martes, 27 de noviembre de 2012

OCHO CAJAS

He perdido la escritura de mi casa y mi Visa. Eso significa que a lo mejor en unos días estamos en la calle y sin blanca. Vale, es poco probable y quizás no sea un tema para bromear, según están las cosas, pero esto coincide con otras incidencias que me hacen preocuparme, como que me hayan estafado recientemente un constructor que me estaba haciendo una pequeña reforma y una agencia que me debía pasta. Nunca he sido demasiado temeroso en cuestiones de seguridad, pero quizás ha llegado el momento de tener un poco más de ojo con ciertas cosas. Más que nada porque hay que defenderse de las grandes compañías que están intentando clavártela cada día y que ahora han desarrollado un nuevo sentido para conseguir nuevos ingresos. Estoy seguro que más de una tienen departamentos trabajando en fórmulas que rozan la ilegalidad para rascar un euro de aquí oro de allá, que nadie va a detectar y que cuando lo multiplicas por millones de usuarios son millones de euros, estafados, pero calentitos.
Es obvio que después de la crisis de confianza llega la crisis financiera y luego la austeridad y entonces los despidos y más tarde los desahucios y al final la desesperación y como consecuencia el aumento de la mendicidad y más adelante de la inseguridad. No quiero ser cenizo ni meter miedo, pero pronto alguien vendrá con cifras y como buena muestra está la falta de confianza que uno suele encontrarse ya en los comercios. Pagar con tarjeta sin enseñar el DNI es ya imposible, pero es que la cajera te revisa hasta dentro de la bragueta. El otro día compré ocho cajas de cartón y cuando fui a pagar, le dije a la señorita que llevaba ocho (8) y que eran todas iguales, lo que no impidió que contase una a una las cajas, comprobase si eran todas iguales y mirara si no había metido dentro algún otro artículo. Pero es que al día siguiente compré quince (15) bolígrafos, porque en nuestra casa, como en la tuya, hay un agujero negro que absorbe todos los bolígrafos y tijeras, y me pasó lo mismo, la tiparraca contó uno a uno y le faltó poco para quitarles el caperuzo para comprobar si los había cambiado. Fíense ustedes de sus clientes como nosotros nos fiamos de nuestros estafadores.
Y uno que es muy digno, se siente insultado con tanta desconfianza y se está planteando dejar de comprar en los sitios en los que te cuentan las cajas... y también en los que tienen 15 cajas, de las otras, de las de cobrar, pero sólo abren dos para ahorrar en personal. Aunque de momento, hasta que no aparezca la Visa, no compro.
Pie de foto: Vale, ya sé que eran cajas de cartón, pero es que estas son mucho más bonitas ¿no?

1 comentario:

  1. Seguro que es, porque habra mucha gente desalmada y mala persona que meta "entre dos caja de 12 l de leche una balleta naranja limpia cristales" o "entre dos bolsas comida de Polo un recambio de ambientador" o "entre los yogures y el carton que los envuelve, unas gomas negras para las coletas de las niña ( que es otro agujero negro como el de los bolis)"..............eso me ha contado la prima de mi vecina.

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