domingo, 28 de abril de 2013

MEDIDAS MAL MEDIDAS

Después del varapalo de las cifras del paro, todos los focos se encendieron apuntando a Moncloa. Siempre ha sido así. Primero se encendieron los micrófonos pero debían estar estropeados, porque no se pudo oír ni un suspiro, ni un resoplido, ni siquiera un "y tú más". Mariano se escondió debajo de Montoro, a quién cubría Guindos y, por encima de todos, Fátima hacía el avestruz tan bien como siempre. Sólamente funcionó el cacharro de Floriano, quien aprovechó para hacer una de sus profundas reflexiones llamando tontos a los socialistas.
El viernes sí, el viernes los focos y los micros se afinaron para escuchar la rueda de prensa del Consejo de Ministros. Con gran expectación se esperaba la reacción a los seis millones de parados. Entre otras cosas porque durante toda la semana se había calentado el ambiente anunciando nuevas e interesantes medidas del Gobierno. Ocho medidas, ocho intervenciones de urgencia. No es que esperase una reacción muy contundente, ni ningún tipo de milagro o bálsamo tonificante, pero después de tragarme la rueda de prensa y releer las medidas una y otra vez, fui cayendo en un peligroso estado contable-depresivo. Detrás de mucha palabrería "guindesca" para esconder una considerable subida de impuestos y proponiendo medidas de buen gobierno corporativo, racionalización normativa, desindexación económica y consolidación fiscal, llegué a la medida número tres, la que se refiere directamente al desempleo y simplemente flipé en colorines: "Aprobación de un plan anual de política de empleo que pasa por la evaluación de los efectos de la reforma laboral. El primer informe será contrastado por un organismo independiente antes de julio de 2013, como, por ejemplo, la OCDE." Hace falta tener poca vergüenza para sentarse delante de un micrófono y proponer como medida contra el paro la realización de un estudio sobre el impacto de la reforma laboral. Si quieres justificar que tu reforma ha sido útil (algo difícil de creer a estas alturas), encarga el estudio y luego nos haces un poco de propaganda, pero no tengas el morro de presentarlo como medida por el empleo. Señoras y señores, la gran medida para el empleo es un informe sobre el resultado de la reforma laboral; van a encargar a unos cuantos tecnócratas (a buen seguro militantes de Izquierda Unida) para analizar las consecuencias (positivas, por supuesto) de la reforma y después se lo dejarán leer a la OCDE para dar credibilidad a su morrocotuda metedura de pata...  Nos están llamando imbéciles a todos los españoles, pero sobre todo a esos seis millones.
Y como colofón a tan negro panorama, dice Guindos que lo que están haciendo es ponerse en lo peor para que luego las sorpresas sean positivas. Casi casi, prefiero el plasma o mejor el micro averiado...
PD. Quizás estoy algo ácido para ser lunes, pero es que acabo de leerme el último número de Mongolia.

viernes, 26 de abril de 2013

POR FALTA DE INCULTURA

Era una de las frases preferidas de mi madre. La había oído en alguna exposición o esperando la vez en el mercado, pero la repetía a menudo como síntoma de las carencias culturales de la sociedad. Y todavía entonces el déficit cultural estaba motivado por la desinformación y por el tormentoso periodo político que dejábamos atrás. Ahora la situación ha cambiado, tenemos muchísima más información, más medios, toda la facilidad del mundo para acceder a las artes, las letras o las notas musicales, pero seguimos adoleciendo de una enorme falta de ignorancia.
En un país en el que se tacha al intelectual de "rojeras", se persigue al cineasta por posicionarse políticamente, se torpedea cualquier gesto de creatividad a base de impuestos y se promulga la emisión de "telemierda" a grandes escalas, es normal que los cerebros se fuguen o se sequen. Criticamos a nuestros políticos porque no hablan inglés, nos reímos de nuestros futbolistas por cazurros, pero todavía es mayoría la gente que en esta España nuestra considera un libro como algo elitista, erudito, aburrido o presuntuoso. Y lo digo en el día del libro, sí. Cuánta gente hay cuya única lectura son los pies de foto del Marca o las románticas frases de detrás de la puerta del retrete del bar. No es que les eche nada en cara, pero hay que saber lo que tenemos y nuestro poderío literario, al margen de este insigne blog, está muy marcado por esos precursores de Twitter que ponían tan ocurrentes frases encima del urinario. Qué bonito lo de "Rosana, te voy a poner una naranja en la boca y te voy a comer el chichi hasta que te salga Fanta". Aunque a mí no me gustan tan pornográficas, prefiero lo romanticones que dan todo por su amada, como el Don Juan que ha pintado dos puentes de la A-1 dirección a Burgos: el primero dice "Sin ti, uno parece 365" y en el siguiente pone "Contigo, 365 parecen 1". Tampoco tiene desperdicio el de la foto que hice el otro día en medio de un bosque de Alcalá de Henares. Quiero pensar que era una historia de amor y no el final de un proceso narcodepresivo...
Hablando de literatura del pueblo, me gustan las frases que vienen escritas en los camiones de Seur y que no voy a reproducir porque son largas y van deprisa, así que nunca me da tiempo a memorizar. Y todo esto os lo cuento porque hoy, volviendo de comer con varios compañeros, hemos visto a un transportista sentado en la cabina de su camión leyendo un libro y nos ha resultado tan impactante que nos hemos quedado un rato comentándolo... País.

martes, 23 de abril de 2013

DIA DEL ATEÍSMO

El domingo paseaba por Madrid y encontré varias plazas ocupadas por grupos de infieles que escuchaban a un predicador que trataba de convencerles con un altisonante discurso doblemente amplificado por un equipo de megafonía. Era el Día internacional del Ateísmo y el orador llamaba a todos los creyentes de distintas religiones a dejar de serlo; argumentaba con bastante clarividencia: "no hay ni un sólo dato científico que pruebe la existencia de un ser superior"; hacía un llamamiento a las conciencias "no es necesario creer en un dios para vivir esta vida con respeto al prójimo, con tolerancia, justicia y solidaridad", luego se ponía algo más incisivo y decía: "está demostrado que la gran mayoría de hechos milagrosos, apariciones y episodios divinos han sido fraudes y ni uno sólo está comprobado y verificado" y terminaba gritando consignas algo más ofensivas como "las religiones tienen detrás una larga historia de sangre, violencia, guerras, persecuciones, represión e intolerancia", para terminar con una sentencia a modo de slogan: "Ningún dios justo permitiría un mundo tan injusto".
Sorprendido seguí caminando por la ciudad y encontré otro encendido y amenazante ateo en otra plaza y otro más allá y cambié de barrio y más, y más, todos ellos con su equipo de sonido, su atril a modo de altar, su pancarta y sus fieles, o infieles, seguidores. Me sorprendía que el ayuntamiento les hubiese dado permiso para todo ese despliegue en un total de cincuenta plazas y llegó a parecerme invasivo con el espacio y con las libres conciencias de los ciudadanos.
Continué andando y con este solecito primaveral se me fue pasando el resacón del sábado y volví a la realidad. No sé si triste o cruda, pero realidad. Se ve que había visto y oído mal, mi fanático y practicante ateísmo me había cegado una vez más.
Todas esas concentraciones de predicadores formaban parte de la gran Misión del camino neocatecumenal en el año de la fe. Para que lo entendáis, un llamamiento de la iglesia católica que se lleva a cabo todos los domingos de Pascua y que consiste en sacar la iglesia a la calle en 10.000 improvisados escenarios. Con un convincente argumento que dice que si la gente no entra a las iglesias, la Iglesia irá a la gente. Coño, como Mahoma... Me paré a escuchar el mensaje y me sentí aludido "quizás tú seas uno de esos que vive la vida de paso, con prisas, sin pararte a pensar, sólo pendiente de los placeres materialistas y dándole la espalda a tu creador...Tú también te encontrarás con dios y obtendrás su perdón". He de decir que al principio me preocupó, pero después me alivió, así que hice una foto bastante mala y seguí con mi ronda, mientras los malos pensamientos se apoderaban de mi cabeza.
No lo entendía. No entendía que las religiones sigan con sus cruzadas y misiones catecumenizadoras. No entendía que invadieran el espacio público cuando tienen miles de locales céntricos, cómodos y gratuitos. No entendía que piensen que con ese sistema provocador e invasivo y a base de decibelios vayan a conseguir más seguidores. No entendía que les hubieran dado permiso para todo ese despliegue, con lo difícil y caro que se ha puesto pedir permisos en Madrid. Y entonces me hice ateo... Bueno, ya lo era.

domingo, 21 de abril de 2013

MOVILIDAD EXTERIOR

Estoy notando que me falla la movilidad exterior: está semana he sufrido dos accidentes, uno en bicicleta por intentar seguir a mi hijo en un descenso, y el otro chutando a portería con la hierba mojada... Casi me desnuco. Si es que a ciertas edades la movilidad exterior se va debilitando. Bueno, realmente no sé muy bien si la locuaz y brillante Ministra de trabajo que nos hemos echado se refería a ese tipo de "movilidad exterior" en su reciente comparecencia. También pensé que igual se trata del tráfico en la periferia de las grandes ciudades y de esos grandes atascos que sufrimos los que trabajamos o vivimos en el extra radio. Pero no, creo que la amiga Fátima Báñez hablaba de los emigrantes, simple y llanamente.
Llevamos un tiempo oyendo estupideces sobre los españoles, jóvenes y no tanto, que se ven forzados a abandonar nuestro país para ganarse las acelgas en países más prósperos. Continuamente se dice eso tan refinado de la "fuga de cerebros", que es una forma un tanto vanidosa y chauvinista de hablar de emigración. Los profesionales mejor preparados tienen que salir del país para buscar un futuro más prometedor, como si España se hubiera convertido de la noche a la mañana en el vivero de científicos, ingenieros, intelectuales y eminentes economistas que huyen del INEM y de Montoro para investigar y desarrollar sus prometedoras carreras en otro idioma. Y a mí, que me da por ser escéptico, me da la sensación de que esos jóvenes y no tanto, que optan por la movilidad exterior, van a ampliar su currículum como virtuosos del uso de la fregona (gran invento español), como conserjes del turno nocturno de hoteluchos del barrio de la estación de Munich o en el complejo mundo del Whoper y el Big Mac... En eso consiste la emigración.
Y lo que me hace gracia es que en este país no sepamos lo que significa eso, cuando tenemos una amplísima experiencia como emisores y como receptores. Cuando oigo a la carismática ministra hablar en esos términos, me surge la malévola idea de aplicar la misma terminología a los "machupichos" o "sudacas" o "guachupinos" o "moritos" que tan respetuosa y hospitalariamente hemos acogido durante las últimas décadas. Ellos eran la generación más brillante de su país y venían aquí buscando la oportunidad para desarrollar sus brillantes carreras en un escenario más adecuado a sus conocimientos. De Ecuador o Rumanía nos llegaron los jóvenes cerebros que buscaban movilidad exterior.
Y para completar esta insultante broma, llega la tía Merkel y sugiere a los países sudamericanos que ayuden a sus hermanos europeos ahora que la economía de aquello que llaman LATAM está infestada de brotes verdes. Así que en breve veremos la paradójica imagen de los cerebros españoles buscando movilidad exterior en Ecuador. Chachas, jardineros, basureros, limpiadores o mensacas, todos tendremos un hueco allí. Lo que me quita el sueño es saber qué mote nos pondrán...

PD. La foto que ilustra esta entrada circula estos días por internet y dicen que la chica de la izquierda es una de las políticas de las que hablamos aquí... y por supuesto no es Fátima Bañez.

martes, 16 de abril de 2013

HE LIGADO

Hello Dear,

How are you doing?Hope fine.My name is Earleen, i have a warm and friendly feelings,so i decided to leave a massage for you. if it touches you to be a friend you can reply me so that i can send to you my pictures and tell you more about me.i believe we can start from here to know each other better.Have a nice day and think about me.
Hoping to read your reply to me.
Regards,from Earleen
¡Joder!, yo que estaba entusiasmado con mi nueva amiguita y no paraba de thinkar en ella, me acabo de enterar de que Earleen es de mentira, que es uno de los muchos engaños que circulan por internet y que sus intenciones no se limitan a invitarme a tener una aventurilla, sino que pasan por desplumarme primero. Vamos, que en el mejor de los casos mi amiguita es una putilla del Caucaso, cuando no un mafioso de los Cárpatos.
Esto me pasa por seguir en Twitter a la Policía Nacional. Desde entonces se me derrumba un castillo de naipes cada día; ahora ya no tengo esperanza de que me haya tocado la lotería Nigeriana y que me vayan a mandar el cheque una vez que haya pagado los primeros gastos de gestión del envío; también sé que el heredero del presidente de Togo, no me va a pagar un millón de euros porque tiene problemas para sacar el dinero de su país; incluso he dejado de temer que alguien publique imágenes mías comprometidas y diga cosas espantosas en mi perfil de Facebook, tal como me advierten algunos mails; ni voy a hacer nada por evitar que alguien haya registrado el nombre de nuestra empresa en China y nos vaya a quitar los derechos de expansión en el país del cerdo agridulce. Nunca pensé que mi amistad con la poli iba a ser tan fructífera, pero lo es y espero que lo siga siendo. Para evitar que más del cincuenta por ciento de los mails que recibo sean SPAM, para poner un orden legal a la cíber jungla, para no tener que borrar cada día del blog comentarios indeseados en los que se invita a nuestros dignos lectores a indignos placeres y para darles su merecido legal a los insensatos que buscan hacerse famosetes a cualquier precio y dedican su tiempo y sus conocimientos informáticos a contaminar informátivamente con fotos trucadas e imágenes falsas de eventos tan dramáticos y lamentables como el atentado de Boston.
Lo siento Earleen, fue bonito mientras duró.

domingo, 14 de abril de 2013

MI PADRE Y GADAFI

En medio del desierto hay un barco. No me vais a creer, pero así es. En medio de la hamada argelina, en ese desierto pedregoso que nadie quiere y que le han dejado a los saharauis porque es el sitio donde menos estorban, allí hay un barco. El Océano Atlántico está lejos y el Mediterráneo, más todavía, así que no lo ha arrastrado ningún temporal, ni siquiera un tsunami. Está nuevecito, aunque lleno de polvo, varado en su propio mar, como si de una disparatada instalación artística se tratara. Quienes lo ven, miran alrededor buscando la cámara oculta que les graba la cara de asombro, pero no la encuentran. No es una broma, aunque lo parece.
Ese barco, el de la foto, es todo un símbolo, en el fondo debería ser un monumento. Al fin y al cabo no se ha equivocado tanto, al chico le habían dicho que el Sahara Occidental está bañado por el Atlántico y allí está, esperando el momento en que pueda darse un buen remojón en libertad. El origen de este anacronismo viene del mismísimo Gadafi, que en uno de esos gestos que caracterizan a los grandes magnates, obsequió al presidente saharaui con este utilitario. Es de agradecer que Abdelaziz no lo llevara a algún puerto deportivo para hacerse escapadas "berlusquianescas". Se ve que tampoco quiso ser desagradecido con su aliado y no lo puso en venta para sacar algunos fondos para la causa y el pueblo saharaui.
Curiosa y divertida anécdota la de Gadafi, el Sahara y el barco, ¿verdad?... Pues ahora es cuando llega mi padre. Resulta que el Audi que tanto servicio le dio durante sus últimos años, de exposición en exposición, de Madrid a Mojácar y de Mojácar a Madrid y que después hemos utilizado todos los hermanos, ha decidido marcharse a disfrutar de su retiro y como última voluntad va a ofrecer sus servicios a la delegación saharaui en Argelia. Un dignísimo final para un fiel compañero.
Ya sé que el Audi no es tan pintoresco como el barco, ni tampoco mi padre era tan extrafalario como Gadafi, pero tengo que confesar tristemente que ahora mismo veo mucho más posible que el presi saharaui se pasee por Argel subido al Audi, a que salga a dar un garbeo con el barquito. Aunque nunca perderemos la esperanza.


martes, 9 de abril de 2013

MIS QUERIDOS MUERTOS

Dice aquel que hasta que la muerte nos separe. El otro decía que nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir. Aunque no deja de ser una visión un tanto optimista, lo cierto es que la muerte lo cura todo y en ese jodido momento todos deberíamos ser iguales; se acaba el asunto, seas rico o pobre, brillante o mediocre, bueno o malo, perico o culé, te espera el mismo futuro. Y ahora es cuando te crees que yo te voy a contar como es ese futuro... No, hombre, no, el final del cuento lo pone cada uno a su gusto, tú creerás que luego hay angelitos que te mecen las nubes mientras escuchas gregoriano; él dirá que hay una sala de espera en la que te sientas junto a Bárcenas, Pepiño, Iñaki, Correa y compañía y de ahí te van mandando al fuego eterno; ella pensará que según la cascas, pasas el túnel y te reencarnas en Encarna Sánchez o en Betty Missiego o incluso en cabra de la legión; y otros pensamos que la maquinaria se queda en reposo, apagada, en silencio, en blanco, en negro, en nada, no es, no está, na de na...
Sea donde sea que acaba el cuento, dicen que todos acaban igual, y ya me jode. Primero porque llevo toda la vida escuchando decir a diversas religiones que en el más allá cambiarán las cosas, habrá justicia, los últimos serán los primeros y todos esos mensajes tan igualitarios que me parecen súper coherentes si los intentáramos aplicar aquí, antes de que te chamusquen o te pongan ese cacho losa encima. La mayoría de las creencias son autocomplacientes con la muerte. Tú tranquilo, aunque estés con el agua al cuello, si luego tendrás una segunda vida mucho mejor... Y como no vuelve nadie a protestar...
Pero, sin necesidad de ponerse metafísico, mi mensaje hoy es que no todos los muertos son iguales, porque tampoco todos los vivos lo somos. Siempre existe ese pactado respeto que obliga a despedirse de cualquier ser humano destacando sus virtudes y escondiendo sus defectos en los rincones del ataúd, pero hay momentos en que surgen casualidades que obligan a la comparación. Ya me había roto los esquemas que la noticia del cuarenta aniversario de la muerte del genio Pablo Picasso fuese eclipsada por el fallecimiento de Sara Montiel, símbolo de un arte cuando menos "distinto"; pero lo que ya me ha creado un conflicto de sentimientos es la desaparición simultanea de dos seres tan antagónicos como Margaret Thatcher y José Luis Sampedro, una, ejemplo de poder, soberbia y sectarismo, y el otro, humilde representante del compromiso, la igualdad y la solidaridad. Yo sí que tengo muertos preferidos. Ojalá existiera el cielo y el infierno, para coincidir con ellos... Da igual dónde.

lunes, 8 de abril de 2013

MATAR AL PADRE

Nuestro hijo mayor nos ha traído de Italia auténtica pasta siciliana, más en concreto los famosos penes, que no penne, así que nos hemos dado un buen atracón de "cipotti di colori". Es lo que tiene el buen rollito con los hijos, uno intenta llevarse bien, ser colega, pero al final terminan cogiéndose confianzas y dándote collejas o insultándote cuando se enfadan.
Yo que me esperaba una estampita del Papa Paco o una góndola en miniatura, me he pasado la Semana Santa comiendo pichas y respirando los hedores de estos mocosos, que se arrejuntaron con sus primos y durante los días de lluvia, o sea todos, mataron el tiempo a pedos. Es curioso, pero el asunto del caca-culo-pedo-pis-caca no se elimina ni con adolescencia, ni con edad del pavo, ni siquiera con novietas. Mola, porque es el vínculo que une a chavales de edades tan distintas como los nuestros. La carcajada ante un buen pedo es igual a los 6, que a los 13, que a los 16.
Eso sí, al pequeño, que de momento ha salido buen estudiante, le gusta dejar todo por escrito y el otro día le encontré en un cuaderno, una hoja con la lista de tacos que sabe decir y tengo que reconocer con orgullo que el chavalillo está bien preparado. También tiene la manía de escribir sus cabreos, algo que siempre he desaconsejado y que me ha generado importantes conflictos profesionales. Coge un papelito y se desahoga escupiendo sus sentimientos. El último dice: "Papa tu dices que mi salto es malo entonces tu tendras que hacer un salto y tendras que montar en el".
También le ha dado por pintar y su gran especialidad son los cromos de fútbol. Como ya nos ha desplumado y tiene casi completada toda la colección, ahora ha pasado a hacerse sus propios cromos; ya tiene terminado el Barça y yo estoy negociando con él para que empiece con el Espanyol, ahora que está jugando bien y no le tengo demasiada manía a los jugadores. Tiembla Panini.
Pero después de tantos días con los niños, de montar en moto, en bici o jugar al fútbol con ellos, me he acordado de lo que decía un amigo con buen criterio: "Si eres amigo de tus hijos, tendrán un nuevo amigo, pero no tendrán padre..."
Y justo después ha llegado otro amigo y me ha regalado el último libro de la novelista francesa Nothomb: "Matar al padre". ¿Me están queriendo decir algo?

jueves, 4 de abril de 2013

DE GORKI A LLACH


No es que sea depresivo, pero siempre me han gustado las canciones tristes y los libros duros. Lo dije una vez y nadie me entendía, pero pocas cosas me hacen más feliz que escuchar las canciones dramáticas de muerte, suicidio y depresión de ese peculiar asturiano llamado Nacho Vegas.
Con la literatura me ocurre algo similar, siempre he huido de la ficción y me he refugiado en libros de política, historia o ensayos de conflictos, guerras o miserias humanas. Y no es que me haya anestesiado contra el dolor ajeno, todo lo contrario, creo que necesito ser consciente en todo momento de su existencia y por ello sigo buscando ese tipo de lectura.
Dos ejemplos de ello son los dos últimos libros que he leído, casi entre lágrimas, con un permanente nudo en la garganta y con una emoción extasiante que no me dejaba apartar los ojos de las páginas. Se trata de dos historias muy lejanas, pero igual de cargadas de drama y sensibilidad. Por un lado las memorias de Gorki, recientemente editadas por la editorial Automática en tres pequeños tomos, en las que el autor de “La madre” recorre su infancia y juventud con escalofriante amargura por los interminables obstáculos que aparecían en su vida y por la dureza gélida y política de la Rusia pre Bolchevique.
La otra historia es más cercana y la narra mi admirado Lluis Llach en su primera y sorprendente novela “Memoria de unos ojos pintados”. Lo compré por fanatismo y la empecé a leer con escepticismo, pensando que no podría ser buena por aquello de zapatero a tus zapatos, pero poco a poco me vi envuelto en una narración espeluznante de la Guerra Civil en Catalunya, en el frente del Ebro, bajo los bombardeos de Barcelona, en la represión de la postguerra… Una durísima crónica que te permite ver y sentir de verdad lo que significa una guerra, con crudeza y con esa enorme sensibilidad que Llach siempre ha tenido. Entre lágrimas y sobresaltos emocionales, es imposible no quedar sobrecogido por esta impactante historia de amor en tiempos revueltos, no apta para homófobos.
Quizás cada uno hubiera merecido su comentario independiente, pero a pesar de la enorme distancia que separa a ambos autores, en todos los sentidos, me ha parecido curioso que los dos consigan causar una sensación muy similar cuando los lees... Algo así como ¡puta vida!
PD. Después de esta entrada, me he ganado alguna limosnilla ¿verdad?

miércoles, 3 de abril de 2013

ALEATORIO

 Mis hijos tienen por costumbre insultarse llamándose “random”, que es algo así como decirse “aleatorio”. No me extraña que el insultado se ofenda y le conteste una serie de improperios mal sonantes al insultador. Si yo voy por la calle y alguien me llama aleatorio, optaría por cruzarle la cara o responderle algo más duro, quizás contubernio o perifrásico o incluso hipérbole.
Para mi la palabra aleatorio se limita a una función del Ipod. Tú pulsas el modo aleatorio y el cacharrito te pone la música que le sale de los microchips. Es mi sistema preferido para escuchar música porque es como poner una emisora de radio en la que todas las canciones son de tu gusto porque pertenecen a tus propios discos. En teoría es así, pero en la práctica la cuestión random termina electrocutándote las neuronas. Claro que mis gustos son muy variopintos, demasiado. Así que en media hora oyendo los greatest hits de mi discoteca, dejándome llevar por el tío random, mi mente viaja a los 70 con Pink Floyd y su “Wish you were here” recordándome el olor a humo de colores que salía de la habitación de mi hermano, repleta de unos colegas que en su mayoría ya no están porque se los llevó la generación del caballo y la desinformación. Y sin haber borrado la imagen de mi memoria, salta a la siguiente canción y entra en escena el Nuevo Mester de Juglaría y sus jotas castellanas que me encendían la sangre adolescente y me llevaban de concierto en concierto moviendo el pendón morado y gritando aquello “Castilla entera se siente comunera”. Ya quedan pocos seguidores de Padilla, Bravo y Maldonado, salvo los que viven en esas calles.
Sigo dejándome llevar por el aleatorio y me veo sumergido en la oscuridad del Rockola viendo una de las últimas actuaciones de Parálisis Permanente y ese seductor mundo de la movida pseudo punky madrileña. Y caprichosamente del punk de los 70 me pasa al de los… Por cierto, ¿cómo coño se llama está década actual?... Bueno, que me sale una canción del grupo punk de San Francisco, Melvoy, cuyo cantante es hijo de una sevillana e hincha del Betis y me acuerdo de las tardes tirado en la hierba de North Beach. De momento voy aguantando los caprichos del engendro de Steve Jobs que va merodeando por los rincones de mi memoria, hasta que llega a una canción de High School Musical que grabó mi hijo cuando tenía siete años y allí me planto, hago objeción de conciencia y paso a elegir yo mismo la música. No sea que alguien se piense que soy un aleatorio.

lunes, 1 de abril de 2013

PROBLEMAS MECÁNICOS


Recuerdo como se retorcía el 127 al entrar a las curvas a derechas y notaba golpes de chapa que casi me agujereaban la suela del zapato. Claramente se había reventado el amortiguador de aquel lado y cuando giraba, hacía tope. Lo llevé al taller y para facilitarle el trabajo al mecánico le adelanté el diagnóstico: “Tiene reventado el amortiguador”. A la semana me devolvieron el coche con los discos de frenos nuevos, los neumáticos equilibrados y el paralelo hecho, pero seguía sonando el ¡clack! y bailando el “Harlem shake” en cada curva. Volví al taller e insistí en el veredicto: “Estoy seguro de que es el amortiguador reventado”. Otra semana después lo recogí con mi padre (era el que pagaba) y me habían cambiado la dirección por un problema de la cremallera, que no de la bragueta. Nada nuevo bajo el sol, el 127 parecía un Dyane 6 y el ruido seguía allí, así que volvimos cabreados a pedir explicaciones y fue a la tercera cuando el “sabio” mecánico descubrió el problema: “El amortiguador izquierdo está sin aceite, se ha debido reventar”. Lo arreglaron y nos terminaron de desplumar, pero yo aprendí que a muchos seres humanos les sienta mal que nadie les dé lecciones o les diga que es lo que tienen que hacer en el trabajo. Profesionales mediocres.
Aun así, la semana pasada volví a cometer ese error de juventud (todavía soy un chavalín), pero esta vez fue en el médico. Entré y cuando me preguntó la doctora por mis síntomas, le di mi diagnóstico, lo que sirvió para que la muy necia sintiera herido su orgullo profesional y dedicase todo el tiempo de la consulta a rebatir mis argumentos y a inventar ella mis síntomas, sin ni siquiera oscultarme. Fui a verla porque me mareo con frecuencia y ella decidió que no es que me maree, sino que me pongo nervioso y respiro por la boca y entonces hiperventilo (no tiene nada que ver con lo pedos) y me entra ansiedad. Fue entonces cuando me entró ansiedad por darle una colleja y, recordando la historia del 127, decidí no volver jamás a ese médico.
También aprendí un consejo que me dio un viejo arquitecto: lo inteligente es dar órdenes camufladas de consejo y lo más maquiavélico es influir, consultar, sugerir, hasta conseguir que los demás tomen la decisión que te conviene… Pero nunca le digas al mecánico o al médico qué es lo que tienes, que lo adivinen ellos.
PD. He buscado una foto del 127, pero sólo he encontrado de su sucesor, el Talbot Horizon

domingo, 31 de marzo de 2013

QUERIDO ANASTASIADIS

Hombre, si hubiera cerrado el blog, me hubiera despedido, y además nunca os hubiera dejado con una última entrada tan poco edificante como la de “Chof”. Así que aquí seguimos y qué mejor asunto para volver que mi amigo Anastasiadis…
Aunque lo parezca por el nombre, no es el cirujano de Asterix y Obelix. Este desconocido personaje del que no se ha hablado nunca en ningún sitio de Europa, ni siquiera el día en que fue elegido en las urnas, ha dicho la frase que muchos llevamos pensando desde hace varios días: “Con Chipre están haciendo un experimento”. Qué verdad más absoluta. Si no fuera así, nadie estaría hablando de esa pequeña isla en el este del Mediterráneo.
Si le preguntas a cualquier español qué es Chipre, dónde está, cuál es su capital… Lo único que conseguirás es que alguno se acuerde de la broma de Martes y trece en la que hablaban de las grandes potencias mundiales y se referían a “Soria y Chipre…Chí, precisamente esa”. Es lógico, se trata de un país pequeño, lejano, con el que tenemos poco en común.
Pero de pronto los problemas económicos de esa islita hacen tambalearse de nuevo al Euro, pisotean los brotes verdes, asustan a los mercados, dan argumentos a los más torpes políticos para decir estupideces en ruedas de prensa en Bruselas y le permiten a la abuela feroz dar un nuevo golpe en la mesa para recordar a todo el mundo quién manda. Están hablando de cinco o diez mil millones, pecata minuta en el mundillo de los agujeros negros comunitarios, algo que perfectamente se podría haber manejado con un poco más de mano izquierda y con los focos apagados.
Sin embargo se elige otra estrategia. No sé si por torpeza y mediocridad, que hay mucha, o por intereses premeditados de los mercados de San Miguel y San Martín, o porque una vez más nos están manipulando. Apuntar con todos los focos hacia Nicosia y conseguir que todo el mundo mire hacia allí atemorizado, creando una nueva crisis de confianza global, metiendo miedo a los ciudadanos con el corralito para que no se piensen que sus ahorros están a salvo y dar una nueva imagen de debilidad europea frente a la soberanía alemana, no puede ser un hecho casual.
Nos dirán que es para terminar con los paraísos fiscales, con lo cuál suponemos que a continuación meterán mano a Luxemburgo, Andorra, Mónaco, Isla de Man… Pondrán a los ricachones rusos como los malos de la película que pagarán con su dinero negro de malas, malísimas, prácticas, pero los perjudicados volverán a ser los mismos.
Querido Anastasiadis, espero que tengas razón y que sea sólo un experimento, miedo me da que la teoría de la conspiración vuelva a ser cierta y que todo esto sea un movimiento de ajedrez para que unos cuantos se forren o unos países se fortalezcan frente a otros. O lo que es peor, quiero pensar que esto no es simplemente una torpeza de políticos mediocres, eso sí que me da pánico. En cualquier caso, vete preparando que llega otra vuelta de tuerca, y no será sólo en Chipre, también en Soria.
PD Mirad en el mapa como Chipre está pegado a Siria. Todos agobiados por el dinero de uno e indiferentes a los muertos del otro.

lunes, 18 de marzo de 2013

¡CHOF!

No es muy original decir que no me gustan los "reality shows". En verdad, no puedo juzgarlo objetivamente porque nunca he seguido ninguno y el mando de mi tele tiene un resorte que cambia inmediatamente de canal cuando detecta cualquier tipo de concurso de jóvenes desvergonzados intentando hacerse famosos a cualquier precio, ante un jurado de famosetes histriónicos encantados de hacer el ridículo por un puñado de euros. Es lo que todo el mundo reconoce como telebasura, pero una buena parte de los españoles consume con gusto.
Siento cierta vergüenza de un país o un mundo, cuyas personalidades más ilustres son aquellos que más gritan, más insultan y menos rubor tienen ante la cámara. Gente que, lejos de pasar desapercibida, presume de los valores más repudiables en una sociedad medianamente civilizada. Personajes famosos, cuyos méritos se limitan a ser hijo de, exmarido de, viuda de o exladrón, excorrupto, exdeportista fracasado o simplemente payasete... pero que matarían por mantenerse de por vida en esa putrefacta alfombra roja que les aporta dividendos por hacer el tonto.
Pero ellos, en el fondo no tienen la culpa, porque al fin y al cabo, están aprovechándose de el mediocre negocio de la tele-tonta, la tele-imbécil que sólo se guía por audiencias y desoyendo de su responsabilidad como gran medio de masas, frivoliza con la capacidad intelectual del espectador. Vamos, que nos llaman idiotas con todas las letras y nosotros lo aceptamos. Esos gigantes mediáticos que después se ponen muy dignos a la hora de juzgar, exigir a los políticos y hacer periodismo de investigación de gran altura, son los mismos que nos envenenan, echándonos en el plato repugnantes dosis de Faletes, Olvidos Hormigos, Jesulines y Álvaros Bultós.
Como además carecen de excesiva creatividad y valentía, su línea de trabajo es siempre la misma, mirar de reojo al de al lado y copiar, copiar y requetecopiar. De ahí que por casualidad surjan a la vez dos programas sobre algo tan interesante y trascendental como son los saltos de trampolín. He visto sólo las promos de ambos y he quedado absolutamente alucinado con la estupidez humana. Nada nos puede hacer más felices que ver a alguien poco agraciado físicamente haciendo el más sonoro ridículo saltando torpemente al agua, siguiendo la histórica tradición hispana de los esperpentos.
Pero es como la política, pueden hacer lo que les dé la gana porque luego llegamos los españolitos y los refrendamos, ya sea en las urnas o con el mando a distancia. Y si mañana nos ofrecen el nuevo show multipantalla "mira quién caga..." ahí estaremos todos para reventar el medidor de audiencias comparando las heces de Julián Muñoz con las de Guti o incluso de Belén Esteban. Tiempo al tiempo.

miércoles, 13 de marzo de 2013

EL PAPA BOLUDO

Ratzinger era difícil de pronunciar y se puso el mote de "Benedicto XVI" que no había forma de recordar. Bergoglio es igual de difícil de decir sin hacer gárgaras, pero por lo menos se ha puesto el mote de "Paco". Eso sí, los dos comparten un pasado con alguna que otra sombra. Pero tranquilos, que no vengo hoy a hablar mal de la S.I.C., aunque desde que he oído que el Papa es argentino, no he parado de cantar la canción de Violeta Parra "Qué dirá el Santo Padre..."
Vamos a darle un tiempo de cortesía a Jorge Mario (coño, se llama igual que dos de mis "cuñaos", otro punto flaco). Lo que quiero contar es que me lo he pasado muy bien durante estos dos días con el ritual medieval de elección del Pontífice y el desafío de la iglesia al siglo XXI y a toda su tecnología, con un método tradicional lleno de magia y encanto. He oído muchas críticas a la iglesia por no adaptarse a los tiempos que corren en este asunto y sinceramente no las comparto. Si hay algo bonito y rico en la iglesia católica es su legado artístico y cultural y el respeto a las tradiciones en las formas. Me encanta el "Extra omnes", la Capilla Sixtina cerrada a cal y canto, la chimenea cutre y el humo hecho con azufre (que le compran al mismo Satanás). Otra cosa es que ese respeto al pasado e inmovilismo no se limite sólo a las formas y quede también plasmado en el fondo, sin dar el giro de acercamiento a la realidad, al pueblo y al verdadero mensaje igualitario y justo que debería promover y predicar la religión más "consumida" del mundo.
Pero también me lo he pasado muy bien por los comentarios de mi hijo Lucio, que a sus seis años ya sabe bastante: "El Papa es el nuevo señor que van a cambiar porque el otro es muy viejo y se cansa mucho de viejo y lo elige el jefe de la iglesia (...) el Papa es el que está en las iglesias, que son como castillos de los caballeros, pero más pequeñas y sin caballeros. Las iglesias son para llevar a los muertos y el Papa es el que dice quién se ha muerto y cuando nació el que se ha muerto. Los muertos luego los llevan al cementerio que es donde está Dios, que no sé quién es, pero que se murió hace mucho".
Como podéis ver, el chavalillo ha heredado el mal rollito de su papá (con tilde en la segunda "a") por los asuntos fúnebres o por lo menos su humor negro. O quizás al ver el humo se le ha subido a la cabeza, porque después de tan sabia disertación se ha dirigido a su madre al grito de "¡Messi, traeme agua!"... Ay, que nos colonizan los argentinos, ¡boludo!

martes, 12 de marzo de 2013

LA HUELGA

Cómo mola pegarte el madrugón, llegar al aeropuerto y que te digan que tu vuelo está cancelado y que te busques la vida porque no tienen ninguna alternativa para ti. El otro día fuimos unos de los damnificados de la huelga de personal de Iberia, que afectaba a otras compañías como Vueling y lo único que nos ofrecieron fue comprar un nuevo billete para otro vuelo y reclamar a través de internet la devolución del billete anulado... Vamos un "Dios te lo pagará, pero cuando acabe el cónclave".
Respeto y defiendo el derecho a la huelga frente a los atropellos de algunas empresas o administraciones que cambian con enorme facilidad las normas del juego y los contratos pactados y firmados entre dos partes. Entiendo a los trabajadores de Iberia que ven como vuelven a ser la pieza más frágil en una fusión en la que unos pocos se van a forrar a costa de dejar en la calle a muchos currantes.
Sin embargo hay algo que nunca he comprendido y que me crea cierto ardor de estómago: la desigualdad de las personas ante la huelga. Si consideramos la huelga como un derecho universal de defensa de los trabajadores, no me parece justo que esta herramienta sea muy útil para algunos y totalmente inútil para otros. Cuando los trabajadores deciden paralizar aviones, trenes o gasolineras, su posición de fuerza es enorme porque su rehén es toda la sociedad. El ejemplo lo tenemos latente con otro conflicto actual, el de los trabajadores de Roca, que por mucho que se declaren en huelga, no van a conseguir que la gente deje de cagar o que lo haga en el campo. Tampoco pasa nada cuando los periodistas de El País, a modo de protesta por el ERE deciden no firmar sus artículos. Y mucho menos cuando los empleados de Telemadrid nos dejan la pantalla negra durante varios días, eso casi lo agradecemos.
Es cierto, la mayoría de los ciudadanos estamos indefensos ante este sistema reivindicativo porque sufrimos las consecuencias de las huelgas de los servicios imprescindibles y de poco nos sirve el derecho de huelga en profesiones sin las cuales el mundo puede sobrevivir. Nada pasa si mañana se ponen en huelga los organizadores de eventos, ni las agencias de publicidad, ni los laboratorios fotográficos, ni los fabricantes de lentes de contacto, ni los pasteleros de IKEA, ni los limpiacristales de rascacielos, ni los mecánicos de aspiradoras, ni los fresadores de rodamientos, ni los productores de zumo, ni los repartidores de pizza.
En cambio hay una serie de trabajadores que tienen cogidos por los cataplines a sus patrones y a toda la sociedad, porque si se paran ellos, se para el mundo. Es el caso de los transportes, de los médicos, de la funerarias, de los testaferros y por supuesto, de los futbolistas y/o árbitros... Hasta ahí podíamos llegar.




domingo, 10 de marzo de 2013

PERDIDO EN LA CASA DE CAMPO

Creía que conocía la Casa de Campo como el pasillo de mi casa, pero no, sólo estoy familiarizado con un trocito, el que recorrimos una y mil veces diseñando circuitos para carreras de mountain bike, durante más de quince años. El caso es que recientemente estoy volviendo al lugar de los hechos para que sean mis hijos los que recorran senderos y caminos con las bicis. Y me alegro, porque los madrileños nos olvidamos muy pronto de que la Casa de Campo está ahí y de la suerte que tenemos de tener un espacio así, integrado en la misma ciudad.
El sábado, mientras Dieguillo y Luis recorrían el "pulmón de Madrid", desde Garabitas hasta el Lago, entre el Zoo y la bajada de la muerte, yo disfruté como un enano dando un largo paseo por los embarrados senderos cercanos a la tapia. Estuve a punto de irme a caminar por las urbanizaciones cercanas o incluso por algún centro comercial, por aquello de que soy más urbanita que campestre, más antropólogo que biólogo, pero finalmente me armé con el periódico y eché a andar senda abajo.
No es fácil caminar y leer a la vez, pero si te gusta meter los pies en los charcos y tropezarte de vez en cuando con alguna raíz, es entretenido y dicen que sano. Lo de andar, para el corazón; lo de leer, para la mente.
Al principio opto por pistas anchas para no tener que fijarme en el suelo y poder concentrarme en el funeral de Chávez, pienso un chiste de mal gusto con el cadáver y el nombre de su sucesor; paso pagina, a la sucesión de Ratzinger, y se me atraganta la primera subida y la enmarañada información sobre la curia, los curas, el cónclave, los cardenales y la chimenea. Qué bonita la historia del humo, lo que le gustaría a mi hijo ser el encargado de hacer la fogata. Una madre gritando a su hija por meter el pie en el barro me saca del periódico, miro para arriba y encuentro miles de pinos verdes sobre frondosa hierba; si cambiase las bicis por vacas y los runners por pastores, pensaría que estaba en Asturias o incluso en Suiza.
Me vuelvo a meter en el barro, fango, terreno pantanoso, el del papel del diario: la Infanta Cristina, el ayuntamiento de Ponferrada, Rato en Bankia y ¿cómo no? mi gran amigo "Luis el cabrón", que no tiene nada que ver con el que está montando en bici con mi hijo, pero sí con los paisajes suizos. Me retiro de los caminos anchos porque están llenos de bicis que me pasan rozando y decido ir campo a través o por senderos estrechos, la auténtica esencia del mountain bike y que ninguno de los "globerillos" se atreve a coger. Hago una larga y enriquecedora bajada con Goytisolo y con Muñoz Molina, pero al final de un barranco empiezo a sentir que me he perdido y cambio de rumbo, subo una empinada rampa hacia el sur con Soraya, echando el bofe, con los "presuntos" impresentables del Madrid Arena y con el riñón de Javier Solana. Corono la cuesta con ese agobiante sabor a sangre en la garganta y empiezo a quitarme ropa porque el sol pega fuerte, justo en el momento en que aparece el blandorro Adelson y su instructivo proyecto cultural, Eurovegas; según lo leo me sigo quitando ropa y aparece detrás de un arbusto una de las fieras autóctonas de la Casa de Campo, una despampanante rubia en tanga... Pero qué imaginación tenéis, pervertidos...

jueves, 7 de marzo de 2013

TOCA MUDARSE

Que padezco el mal de Diógenes es algo de sobra conocido, pero este trastorno suele estar oculto en la profundidad de los armarios hasta que llega el momento, enternecedor momento, de una mudanza. Durante esta semana me ha tocado adentrarme en las profundidades de mi despacho para sacar esas cosas tan útiles que llevaban allí guardadas desde hace más de veinte años y que, por supuesto, seguirán guardadas en el mismo armario durante los próximos equis años, hasta el momento en que me echen o me saquen con los pies por delante y os toque a vosotros limpiar mi mierda.
Como terapia de choque me he obligado a tirar por lo menos un 30% de mis pertenencias y lo he conseguido. A decir verdad, me lo han puesto muy fácil las propias cosas o es que alguien hubiera tenido interés en mantener en un cajón el dossier del campeonato iberoamericano de atletismo de Huelva o de un equipo de balonmano de segunda división o de un torneo de ajedrez en México o el recorrido de la Vuelta ciclista del 94 o nueve ediciones de la agenda de la comunicación o un libro de poemas relacionados con el fútbol o un listado de empresas suecas afincadas en España... Menudo potingue se habrá preparado en la planta de reciclaje de papel.
Sin en cambio, hay otros enseres que han pasado el primer corte y han conseguido llegar hasta el nuevo despacho, a pesar de su escasa utilidad. Es el caso de decenas de proyectos inacabados o fracasados, una carpeta con cartas de clientes diciendo que "NO" (¡qué majetes!), kilos y kilos de dossiers o recopilatorios de prensa, un folleto que hicimos y repartimos por toda España sin darnos cuenta de que habíamos escrito Srite en lugar de Sprite, una postal enviada por Edurne Pasabán desde lo alto del Kanchenjunga (el cartero sí que era un gran escalador...), una revista Interviu con "interesantísimos" reportajes y una crónica del Sahara Marathon, varias pegatinas pidiendo la libertad de Bradley Manning, algunas fotos "dedicadas" de prostitutas de Las Vegas, un Sagrado Corazón de plástico y centenares de tarjetas con contactos inservibles porque, en casi todos los casos, han cambiado las direcciones, los teléfonos o las personas.
De todas formas y aunque da pereza, una mudanza es un ejercicio muy sano, en lo físico y en los psíquico, porque sirve para poner en orden tu vida, dejar atrás malos rollos y refrescar un poquito la memoria. Es curioso, pero en los criterios de selección para salvar o condenar documentos, la antigüedad es un grado y las cosas de los noventa tienen solera y cuesta mucho tirarlas, por estúpidas que sean; una vez pasado el 2.000 parece como que ya es moderno y sin interés y de los últimos años, apenas encuentras información porque está todo en ordenadores.
Para quienes no lo habéis visto, no os perdáis el vídeo que hemos hecho de la mudanza. Por cierto, yo soy el saharaui y las chicas, mi harem.
PD. Los cuadros que se ven al fondo del despacho son de Montserrat Gómez-Osuna y Lucio Muñoz Avia, dos grandes pintores.

lunes, 4 de marzo de 2013

NEGRO SOBRE BLANCO

Últimas novedades del caso malgache. Nuestro invitado procedente de la isla más grande de África continua en casa, pero apenas ha aprendido tres o cuatro palabras de español. Eso sí, como se trata de un intercambio, el pequeño Lucio ya sabe decir cuatro palabras en francés: "Oui, arret, canard et poulet", lo que le garantiza la supervivencia en caso de perderse en Francia. No me preguntéis cómo ha llegado a esas palabras, que no lo sé. También le ha servido al canijo para hacer una sabia y profunda reflexión sobre los colores: "Papá, todas las personas tienen el cerebro rosa, yo lo tengo rosa, los de Madagascar lo tienen rosa y hasta los chinos lo tienen rosa". Esta transcendente teoría la dedujo mientras yo fracasaba en mi búsqueda de liendres y piojos en su mollera.
La otra lectura que uno hace después de tener un chaval subsahariano en casa, es que nuestro país, por mucho que presumamos de lo contrario, todavía no está acostumbrado a convivir con otras razas. Un negro sigue siendo alguien extraño en nuestra sociedad y si lo sacas del contexto habitual en el que estás acostumbrado a verlo, la gente suele reaccionar con extrañeza. En el colegio, en la tienda, en el restaurante, en la oficina, en todas las partes donde he entrado acompañado por este amigo de mi hijo, la gente ha reaccionado con espontánea extrañeza, seguida de hipócrita y desmesurada simpatía. De hecho, la semana próxima viene a casa otro chaval americano, pero de origen indio y prometo seguir con el estudio sociológico y compararlo con la reacción anodina y de absoluta normalidad que este verano vivimos cuando paseábamos por todo Madrid con otro yankee, pero más blanquito y rubito.
Y como si de una casualidad se tratara, los deberes de Martín para el fin de semana consistían en escribir una redacción sobre el racismo, sobre el diferente trato a las personas en función de su raza. Redacción que tuvo que hacer a escondidas porque le resultaba violento hablar del tema delante del  invitado, por si se daba por aludido.
Dieguillo, que ya está acostumbrado al mestizaje, puso todo su empeño en que el chaval aprendiera a montar en moto y llegó a acusarme de racista porque yo no era partidario, no fuese que tuviéramos que ir al hospital a dar explicaciones difíciles de entender: Chico de Madagascar en intercambio se rompe la crisma en pueblo alcarreño aprendiendo a montar en moto con señor mayor de pelo blanco. Al final, como siempre, cedí a la cabezonería de mis hijos y le dí una clase magistral al malgache, que por cierto, no es precisamente James Stewart. Lo dejo que esta entradita está empezando a ser racista...
PD. Stewart, ídolo de mis hijos, es el primer piloto negro que ha ganado el campeonato americano de supercross.

viernes, 1 de marzo de 2013

EL CHELI

El Cheli habla en saldañés. Ya le pueden cuidar en Saldaña por su trabajo en la difusión de la cultura palentina. Con su idioma trastabillado y su estilo campechano llegó a Madrid hace cincuenta años y se metió de lleno, sin pasar ningún tipo de selectividad ni máster, en la exigente labor de periodista de motor. Su Cuñado Enrique Hernández Luike, le abrió la puerta de una oficina y él entró para quedarse allí para siempre. Para ser uno de esos ejemplos de trabajador hecho a sí mismo, de directivo que llega a lo más alto después de haber conocido todos los rincones de la casa. Para ser durante muchos años la persona más influyente del motociclismo español, a base de trabajo, cabezonería y una inigualable pasión por el mundo de la moto.
Ayer nos reunimos un nutrido grupo de periodistas (algunos ex), moteros y amigos para homenajear a Javier Herrero por sus 50 años en la profesión. En torno al maestro nos juntamos muchos de los que hemos pasado por la redacción de Motociclismo o de alguna de las publicaciones que él ha liderado; periodistas que trabajamos en un equipo super ilusionado y que aprendimos muchísimo de motos, pilotos y filosofía periodística bajo la batuta de "El Cheli", esa batuta que a veces se enrojece, se acelera y expulsa exabruptos para luego volver a la tranquilidad recordando una nueva anécdota sobre dos ruedas. También estaba el nombre más ilustre de nuestro deporte, Ángel Nieto, los directivos de algunas marcas, muchas caras conocidas del periodismo del motor del pasado, presente y futuro, e incluso su más dura competencia, Jaime Alguersuari.
Todos ellos envolviendo a Javier en un cariñoso abrazo y llenando de emoción una noche que daría para escribir tomos y tomos de la historia de la moto. No había tiempo para saltar de corrillo en corrillo y zambullirte en una jugosa anécdota: de cuando El Cheli cogió por el cuello al ingeniero de Doohan, de cuando le pegó un comisario en un circuito, de cuando Valentín Requena era fotógrafo de carrerillas de motocross, de cuando Virgilio Hernández fue el único periodista en ver ganar a Nieto su primer Gran Premio, de cuando Alguersuari se llevó a Sito y Cardús a Daytona, de los compañeros que se fueron (demasiados), de las historias del Dakar de Juan Hernández, del enduro de Pepe López, de los scooters de Cuadra, de las clásicas de Nacho Medina, de las pruebas de Augusto, de los viajes de Cuervo, de las fotos de Jaime Olivares y los hermanos Herranz, de los Grandes Premios de Pecino y Mela, de los cierres de Ilde, Mike y otros tantos, de las chifladuras de Dennis...
Todos y cada uno teníamos un largo repertorio de historietas y batallitas "cebollescas" que contar, pero quedaban siempre minimizadas por el enorme peso de la enciclopedia andante de la moto que es El Cheli. Muchos le hemos pedido que escriba un libro, pero como periodista que es, le cuesta repetirse, porque todo eso ya lo ha escrito. Yo tuve la suerte de estar en la cena y de ser uno de los afortunados que me sometí durante varios años a la tutela de Javier, fue mi director y mi maestro; le sufrí mucho, aprendí más y supe entender ese peculiar liderazgo. Tanto, que cuando decidí cambiar de profesión, se entristeció y llegó a ofrecerme un puesto muy alto para que me quedase. No me arrepiento, claro está, pero de vez en cuando tengo remordimientos por haberle dicho que no a mi maestro: Javier Herrero.
PD Para los que no le conocéis, El Cheli es el que está en la foto justo debajo mío y yo soy el que sale justo encima de Javier. El Cheli y Javier son la misma persona.

lunes, 25 de febrero de 2013

EL MALGACHE

Hello, guten tag, bonjour, salam alekum... se me traban las palanguas. Llevo unos días que no sé muy bien dónde estoy, y eso que no he salido de Madrid, de casa, de la oficina... Quizás sea que mi cuerpo está acostumbrado a pasar la última semana del mes de febrero en los campamentos de refugiados de Tindouf y por eso esta vez se me ha cortado la digestión, la respiración y hasta la regla. Hoy debería estar escribiendo la crónica de la decimotercera edición del Sahara Marathon, pero los acontecimientos han sido caprichosos y aquí estamos, lejos de nuestras familias saharauis, echándoles mucho de menos. Por eso hemos dedicado buena parte del día a preparar el material deportivo que vamos a enviar en una caravana solidaria. Lo he hecho con mi brother Brahim, que está pasando unos días en casa, lo que conlleva alguna que otra sesión de te saharaui, para que por lo menos el sabor amargo-dulce-suave nos traslade por unos minutos al interior de la jaima.
También hemos tenido visita de los alemanes, austriacos y belgas que participan en el proyecto y que ya tenían sacados los billetes a Madrid, con lo cual nos ha tocado hacer un poco de cicerones, aunque sin llegar a la hospitalidad que desbordan Dumaha, Mohamed y todos nuestros anfitriones saharauis. Eso sí, hemos tenido una reunión en la que se hablaba inglés, francés, alemán, saharaui y español, idiomas, todos ellos, que controlo a la perfección, a excepción de cuatro.
Y todo esto ha ocurrido en el fin de semana posterior a la visita de nuestra amiga californiana Cory, que ha venido a recorrer España con su hija y a traernos aire fresco del Pacífico, recuerdos de los amigos y nostalgia de aquella experiencia tan maravillosa que pasamos en San Francisco.
 Y justo antes de la llegada a casa de Zidiny, un chaval de Madagascar, que ha venido a hacer un intercambio con Dieguillo y que por tanto pasará unos días en casa con nosotros. Con él también hablamos un mix entre castellano, francés e inglés porque, como bien podéis imaginar, mi madagascareño es escaso. Por cierto, lo he puesto mal, el Gentilicio de Madagascar es el Malgache. Qué bonito, si tengo otro hijo le llamaré Gentilicio Malgache.
PD.El lector debe adivinar si el de la foto es Zidiny, el belga, el alemán, Brahim, el austriaco, Cory o Gentilicio Malgache.

domingo, 24 de febrero de 2013

viernes, 22 de febrero de 2013

HÉROES CON PIES DE BARRO

No me interesa nada el morbo del cojo famoso matando a su chica, aunque pueda ser un best seller mundial. Tiene todos los ingredientes perfectos para el amarillismo y la casquería periodística. Joven héroe mundial casado con rubia maciza, la mata y se escuda en una poco creíble excusa digna del mismísimo Hitchcock. La sociedad que le encumbró procede a lapidarle justamente. Cómo mola lo de lapidar héroes caídos.
Sin embargo, el caso no tiene mucho más que ofrecer que el de cualquiera de los cafres que por estos lares se llevan por delante, casi a diario, a decenas de indefensas mujeres. Es la lacra de otro tipo de héroe, el machote de orgullo herido, el más peligroso ser sobre la corteza terrestre. Pistorius, que se había superado a sí mismo en un ejemplo para toda la humanidad, ahora se ha auto destruido en otro ejemplo de inhumanidad.
Pero ya digo que no me atrae la cuestión y si escribo de ello es sólo porque me llama la atención la ejemplar rapidez de la justicia sudafricana, que está a punto de dictar sentencia cuando apenas se ha cumplido una semana del asesinato. Así, con los datos fresquitos, las memorias llenas y todos los testigos vivos es como se debe juzgar cualquier hecho. Así es como cualquier niño, con su inocente pero lógica mentalidad, nos sugeriría que se debe aplicar la justicia. Todo un ejemplo para aprender de él. Nuestra justicia es en ese sentido tercermundista. Con qué rigor se pueden juzgar hechos, diez años después de su desarrollo, fuera de su contexto, con personas desaparecidas, con recuerdos borrados y con mucho tiempo para que los culpables puedan esgrimir y utilizar triquiñuelas legales para esquivar a la justicia. Así ocurre que Ferrán le echa la culpa a su socio muerto o algún otro incluso a los padres o en la mayoría de los casos, realmente los testigos no se acuerdan de los detalles. Si estamos juzgando ahora el Prestige, la Operación Puerto, el caso Palma, la Gürtel y tantas causas graves que ocurrieron hace varios años, cómo podemos hablar de objetividad y justicia, si el simple paso del tiempo destroza principios como la presunción de inocencia, el derecho a la defensa o el resarcimiento a las víctimas.
Sólo en algunos casos aislados, la justicia consigue actuar de forma rápida y fulminante, como es el caso de otra "lapidación", la del juez Garzón.  No os quepa ninguna duda de que cuando se juzgue el caso Bárcenas, la niña de Rajoy ya habrá dejado las Nuevas Generaciones y los datos que ahora parecen tan contundentes habrán quedado diluidos en el tiempo.
Quién nos iba a decir que hasta Sudáfrica nos iba a dar lecciones de justicia, derribando con dolor a su héroe con los pies de barro... Perdón por el chiste malo y cruel, pero no me he podido contener.

jueves, 21 de febrero de 2013

UN HIGO CHUMBO

Siempre me gustaron esos programas de televisión en los que entrevistan a niños pequeños hablando de cosas que desconocen, desbordando inocencia y sin ningún tipo de pudor. Lo que no imaginaba es que yo iba a ser protagonista de una encerrona con una jauría de enanos, ansiosos de conocimiento y sin el más mínimo recato para preguntar. Ayer, en una de esas charlas en colegios, a las que me invitan de vez en cuando, me encontré por sorpresa con un auditorio más joven de lo esperado: 200 chavales de 6 y 7 años.
Por suerte mi hijo pequeño tiene esa edad y tengo suficiente experiencia para saber en qué tono hablarle y cómo explicarle las cosas para que no me haga ni puto caso. Estos, como todavía no tenían confianza, se portaron muy bien y atendieron receptivos a las diapositivas y las anécdotas o curiosidades sobre la vida de los saharauis. Todo muy bien hasta que al final llega el turno de preguntas: ¿Es verdad que en el desierto hay conchas porque antes era un mar?, ¿Cómo es posible que fuese un mar, cómo llegó el agua hasta allí?, ¿Y si fue un mar, todavía está mojada la arena?, ¿Si en el desierto no hay árboles, cómo es posible que puedan respirar el aire sin oxígeno?, ¿Es verdad que en el desierto la única planta que aguanta es el cactus?, ¿Tienen higos chumbos todos los cactus?, ¿A qué saben los higos chumbos?, ¿Cuando toman el te de la muerte, se mueren?, ¿Es peor una tormenta de arena o una de rayos?... Y así hasta el "campana y se acabó" de la salvadora profesora. Tengo que reconocer que incluso comprendí y envidié a Rajoy el día que puso el televisor delante de los periodistas. Por un momento tuve que hacer de geólogo, biólogo, meteorólogo y detodólogo. Pero lo peor estaba por llegar...
Ya al final, un simpático chavalillo se levanta y orgulloso me informa: "Pues mi papá es marroquí..." Como podéis imaginar, esa es la única pregunta que llevo bien preparada y salí airoso con mis elogios al pueblo marroquí, a la belleza del país y mis duras críticas a sus tiranos gobernantes. Aunque tengo que reconocer que esta vez me tuve que morder la lengua para no hablar de sus continuos pisoteos a los derechos humanos, del permanente insulto a la comunidad internacional, de la insistente humillación a los residentes saharauis y de ese lamentable juicio, precedido de torturas, en el que han condenado a cadena perpetua a buena parte de los activistas saharauis de Gdeim Izik. Fue entonces cuando me acordé de la edad de mi hijo y pensé que no iban a entenderlo bien... Seguí hablando de higos chumbos.

martes, 19 de febrero de 2013

LA RENTA

No quiero ver la Renta de nadie. Quiero políticos honestos, jueces justos, sindicatos responsables y empresarios coherentes, pero no quiero ver la declaración de la Renta de nadie. Estamos ante un nuevo concurso de populismo, una subasta de demagogia, en la que se confunde transparencia con desnudez y honradez con pobreza.
La declaración de la Renta es un elemento totalmente anodino para juzgar todas estas corruptas fechorías de nuestra clase política y no hace otra cosa que, como dije el otro día, extender una cortina de humo delante del problema. En la declaración de la Renta nadie escribe sus robos, ni sus desfalcos, ni sus chanchullos, ni ninguna de sus vergüenzas. A quién estamos llamando gilipollas... enseñar la Renta es como mostrar tu análisis de orina para que la DGT te quite las multas por exceso de velocidad.
La declaración de la Renta es la confesión de cada ciudadano con Hacienda y el cien por cien de los ciudadanos hace todo lo posible por evitar cualquier sombra de sospecha, por pintarla limpia y clarita. De hecho todo el mundo hace magia para pagar lo menos posible y si se da el caso, por conseguir que le devuelvan lo máximo posible. Para eso existen millares de asesores fiscales, cuñados, gestorías y gabinetes, perfectamente legales, que buscan las triquiñuelas que permite la ley para que cada uno salde sus cuentas con el Estado de la forma menos dañina.
Por eso este exhibicionismo y falso ejercicio de transparencia no lleva a nada más que a desviar la atención. Un partido pedirá la declaración del otro y viceversa, los periodistas de cada tendencia sacarán punta a tal o cual ingreso sin llegar a comprobar nada y todos habremos salido perdiendo, pues no nos enteraremos de lo realmente importante, de la vinculación entre partidos y constructoras, de los pagos en dinero negro, muy negro, procedente de negocios que nunca se plasmarán en una declaración del I.R.P.F.
También perdemos con esta demagógica desnudez populista que criminaliza a los políticos por ganar salarios altos y se salta a la torera el principio de presunción de inocencia. Por favor, que los políticos trabajen por el bien público, con honestidad, sin robar, sin manipular, pero ganando el dinero que merecen por su cargo. En este país hemos pasado de presumir y concursar por ser el más rico del barrio, el que más caro vendía su piso, el que menos pagaba a Hacienda, el que la tenía más... a todo lo contrario, a tener que echar mano de la Renta para demostrar que no has robado y que no tienes mucho dinero porque sino te pondrán bajo sospecha en el titular de una periódico de la competencia política. Qué falsos somos. Si seguimos con esta escalada de estupidez sólo nos podrán gobernar gente que esté en la indigencia y que además esté dispuesta a trabajar sin cobrar. Nadie.

viernes, 15 de febrero de 2013

LA SÍNCOPA

El chaval dice que le ha salido bien, pero yo lo dudo. Dudo que haya sido capaz de explicar de una forma comprensible lo que es una síncopa y un contratiempo. Bueno eso ya lo va sabiendo, él y todos. La vida está llena de contratiempos. El otro día, en uno de esos momentos de crisis familiar provocada por el exceso de deberes, opté por ayudar al bueno de Martín en una materia, que en teoría, no me debería ser muy hostil. Abrí el libro de música y me topé con la síncopa, que todos sabéis bien que es el efecto que se produce cuando el sonido de una pulsación se alarga hasta la siguiente pulsación a través de una ligadura que une las notas; hice un sobresfuerzo para explicarle al chiquillo lo que quería decir y me enfadé mucho con él porque se reía mientras yo me volvía loco para hacérselo entender. Fue entonces cuando llegó el contratiempo, es decir, cuando la nota que no coincide con la pulsación va precedida por un silencio y tuvimos un verdadero contratiempo, porque la risa pasó a ser contagiosa y el papá maestro quedó en evidencia sin ser capaz de deducir cuál es la nota que no lleva pulsación y dónde está entonces ese silencio. Entre carcajadas, no fui capaz de defender los argumentos pedagógicos ante la ya habitual y reincidente pregunta de mi hijo: "¿Para qué me va a servir saber esto?"
Ya sé que no es la primera vez que hablamos de estas cuestiones educativas, pero me sorprende que una asignatura que debería estar basada en la práctica y en la participación, se pretenda enseñar a base de teoría pura y dura y de datos técnicos que habrán olvidado en dos días. En San Francisco, le daban mucha importancia en el colegio a la música y eso significaba que los alumnos estaban obligados a tocar un instrumento, a ensayar a diario y a dar conciertos de vez en cuando.
En mi casa, mis padres nos transmitieron el valor de la música sin explicarnos la teoría de los compases simples y los compuestos, pero enseñándonos a distinguir los instrumentos y los compositores a base de escuchar y oír a todas horas cantatas de Bach, óperas de Mozart o sinfonías de Schubert. Nos llevaban a conciertos y consiguieron empaparnos de una forma amable. En qué cabeza cabe que un examen de música puede ser sólo teórico y en silencio, es contra natura, es como obligar a alguien a aprenderse la letra de una canción sin su música. Son esas cosas de nuestra educación alienante y grisácea que reprime la creatividad. Son esas cosas de un país que reprime la cultura porque opina.
Espero que Martín no lea esto y haga bien el examen, para que el profesor esté contento, el colegio tenga una buena valoración y los padres podamos presumir en el parque de las notas de nuestro retoño, aunque todo sea a costa de que a los niños les dé un síncope...

miércoles, 13 de febrero de 2013

AINHOA

Yo estoy seguro que tendría síndrome de Estocolmo. Por eso es lo primero que le pregunté a Ainhoa cuando ayer tuve ocasión de conversar con ella. Ella fue secuestrada, junto a otros dos cooperantes, en los campamentos de Tindouf y pasó nueve duros meses de cautiverio en el norte de Malí. Ayer tuve el honor y el placer de impartir y compartir con ella una charla de cooperación y sobre el conflicto saharaui.
Hasta ahora, las presentaciones que hacemos en colegios para dar a conocer la problemática del Sahara y nuestros proyectos solidarios, las hacía con mi amigo Víctor, pero ayer, por una casualidad, compartí mesa en el Centro Teide con Ainhoa y tengo que decir que me sentí sobrecogido, imaginando lo que aquella chica de apariencia frágil, pero férrea fortaleza, había pasado durante todo ese tiempo. Me sorprendió su frialdad y desinhibición para hablar del secuestro como quien habla de cualquier acontecimiento habitual en su vida. Ni tenía síndrome de Estocolmo, ni guardaba un rencor vengativo, ni trataba de esconder o borrar ese episodio de su historia... Todo lo contrario, me sorprendió la entereza y sensatez con la que narraba los hechos, restándoles dramatismo y huyendo del protagonismo. Incluso le pregunté si no pensaba escribir un libro y dijo que no, que no ha lugar y que prefiere mirar hacia adelante.
Se ayuda con un bastón para caminar porque aún no ha recuperado la masa muscular que perdió durante todo ese tiempo, sin ejercicio y con mala alimentación. Te habla del miedo o la angustia que se siente en una situación como esa, pero sin espectáculo, sólo con sentido común: "Yo sabía en todo momento que me podían matar si la cosa no iba bien, no hacía falta que me amenazaran, lo sabía yo". Y te cuenta las incomodidades de vivir en un lugar así, en medio de la nada, con la cabeza cubierta en todo momento, entendiéndose en una mezcla de varios idiomas con secuestradores armados hasta los dientes e incluso, de la desesperación que le provocaban los falsos anuncios de liberación que los captores, entre los que había algún menor, les hicieron en numerosas ocasiones.
Aún así, lo más sorprendente fue ver a Ainhoa hablando de cooperación con entusiasmo, de su experiencia como cooperante en Palestina, en el Sahara y en otros muchos países africanos. Ver que alguien que ha pasado por una situación tan extrema, mantenga la pasión, la solidaridad y la determinación para seguir dedicada al noble oficio de ayudar a los demás, me dejó perplejo. Ella dijo: "Si no lo hiciera así, estaría cediendo al chantaje de los secuestradores" y yo pensé que vaya suerte tienen sus padres de tener una hija así.

martes, 12 de febrero de 2013

EL HOMBRE QUE MATÓ A...

Liberty Valance ¿no?... Pues no, yo espero ansioso la entrevista que en unos días va a publicar una conocida revista con el hombre que mató a Bin Laden. Seré morboso o lo que sea, pero me encantaría conocer muchos de los detalles y secretos que ese personaje sabe; digo personaje porque es totalmente anónimo y es posible que si se va un poquito de la lengua, desaparezca de la faz de la tierra algo más que su apellido. Al parecer es de Milwaukee, como lo son todos los tipos raros de aquel país, de Milwaukee en el mismísimo Wisconsin, y ahora el gobierno tiene un problema parecido al de Rajoy con Bárcenas, o le miman un poco o a ver quién le calla la boca.
Resulta que el selecto pistolero que descerrajó tres tiros en la frente del enemigo público número uno del mundo, vio culminada su carrera y presentó la renuncia como el mismísimo Benedicto, pero, por esas torpezas de las administraciones, ahora se encuentra a dos velas, sin seguro médico y viéndolas venir. Eso es lo que le ha llevado a hablar con un conocido periodista y publicar su historia, supongo que bastante maquillada; aunque yo que este chaval, miraría bien cada mañana debajo del coche, porque enemigos no le van a faltar, dentro y fuera de casa.
Desde luego, los yankees tienen un problema con todos sus superhéroes y o lo resuelven o sus próximas y millonarias producciones de Hollywood van a ser un tantos frustrantes y dramáticas. Hace poco fue asesinado a tiros el francotirador más mortífero del ejercito americano, que había matado a 150 combatientes, según la versión oficial, aunque él decía haber acabado con más de 300 y la Comunidad de Madrid lo cifra en un millón y medio. Lo curioso del caso es el tratamiento que en ambos casos se hace de los personajes, que son tildados poco menos que de superhombres salvadores de la humanidad y en ningún caso se pone en duda la justicia de sus actos, ni la culpabilidad de todas y cada una de sus víctimas.
Pero hay otro dato que atormenta a los gobernantes americanos, que durante tantos años han intentado regir los destinos del mundo. La mayor causa de muerte entre sus soldados es el suicidio; son centenares los que no pueden borrar de su memoria, ni de su conciencia, lo que han visto, han vivido y han hecho en guerras como la de Irak o la de Afghanistán. Y otros muchos se vuelven locos y vagan por las calles empujando un carrito de supermercado lleno de cartones. Pronto habrá uno, en los suburbios de Chicago, contándole a la gente que él mató a Bin Laden. Sí hombre, y yo soy Obama, le dirán.

lunes, 11 de febrero de 2013

LA CORTINA DE HUMO

Como no podía ser de otra forma, el Papa vuelve a colarse por pleno derecho en este blog y lo hace por ese cese fulminante que le ha llegado desde arriba. Tras una larga jornada leyendo todo tipo de ocurrentes bromas y patéticos chistes sobre su eminencia, he llegado a la conclusión de que todo esto es una cortina de humo.
Que si Roma 1- Genova 0, que si se retira para montar un garito de bodas en Eurovegas o ser consejero del Banco Espíritu Santo, que si la porra del nuevo Papa va a ser dura... Tropecientasmil gilipolleces que hacen que en unas pocas horas estemos todos hasta las narices de la renuncia papal y todas sus interpretaciones.
Pero hay que reconocer que a unos cuantos les ha venido Dios a ver. Me refiero a Arturo Fernández, a Joan Rosell, a Ana Mato, a Barcenas y hasta al mismísimo Mariano Rajoy; todos los que estaban iluminados por los focos de las cámaras y han visto como los micros y los plumillas han salido en estampida hacia El Vaticano.
Y sinceramente, no creo que sea malo un poquito de aire fresco, porque también estábamos empezando a distorsionar el asunto de la corrupción enfocándolo desde la más pura demagogia y dejando a un lado el verdadero meollo de la cuestión. Que los sueldos declarados por Marianín no coinciden con lo que dijo aquí o allá, es importante, pero no es el problema capital del asunto. Que Arturo Fernández paga a sus empleados parte del sueldo en negro, como el 120% de los bares, restaurantes y comercios de nuestro país, no es muy constructivo, pero no debe quedarse en el detalle. Lo realmente importante de todo este culebrón no es que una, dos o veinte personas ganen un poco más de dinero o que no paguen sus impuestos o que incluso lleguen a robar. Lo realmente grave y que está quedando ocultado por ese humo demagógico y populista de los sueldos y los impuestos, es la trama perfectamente organizada que supuestamente había o hay montada para financiar de forma ilegal a un partido, (ya sé que otros también lo han hecho o lo hacen, pero ahora le han pillado a este), y la implicación de numerosas empresas que si ponen dinero es porque reciben muchíiiiiiiiísimo más a cambio.
Que Arturo pague como le dé la gana, allá él con Hacienda, pero que no nos dé lecciones a nadie y que explique cómo se hace para tener la concesión de restauración de la mayoría de instituciones oficiales. Que la Mato se duche en confeti cuando quiera, pero nos expliquen a cambio de qué les regalaban tantas cosas. Y que Mariano no haga nada más por conseguir credibilidad porque la tiene totalmente perdida, que gane lo que tenga que ganar, y se aparte de toda esa mafia si es que realmente no tiene nada que ocultar.
Lo demás es una cortina de humo que no nos deja ver el bosque... ¿era así, no?... Estaremos atentos para ver de qué color es la fumata.

domingo, 10 de febrero de 2013

MANERAS DE VIVIR

No son tiempos para la filosofía, más bien para la supervivencia. Así es para quien está con el agua al cuello, agobiado por mantener la cabeza a flote y poder respirar, e igual para quien aun no ha sufrido el zarpazo de la crisis y aguanta en la superficie, pero vive asustado pensando que pueden venir tiempos peores. Se vive con miedo y por eso no se consume. Unos porque no tienen dinero y otros porque tienen miedo a perderlo.
A pesar de todo, cuando te topas con un vídeo de estos que te remueven los entresijos y pones en cuestión tu filosofía de vida, cualquiera disfruta con sus fantasías existenciales, con todos esos deseos y planteamientos que tantas veces te has hecho, pero nunca te has atrevido a poner en marcha. Esos utópicos "carpe diem" y vive el momento, ahora tienen poco sitio, porque bastante tiene la gente con vivir al día. Aun así, a veces encuentras algún resquicio en la cafetería entre Barcenas y Mato, entre Messi y Ronaldo, para comentar inquietudes, para escuchar a uno que sueña con irse a vivir a Estados Unidos, otro que fantasmea con hacerse pastor, algún atrevido que promete irse a África y hasta un snob que dice que el dinero no sirve para nada, que no te da la felicidad. Este último, es un comentario que no se suele escuchar en la cola del INEM, sino en boca de alguien a quien le sonríe la economía, alguien que no le dé importancia a esas cosas tan básicas y terrenales como comprarse una casa, un coche o un televisor, porque quizás hace mucho tiempo que lo tiene.
El materialismo es también una cuestión social, una aspiración de quien no ha llegado a poseer esos símbolos que nos han vendido como termómetro de la felicidad y el bienestar... Y en eso vuelve el amigo y te dice que lo que realmente hace feliz al ser humano es ayudar a los demás, que es mejor regalar que recibir un regalo, querer que ser querido... Palabras muy bonitas y generosas, siempre y cuando tengas posibilidad para ayudar, dinero para comprar el regalo y alguien a quien querer. Tal es así, que de inmediato saltó otro amigo con una visión un tanto más fría y agria, afirmando que el ser humano es egoísta en cada una de sus acciones y que hasta cuando está ayudando o siendo solidario con los demás, lo hace por puro egoísmo, para sentirse feliz consigo mismo.
Y yo, mirando para un lado y para el otro, como si fuera un partido de tenis, intentando coger lo mejor de cada una de las visiones, terminé enfrentándome a los dos, por crear polémica, y dándoles la razón, por conciliar. Sí, ojalá el dinero no fuese la máxima aspiración de las personas y tuviésemos una sociedad basada en otros valores, aunque sean tan egoístas como el de ayudar a los demás.

viernes, 8 de febrero de 2013

OBRING O REFORMING

Estamos metidos en una pequeña reforma. Tabique va, tabique viene. Tengas obras y las sufras (la frase es con pleitos, pero sobraditos van los periódicos).  Pero no vengo a quejarme, sólo faltaba, en estos tiempos es todo un privilegio poder meterse en este tipo de berenjenales. Da cierto remordimiento, pero siempre queda el consuelo de saber que tu inversión contribuye levemente a generar un brote verde y a generar ciertas expectativas en la injustamente vapuleada industria del ladrillo. Tranquis, que tampoco vengo con uno de mis ladrillos de política... Hoy toca clase de lengua.
Por asuntos profesionales uno ha caído en ese cuasi ridículo mundo de la publicidad y la mercadotecnia en el que no es posible completar ni una sola frase sin incluir un anglicismo o palabro en inglés. Nuestras reuniones llegan a ser grimosas por el exceso de briefing, branding, advertising, marketing, clipping, meeting y porculing. Cualquiera que venga de fuera, que no conozca el sector y que vaya flojo de inglés, saldrá por patas cuando le pidan el feed back del general manager sobre el budget del backdrop o hacer un banner dirigido al target que sirva de teaser para los next steps del community manager. Vale, lo he exagerado mucho, quizás influido por este vídeo, pero en algún caso y tratando con multinacionales que están acostumbrados a reportar a sus headquarters, nos vemos en situaciones un tanto estúpidas.
Y aquí llegan la obra y los ladrillos. Un complejo y delicado sector donde los meetings son reuniones, los managers son la dirección facultativa y el brain storming se hace cavando una zanja para ver si los cimientos coinciden con el muro de carga. Llevo ya unas veinte largas reuniones hablando sobre todo tipo de detalles del mundo de la arquitectura, la construcción y la albañilería y todavía no he encontrado a nadie que hable de cargadering, pilaring, cubierting, acometiding o rozing. Es más, el lenguaje de este sector es riquísimo y en este caso soy yo el que me siento un extranjero en cada una de las reuniones y eso que hablan en perfecto castellano, por antiguo que me suene. Resulta que tienen problemas con el cajeado de los capialzados y para mantener la continuidad planimétrica con el guarnecido, proponen acometer el cargadero mediante una placa de palastro y una escuadra a modo de ménsula de métrica variable, así evitamos que quede trasdosado y podemos sustituir el revestimiento fratasado en la zona de la crujía central. Y es entonces cuando yo cierro la boca, busco el mando para poner los subtítulos en español y asiento con la cabeza, mientras el aparejador me pelotea con un "si le parece bien a la propiedad..." Me habían llamado de todo, pero lo de "La Propiedad" lo llevo muy mal, suena a dueño, a puto amo, a señorito, así que a partir de ahora les pediré un naming más cool si no quieren que les pinche otra vez la "bubble of brick".