domingo, 31 de marzo de 2013

QUERIDO ANASTASIADIS

Hombre, si hubiera cerrado el blog, me hubiera despedido, y además nunca os hubiera dejado con una última entrada tan poco edificante como la de “Chof”. Así que aquí seguimos y qué mejor asunto para volver que mi amigo Anastasiadis…
Aunque lo parezca por el nombre, no es el cirujano de Asterix y Obelix. Este desconocido personaje del que no se ha hablado nunca en ningún sitio de Europa, ni siquiera el día en que fue elegido en las urnas, ha dicho la frase que muchos llevamos pensando desde hace varios días: “Con Chipre están haciendo un experimento”. Qué verdad más absoluta. Si no fuera así, nadie estaría hablando de esa pequeña isla en el este del Mediterráneo.
Si le preguntas a cualquier español qué es Chipre, dónde está, cuál es su capital… Lo único que conseguirás es que alguno se acuerde de la broma de Martes y trece en la que hablaban de las grandes potencias mundiales y se referían a “Soria y Chipre…Chí, precisamente esa”. Es lógico, se trata de un país pequeño, lejano, con el que tenemos poco en común.
Pero de pronto los problemas económicos de esa islita hacen tambalearse de nuevo al Euro, pisotean los brotes verdes, asustan a los mercados, dan argumentos a los más torpes políticos para decir estupideces en ruedas de prensa en Bruselas y le permiten a la abuela feroz dar un nuevo golpe en la mesa para recordar a todo el mundo quién manda. Están hablando de cinco o diez mil millones, pecata minuta en el mundillo de los agujeros negros comunitarios, algo que perfectamente se podría haber manejado con un poco más de mano izquierda y con los focos apagados.
Sin embargo se elige otra estrategia. No sé si por torpeza y mediocridad, que hay mucha, o por intereses premeditados de los mercados de San Miguel y San Martín, o porque una vez más nos están manipulando. Apuntar con todos los focos hacia Nicosia y conseguir que todo el mundo mire hacia allí atemorizado, creando una nueva crisis de confianza global, metiendo miedo a los ciudadanos con el corralito para que no se piensen que sus ahorros están a salvo y dar una nueva imagen de debilidad europea frente a la soberanía alemana, no puede ser un hecho casual.
Nos dirán que es para terminar con los paraísos fiscales, con lo cuál suponemos que a continuación meterán mano a Luxemburgo, Andorra, Mónaco, Isla de Man… Pondrán a los ricachones rusos como los malos de la película que pagarán con su dinero negro de malas, malísimas, prácticas, pero los perjudicados volverán a ser los mismos.
Querido Anastasiadis, espero que tengas razón y que sea sólo un experimento, miedo me da que la teoría de la conspiración vuelva a ser cierta y que todo esto sea un movimiento de ajedrez para que unos cuantos se forren o unos países se fortalezcan frente a otros. O lo que es peor, quiero pensar que esto no es simplemente una torpeza de políticos mediocres, eso sí que me da pánico. En cualquier caso, vete preparando que llega otra vuelta de tuerca, y no será sólo en Chipre, también en Soria.
PD Mirad en el mapa como Chipre está pegado a Siria. Todos agobiados por el dinero de uno e indiferentes a los muertos del otro.

lunes, 18 de marzo de 2013

¡CHOF!

No es muy original decir que no me gustan los "reality shows". En verdad, no puedo juzgarlo objetivamente porque nunca he seguido ninguno y el mando de mi tele tiene un resorte que cambia inmediatamente de canal cuando detecta cualquier tipo de concurso de jóvenes desvergonzados intentando hacerse famosos a cualquier precio, ante un jurado de famosetes histriónicos encantados de hacer el ridículo por un puñado de euros. Es lo que todo el mundo reconoce como telebasura, pero una buena parte de los españoles consume con gusto.
Siento cierta vergüenza de un país o un mundo, cuyas personalidades más ilustres son aquellos que más gritan, más insultan y menos rubor tienen ante la cámara. Gente que, lejos de pasar desapercibida, presume de los valores más repudiables en una sociedad medianamente civilizada. Personajes famosos, cuyos méritos se limitan a ser hijo de, exmarido de, viuda de o exladrón, excorrupto, exdeportista fracasado o simplemente payasete... pero que matarían por mantenerse de por vida en esa putrefacta alfombra roja que les aporta dividendos por hacer el tonto.
Pero ellos, en el fondo no tienen la culpa, porque al fin y al cabo, están aprovechándose de el mediocre negocio de la tele-tonta, la tele-imbécil que sólo se guía por audiencias y desoyendo de su responsabilidad como gran medio de masas, frivoliza con la capacidad intelectual del espectador. Vamos, que nos llaman idiotas con todas las letras y nosotros lo aceptamos. Esos gigantes mediáticos que después se ponen muy dignos a la hora de juzgar, exigir a los políticos y hacer periodismo de investigación de gran altura, son los mismos que nos envenenan, echándonos en el plato repugnantes dosis de Faletes, Olvidos Hormigos, Jesulines y Álvaros Bultós.
Como además carecen de excesiva creatividad y valentía, su línea de trabajo es siempre la misma, mirar de reojo al de al lado y copiar, copiar y requetecopiar. De ahí que por casualidad surjan a la vez dos programas sobre algo tan interesante y trascendental como son los saltos de trampolín. He visto sólo las promos de ambos y he quedado absolutamente alucinado con la estupidez humana. Nada nos puede hacer más felices que ver a alguien poco agraciado físicamente haciendo el más sonoro ridículo saltando torpemente al agua, siguiendo la histórica tradición hispana de los esperpentos.
Pero es como la política, pueden hacer lo que les dé la gana porque luego llegamos los españolitos y los refrendamos, ya sea en las urnas o con el mando a distancia. Y si mañana nos ofrecen el nuevo show multipantalla "mira quién caga..." ahí estaremos todos para reventar el medidor de audiencias comparando las heces de Julián Muñoz con las de Guti o incluso de Belén Esteban. Tiempo al tiempo.

miércoles, 13 de marzo de 2013

EL PAPA BOLUDO

Ratzinger era difícil de pronunciar y se puso el mote de "Benedicto XVI" que no había forma de recordar. Bergoglio es igual de difícil de decir sin hacer gárgaras, pero por lo menos se ha puesto el mote de "Paco". Eso sí, los dos comparten un pasado con alguna que otra sombra. Pero tranquilos, que no vengo hoy a hablar mal de la S.I.C., aunque desde que he oído que el Papa es argentino, no he parado de cantar la canción de Violeta Parra "Qué dirá el Santo Padre..."
Vamos a darle un tiempo de cortesía a Jorge Mario (coño, se llama igual que dos de mis "cuñaos", otro punto flaco). Lo que quiero contar es que me lo he pasado muy bien durante estos dos días con el ritual medieval de elección del Pontífice y el desafío de la iglesia al siglo XXI y a toda su tecnología, con un método tradicional lleno de magia y encanto. He oído muchas críticas a la iglesia por no adaptarse a los tiempos que corren en este asunto y sinceramente no las comparto. Si hay algo bonito y rico en la iglesia católica es su legado artístico y cultural y el respeto a las tradiciones en las formas. Me encanta el "Extra omnes", la Capilla Sixtina cerrada a cal y canto, la chimenea cutre y el humo hecho con azufre (que le compran al mismo Satanás). Otra cosa es que ese respeto al pasado e inmovilismo no se limite sólo a las formas y quede también plasmado en el fondo, sin dar el giro de acercamiento a la realidad, al pueblo y al verdadero mensaje igualitario y justo que debería promover y predicar la religión más "consumida" del mundo.
Pero también me lo he pasado muy bien por los comentarios de mi hijo Lucio, que a sus seis años ya sabe bastante: "El Papa es el nuevo señor que van a cambiar porque el otro es muy viejo y se cansa mucho de viejo y lo elige el jefe de la iglesia (...) el Papa es el que está en las iglesias, que son como castillos de los caballeros, pero más pequeñas y sin caballeros. Las iglesias son para llevar a los muertos y el Papa es el que dice quién se ha muerto y cuando nació el que se ha muerto. Los muertos luego los llevan al cementerio que es donde está Dios, que no sé quién es, pero que se murió hace mucho".
Como podéis ver, el chavalillo ha heredado el mal rollito de su papá (con tilde en la segunda "a") por los asuntos fúnebres o por lo menos su humor negro. O quizás al ver el humo se le ha subido a la cabeza, porque después de tan sabia disertación se ha dirigido a su madre al grito de "¡Messi, traeme agua!"... Ay, que nos colonizan los argentinos, ¡boludo!

martes, 12 de marzo de 2013

LA HUELGA

Cómo mola pegarte el madrugón, llegar al aeropuerto y que te digan que tu vuelo está cancelado y que te busques la vida porque no tienen ninguna alternativa para ti. El otro día fuimos unos de los damnificados de la huelga de personal de Iberia, que afectaba a otras compañías como Vueling y lo único que nos ofrecieron fue comprar un nuevo billete para otro vuelo y reclamar a través de internet la devolución del billete anulado... Vamos un "Dios te lo pagará, pero cuando acabe el cónclave".
Respeto y defiendo el derecho a la huelga frente a los atropellos de algunas empresas o administraciones que cambian con enorme facilidad las normas del juego y los contratos pactados y firmados entre dos partes. Entiendo a los trabajadores de Iberia que ven como vuelven a ser la pieza más frágil en una fusión en la que unos pocos se van a forrar a costa de dejar en la calle a muchos currantes.
Sin embargo hay algo que nunca he comprendido y que me crea cierto ardor de estómago: la desigualdad de las personas ante la huelga. Si consideramos la huelga como un derecho universal de defensa de los trabajadores, no me parece justo que esta herramienta sea muy útil para algunos y totalmente inútil para otros. Cuando los trabajadores deciden paralizar aviones, trenes o gasolineras, su posición de fuerza es enorme porque su rehén es toda la sociedad. El ejemplo lo tenemos latente con otro conflicto actual, el de los trabajadores de Roca, que por mucho que se declaren en huelga, no van a conseguir que la gente deje de cagar o que lo haga en el campo. Tampoco pasa nada cuando los periodistas de El País, a modo de protesta por el ERE deciden no firmar sus artículos. Y mucho menos cuando los empleados de Telemadrid nos dejan la pantalla negra durante varios días, eso casi lo agradecemos.
Es cierto, la mayoría de los ciudadanos estamos indefensos ante este sistema reivindicativo porque sufrimos las consecuencias de las huelgas de los servicios imprescindibles y de poco nos sirve el derecho de huelga en profesiones sin las cuales el mundo puede sobrevivir. Nada pasa si mañana se ponen en huelga los organizadores de eventos, ni las agencias de publicidad, ni los laboratorios fotográficos, ni los fabricantes de lentes de contacto, ni los pasteleros de IKEA, ni los limpiacristales de rascacielos, ni los mecánicos de aspiradoras, ni los fresadores de rodamientos, ni los productores de zumo, ni los repartidores de pizza.
En cambio hay una serie de trabajadores que tienen cogidos por los cataplines a sus patrones y a toda la sociedad, porque si se paran ellos, se para el mundo. Es el caso de los transportes, de los médicos, de la funerarias, de los testaferros y por supuesto, de los futbolistas y/o árbitros... Hasta ahí podíamos llegar.




domingo, 10 de marzo de 2013

PERDIDO EN LA CASA DE CAMPO

Creía que conocía la Casa de Campo como el pasillo de mi casa, pero no, sólo estoy familiarizado con un trocito, el que recorrimos una y mil veces diseñando circuitos para carreras de mountain bike, durante más de quince años. El caso es que recientemente estoy volviendo al lugar de los hechos para que sean mis hijos los que recorran senderos y caminos con las bicis. Y me alegro, porque los madrileños nos olvidamos muy pronto de que la Casa de Campo está ahí y de la suerte que tenemos de tener un espacio así, integrado en la misma ciudad.
El sábado, mientras Dieguillo y Luis recorrían el "pulmón de Madrid", desde Garabitas hasta el Lago, entre el Zoo y la bajada de la muerte, yo disfruté como un enano dando un largo paseo por los embarrados senderos cercanos a la tapia. Estuve a punto de irme a caminar por las urbanizaciones cercanas o incluso por algún centro comercial, por aquello de que soy más urbanita que campestre, más antropólogo que biólogo, pero finalmente me armé con el periódico y eché a andar senda abajo.
No es fácil caminar y leer a la vez, pero si te gusta meter los pies en los charcos y tropezarte de vez en cuando con alguna raíz, es entretenido y dicen que sano. Lo de andar, para el corazón; lo de leer, para la mente.
Al principio opto por pistas anchas para no tener que fijarme en el suelo y poder concentrarme en el funeral de Chávez, pienso un chiste de mal gusto con el cadáver y el nombre de su sucesor; paso pagina, a la sucesión de Ratzinger, y se me atraganta la primera subida y la enmarañada información sobre la curia, los curas, el cónclave, los cardenales y la chimenea. Qué bonita la historia del humo, lo que le gustaría a mi hijo ser el encargado de hacer la fogata. Una madre gritando a su hija por meter el pie en el barro me saca del periódico, miro para arriba y encuentro miles de pinos verdes sobre frondosa hierba; si cambiase las bicis por vacas y los runners por pastores, pensaría que estaba en Asturias o incluso en Suiza.
Me vuelvo a meter en el barro, fango, terreno pantanoso, el del papel del diario: la Infanta Cristina, el ayuntamiento de Ponferrada, Rato en Bankia y ¿cómo no? mi gran amigo "Luis el cabrón", que no tiene nada que ver con el que está montando en bici con mi hijo, pero sí con los paisajes suizos. Me retiro de los caminos anchos porque están llenos de bicis que me pasan rozando y decido ir campo a través o por senderos estrechos, la auténtica esencia del mountain bike y que ninguno de los "globerillos" se atreve a coger. Hago una larga y enriquecedora bajada con Goytisolo y con Muñoz Molina, pero al final de un barranco empiezo a sentir que me he perdido y cambio de rumbo, subo una empinada rampa hacia el sur con Soraya, echando el bofe, con los "presuntos" impresentables del Madrid Arena y con el riñón de Javier Solana. Corono la cuesta con ese agobiante sabor a sangre en la garganta y empiezo a quitarme ropa porque el sol pega fuerte, justo en el momento en que aparece el blandorro Adelson y su instructivo proyecto cultural, Eurovegas; según lo leo me sigo quitando ropa y aparece detrás de un arbusto una de las fieras autóctonas de la Casa de Campo, una despampanante rubia en tanga... Pero qué imaginación tenéis, pervertidos...

jueves, 7 de marzo de 2013

TOCA MUDARSE

Que padezco el mal de Diógenes es algo de sobra conocido, pero este trastorno suele estar oculto en la profundidad de los armarios hasta que llega el momento, enternecedor momento, de una mudanza. Durante esta semana me ha tocado adentrarme en las profundidades de mi despacho para sacar esas cosas tan útiles que llevaban allí guardadas desde hace más de veinte años y que, por supuesto, seguirán guardadas en el mismo armario durante los próximos equis años, hasta el momento en que me echen o me saquen con los pies por delante y os toque a vosotros limpiar mi mierda.
Como terapia de choque me he obligado a tirar por lo menos un 30% de mis pertenencias y lo he conseguido. A decir verdad, me lo han puesto muy fácil las propias cosas o es que alguien hubiera tenido interés en mantener en un cajón el dossier del campeonato iberoamericano de atletismo de Huelva o de un equipo de balonmano de segunda división o de un torneo de ajedrez en México o el recorrido de la Vuelta ciclista del 94 o nueve ediciones de la agenda de la comunicación o un libro de poemas relacionados con el fútbol o un listado de empresas suecas afincadas en España... Menudo potingue se habrá preparado en la planta de reciclaje de papel.
Sin en cambio, hay otros enseres que han pasado el primer corte y han conseguido llegar hasta el nuevo despacho, a pesar de su escasa utilidad. Es el caso de decenas de proyectos inacabados o fracasados, una carpeta con cartas de clientes diciendo que "NO" (¡qué majetes!), kilos y kilos de dossiers o recopilatorios de prensa, un folleto que hicimos y repartimos por toda España sin darnos cuenta de que habíamos escrito Srite en lugar de Sprite, una postal enviada por Edurne Pasabán desde lo alto del Kanchenjunga (el cartero sí que era un gran escalador...), una revista Interviu con "interesantísimos" reportajes y una crónica del Sahara Marathon, varias pegatinas pidiendo la libertad de Bradley Manning, algunas fotos "dedicadas" de prostitutas de Las Vegas, un Sagrado Corazón de plástico y centenares de tarjetas con contactos inservibles porque, en casi todos los casos, han cambiado las direcciones, los teléfonos o las personas.
De todas formas y aunque da pereza, una mudanza es un ejercicio muy sano, en lo físico y en los psíquico, porque sirve para poner en orden tu vida, dejar atrás malos rollos y refrescar un poquito la memoria. Es curioso, pero en los criterios de selección para salvar o condenar documentos, la antigüedad es un grado y las cosas de los noventa tienen solera y cuesta mucho tirarlas, por estúpidas que sean; una vez pasado el 2.000 parece como que ya es moderno y sin interés y de los últimos años, apenas encuentras información porque está todo en ordenadores.
Para quienes no lo habéis visto, no os perdáis el vídeo que hemos hecho de la mudanza. Por cierto, yo soy el saharaui y las chicas, mi harem.
PD. Los cuadros que se ven al fondo del despacho son de Montserrat Gómez-Osuna y Lucio Muñoz Avia, dos grandes pintores.

lunes, 4 de marzo de 2013

NEGRO SOBRE BLANCO

Últimas novedades del caso malgache. Nuestro invitado procedente de la isla más grande de África continua en casa, pero apenas ha aprendido tres o cuatro palabras de español. Eso sí, como se trata de un intercambio, el pequeño Lucio ya sabe decir cuatro palabras en francés: "Oui, arret, canard et poulet", lo que le garantiza la supervivencia en caso de perderse en Francia. No me preguntéis cómo ha llegado a esas palabras, que no lo sé. También le ha servido al canijo para hacer una sabia y profunda reflexión sobre los colores: "Papá, todas las personas tienen el cerebro rosa, yo lo tengo rosa, los de Madagascar lo tienen rosa y hasta los chinos lo tienen rosa". Esta transcendente teoría la dedujo mientras yo fracasaba en mi búsqueda de liendres y piojos en su mollera.
La otra lectura que uno hace después de tener un chaval subsahariano en casa, es que nuestro país, por mucho que presumamos de lo contrario, todavía no está acostumbrado a convivir con otras razas. Un negro sigue siendo alguien extraño en nuestra sociedad y si lo sacas del contexto habitual en el que estás acostumbrado a verlo, la gente suele reaccionar con extrañeza. En el colegio, en la tienda, en el restaurante, en la oficina, en todas las partes donde he entrado acompañado por este amigo de mi hijo, la gente ha reaccionado con espontánea extrañeza, seguida de hipócrita y desmesurada simpatía. De hecho, la semana próxima viene a casa otro chaval americano, pero de origen indio y prometo seguir con el estudio sociológico y compararlo con la reacción anodina y de absoluta normalidad que este verano vivimos cuando paseábamos por todo Madrid con otro yankee, pero más blanquito y rubito.
Y como si de una casualidad se tratara, los deberes de Martín para el fin de semana consistían en escribir una redacción sobre el racismo, sobre el diferente trato a las personas en función de su raza. Redacción que tuvo que hacer a escondidas porque le resultaba violento hablar del tema delante del  invitado, por si se daba por aludido.
Dieguillo, que ya está acostumbrado al mestizaje, puso todo su empeño en que el chaval aprendiera a montar en moto y llegó a acusarme de racista porque yo no era partidario, no fuese que tuviéramos que ir al hospital a dar explicaciones difíciles de entender: Chico de Madagascar en intercambio se rompe la crisma en pueblo alcarreño aprendiendo a montar en moto con señor mayor de pelo blanco. Al final, como siempre, cedí a la cabezonería de mis hijos y le dí una clase magistral al malgache, que por cierto, no es precisamente James Stewart. Lo dejo que esta entradita está empezando a ser racista...
PD. Stewart, ídolo de mis hijos, es el primer piloto negro que ha ganado el campeonato americano de supercross.

viernes, 1 de marzo de 2013

EL CHELI

El Cheli habla en saldañés. Ya le pueden cuidar en Saldaña por su trabajo en la difusión de la cultura palentina. Con su idioma trastabillado y su estilo campechano llegó a Madrid hace cincuenta años y se metió de lleno, sin pasar ningún tipo de selectividad ni máster, en la exigente labor de periodista de motor. Su Cuñado Enrique Hernández Luike, le abrió la puerta de una oficina y él entró para quedarse allí para siempre. Para ser uno de esos ejemplos de trabajador hecho a sí mismo, de directivo que llega a lo más alto después de haber conocido todos los rincones de la casa. Para ser durante muchos años la persona más influyente del motociclismo español, a base de trabajo, cabezonería y una inigualable pasión por el mundo de la moto.
Ayer nos reunimos un nutrido grupo de periodistas (algunos ex), moteros y amigos para homenajear a Javier Herrero por sus 50 años en la profesión. En torno al maestro nos juntamos muchos de los que hemos pasado por la redacción de Motociclismo o de alguna de las publicaciones que él ha liderado; periodistas que trabajamos en un equipo super ilusionado y que aprendimos muchísimo de motos, pilotos y filosofía periodística bajo la batuta de "El Cheli", esa batuta que a veces se enrojece, se acelera y expulsa exabruptos para luego volver a la tranquilidad recordando una nueva anécdota sobre dos ruedas. También estaba el nombre más ilustre de nuestro deporte, Ángel Nieto, los directivos de algunas marcas, muchas caras conocidas del periodismo del motor del pasado, presente y futuro, e incluso su más dura competencia, Jaime Alguersuari.
Todos ellos envolviendo a Javier en un cariñoso abrazo y llenando de emoción una noche que daría para escribir tomos y tomos de la historia de la moto. No había tiempo para saltar de corrillo en corrillo y zambullirte en una jugosa anécdota: de cuando El Cheli cogió por el cuello al ingeniero de Doohan, de cuando le pegó un comisario en un circuito, de cuando Valentín Requena era fotógrafo de carrerillas de motocross, de cuando Virgilio Hernández fue el único periodista en ver ganar a Nieto su primer Gran Premio, de cuando Alguersuari se llevó a Sito y Cardús a Daytona, de los compañeros que se fueron (demasiados), de las historias del Dakar de Juan Hernández, del enduro de Pepe López, de los scooters de Cuadra, de las clásicas de Nacho Medina, de las pruebas de Augusto, de los viajes de Cuervo, de las fotos de Jaime Olivares y los hermanos Herranz, de los Grandes Premios de Pecino y Mela, de los cierres de Ilde, Mike y otros tantos, de las chifladuras de Dennis...
Todos y cada uno teníamos un largo repertorio de historietas y batallitas "cebollescas" que contar, pero quedaban siempre minimizadas por el enorme peso de la enciclopedia andante de la moto que es El Cheli. Muchos le hemos pedido que escriba un libro, pero como periodista que es, le cuesta repetirse, porque todo eso ya lo ha escrito. Yo tuve la suerte de estar en la cena y de ser uno de los afortunados que me sometí durante varios años a la tutela de Javier, fue mi director y mi maestro; le sufrí mucho, aprendí más y supe entender ese peculiar liderazgo. Tanto, que cuando decidí cambiar de profesión, se entristeció y llegó a ofrecerme un puesto muy alto para que me quedase. No me arrepiento, claro está, pero de vez en cuando tengo remordimientos por haberle dicho que no a mi maestro: Javier Herrero.
PD Para los que no le conocéis, El Cheli es el que está en la foto justo debajo mío y yo soy el que sale justo encima de Javier. El Cheli y Javier son la misma persona.

lunes, 25 de febrero de 2013

EL MALGACHE

Hello, guten tag, bonjour, salam alekum... se me traban las palanguas. Llevo unos días que no sé muy bien dónde estoy, y eso que no he salido de Madrid, de casa, de la oficina... Quizás sea que mi cuerpo está acostumbrado a pasar la última semana del mes de febrero en los campamentos de refugiados de Tindouf y por eso esta vez se me ha cortado la digestión, la respiración y hasta la regla. Hoy debería estar escribiendo la crónica de la decimotercera edición del Sahara Marathon, pero los acontecimientos han sido caprichosos y aquí estamos, lejos de nuestras familias saharauis, echándoles mucho de menos. Por eso hemos dedicado buena parte del día a preparar el material deportivo que vamos a enviar en una caravana solidaria. Lo he hecho con mi brother Brahim, que está pasando unos días en casa, lo que conlleva alguna que otra sesión de te saharaui, para que por lo menos el sabor amargo-dulce-suave nos traslade por unos minutos al interior de la jaima.
También hemos tenido visita de los alemanes, austriacos y belgas que participan en el proyecto y que ya tenían sacados los billetes a Madrid, con lo cual nos ha tocado hacer un poco de cicerones, aunque sin llegar a la hospitalidad que desbordan Dumaha, Mohamed y todos nuestros anfitriones saharauis. Eso sí, hemos tenido una reunión en la que se hablaba inglés, francés, alemán, saharaui y español, idiomas, todos ellos, que controlo a la perfección, a excepción de cuatro.
Y todo esto ha ocurrido en el fin de semana posterior a la visita de nuestra amiga californiana Cory, que ha venido a recorrer España con su hija y a traernos aire fresco del Pacífico, recuerdos de los amigos y nostalgia de aquella experiencia tan maravillosa que pasamos en San Francisco.
 Y justo antes de la llegada a casa de Zidiny, un chaval de Madagascar, que ha venido a hacer un intercambio con Dieguillo y que por tanto pasará unos días en casa con nosotros. Con él también hablamos un mix entre castellano, francés e inglés porque, como bien podéis imaginar, mi madagascareño es escaso. Por cierto, lo he puesto mal, el Gentilicio de Madagascar es el Malgache. Qué bonito, si tengo otro hijo le llamaré Gentilicio Malgache.
PD.El lector debe adivinar si el de la foto es Zidiny, el belga, el alemán, Brahim, el austriaco, Cory o Gentilicio Malgache.

domingo, 24 de febrero de 2013

viernes, 22 de febrero de 2013

HÉROES CON PIES DE BARRO

No me interesa nada el morbo del cojo famoso matando a su chica, aunque pueda ser un best seller mundial. Tiene todos los ingredientes perfectos para el amarillismo y la casquería periodística. Joven héroe mundial casado con rubia maciza, la mata y se escuda en una poco creíble excusa digna del mismísimo Hitchcock. La sociedad que le encumbró procede a lapidarle justamente. Cómo mola lo de lapidar héroes caídos.
Sin embargo, el caso no tiene mucho más que ofrecer que el de cualquiera de los cafres que por estos lares se llevan por delante, casi a diario, a decenas de indefensas mujeres. Es la lacra de otro tipo de héroe, el machote de orgullo herido, el más peligroso ser sobre la corteza terrestre. Pistorius, que se había superado a sí mismo en un ejemplo para toda la humanidad, ahora se ha auto destruido en otro ejemplo de inhumanidad.
Pero ya digo que no me atrae la cuestión y si escribo de ello es sólo porque me llama la atención la ejemplar rapidez de la justicia sudafricana, que está a punto de dictar sentencia cuando apenas se ha cumplido una semana del asesinato. Así, con los datos fresquitos, las memorias llenas y todos los testigos vivos es como se debe juzgar cualquier hecho. Así es como cualquier niño, con su inocente pero lógica mentalidad, nos sugeriría que se debe aplicar la justicia. Todo un ejemplo para aprender de él. Nuestra justicia es en ese sentido tercermundista. Con qué rigor se pueden juzgar hechos, diez años después de su desarrollo, fuera de su contexto, con personas desaparecidas, con recuerdos borrados y con mucho tiempo para que los culpables puedan esgrimir y utilizar triquiñuelas legales para esquivar a la justicia. Así ocurre que Ferrán le echa la culpa a su socio muerto o algún otro incluso a los padres o en la mayoría de los casos, realmente los testigos no se acuerdan de los detalles. Si estamos juzgando ahora el Prestige, la Operación Puerto, el caso Palma, la Gürtel y tantas causas graves que ocurrieron hace varios años, cómo podemos hablar de objetividad y justicia, si el simple paso del tiempo destroza principios como la presunción de inocencia, el derecho a la defensa o el resarcimiento a las víctimas.
Sólo en algunos casos aislados, la justicia consigue actuar de forma rápida y fulminante, como es el caso de otra "lapidación", la del juez Garzón.  No os quepa ninguna duda de que cuando se juzgue el caso Bárcenas, la niña de Rajoy ya habrá dejado las Nuevas Generaciones y los datos que ahora parecen tan contundentes habrán quedado diluidos en el tiempo.
Quién nos iba a decir que hasta Sudáfrica nos iba a dar lecciones de justicia, derribando con dolor a su héroe con los pies de barro... Perdón por el chiste malo y cruel, pero no me he podido contener.

jueves, 21 de febrero de 2013

UN HIGO CHUMBO

Siempre me gustaron esos programas de televisión en los que entrevistan a niños pequeños hablando de cosas que desconocen, desbordando inocencia y sin ningún tipo de pudor. Lo que no imaginaba es que yo iba a ser protagonista de una encerrona con una jauría de enanos, ansiosos de conocimiento y sin el más mínimo recato para preguntar. Ayer, en una de esas charlas en colegios, a las que me invitan de vez en cuando, me encontré por sorpresa con un auditorio más joven de lo esperado: 200 chavales de 6 y 7 años.
Por suerte mi hijo pequeño tiene esa edad y tengo suficiente experiencia para saber en qué tono hablarle y cómo explicarle las cosas para que no me haga ni puto caso. Estos, como todavía no tenían confianza, se portaron muy bien y atendieron receptivos a las diapositivas y las anécdotas o curiosidades sobre la vida de los saharauis. Todo muy bien hasta que al final llega el turno de preguntas: ¿Es verdad que en el desierto hay conchas porque antes era un mar?, ¿Cómo es posible que fuese un mar, cómo llegó el agua hasta allí?, ¿Y si fue un mar, todavía está mojada la arena?, ¿Si en el desierto no hay árboles, cómo es posible que puedan respirar el aire sin oxígeno?, ¿Es verdad que en el desierto la única planta que aguanta es el cactus?, ¿Tienen higos chumbos todos los cactus?, ¿A qué saben los higos chumbos?, ¿Cuando toman el te de la muerte, se mueren?, ¿Es peor una tormenta de arena o una de rayos?... Y así hasta el "campana y se acabó" de la salvadora profesora. Tengo que reconocer que incluso comprendí y envidié a Rajoy el día que puso el televisor delante de los periodistas. Por un momento tuve que hacer de geólogo, biólogo, meteorólogo y detodólogo. Pero lo peor estaba por llegar...
Ya al final, un simpático chavalillo se levanta y orgulloso me informa: "Pues mi papá es marroquí..." Como podéis imaginar, esa es la única pregunta que llevo bien preparada y salí airoso con mis elogios al pueblo marroquí, a la belleza del país y mis duras críticas a sus tiranos gobernantes. Aunque tengo que reconocer que esta vez me tuve que morder la lengua para no hablar de sus continuos pisoteos a los derechos humanos, del permanente insulto a la comunidad internacional, de la insistente humillación a los residentes saharauis y de ese lamentable juicio, precedido de torturas, en el que han condenado a cadena perpetua a buena parte de los activistas saharauis de Gdeim Izik. Fue entonces cuando me acordé de la edad de mi hijo y pensé que no iban a entenderlo bien... Seguí hablando de higos chumbos.

martes, 19 de febrero de 2013

LA RENTA

No quiero ver la Renta de nadie. Quiero políticos honestos, jueces justos, sindicatos responsables y empresarios coherentes, pero no quiero ver la declaración de la Renta de nadie. Estamos ante un nuevo concurso de populismo, una subasta de demagogia, en la que se confunde transparencia con desnudez y honradez con pobreza.
La declaración de la Renta es un elemento totalmente anodino para juzgar todas estas corruptas fechorías de nuestra clase política y no hace otra cosa que, como dije el otro día, extender una cortina de humo delante del problema. En la declaración de la Renta nadie escribe sus robos, ni sus desfalcos, ni sus chanchullos, ni ninguna de sus vergüenzas. A quién estamos llamando gilipollas... enseñar la Renta es como mostrar tu análisis de orina para que la DGT te quite las multas por exceso de velocidad.
La declaración de la Renta es la confesión de cada ciudadano con Hacienda y el cien por cien de los ciudadanos hace todo lo posible por evitar cualquier sombra de sospecha, por pintarla limpia y clarita. De hecho todo el mundo hace magia para pagar lo menos posible y si se da el caso, por conseguir que le devuelvan lo máximo posible. Para eso existen millares de asesores fiscales, cuñados, gestorías y gabinetes, perfectamente legales, que buscan las triquiñuelas que permite la ley para que cada uno salde sus cuentas con el Estado de la forma menos dañina.
Por eso este exhibicionismo y falso ejercicio de transparencia no lleva a nada más que a desviar la atención. Un partido pedirá la declaración del otro y viceversa, los periodistas de cada tendencia sacarán punta a tal o cual ingreso sin llegar a comprobar nada y todos habremos salido perdiendo, pues no nos enteraremos de lo realmente importante, de la vinculación entre partidos y constructoras, de los pagos en dinero negro, muy negro, procedente de negocios que nunca se plasmarán en una declaración del I.R.P.F.
También perdemos con esta demagógica desnudez populista que criminaliza a los políticos por ganar salarios altos y se salta a la torera el principio de presunción de inocencia. Por favor, que los políticos trabajen por el bien público, con honestidad, sin robar, sin manipular, pero ganando el dinero que merecen por su cargo. En este país hemos pasado de presumir y concursar por ser el más rico del barrio, el que más caro vendía su piso, el que menos pagaba a Hacienda, el que la tenía más... a todo lo contrario, a tener que echar mano de la Renta para demostrar que no has robado y que no tienes mucho dinero porque sino te pondrán bajo sospecha en el titular de una periódico de la competencia política. Qué falsos somos. Si seguimos con esta escalada de estupidez sólo nos podrán gobernar gente que esté en la indigencia y que además esté dispuesta a trabajar sin cobrar. Nadie.

viernes, 15 de febrero de 2013

LA SÍNCOPA

El chaval dice que le ha salido bien, pero yo lo dudo. Dudo que haya sido capaz de explicar de una forma comprensible lo que es una síncopa y un contratiempo. Bueno eso ya lo va sabiendo, él y todos. La vida está llena de contratiempos. El otro día, en uno de esos momentos de crisis familiar provocada por el exceso de deberes, opté por ayudar al bueno de Martín en una materia, que en teoría, no me debería ser muy hostil. Abrí el libro de música y me topé con la síncopa, que todos sabéis bien que es el efecto que se produce cuando el sonido de una pulsación se alarga hasta la siguiente pulsación a través de una ligadura que une las notas; hice un sobresfuerzo para explicarle al chiquillo lo que quería decir y me enfadé mucho con él porque se reía mientras yo me volvía loco para hacérselo entender. Fue entonces cuando llegó el contratiempo, es decir, cuando la nota que no coincide con la pulsación va precedida por un silencio y tuvimos un verdadero contratiempo, porque la risa pasó a ser contagiosa y el papá maestro quedó en evidencia sin ser capaz de deducir cuál es la nota que no lleva pulsación y dónde está entonces ese silencio. Entre carcajadas, no fui capaz de defender los argumentos pedagógicos ante la ya habitual y reincidente pregunta de mi hijo: "¿Para qué me va a servir saber esto?"
Ya sé que no es la primera vez que hablamos de estas cuestiones educativas, pero me sorprende que una asignatura que debería estar basada en la práctica y en la participación, se pretenda enseñar a base de teoría pura y dura y de datos técnicos que habrán olvidado en dos días. En San Francisco, le daban mucha importancia en el colegio a la música y eso significaba que los alumnos estaban obligados a tocar un instrumento, a ensayar a diario y a dar conciertos de vez en cuando.
En mi casa, mis padres nos transmitieron el valor de la música sin explicarnos la teoría de los compases simples y los compuestos, pero enseñándonos a distinguir los instrumentos y los compositores a base de escuchar y oír a todas horas cantatas de Bach, óperas de Mozart o sinfonías de Schubert. Nos llevaban a conciertos y consiguieron empaparnos de una forma amable. En qué cabeza cabe que un examen de música puede ser sólo teórico y en silencio, es contra natura, es como obligar a alguien a aprenderse la letra de una canción sin su música. Son esas cosas de nuestra educación alienante y grisácea que reprime la creatividad. Son esas cosas de un país que reprime la cultura porque opina.
Espero que Martín no lea esto y haga bien el examen, para que el profesor esté contento, el colegio tenga una buena valoración y los padres podamos presumir en el parque de las notas de nuestro retoño, aunque todo sea a costa de que a los niños les dé un síncope...

miércoles, 13 de febrero de 2013

AINHOA

Yo estoy seguro que tendría síndrome de Estocolmo. Por eso es lo primero que le pregunté a Ainhoa cuando ayer tuve ocasión de conversar con ella. Ella fue secuestrada, junto a otros dos cooperantes, en los campamentos de Tindouf y pasó nueve duros meses de cautiverio en el norte de Malí. Ayer tuve el honor y el placer de impartir y compartir con ella una charla de cooperación y sobre el conflicto saharaui.
Hasta ahora, las presentaciones que hacemos en colegios para dar a conocer la problemática del Sahara y nuestros proyectos solidarios, las hacía con mi amigo Víctor, pero ayer, por una casualidad, compartí mesa en el Centro Teide con Ainhoa y tengo que decir que me sentí sobrecogido, imaginando lo que aquella chica de apariencia frágil, pero férrea fortaleza, había pasado durante todo ese tiempo. Me sorprendió su frialdad y desinhibición para hablar del secuestro como quien habla de cualquier acontecimiento habitual en su vida. Ni tenía síndrome de Estocolmo, ni guardaba un rencor vengativo, ni trataba de esconder o borrar ese episodio de su historia... Todo lo contrario, me sorprendió la entereza y sensatez con la que narraba los hechos, restándoles dramatismo y huyendo del protagonismo. Incluso le pregunté si no pensaba escribir un libro y dijo que no, que no ha lugar y que prefiere mirar hacia adelante.
Se ayuda con un bastón para caminar porque aún no ha recuperado la masa muscular que perdió durante todo ese tiempo, sin ejercicio y con mala alimentación. Te habla del miedo o la angustia que se siente en una situación como esa, pero sin espectáculo, sólo con sentido común: "Yo sabía en todo momento que me podían matar si la cosa no iba bien, no hacía falta que me amenazaran, lo sabía yo". Y te cuenta las incomodidades de vivir en un lugar así, en medio de la nada, con la cabeza cubierta en todo momento, entendiéndose en una mezcla de varios idiomas con secuestradores armados hasta los dientes e incluso, de la desesperación que le provocaban los falsos anuncios de liberación que los captores, entre los que había algún menor, les hicieron en numerosas ocasiones.
Aún así, lo más sorprendente fue ver a Ainhoa hablando de cooperación con entusiasmo, de su experiencia como cooperante en Palestina, en el Sahara y en otros muchos países africanos. Ver que alguien que ha pasado por una situación tan extrema, mantenga la pasión, la solidaridad y la determinación para seguir dedicada al noble oficio de ayudar a los demás, me dejó perplejo. Ella dijo: "Si no lo hiciera así, estaría cediendo al chantaje de los secuestradores" y yo pensé que vaya suerte tienen sus padres de tener una hija así.

martes, 12 de febrero de 2013

EL HOMBRE QUE MATÓ A...

Liberty Valance ¿no?... Pues no, yo espero ansioso la entrevista que en unos días va a publicar una conocida revista con el hombre que mató a Bin Laden. Seré morboso o lo que sea, pero me encantaría conocer muchos de los detalles y secretos que ese personaje sabe; digo personaje porque es totalmente anónimo y es posible que si se va un poquito de la lengua, desaparezca de la faz de la tierra algo más que su apellido. Al parecer es de Milwaukee, como lo son todos los tipos raros de aquel país, de Milwaukee en el mismísimo Wisconsin, y ahora el gobierno tiene un problema parecido al de Rajoy con Bárcenas, o le miman un poco o a ver quién le calla la boca.
Resulta que el selecto pistolero que descerrajó tres tiros en la frente del enemigo público número uno del mundo, vio culminada su carrera y presentó la renuncia como el mismísimo Benedicto, pero, por esas torpezas de las administraciones, ahora se encuentra a dos velas, sin seguro médico y viéndolas venir. Eso es lo que le ha llevado a hablar con un conocido periodista y publicar su historia, supongo que bastante maquillada; aunque yo que este chaval, miraría bien cada mañana debajo del coche, porque enemigos no le van a faltar, dentro y fuera de casa.
Desde luego, los yankees tienen un problema con todos sus superhéroes y o lo resuelven o sus próximas y millonarias producciones de Hollywood van a ser un tantos frustrantes y dramáticas. Hace poco fue asesinado a tiros el francotirador más mortífero del ejercito americano, que había matado a 150 combatientes, según la versión oficial, aunque él decía haber acabado con más de 300 y la Comunidad de Madrid lo cifra en un millón y medio. Lo curioso del caso es el tratamiento que en ambos casos se hace de los personajes, que son tildados poco menos que de superhombres salvadores de la humanidad y en ningún caso se pone en duda la justicia de sus actos, ni la culpabilidad de todas y cada una de sus víctimas.
Pero hay otro dato que atormenta a los gobernantes americanos, que durante tantos años han intentado regir los destinos del mundo. La mayor causa de muerte entre sus soldados es el suicidio; son centenares los que no pueden borrar de su memoria, ni de su conciencia, lo que han visto, han vivido y han hecho en guerras como la de Irak o la de Afghanistán. Y otros muchos se vuelven locos y vagan por las calles empujando un carrito de supermercado lleno de cartones. Pronto habrá uno, en los suburbios de Chicago, contándole a la gente que él mató a Bin Laden. Sí hombre, y yo soy Obama, le dirán.

lunes, 11 de febrero de 2013

LA CORTINA DE HUMO

Como no podía ser de otra forma, el Papa vuelve a colarse por pleno derecho en este blog y lo hace por ese cese fulminante que le ha llegado desde arriba. Tras una larga jornada leyendo todo tipo de ocurrentes bromas y patéticos chistes sobre su eminencia, he llegado a la conclusión de que todo esto es una cortina de humo.
Que si Roma 1- Genova 0, que si se retira para montar un garito de bodas en Eurovegas o ser consejero del Banco Espíritu Santo, que si la porra del nuevo Papa va a ser dura... Tropecientasmil gilipolleces que hacen que en unas pocas horas estemos todos hasta las narices de la renuncia papal y todas sus interpretaciones.
Pero hay que reconocer que a unos cuantos les ha venido Dios a ver. Me refiero a Arturo Fernández, a Joan Rosell, a Ana Mato, a Barcenas y hasta al mismísimo Mariano Rajoy; todos los que estaban iluminados por los focos de las cámaras y han visto como los micros y los plumillas han salido en estampida hacia El Vaticano.
Y sinceramente, no creo que sea malo un poquito de aire fresco, porque también estábamos empezando a distorsionar el asunto de la corrupción enfocándolo desde la más pura demagogia y dejando a un lado el verdadero meollo de la cuestión. Que los sueldos declarados por Marianín no coinciden con lo que dijo aquí o allá, es importante, pero no es el problema capital del asunto. Que Arturo Fernández paga a sus empleados parte del sueldo en negro, como el 120% de los bares, restaurantes y comercios de nuestro país, no es muy constructivo, pero no debe quedarse en el detalle. Lo realmente importante de todo este culebrón no es que una, dos o veinte personas ganen un poco más de dinero o que no paguen sus impuestos o que incluso lleguen a robar. Lo realmente grave y que está quedando ocultado por ese humo demagógico y populista de los sueldos y los impuestos, es la trama perfectamente organizada que supuestamente había o hay montada para financiar de forma ilegal a un partido, (ya sé que otros también lo han hecho o lo hacen, pero ahora le han pillado a este), y la implicación de numerosas empresas que si ponen dinero es porque reciben muchíiiiiiiiísimo más a cambio.
Que Arturo pague como le dé la gana, allá él con Hacienda, pero que no nos dé lecciones a nadie y que explique cómo se hace para tener la concesión de restauración de la mayoría de instituciones oficiales. Que la Mato se duche en confeti cuando quiera, pero nos expliquen a cambio de qué les regalaban tantas cosas. Y que Mariano no haga nada más por conseguir credibilidad porque la tiene totalmente perdida, que gane lo que tenga que ganar, y se aparte de toda esa mafia si es que realmente no tiene nada que ocultar.
Lo demás es una cortina de humo que no nos deja ver el bosque... ¿era así, no?... Estaremos atentos para ver de qué color es la fumata.

domingo, 10 de febrero de 2013

MANERAS DE VIVIR

No son tiempos para la filosofía, más bien para la supervivencia. Así es para quien está con el agua al cuello, agobiado por mantener la cabeza a flote y poder respirar, e igual para quien aun no ha sufrido el zarpazo de la crisis y aguanta en la superficie, pero vive asustado pensando que pueden venir tiempos peores. Se vive con miedo y por eso no se consume. Unos porque no tienen dinero y otros porque tienen miedo a perderlo.
A pesar de todo, cuando te topas con un vídeo de estos que te remueven los entresijos y pones en cuestión tu filosofía de vida, cualquiera disfruta con sus fantasías existenciales, con todos esos deseos y planteamientos que tantas veces te has hecho, pero nunca te has atrevido a poner en marcha. Esos utópicos "carpe diem" y vive el momento, ahora tienen poco sitio, porque bastante tiene la gente con vivir al día. Aun así, a veces encuentras algún resquicio en la cafetería entre Barcenas y Mato, entre Messi y Ronaldo, para comentar inquietudes, para escuchar a uno que sueña con irse a vivir a Estados Unidos, otro que fantasmea con hacerse pastor, algún atrevido que promete irse a África y hasta un snob que dice que el dinero no sirve para nada, que no te da la felicidad. Este último, es un comentario que no se suele escuchar en la cola del INEM, sino en boca de alguien a quien le sonríe la economía, alguien que no le dé importancia a esas cosas tan básicas y terrenales como comprarse una casa, un coche o un televisor, porque quizás hace mucho tiempo que lo tiene.
El materialismo es también una cuestión social, una aspiración de quien no ha llegado a poseer esos símbolos que nos han vendido como termómetro de la felicidad y el bienestar... Y en eso vuelve el amigo y te dice que lo que realmente hace feliz al ser humano es ayudar a los demás, que es mejor regalar que recibir un regalo, querer que ser querido... Palabras muy bonitas y generosas, siempre y cuando tengas posibilidad para ayudar, dinero para comprar el regalo y alguien a quien querer. Tal es así, que de inmediato saltó otro amigo con una visión un tanto más fría y agria, afirmando que el ser humano es egoísta en cada una de sus acciones y que hasta cuando está ayudando o siendo solidario con los demás, lo hace por puro egoísmo, para sentirse feliz consigo mismo.
Y yo, mirando para un lado y para el otro, como si fuera un partido de tenis, intentando coger lo mejor de cada una de las visiones, terminé enfrentándome a los dos, por crear polémica, y dándoles la razón, por conciliar. Sí, ojalá el dinero no fuese la máxima aspiración de las personas y tuviésemos una sociedad basada en otros valores, aunque sean tan egoístas como el de ayudar a los demás.

viernes, 8 de febrero de 2013

OBRING O REFORMING

Estamos metidos en una pequeña reforma. Tabique va, tabique viene. Tengas obras y las sufras (la frase es con pleitos, pero sobraditos van los periódicos).  Pero no vengo a quejarme, sólo faltaba, en estos tiempos es todo un privilegio poder meterse en este tipo de berenjenales. Da cierto remordimiento, pero siempre queda el consuelo de saber que tu inversión contribuye levemente a generar un brote verde y a generar ciertas expectativas en la injustamente vapuleada industria del ladrillo. Tranquis, que tampoco vengo con uno de mis ladrillos de política... Hoy toca clase de lengua.
Por asuntos profesionales uno ha caído en ese cuasi ridículo mundo de la publicidad y la mercadotecnia en el que no es posible completar ni una sola frase sin incluir un anglicismo o palabro en inglés. Nuestras reuniones llegan a ser grimosas por el exceso de briefing, branding, advertising, marketing, clipping, meeting y porculing. Cualquiera que venga de fuera, que no conozca el sector y que vaya flojo de inglés, saldrá por patas cuando le pidan el feed back del general manager sobre el budget del backdrop o hacer un banner dirigido al target que sirva de teaser para los next steps del community manager. Vale, lo he exagerado mucho, quizás influido por este vídeo, pero en algún caso y tratando con multinacionales que están acostumbrados a reportar a sus headquarters, nos vemos en situaciones un tanto estúpidas.
Y aquí llegan la obra y los ladrillos. Un complejo y delicado sector donde los meetings son reuniones, los managers son la dirección facultativa y el brain storming se hace cavando una zanja para ver si los cimientos coinciden con el muro de carga. Llevo ya unas veinte largas reuniones hablando sobre todo tipo de detalles del mundo de la arquitectura, la construcción y la albañilería y todavía no he encontrado a nadie que hable de cargadering, pilaring, cubierting, acometiding o rozing. Es más, el lenguaje de este sector es riquísimo y en este caso soy yo el que me siento un extranjero en cada una de las reuniones y eso que hablan en perfecto castellano, por antiguo que me suene. Resulta que tienen problemas con el cajeado de los capialzados y para mantener la continuidad planimétrica con el guarnecido, proponen acometer el cargadero mediante una placa de palastro y una escuadra a modo de ménsula de métrica variable, así evitamos que quede trasdosado y podemos sustituir el revestimiento fratasado en la zona de la crujía central. Y es entonces cuando yo cierro la boca, busco el mando para poner los subtítulos en español y asiento con la cabeza, mientras el aparejador me pelotea con un "si le parece bien a la propiedad..." Me habían llamado de todo, pero lo de "La Propiedad" lo llevo muy mal, suena a dueño, a puto amo, a señorito, así que a partir de ahora les pediré un naming más cool si no quieren que les pinche otra vez la "bubble of brick".

miércoles, 6 de febrero de 2013

TIENES UN MOCO

Uno de mis hijos se ha enfadado conmigo porque le he avisado de que salía de casa con un moco asomado a su nariz. Le entiendo porque es una situación violenta, algo humillante y por eso a veces reaccionamos molestos ante quien nos avisa, que en el fondo nos está haciendo un favor. Es algo que tenemos que cambiar en nuestra sociedad, ya que otras prácticas no podemos, y conseguir que el moco ajeno sea tratado con mayor naturalidad. He estado en reuniones en las que alguien tenía un gusanillo asomando y nadie le decía nada, pero todos empezaban a hacer gestos tocándose la nariz para que se diera por aludido. Mal hecho, así todas las reuniones terminan siendo un ir y venir de manos, pañuelos y angustia por no saber si eres tú el que tiene el moco pegado. Hay un momento en que da igual lo que hables, todo el mundo está toqueteándose por si las moscas y nadie escucha.
Por eso, a partir de ahora voy a pedir que en las reuniones, además de dejar fuera los ordenadores y apagar los móviles, se informe adecuadamente, con diplomacia, pero con claridad, del moco ajeno, la paja en el ojo o la pelusa en el ombligo. Es el mejor favor que le puedes hacer al "mocoso". Tu silencio es cruel.
Hace poco lo viví en primera persona. Y no era por moco, sino por algo peor. Al llegar por la noche a casa y quitarme los pantalones comprobé que llevaba una sospechosa mancha marrón en el trasero y no era lo que estáis pensando. El capullo de mi hijo Lucio había dejado un trozo de Kit Kat en el asiento del coche y su papá se había sentado encima sin darse cuenta; el resultado daba a entender que había habido algún tipo de escape y así lo debieron de pensar todos los que me vieron de espaldas a lo largo del día. Nadie me dijo nada y posiblemente lo hacían por no molestarme, pero cuando por la noche vi el chocolate, tengo que reconocer que me cagué en todos ellos por su insolidario silencio. A un compañero periodista, hace bastantes años, le pasó algo parecido y según le vimos, todos dijimos "te has manchado de aceite o algo así" y corrió a casa a cambiarse.
Claro, que lo peor fue lo que le pasó a una amiga, que en un abarrotado restaurante fue al servicio, con tan mala suerte que se le enganchó el papel higiénico en la falda y salió del baño arrastrando por todo el comedor el rollo de papel como si fuera el perrito de Scottex. Ella notaba que todo el restaurante se reía y que su marido hacía extraños gestos desde su mesa, pero no se dio cuenta de que llevaba 30 metros de cola de papel hasta que llegó a sentarse. Lástima de vídeo.

EL PICADERO

Soy un experto en picaderos, conozco los mejores de un montón de ciudades. Suelen ser espacios verdes, con bastante vegetación, accesibles para vehículos y cercanos al centro de la ciudad. Por las mañanas rara vez encuentras algún ejecutivillo con la secre o, para no ser machista, alguna directiva con su machaca; por la tarde noche llegan las parejitas al uso. Todos ellos tienen esa afición tan taxista de mantener limpio el coche, lo que implica vaciar ceniceros en el parque o, lo que es peor, dejar el Flash Golosina con toda su sustancia tirado en el suelo.
Durante varios años recorrí España buscando este tipo de parajes, pero no penséis que era por mi "ninfomanía", era sólo por una cuestión profesional, porque necesitábamos grandes parques o zonas verdes cercanas a las ciudades para organizar nuestras carreras de mountain bike y siempre coincidía que ese lugar era el picadero local. En sitios como la Casa de Campo de Madrid, tuvimos que ponerle dos rombos a las carreras, porque los corredores terminaban viendo unos espectáculos erótico-festivos no muy pedagógicos. De hecho la federación internacional, cuando nos otorgó la Copa del Mundo de Mountain Bike, denominó al circuito "Casa del cóndom".
También conozco muy bien el de Sigüenza, pero por motivos bien distintos. Hace ya más de 20 años, cuando en la casa del pueblo no teníamos ni luz, ni por supuesto señal de televisión, nos las ingeniábamos para ver las carreras de motos en algún bar de los pueblos cercanos, pero para las nocturnas, hubo que buscar un sistema más sofisticado: compramos una tele que se enchufaba al mechero del coche y la poníamos en una furgoneta a la que subíamos un sofá, una manta y unas cervecitas. Con todo el tinglado nos acercábamos a un cerro que hay en Sigüenza (el picadero) donde veíamos el Gran Premio de Japón, de madrugada. Recuerdo una vez que apareció la Guardia Civil y mi cuñado comentó: "Si nos dicen algo, diles que estamos follando, porque si cuentas la verdad, nos detienen..."
Lo que no sabía yo es que el tema de los picaderos era algo de familia, pero ayer lo comprobé con un enlace que encontró mi hermano del portal cultural de internet mispicaderos.net,donde figura la madrileña calle Pintor Lucio Muñoz como un lugar apropiado y tranquilo para echar un polvete tipo Simca mil. Quizás alguien piense que mi comentario es una irreverencia o falta de respeto, pero estoy seguro de que a mi padre le divertiría mucho tener esta nueva línea en su extenso currículum.

PD. La foto la he puesto sólo por provocar, pero seguro que a alguno le "pone"...

lunes, 4 de febrero de 2013

EL APÓCRIFO

Me obsesiona la actualidad, lo reconozco. Tengo "noticiodependencia" y cada vez que hay un acontecimiento relevante paso las horas devorando periódicos y exprimiendo información. Hasta la obsesión... Y así llevo los últimos días, enganchado a los papeles apócrifos, que dijo el otro, tratando de sacar algo en claro. Ya visteis que Mariano no me hizo ni puto caso y niega la mayor, pero no le auguro un gran futuro al chiquillo. Está utilizando la habitual táctica de los políticos, que en su caso es toda una especialidad, de dejar que el tema vaya bajando de intensidad y se vaya diluyendo con el paso de los días; otra información más impactante llegará que sepultará esta noticia... Pero en esta ocasión me da que las informaciones que van llegando cada día no hacen más que sepultarle a él mismo con todo su equipo.
Sin embargo, no voy a repetir lo que ya está escrito y dicho por todas partes y tampoco pretendo crearle opinión a nadie. Simplemente hago aquí un refrito de mis dudas existenciales en cuanto a la "apocrifeidad" de los papeles. Que tienen algo o bastante de ciertos, parece que nadie lo duda, pero ¿cuánto?; ¿será verdad la teoría de algún periodista con tirantes que dice que son parte verdad y parte manipulados?; ¿quién hay detrás de todo esto?; ¿cuánto más nos queda por saber?...
La línea argumental de vendetta de Barcenas al sentirse solo ante el peligro tiene toda su lógica, pero también cuadra que sea una filtración selectiva, porque choca que salga tantas veces el nombre de Rajoy y no salgan los de Aznar, Zaplana, Trillo, Camps, Aguirre o tantos otros. Lo que daría por saber cómo se ha cocido todo esto, quién está detrás, cuál es la verdadera teoría de la conspiración, que sin duda la hay.
En el PP, acostumbrados a cerrar filas, dibujan un escenario de fantasía en el que no hay nada de nada y, como dice Mariano, todo es falso. Coño, para ser todo falso, está hecho con un nivel de detalle digno del museo de cera. Le echan la culpa, al margen de al satánico Rubalcaba, a la guerra mediática y a los intereses de los periodistas y sus grupos. Razón no les falta porque uno de los problemas gordos de este país es la descarada militancia de los medios, que en algún caso llegan a ser más extremistas que el político más radical. No sé cómo se las van a ingeniar para parar la carrera entre cabeceras por ver quien consigue el mayor escándalo.
Pero alguien tiene que alimentar al periodista de turno y sobre esto hay varias teorías. La mayoría hablan de guerra interna, de ajuste de cuentas de los damnificados por la Gürtel, pero también hay versiones más creativas y no infundadas, como las que apuntan a la propia Espe, que para haberse retirado, está más activa que nunca, o al mismísimo "Ansar", quien dijo en su día que sólo volvería si se tratara de un asunto de estado... grave. La más rocambolesca de las teorías de la conspiración dice que esto viene de fuera y es el paso para poner de presidente a un tecnócrata controlado desde Alemania.
Pues yo añado otra que comentábamos ayer cenando con unos amigos. Alguien que tiene mucha, pero que mucha información, que ahora trabaja para el mayor especialista del mundo en filtraciones, que tiene experiencia en derribar gobiernos y al que le sobran motivos más que suficientes para vengarse... Y se llama igual que el más moreno de los tres Reyes Magos.

viernes, 1 de febrero de 2013

YO NO SOY TONTO...

Este no es un espacio publicitario, es más bien un consultorio. Hoy nos escribe pidiendo consejo un tal Mariano, preocupado por un problema de autoestima. Está dudando, titubeando, escondido y pensando incluso en autolesionarse o algo peor. El motivo, que le han pillao con el carro del helao... y le han hecho bastante daño. ¿Qué hacer?
Amigo Mariano, lo tienes chungo, pero lo mejor que puedes hacer es fijarte en lo que hicieron tus antecesores antes de caer, para no hacer lo mismo. Mira, un tal Felipe se empeñó en negar que conocía a un montón de amiguetes corruptos y malignos, y la gente se sintió insultada y defraudada y le mandó a paseo. Luego vino un tal José Mari, ser supranatural, que se enrocó en la mentira y la gente se sintió manipulada y le sacó a gorrazos. Más tarde llegó José Luis, bonachón y blandito, que se encabezonó en negar la evidencia hasta que la gente se sintió ninguneada y le mandó al garete. Y ahora llegas tú, Mariano, dispuesto a hacer lo mismo, llamar idiota a todos los que te rodean hasta que se cansen y te larguen.
Si cualquiera de ellos, ante los papelones que respectivamente se les presentaron, hubieran sido un poco menos soberbios y hubiesen reconocido y explicado a la gente lo ocurrido, otra suerte les hubiera sonreído, pero cuando insultas a la masa, la masa no perdona. A nadie nos gusta que nos llamen tontos.
Sal ahí fuera y cuenta que es verdad, que te han pillado, pero que era un tema transparente que conocía todo el mundo en el partido y que se hacía así por tal y por cual, invéntate lo que sea, pero no saques a los palmeros a negarlo todo, a matar al mensajero, a decir hoy una cosa y mañana la contraria, porque la gente está quemadilla y cansada de que les llaméis ¡Imbéciles!
Negar que Barcenas entró en la amnistía fiscal cuando él mismo lo está reconociendo, es llamarnos idiotas. Decir que todo va a salir a la luz con una auditoría interna, es llamarnos subnormales. Decir que vais a presentar las declaraciones de la renta para demostrar que no cobrasteis eso, es un insulto a la inteligencia... Ya sabemos Mariano que el dinero B no se pone en la declaración, por eso se llama así. Decir que esa no es la contabilidad oficial del partido es llamarnos memos a todos, sólo faltaba.
Tío, tienes pocas salidas pero yo optaría por la de Armstrong, sal reconócelo, di que todos lo hacen, tira de la manta, cuenta quién era el de Mercadona y el de Sacyr y el de Libertad Digital y qué reciben a cambio los de las constructoras que pagan. Habla, canta, cuéntalo todo, enciende el ventilador de la mierda salpicando a todo el mundo y a lo mejor vuelves loca a la máquina, pero no nos llames tontos, ni tú, ni Cristobal, ni Dolores... Ni la madre que os parió.

jueves, 31 de enero de 2013

Y TÚ QUE LO VEAS...

Será en 2.031 cuando el Tribunal internacional de La Haya juzgue a un viejecito y demacrado Bashar Al Assad por delitos de genocidio y crímenes de guerra. Él se defenderá diciendo que aquello fue una guerra y que los países que apoyaron al ejercito rebelde son los que deberían estar allí sentados. La prensa de todos los países occidentales reproducirá imágenes de aquel casi olvidado capítulo, con críticos comentarios de reprobación hacia los dirigentes de sus naciones, que asistieron impasibles a la masacre que destrozó a todo un pueblo y su país. Las dramáticas imágenes de niños reventados por misiles, de civiles exterminados y de violencia arbitraria, apenas herirán la moral de nuestros nietos y su generación 17.0, que absortos ante el último lanzamiento de "Watermelon", líder mundial en tecnología intuitiva, pasarán por alto la crudeza de la información, pensando que eso ya es algo superado y que no puede volver a pasar.
Ja, lo mismo que pensaron nuestros padres cuando se alejaban en el tiempo los conflictos mundiales y nuestra casi olvidada Guerra Civil; lo mismo que pensamos nosotros cuando asistimos en la distancia al genocidio de Ruanda y con mayor perplejidad al de aquí al lado, en la extinta Yugoslavia; lo mismo que pensaron nuestros hijos cuando vieron rodar las cabezas de Bin Laden y Gadafi, liberando al mundo de toda maldad.
Ja, conectarán sus lentillas virtuales y verán en directo como por entonces se seguirán matando, en Marruecos o en Jordania o en Uzbekistán o en Belice o en Burundi y por supuesto en Mexico y Palestina. Y en sus redes sociales tridimensionales colgarán protestas, vídeos y ocurrentes mensajes de escéptica queja. El culpable será entonces el nieto de Bush por haber cedido el liderazgo mundial a los chinos y un malísimo Mula que reclama venganza por la represión del Islam en el Mediterráneo.
Cuentos chinos, vale, pero no será muy distinto de esto...
Es verdad, todavía faltan dieciocho años, disfrutemos del momento, cambiemos de canal que ya están otra vez con los coches bomba y los niños sangrando; dale la vuelta al periódico que lleva en portada una foto muy desagradable de unos sirios ajusticiados; si Obama no hace nada para parar esto no sé quién lo va a hacer... Bueno creo que ya no puede durar mucho más el tío este, pronto tendrán democracia... Qué buena la última de Tarantino... qué tonta es la hermana de Espe... cómo juega el Barça...

PD. Por cierto, no he puesto una foto de Siria por no herir sensibilidades, pero os pongo el mapa de la esperanza de vida en el mundo (+80 Azul oscuro, -40 negro). No tiene nada que ver, pero también es interesante.

miércoles, 30 de enero de 2013

EL POLITIQUILLO

Si se implantara una una normativa común que obligue a todos los países de la Comunidad Económica Europea a impartir en las aulas educación sexual bajo un temario unificado, se estarían vulnerando los derechos de muchas comunidades que, por su religión, cultura o etnia pueden sentirse heridas en sus principios morales. Puede ser que la educación sexual ayude a evitar enfermedades y embarazos no deseados, pero también puede tener efectos contradictorios, según quién elija ese temario. Si el criterio es el de Ratzinger que opina que el condón no es bueno para luchar contra el sida, sino perjudicial, o el del Opus dei o el de los Hermanos musulmanes, estaríamos arreglados...
Qué pereza de entrada, ¿verdad?. Se trata de la ponencia que el bueno de Dieguillo tuvo que defender el pasado sábado en una sesión previa del European Youth Parliament para el que ha sido seleccionado. Por una rendija de la puerta nos asomamos a ver su discurso con los ojos llorosos de la emoción y la baba chorreando por la barbilla. Digo a ver, porque escuchar ni lo intentamos, ya no hay quien entienda su cerrado acento californiano y menos hablando de política.
Por eso os hablo de la baba del padre, que es algo más cotidiano. Para cualquiera es un orgullo que tus hijos sean buenos chicos y aplicados estudiantes, pero si encima el proyecto al que le invitan es de algo tan apasionate como la política, por mucho que se denoste hoy en día, miel sobre hojuelas. Reconozco que cuando le vi vestido de traje me dio un poco grima, como me la doy yo mismo encorbatado, pero después, en el estrado, delante del micrófono, defendiendo sus argumentos con contundencia, me dejó pasmado y sentí orgullo, casi envidia, de él.
Una vez en casa tiré de manual de película americana y mirándole a los ojos le dije: "Algún día serás Presidente del Gobierno". Me miró con desprecio y dijo: "Antes, prefiero ser basurero...¡No te jode!"

lunes, 28 de enero de 2013

DESTINO FATAL

Vivir lejos de casa es a veces muy duro, incluso cuando lo has elegido tú. En San Francisco pasamos un año maravilloso, pero con un inmenso bache en medio, provocado por la muerte de mi madre. En aquel momento y por mucho que llevase tiempo enferma, todo se derrumba y la distancia se hace interminable. Yo cogí un avión para, por lo menos, despedirme, pero Montse y los chicos se quedaron allí con una enorme soledad. En aquel momento hubo una serie de amigos que se volcaron con nosotros y nos ayudaron a sobrepasar el golpe. Nunca lo olvidaremos. Margaret, Duncan, Febe, Susan, Paul, Nora, Dan y algunos otros pusieron un hombro a tiempo que les acredita para siempre como amigos de verdad.
Ahora, desde allí, a 10.250 kilómetros y con nueve horas de retraso, nos golpea en la distancia la tragedia de la familia de nuestro amigo Dan. Un maldito accidente de coche en Hawai, similar a los que han destrozado a tantas familias en nuestro país, se ha llevado por delante a su padre, su hermano y su sobrino (además de otras dos personas). No soy capaz de imaginar peor escenario y mayor dolor. Sólo sé que aunque no les vemos desde hace un año (cuando nos visitaron en Madrid), en un momento así sientes tanta rabia e impotencia que tu cuerpo te pide subirte al avión y cruzar el charco, aunque sólo sea para dar un gran abrazo.
Un abrazo no arregla nada, pero en esas dramáticas situaciones fortalece las reblandecidas defensas emocionales. Es sólo un símbolo, teóricamente inútil como casi todos los símbolos, pero ayuda a percibir que aunque has perdido mucho, te sigue quedando algo. Por eso, aunque el dolor por la tragedia lo estén sufriendo allí lejos, aquí en la distancia se siente otro tipo de soledad, la de no poder arropar a alguien querido que lo necesita.
Hace unas semanas en un accidente similar en Argelia, murió el marido de nuestra gran amiga y casi ahijada, Yaula, dejándola sola con sus dos bebés y con ese futuro incierto (por ser benévolos) que como saharaui tiene por delante. Argelia y Hawai, dos lugares tan lejanos en el espacio; Sahara y Estados Unidos dos lugares tan lejanos en el concepto, unidos por el destino fatal que de vez en cuando nos arroja la carretera.El mayor peligro en cualquier lugar del mundo.

domingo, 27 de enero de 2013

NOS HA MIRADO UN TUERTO

Llevo varios días conviviendo con Mojtar Belmojtar. Por suerte, solo de pensamiento. Si realmente estuviera en el campamento de El Tuerto, la cosa sería mucho más preocupante. Este siniestro personajillo que tiene amedrentado, con el resto de su trupe, a medio continente africano y a los extranjeros que viajan a la zona, me persigue día y noche. Por sus amenazas en varios medios informativos, por algunos reportajes televisivos que he visto y las confesiones de unos de sus secuestrados, que ayer estuve leyendo en el periódico, el barbudo terrorista está ocupando demasiado tiempo en mi cabeza. De hecho hoy me he sorprendido bromeando con mi hijo pequeño, al que he llamado varias veces Belmojtar, sin que él entendiese el por qué.
La última semana ha sido muy dura. Después de seguir el sangriento desenlace del secuestro de Argelia y las preocupantes noticias que llegaban de Malí, hemos estado sumidos en un mar de dudas, negociaciones, consultas y presiones. En tan incierto escenario no resultaba fácil seguir adelante con la organización del Sahara Marathon, pero tampoco era fácil lo contrario. Muchos corredores consultando con lógica inquietud; la mayoría partidarios de cancelar, otros empeñados en seguir adelante. Diálogo institucional al más alto nivel con la diplomacia necesaria y el objetivo de consensuar la decisión. Llamadas y mails que van y vienen de Madrid a Bolonia, de Bolonia a Barcelona, de Barcelona a Rabuni... pasando por Alemania, Suecia, Estados Unidos, Rusia... Este humilde ordenador llegó a pensar que trabajaba en la O.N.U.
Al final la lógica se impuso y con gran frialdad hubo que aparcar el corazón y usar la cabeza para tomar la decisión más responsable que se podía tomar, aplazar la prueba y el viaje. El argumentario que ha ido y venido durante todos estos días, ocupa varios folios con contundentes antecedentes y ambiciosas propuestas para el futuro próximo, pero carece de tinte emocional. Desde que empezó la crisis, hubo un pacto no hablado entre nosotros y es que la decisión no podía estar teñida por motivos personales, laborales o económicos.
Y los hemos cumplido, porque sino, el avión estaría calentando motores para viajar. En lo económico, buena parte de los gastos que acarrea una prueba así ya se habían realizado y será difícil recuperar la totalidad. En lo laboral, el viernes, además de echar por tierra las ilusiones de dos centenares de corredores solidarios, tiramos a la basura el trabajo de varios meses de gestión de inscripciones, preparación de materiales, información a participantes, coordinación del proyecto y encima ahora, todavía hay que seguir gestionando la cancelación. En lo personal, no hacía falta hablar con nadie para saber que en la familia, aunque respetuosamente no me dijeran nada, no les hacía mucha gracia que nos fuéramos. Y que decir de la otra familia, la gran perdedora, Dumaha, Mohamed y los niños, que esperan contando las horas la llegada de la última semana de febrero para recibirnos con los brazos abiertos. Todo ello quedó al margen para tomar la difícil decisión, pero ahora sí: ahora, me cago en Belmojtar y todo lo que le rodea.

jueves, 24 de enero de 2013

EL CASCO ROSA


Suena en la radio un anuncio que me invita, casi exigiendo, a "concentrarme en la primera imagen que me venga a la cabeza". Como tipo cobarde que he sido toda mi vida, soy un ser bastante obediente. Algunos lo llaman "calzonazos". Por eso obedezco fielmente a todo el mundo, incluidos comentaristas de cuñas de radio hechas por patéticos creativos de anticuadas agencias de publicidad. De inmediato he hecho lo que me pedían, pero la única imagen que ha aparecido en mi cabeza era la de la señora que circulaba delante mío, vestida con un casco rosa y un abrigo de piel y "pilotando" un scooter coreano. A partir de ahí he empezado a imaginar quién podría ser, cómo sería su cara, a qué partido votó en las últimas elecciones y si le va a seguir votando a pesar de sus prácticas corruptas, cuándo fue la última vez que comió en un restaurante macrobiótico, en qué lugar se enamoró de ti y cómo evita que le entre frío en las tetas a través de los amplios huecos que hay entre los botones del abrigo.
Luego he deducido que el objetivo del creata no era ese, que quizás tenía que haber pensado en un verde prado escocés, en unos niños girando sonrientes en un tío vivo, o en el calor de la hoguera de casa de mi abuela. Pero como no conocí a mi abuela he tenido que ser más básico y guiarme por la vista y delante de mis ojos estaba tan postmoderno personaje; si hubiera visto un agridulce repartidor de restaurante chino entregando pringosas bolsas llenas de patatas fritas de corcho blanco, también lo habría contado.
El briefing que le habían dado al de la agencia sugería que el espectador tenía que emocionarse al escuchar una música que le iba a recordar a su niñez, pero no contaban con tan gélidos y pánfilos oyentes que no saben desconectar de esa realidad de cascos rosas que nos rodea. A veces he oído a alguien decir eso de "este olor me recuerda a mi infancia" y he tratado de hacer el ejercicio, pero apenas me ha llegado el tufo a aguarrás de los estudios de mis padres, la peste en el baño cuando salía uno de mis hermanos, o el olor permanente a repollo de casa de mi mejor amigo.
Así que, escuchando el do-re-mi-fa-sol de The Sound of Music, que tanto odia uno de mis hijos porque le tocó interpretarla en el colegio, he analizado el árbol genealógico de la mujer del abrigo de piel y el casco rosa. Os avanzo mi conclusión: el abrigo debía de ser sintético, porque sino, el scooter no hubiera sido coreano.

miércoles, 23 de enero de 2013

PALABRAS MÁS, PALABRAS MENOS

Ayer, discutiendo con un amigo saharaui le dije que "lo que estábamos haciendo eran elucubraciones" y él, que tiene un gran sentido del humor, me contestó que "no sé que es eso, pero me parece una guarrería". Después intentó explicarlo descomponiendo la palabra y hayando en ella culos y lubricaciones y, para mi tranquilidad, terminó echando pestes de la lengua castellana y de la cantidad de palabros confusos que tiene.
Es verdad, nuestra lengua, la que hablamos, es mágica y tiene unos matices tan puntiagudos que los extranjeros se vuelven locos cuando quieren aprenderla. Nos han fotut, como que no nos volvemos nosotros majaras con el english, probad a escribir "aquí hay tres árboles". Verdad que no es lo mismo una escuela que una esquela, un colutorio que un locutorio o un concesionario que un confesionario. Siempre he sido un amante de ese humor simplón de las palabras y sus juegos. De cruces de significados, intercambios de letras o cambios de acentuación. Mi familia y amigos son víctimas de ello y lo llevan con resignación.
Por eso tengo tanta admiración por ese mago de las palabras que es Juanjo Millás, que ahora ha llevado al teatro "La lengua madre" que queremos ver en los próximos días. Un inteligente y divertido monólogo con las palabras como protagonistas.
Por eso y porque heredé de mi padre ese gusto por trabalenguas tontilocuentes. Desde el veraniego "Mi especiaduría es el jugo de sandad", al pornográfico "no es lo mismo una tuberculografía, que ver tu culo en fotografía", pasando por el rebuscado "tejidos y novedades en el piso de encima no es igual que te jodes y no ves nada y encima te pisan".
Eso sí, el preferido de mis hijos es este clásico que me sigo sabiendo de memoria y pronuncio a gran velocidad, incluso sobrio: "Me han dicho que has dicho un dicho que has dicho que he dicho yo. Ese dicho está mal dicho porque el dicho que yo he dicho es un dicho mejor dicho que el dicho que a mí me han dicho que has dicho que he dicho yo". Pero lo que más les gusta es cuando lo copio en el Google Translate y le doy al altavoz... Se parten la minga... Y ya si lo traduces al árabe, el suomi o el chino, se "destornillan".
Qué mamarracho que soy y que palabra más antigua: ¡Mamarracho!

lunes, 21 de enero de 2013

EL VALOR DE UNA VIDA

 La vida no vale nada, depende de dónde la compres, de dónde la vendas. Si la compraste en África, en Asia o en eso que llamamos Oriente próximo y que separa a los dos continentes más baratos, en cuestión vital, tu fallecimiento pasará desapercibido, apenas formará parte de las estadísticas y sólo si tienes la fortuna de morir delante de un fotoreportero occidental, tu imagen derramará un par de lágrimas, no más.
Si la adquiriste en eso que los occidentales llamamos Occidente, tienes derecho al llanto de tu familia, a las condolencias de los amigos, a una esquela e incluso a que se diga tu nombre en algún noticiero. El dolor de un hijo por la pérdida de un padre o viceversa, debe ser igual así te llames John, o Igor o Tadayuki o Mohamed... lo es. Pero no lo es para ese ente llamado opinión pública y que tanto se deja llevar por la opinión publicada, por la forma de tratar las noticias que tienen los medios informativos.
Llevo, como otros muchos, varios días pegado al ordenador, siguiendo la actualidad que llega desde Argelia y Malí y la verdad es que no lo he pasado demasiado bien. Por lo inquietante de las noticias, por la angustia que provocan situaciones con tanta tensión y por la caprichosa forma de tratar la información de los medios. Cierto es que Argelia ha manejado el asunto del salvaje secuestro con una opacidad y confusión, que han incrementado la incertidumbre, pero todavía no doy crédito a esos titulares que hemos visto en los que siempre se daban las cifras de occidentales secuestrados (incluidos los "occidentales" japoneses) y se pasaban por alto los trabajadores argelinos. Ahora, que se van esclareciendo los hechos y parece que han muerto 80 personas, 48 de ellos rehenes y 32 secuestradores, sabemos que llegaron a estar secuestrados cerca de 700 trabajadores.
Cuando hay un asesinato tenemos un nombre, una familia destrozada, una indignación generalizada y unos sentimientos heridos. Cuando ese mismo hecho lo multiplicamos por varias decenas, sólo tenemos cifras, estadísticas, declaraciones oficiales, comentarios grandilocuentes. La conciencia, el corazón y la lágrima se esconden detrás de los números para no ver apellidos, ni madres llorando, ni hijos huérfanos. Si nos reprodujeran sólo una de las fatídicas llamadas recibidas por alguna de esas hipotéticas viudas o viudos, tendríamos un comportamiento distinto a la hora de abordar ciertos asuntos. Si además el acontecimiento ocurre en tierras lejanas, conflictivas, de otra fe y otra raza, la muerte ni merece compasión, ni comprensión, ni recuerdo... Nuestra autodefensa la borra y lo que es peor, la justifica.
En Siria caen como chinches, de centenar en centenar; en Afghanistán, Pakistán e Irak, de decena en decena, en Palestina de cuando en cuando y en el norte de África con bastante asiduidad. Sin embargo, apenas nos enteramos de nada, no queremos enterarnos, viene en un breve en el periódico y nuestra vista se lo salta para buscar la clasificación de la Liga.
Sólo si entre las víctimas hay Occidentales habrá un hueco en la portada y en la solidaridad colectiva. Para los nativos, silencio, anonimato, frialdad y sospecha: Es algo que se han buscado ellos, por nacer allí.