Ahora que la sociedad de la información domina nuestras vidas, que seguimos la actualidad de forma interactiva y cada noticia suele ir siempre acompañada por un vídeo, uno tiene que estar luchando en cada momento contra el morbo. El morbo es un deseo prohibido. Estás deseando ver lo que no quieres ver. Lees la noticia, se te revuelve el estómago y contienes a duras penas el dedo para no hacer click y poner en marcha una imagen que te va a hacer daño. Si lo consigues te quedas con la duda de qué te estás perdiendo, pero duermes bien; si muerdes la manzana, chungo, estás perfectamente informado, pero rasgas tu conciencia.
No es otra cosa más que morbo, querer oír la conversación de los pilotos antes del accidente de Spanair, o ver el vídeo del linchamiento en la embajada americana en Libia, o el trailer de la película incendiaria, o los gemidos de algún concejal. Pero el morbo vende y si miras día tras día cuáles son las noticias más seguidas en internet, siempre destacan las que llevan consigo imágenes sangrientas, violentas o disparatadas.
Mis hijos, como todos, también son morbosos y cada vez que en mi archivo encuentran fotos de las torres gemelas, las miran con detenimiento, las miden y con enorme desasosiego preguntan: ¿De verdad que vosotros subisteis allí arriba? Noto que les devora una angustia similar a la que sientes cuando ves la foto de alguien que ya no está. Lo ves tan claro en la foto, que cuesta creer que ya no exista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario