lunes, 12 de marzo de 2012

KONYPULACIÓN

Trabajo en marketing cobrando. Trabajo en solidaridad sin cobrar. Eso quiere decir que soy profesional de lo primero y "aficionado" de lo segundo. Por eso, porque lo conozco bien, no me suele gustar la mezcla entre marketing y solidaridad. Quizás porque el marketing es el arte o la técnica para vender y eso, como en publicidad, implica esconder cosas malas, destacar las buenas y no ser plenamente objetivo. La solidaridad, en cambio, necesita poco maquillaje, cero mentiras y objetividad plena.
Por eso no me ha gustado demasiado la campaña Kony 2012 que tanto furor está haciendo en el mundo como inmejorable ejemplo de mercadotecnia solidaria. Parto de que el objetivo final es loable y no pongo en duda el buen fin de quienes la promueven, pero desde que empecé a ver el vídeo me chirriaron muchas cosas y algunas hasta me provocaron dudas que me impidieron terminar firmando mi adhesión a la campaña.
El vídeo es muy bueno, no puedo negarlo y el objetivo de llegar al corazón del americano medio y difundirlo a través de redes sociales por todo el mundo, lo han conseguido. Hay muchos medios detrás de la producción y un riguroso estudio de qué decir y que no para llegar al corazoncito de la gente sin pasar demasiado por su cerebro. Como siempre, hay que analizar también los medios y no sólo el fin. Lo que no me gusta:
No me gusta el excesivo protagonismo del impulsor de la campaña que se erige en "salvador" de África y que utiliza a su hijo como gancho emocional. Intuyo un segundo objetivo en la campaña además de hacer famoso a Kony, hacerse famosos ellos. Los candidatos a premios Nobel de la paz deben trabajar más en el anonimato y que sean otros los que destaquen sus virtudes y les pongan en los vídeos. No me gusta ese protagonismo, ese autobombo.
Tampoco me gusta la simplificación casi infantil que se hace del problema de los niños soldados, reducida a la maldad de un loco secuestrador, violador y criminal que les abduce. En África ha habido y hay niños soldados en Sierra Leona, Liberia, Congo, Angola, Sudán, Uganda... Y no se puede simplificar tanto la explicación del problema porque eso no ayuda a su resolución y mucho menos a la reintegración social de esos niños que no sólo son víctimas de un secuestro. Quizás se podría hablar también de la enorme facilidad que hay en la zona para conseguir un arma y ver cuál es la procedencia de las mismas.
No me gusta la falta de objetividad a la hora de analizar el problema ni la caprichosa aportación de datos. Según tengo entendido, Kony hace tiempo que no actúa en Uganda, está en el Congo o en la República Centroafricana, su grupo de milicianos es ahora muy pequeño, sólo 200 o 300, no los 30.000 que dicen, y los trabajos de los países de la zona han dado algunos resultados. Eso, por supuesto, no significa que no sea un indeseable criminal al que hay que poner ante la Corte Internacional.
No me gusta o no termino de entender toda esa maquinaria de marketing que lleva la campaña, que además de ser costosa, tiene un objetivo algo confuso: hacer famoso a Kony. Tengo mis dudas de si lo que se consigue con eso no es hacerle más fuerte y que se crezca en su salvajismo.
No me gusta el papel paternalista como claro sello del país de origen de la campaña. Hay mucha gente, muchas instituciones y organizaciones trabajando allí y escuchando a los locales para ver como resolver el conflicto y esa debe ser la fórmula y no imponer desde fuera nuestro sabio criterio. Quizás habría que ayudar a Uganda con sus problemas reales que ahora son la pobreza, la prostitución y el Sida y combatir eso es mucho más fácil.
Y sobre todo no me gusta la solución propuesta al problema, con envío de soldados americanos para aleccionar a un ejercito que tampoco es el paradigma del respeto a los derechos humanos. Estas cuestiones no pueden simplificarse tanto como para sólo apuntar a un "malo malísimo", comparándolo con Bin Laden o Hitler. El sistema Sadam Hussein o Gadaffi no es la solución. La violencia no se combate con violencia y en este y el resto de conflictos de guerrillas en África, ya se ha demostrado en decenas de casos. Estoy cansado de marines salvando al planeta.
En definitiva, este vídeo me parece todo un ejemplo de manipulación informativa y emocional. He leído varios libros y he visto documentales durísimos y realistas sobre el tema de los niños soldado, que nunca llegarían a tener tanto éxito porque la gente los cerraría en el minuto dos.
Por todo eso no he firmado, por sentirme manipulado por la propaganda, aunque sea por un teórico buen fin. Después he leído varios artículos muy interesantes que me confirmaban mis teorías y algunos que van mucho más allá. El tema ha despertado conciencias y polémica, que cada uno lo analice como quiera.
Por último, deciros que lo que menos me gusta de todo es Joseph Kony.

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