Libertad de expresión. Era uno de los más reclamados derechos en la transición. Hacía falta. Ahora, en cambio, muchos invocan su nombre en vano. Queda bien lo de defender la libertad; libertad de mercado, libertad de expresión, libertad sin ira... Cuánto liberal hay por el mundo. Cuánto me gustaba la palabra liberal y que poquita gracia me hace ahora.
Sé que muchos me acusarían de retrógrado por poner en duda uno de los derechos más obvios y justos, pero no lo pongo en duda sino que reclamo cierta sensatez para ejercerlo. Un poquito de autocensura, de sentido común, de sensibilidad y de respeto.
En esta agridulce semana, he celebrado la condena a Jiménez Losantos, porque es un castigo a ese libertinaje de expresión que unos cuantos periodistillas han esgrimido para insultar, difamar y mentir a diario, sin ningún pudor y sin correcciones posteriores. Difama que algo queda y caiga quien caiga, ese es el estilo que más se lleva.
Pero no sólo en nuestra política. Abres el periódico y te encuentras las tetas de la nuera de la Reina inglesa: escándalo, cotilleos, denuncias, negocio y la libertad de expresión como excusa. Pones la tele y ves las embajadas occidentales arder en el mundo musulmán porque el peor de los fanatismos religiosos se ha despertado por culpa de algún idiota provocador que, buscando su protagonismo personal, ha encendido una innecesaria mecha, eso sí, amparado por la libertad de expresión.
Censura, viva la censura, la autocensura, el autocontrol. Las religiones siempre han censurado: el Islam prohibe la representación gráfica de su profeta y sus fanáticos destruyen imágenes escultóricas con miles de años de historia; el catolicismo capó, textualmente, a la gran mayoría de las estatuas y esculturas de la antigüedad y llevó a la hoguera a quien simplemente pensaba distinto. No estoy haciendo un comparativo, ni pretendo justificar acciones violentas, pero con un poquito de sensatez por todas partes este complicado mundo sería más sencillito. Y en este caso concreto, creo que debo exigirle más coherencia al director de una revista francesa, que vive en un cómodo París, en una posición económica comfortable y con un alto nivel de educación y civismo, que a esos desquiciados que saltan verjas enfurecidos, que en su mayoría no tienen formación, ni ingresos, ni un Estado de derecho, ni dónde caerse muertos.
Personalmente no tengo ninguna curiosidad por ver un dibujo de Mahoma, ni tengo necesidad de molestar al prójimo. Si al templo no se puede entrar con escote, no entres al templo con escote, por muy libre que seas.
Con gasolina no se apagan los fuegos.
Mi abuela simpre nos decia " tu libertad termina donde empieza la libertad del otro". Y otra frase que a mi me encanta y que muchas veces les digo yo a mis hijas, es original de Disney y se la dijo Tambor a Bamby " Si lo que has de decir no va agradar, mejor callar".
ResponderEliminarEstoy TOTALMENTE DE ACUERDO. Especialmente con la frase de la abuela de Marta. Pero seamos serios; o jugamos todos o rompemos la baraja. No vale autocensurarse solamente cuando se trata de no herir o mancillar los sentimientos, creencias o ideas de algunos, y no hacer lo mismo con los de otros.
ResponderEliminarEstá claro que todas las religiones y creencias merecen nuestro total y absoluto respeto, sobre todo porque si nos saltamos esta norma estamos haciendo daño a la fe de las personas, los que la tengan, o tenemos. Y esto es algo que a los que no la tienen es difícil de explicar.
Hasta aquí supongo que todos de acuerdo, y ahora vamos con la "demagogia", que hacemos con la película "la vida de Brian"? y con la obra de Mauricio Cattelan? o la de Bruce Labruce? y con otras tantas cosas que vemos o leemos? Que por cierto yo defiendo.
Insisto o todos o ninguno, que parece que como está de moda y queda muy intelectual, uno puede meterse impunemente y con bendiciones con la Iglesia Católica y las creencias Cristianas y a la vez ser superfan y respetuoso de otras.
PLAAAAS, PLAAAAAS, PLAAAAAS..... ( SON APLAUSOS )
EliminarYo creo que este chico el francés, ha sido tonto muy tonto y lo que buscaba era salir como sea en la portada de todos los medios sin importarle las consecuencias. Un irresponsable.
ResponderEliminarNo os entiendo muy bien. ¿Qué es lo que criticáis al francés, que ha ofendido a los creyentes de una religión o que ha provocado a gente sabiendo que son unos radicales fanáticos islamo-nazis?
ResponderEliminarSi es por lo primero y pensáis que no se puede ofender (o que no hay que dar la posibilidad de que un creyente se sienta ofendido, que es distinto) pues os diré que la vida en España hubiera sido mucho más triste cuando yo era joven sin Chumy Chúmez y sus viñetas , sin J.L.Martín (Dios mío, en El Jueves), sin Ivá (Historias de la puta mili), sin Gila y sin nadie, porque seguro que había católicos, ricachones, militares, luteranos, socialistas, …, que se sentirían ofendidos.
Si es por lo segundo, es como en el colegio ¿no? Cuidado con meterse con los matones. E intentas reducir la culpabilidad de esta gente con la generalización de que “en su mayoría no tienen formación, ni ingresos, ni un Estado de derecho, ni dónde caerse muertos”. Pues así está el 80% de la población del mundo y todos no hacen lo mismo.
Creo que la palabra no es liberal, sino librepensador y que no hay que ceder al chantaje de la barbarie de esta gentuza (barbarie como la de la zona de Mali controlada por ellos), como no se cedió (después de muchas cagadas bienintencionadas para evitar lo inevitable) al nazismo.
Y además … si no saben aguantar una broma, que se vayan del pueblo.
Chema