperas: Els Amics de les Arts, Grupo de Expertos Solynieve, Lisabö, Zahara, La Habitación Roja, Berri Txarrak y Klaus & Kinski. Por cierto, este último me lo había dejado Nacho y lo gravé en el ordenador, pero cuando lo oí me gustó mucho y decidí pasarme por L'Fnac a comprármelo. Luego le expliqué a mis hijos lo que había hecho, intentando transmitirles conciencia cívica de familia de autores (¡qué menos!): "Me lo he comprado porque me parece justo que si me gusta, ellos reciban dinero por ello, así como su discográfica...De esa forma podrán seguir sacando discos como este." Los dos, al unísono, abrieron la boca y los ojos hasta sacarlos de la cara, agitaron la cabeza pausadamente de un lado a otro, de un laaaadoooo a oootroooo y contestaron a coro: "Tú eres gilipollas..."
jajajajajaja pero a quien se le ocurre tratar de inculcar la cuestión de derechos de autor a la generación del parche en el ojo, inocente...
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