domingo, 29 de abril de 2012

NACES O TE HACES



A menudo discuto con amigos o familiares, todos ellos padres o madres, que presumen de neutralidad en la educación de sus hijos: "Yo trato de no influirles y dejar que ellos se formen su propia opinión." Es una frase muy recurrida y que queda muy bien en una cenita con vinos, pero que no comparto en absoluto, es más, pienso que, además de ser mentira, es una enorme irresponsabilidad. Es mentira porque no me creo que nadie consiga tener a los niños en una burbuja, aislados de los pensamientos de sus padres, sin saber qué tele ven, qué periódico leen, qué equipo siguen o qué partido votan, no es posible. Si tu hijo hace la primera comunión, le estás influyendo, y si no la hace, también.
Pero además es una irresponsabilidad paterna porque precisamente nuestra obligación como padres es educar a nuestros hijos y eso significa educar en valores, los tuyos, explicarles lo que es justo, hacerles distinguir las cosas importantes, ofrecerles todas las herramientas para formarles y hacerles cultos y libres. Un padre que no influye a sus hijos está haciendo dejación de su responsabilidad y está dejando que otros ocupen su lugar y les influyan con otras ideas o valores que pueden ser contrarios a los suyos.
Otra cosa es que luego tu hijo, cuando crezca y tenga sano juicio, se forme su propia ideología y discrepe de lo que tú le has tratado de enseñar. Esa libertad sí debe tenerla, pero a su debido tiempo y una vez haya tenido suficiente información y formación para poder elegir. Imagino a alguno de esos amigos escuchando un rato la Cope, otro a Ser y otro Onda Cero para que los niños puedan discernir. Noooooooooo, no dejaré que un Jiménez Losantos, un Mourinho o un Sánchez Dragó entren en el ideario de mis hijos.
Los niños hacen lo que ven en casa y es normal que sigan las líneas de pensamiento de sus padres. Mis padres no lo hicieron, venían de familias muy conservadoras y voluntariamente dieron un drástico giro. Yo, en cambio, sí les he seguido, me he dejado influir y ahora les agradezco enormemente la educación que nos dieron;  si lamento algo es no parecerme más a ellos. Con nuestros hijos intentamos hacer lo mismo y eneseñarles lo que para nosotros es bueno, para eso son nuestros hijos. Lo contrario es hipocresía.

jueves, 26 de abril de 2012

MARCHA ATRÁS

Sarkozy dice que prefiere ser fascista que comunista. ¡Jolín! Espero que gane Hollande. Si gana otra vez el bajito, además de seguir dándonos por saco, tendrá que gobernar con los votos de Le Pen y todo lo que eso significa. Es preocupante la situación de Europa, en lo económico y en lo político, con una presencia exagerada de las posturas más retrógradas y sectarias. Es curioso pero con cierta ceguera estamos dando peligrosos pasos hacia atrás, hacia un pasado que habíamos decidido dejar lejos.
Pero no es sólo allí. Aquí también se nos ha enganchado la palanca y vamos marcha atrás a gran velocidad. En unas poquitas semanas hemos perdido todo lo ganado en decenas de años. Qué fácil es deshacer. Y qué dañina interpretación de la democracia cuando se gobierna sólo para tus votantes, lo haga quien lo haga.
El caso es que con la excusa de la crisis los trabajadores han perdido gran parte de sus derechos; los ciudadanos ven recortados los servicios sociales más básicos como son la educación y la sanidad; el estado "federal"  de las autonomías es cuestionado; la justicia y la televisión vuelven al redil (Garzón ya está en la calle y Urdaci está esperando en la entrada de Torrespaña); la iglesia recupera terreno y arremete contra los gays y el aborto con el beneplácito de Moncloa; la ayuda al desarrollo desaparece; los grandes defraudadores son amnistiados; la resistencia pasiva en una manifestación pasa a ser delito; los inmigrantes vuelven a ser ilegales... Ahora entiendo porque en España no tenemos ningún partido como el de Le Pen, no hace falta.
Si a todo eso le sumamos la caída en barrena de credibilidad de la Casa Real con sus corruptelas, sus tiros, sus elefantes y sus cuernos, miedo me da que la marcha atrás siga enganchada y que en cualquier momento se nos aparezca el tío Paco. Despertarme ya de esta pesadilla...
P.D. Este es el enlace de Millás que dice Luis en "comentarios".

UN PASADO OSCURO

Estoy digitalizando a mis padres. En realidad he decidido informatizar la memoria de los Muñoz Avia. Es un trabajo complejo, polvoriento y lacrimógeno, pero muy divertido. Rodeado de álbumes de fotos, recortes de periódicos y cajas de diapositivas voy seleccionando lo que debe pasar por el escáner o lo que se condena al olvido. Eso debe ser lo que se llama memoria selectiva. Me siento importante, como los jueces de operación triunfo, tú sí, tú no, tú sí, tú no, porque la decisión marcará el recuerdo que nuestros descendientes tengan de sus abuelos, bisas y tataras. Reconozco que es una interpretación muy subjetiva de la historia, pero no querréis que escanee todas esas vergonzantes imágenes en las que salgo en calzoncillos, con flequillo cacerola o vestido a la moda albanesa (no del país sino del cantante).
La memoria se sustenta en la fotografía y a partir de ahora en YouTube. Lo he comprobado repasando álbumes y demostrando que todos los pasajes que recuerdo de mi infancia están, casualmente, recogidos en alguna foto. Por eso estoy grabando todas las fotos en el disco duro de mi ordenador, para poder sacar de mi frágil memoria todos esos recuerdos y así poder meter nueva información en el cerebelo.
Lo malo de escavar en la memoria es que uno lo hace con cierto miedo. He encontrado un montón de fotografías y documentación que nunca jamás había visto y, aunque en la mayoría de las ocasiones la sorpresa es positiva, uno va con miedo pensando en lo que se pueda encontrar. Siempre da miedo abrir el cofre del tesoro y saber algo que hubieras preferido no saber. De momento no he descubierto ningún crimen ni aventura inconfesable de mis padres, pero no puedo negar que estoy flipando con algunas imágenes a las que no sé dar explicación. Os pasaría lo mismo si viéseis a Antonio López en gabardina saltando por una montaña con un cigarro en la boca; o a mis padres vestidos de mayordomos sirviendo la cena en una fiesta; o esta última a la que no consigo darle explicación: Don Lucio y Doña Amalia, elegantemente vestidos, supervisando las obras del Estadio de Montjuic. La imagen es normal, un equipo de trabajo en plena faena con un operario en la zanja y cinco mirando, pero... ¿qué coño pintan mis padres allí? De verdad que no es photoshop, que estaban allí, tan monos, con sus cascos y su carpeta. Igual eran arquitectos y nosotros no lo sabíamos... Si ya decía yo que los cuadritos no podían dar para tanto.
Llevo un par de días buscando una respuesta pero no la he encontrado. A lo único que he llegado es a las consecuencias genéticas derivadas de esta imagen, ya sea por mi vinculación profesional al mundo del deporte o por mi militancia periquita. De algún lado me tenía que venir. Qué sé yo...

martes, 24 de abril de 2012

EN VOZ ALTA

"En voz alta" es la nueva editorial de Belén y Berta. Les llaman las bebe, en un mal chiste. Ayer dieron a luz a su proyecto, en el que llevan trabajando varios meses. El 23 de abril, día del libro, por la noche, se presentaba su sello y su primer libro, "El cuerpo deshabitado" de Marina Wainer, en la Meca del flamenco, el Cardamomo. Afuera, en la calle Echegaray soplaba recesión, se oían todavía los alaridos de un nuevo lunes negro, de otro derrumbe del Ibex 35, de una nueva antesala de la catástrofe de los mercados.
Dentro, Ramón Ongil hacía la presentación; un crítico disertaba sobre la autora y varios actores interpretaban fragmentos de la obra. El libro en cuestión es duro, es teatro y de una temática difícil y árida. Vamos, que no tiene pinta de ir a ser un best seller. Al acabar el acto, siguiendo mi "cotillesca" afición, pongo el oído en algunos corrillos: "Qué valientes estas chicas, con la que está cayendo... Ojalá les vaya bien, pero mucho me temo que se la van a dar... Desde luego, yo no me metería en un negocio como este...  Una editorial, cuando están cerrando todas... Ya podían haber elegido un libro más animado para empezar..." Y más y más y más. Y según iba oyendo y participando en más corrillos que "cariñosamente despellejaban" el modelo de negocio, más sentía la necesidad de escribir lo siguiente.
Ole vuestros huevos chicas. Así se hace. En este triste tiempo en el que los niños eligen estudios pensando únicamente en las "salidas laborales"; en que cualquier movimiento político está marcado por la economía; en que las familias y las personas hemos cambiado las agendas por las calculadoras...No hay lugar para el romanticismo. Al contrario, el idealismo es tachado de inútil, de poco práctico, de estúpido. ¿Estupidos? Nosotros, todos los demás, sí que somos idiotas que hemos caído en la trampa y que nos dejamos dirigir nuestros pasos, nuestra trayectoria, nuestro bolsillo, nuestra inteligencia y hasta nuestros sentimientos por el oscurantismo mercantil. B & B sí son románticas y son íntegras y han apostado por lo que les gusta, por lo que saben hacer, con el corazón y sin la cabeza. Saldrá bien o mal económicamente, pero con toda seguridad saldrá fenomenal intelectualmente.
Son buenas profesionales, son entusiastas de su trabajo y su pasión y da igual la prosperidad del negocio. Han pensado con la conciencia y la ilusión. Son un ejemplo, que debería seguir todo el país. Con miedo, con reglas del juego austeras, con vértigo y sin un poco de locura, no hay lugar para emprendedores, para volver a ser nosotros, para ser creativos y para salir del agujero. Enhorabuena a B & B y a "En voz alta!... Muy, muy alta.

EL DÍA DEL LIBRO

Lucio es un tramposo. Paso de jugar con él, siempre gana. Recuerdo en mis partidos de fútbol con Martín o Diego que de vez en cuando les humillaba por una cuestión educativa, para que supieran perder. Con Lucito, lo intento pero no lo consigo; me marca un gol, 1-0, le marco yo, lo anula; marca él, 2-0, marco yo, lo anula... Siempre hay un motivo: "Ha sido alta... iba muy fuerte...estaba mirando para otro lado...me estaba haciendo pis..." Y así hasta que el padre con inflamación testicular se mete en casa y deja fuera al microbio celebrando un 14-0 ó similar.
Por eso no me ha extrañado ver esta ilustración en el libro que han hecho en el cole para celebrar el Día del Libro, en la que aparecemos los dos jugando al fútbol. Le dijeron que pintara a su padre y sólo se le ocurrió eso, qué imagen más equivocada. Encima se me ha ocurrido presumir del "paradón" que estoy haciendo y me ha dicho que yo soy el de arriba, el de la parada es él... Ventajista...
Aunque no me gustan los "días de..." porque normalmente me parecen insuficientes para abordar asuntos tan relevantes como el Alzheimer, el cáncer, la malaria, África o el padre, el del libro sí me gusta. Todos los días deberían ser día de todo eso y sobre todo del libro. Es un día bonito, aunque sea lunes, que siempre hemos vivido en casa de una forma especial. Ayer lo celebramos asistiendo a la presentación de la editorial "En voz alta" de nuestras valientes amigas Belén y Berta.
Cuando era pequeño no entendía que se celebrara el Día del libro para conmemorar la muerte de Shakespeare y Cervantes. También sentía mucha rabia por ser el día de los Comuneros, me ponía el disco de Nuevo Mester de Juglaría y me ponía muy triste escuchando el cruel final de Padilla, Bravo y Maldonado... Por cierto, qué chungo ha sido siempre aparcar en cualquiera de las tres.
Sin embargo, para nosotros siempre hubo un motivo de gran alegría cada 23 de abril, era el cumpleaños de mi madre, una gran escritora.

domingo, 22 de abril de 2012

VIVIR LA VIDA DE OTRO

He parado a repostar en una gasolinera Repsol. Da igual de qué compañía fuera, pero lo digo para relajar un poco, para que veáis que no tengo nada contra ellos, porque sé que no todo el mundo estaba de acuerdo con mi visión del asunto YPF. El mismo ceremonial de siempre: guante de plástico, ha elegido usted Diesel, lleno el depósito, cuelgue la manguera y sin mover su vehículo dirijase a la caja, gracias, de nada, bolsa de Cheetos, bolsa de 3D, Coke Zero, guarrerías varias, chicles y pruebe las alcachofas que tenemos o las almendras o las naranjas de Valencia... No, no quiero nada y eso que soy de los que de vez en cuando hace la compra en la estación de servicio.
Pero esta vez no ha sido suficiente o convincente mi negativa y la buena mujer, manchega ella, ha utilizado sus más viles técnicas para conseguir colocarme un bote de almendras. "Mire, yo las he probado y son buenísimas, porque yo lo pruebo todo, pagando, ¡eh!, que quede claro, yo lo pago todo, y me las llevo a casa y se las doy a probar a mis padres; hoy vienen a cenar, están muy mayores ya y son muy exigentes en cuestión de gustos porque con tantas pastillas que se toman han perdido el paladar, pero las almendras les gustan mucho"... y como podéis entender me he llevado el botecito y he salido corriendo para evitar nuevas ofertas y, sobre todo, para salir de la vida de esa señorita.
Cuánto le gusta a la gente contarte su vida. Un amigo nuestro les ha pedido abiertamente a sus compañeros de trabajo que no le cuenten su vida: "Podemos llevarnos bien, comentar cosas de trabajo o de lo que sea, pero no me contéis vuestras penas." Suena a bordería, pero es una forma de evitar saber todos los dolores, enfermedades y tristezas de cada uno. Al fin y al cabo es lo que más nos gusta contar.
Tengo otra amiga, separada, que un día comentó con rabia: "Yo ya he vivido la vida de otro, ahora me toca vivir la mía". En la misma línea habló Steve Jobs en una de sus conferencias, poco antes de morir: "Su tiempo tiene límite así que no lo pierdan viviendo la vida de otra persona. No permitan que el ruido de opiniones ajenas silencie su propia voz interior".
Así que cada uno a su vida, y si hay que contársela a alguien, que sea a un amigo de verdad, que para eso están. Y sino, más fácil, escribid un blog.

miércoles, 18 de abril de 2012

VIVA ARGENTINA

Me gusta llevar la contraria, lo sabéis. No seré yo quien caiga en la trampa del falso nacionalismo en esa llamada a defendernos del ataque exterior, no me alistaré voluntario para luchar contra Argentina por nacionalizar YPF. Por qué he de hacerlo si no lo hice cuando el Estado español privatizó Repsol que era pública. Qué curioso, ya estamos con las nefastas consecuencias de las privatizaciones de las grandes empresas públicas de servicios básicos: los beneficios son para la empresa pero los problemas para el estado que siempre tiene que estar detrás para salvarles. Dice el Gobierno que siempre ayudará a una empresa española con problemas en el extranjero, ja, lo pongo en duda, pero también pongo en duda lo de española, Repsol es una multinacional que sólo paga en España una pequeña parte de sus impuestos y cuyos accionistas son de todo el mundo.
A la amiga Cristina le han fallado las formas, la prepotencia y el espectáculo, pero al fin y al cabo está defendiendo el derecho argentino a explotar su petróleo con una contundencia incluso menor a la que usamos nosotros para defender Perejil. La decisión, según nuestras autoridades, pone en peligro las normas comerciales elementales y sienta un mal precedente en la economía globalizada. Pues claro que sí y bienvenido sea ese precedente que pueda evitar que las materias primas de los países más pobres (aunque no sea el caso argentino) sean esquilmadas por las empresas del primer mundo. Mola esa globalización que permite a cualquier empresa ganar dinero con los recursos de otras naciones, pero no permite a los ciudadanos de esos países viajar libremente al mundo desarrollado.
Es obvio que la noticia no es buena en la actual situación económica, pero tampoco deberíamos rasgarnos tanto las vestiduras, si Repsol estaba negociando la venta de YPF a los chinos, que protesten ellos, que son más. El desgaste del gobierno buscando unir esfuerzos ante el enemigo común es una muestra más de que se defienden más los intereses de los accionistas de las grandes empresas que a sus empleados. Ojo al dato, como diría José María García, que lo que reclama Repsol son 8.000 millones de euros, dos millones menos que lo que se va a recortar en sanidad y educación. Una cosa se anunció en la última línea de un comunicado de prensa y lo otro se está batallando con varios ministros, el presi y la Unión Europea. Una cosa afecta a unos pocos adinerados y la otra a las franjas más débiles de la sociedad.
Qué penita, montamos un pollo tremendo porque los guiñoles de la tele francesa se meten con nuestros deportistas, pero cuando Sarkozy ataca a nuestra economía, ni le tosemos; sacamos toda la artillería y el patriotismo más visceral para defender a una empresa, poniendo en peligro la relación comercial y los lazos históricos que nos unen con Argentina, pero permitimos que Marruecos vulnere los Derechos Humanos a diario, humillando al pueblo saharaui y saltándose todas las resoluciones de la ONU, por no poner en peligro esa misma relación. Qué distinta es la vara de medir dependiendo de si se juega con personas o con dinero. Y a mi, que me parece que debería ser al revés...

EN LA INTIMIDAD

En casa hablamos catalán en la intimidad. Anoche estuvimos en la legendaria sala El Sol viendo tocar a Els Amics de les Arts, uno de los mejores grupos que hay ahora mismo y que, como su nombre indica, cantan en catalán. Siempre he tenido una extraña debilidad por lo catalán. Ya se que os parece raro, pero es así y me siento orgulloso. Además cada vez que oigo a alguien soltando vulgaridades y lugares comunes sobre el catalán, Barcelona o Catalunya, me pongo más nacionalista y llego hasta a cantar Els Segadors. Por ejemplo, llevo toda la vida oyendo decir la excusa de "a mi no me gustan los que cantan en catalán porque no les entiendo"... será que entiendes a los que cantan en inglés, como mucho pillas lo del Yellow Submarine... Burro.
Mi cercanía con el catalán se la debo a la música, a Lluis Llach, a Raimon y otros tantos que ahora sigo escuchando. Los idiomas se aprenden mejor de forma involuntaria, cuando se meten en tu vida diaria aunque no quieras. Inmersión. La a menudo ridícula iniciativa que hemos tenido algunos padres de hablar a los niños en inglés cuando están aprendiendo les facilita muchísimo el aprendizaje. Dicen que los portugueses hablan mucho mejor inglés que nosotros porque las grandes productoras nunca doblaban las películas al portugués y están acostumbrados a verlas en versión original. Nuestros hijos, desde que volvimos de SF tienen una norma inquebrantable que es que la tele o la Play se ven o juegan en inglés. Así que Martín está todo el día matando zombies con todo tipo de armas, pero lo hace hablando en inglés con amigos de todo el mundo. El lenguaje armamentístico lo dominan a la perfección. Y su padre va por la vida de pacifista, no te jode.
Con el saharaui se nos da peor y a pesar de haber ido tantas veces, apenas sé decir arroz con tomate y me duelen las rodillas, claro que tampoco ellos son "muchiglotas". El otro día Gali me escribió en un papel el nombre de un vídeo-juego que le gusta, el "Carlos Guti"; después de media hora de explicaciones, Diego llegó a la conclusión de que se refería al Call of Duty.
Lo que no esperaba yo es que Lucio fuese a aprender a leer español y portugués a la vez. Como su principal momento de lectura del día es en el desayuno, entre cucharada y cucharada de cereales, le oigo decir "Cereais com leite quente". Que majos los tíos de Kellogg's, además de ahorrarse una pasta duplicando embalajes, nos enseñan idiomas.

martes, 17 de abril de 2012

A ESCUPITAJOS

¡Qué pereza! ¿no? Qué poco me apetece escribir del Rey, de Repsol, de Froilán, de Rajoy o de su prima. Y qué poco os apetece a vosotros leerlo. Qué aburrimiento. Necesitamos que empiecen a llegar temas más divertidos, noticias más felices... Vamos, que empiezo a echar de menos el método franquista de contraprogramación deportiva en épocas de conflictos. Que hay manifestación, pues partido en directo en la tele. Ya sé que eso ya no vale porque hay partido todos los días, pero sí tengo la esperanza de que sea el fútbol (lo iba a llamar "deporte rey" pero no quiero molestar a ningún aficionado) el que nos saque de este atolladero, de este camino sin retorno hacia el suicidio colectivo de toda la humanidad o por lo menos el de toda la zona Euro.
Sí el deporte es balsámico, amansa a las fieras (ni al elefante lo considero fiera, ni a la caza deporte), y exalta los valores patrióticos. Ahora mismo nuestro país necesita de los triunfos de nuestros ídolos y no debemos dejar que nos sigan machacando las malignas fuerzas internacionales que llegan por los cuatro costados. Que la Merkel sigue erre que erre, mandemos al Madrid a destrozar al Bayern; que Sarkozy da por saco, allí estará Nadal para ponerle otra vez el himno en Roland Garros; que Monti se pone gallito, pues Lorenzo pasa por fuera a Rossi; que la Cristina esa se queda con Repsol, pues Ballesteros se encarga de Messi... Si la política es más sencilla de lo que parece.
Además, lo bueno que tiene el deporte es que todos entendemos mogollón. Difícilmente nos van a engañar hablando de fútbol como lo hacen cuando se trata de economía o política. Cualquiera de nosotros está preparado para ser Seleccionador Nacional y todos podemos juzgar o ajusticiar a cualquier árbitro. Lo único que nadie sabe explicarse es por qué los jugadores de fútbol escupen con tanta facilidad. Si queréis hacer la prueba apuntad los "lapos" que veis a lo largo de la retransmisión de un partido, muchos más que corners, o que fueras de juego, o que faltas, o que improperios de Mourinho... Repugnante. A mi me gusta analizarlos como parte del juego, ver la distancia, el estilo y la viscosidad para saber en qué estado se encuentra cada jugador. Mi preferido es el de nariz. Nunca he sabido hacerlo y por eso admiro la facilidad con la que se tapan un orificio y lanzan por el otro un verdoso proyectil sin darse en los pies (tampoco ahora va con segundas el tema).Yo les entiendo a todos porque es verdad que cuando se hace ejercicio se segrega mucha mucosidad, pero siempre me he preguntado por qué los jugadores de baloncesto, los pilotos de motos o coches, los nadadores o los golfistas no escupen. Bueno, supongo que los primeros es por no resbalarse sobre la cancha y por eso se tragarán los gargajos, los segundos lo echarán contra el casco, los terceros en el agua y los cuartos, por Dios, son demasiado finos para escupir. El ejemplo ecológico es el de los gimnastas que se lo echan en las manos o el de los boxeadores que sacan la escupidera.
No estaba premeditado. Una cosa ha traído a la otra, pero es curioso que he empezado con las últimas noticias de la actualidad y habéis acabado todos con ganas de escupir.
PD La foto no tiene mucho que ver, pero como podéis entender no tengo muchas fotos del asunto.

jueves, 12 de abril de 2012

PARAR EL TIEMPO

Tuve un compañero, que creía ser mi jefe, que cuando se acercaban las vacaciones hacía siempre la misma reflexión, la misma estúpida reflexión: "No me gustan las vacaciones, me voy con remordimiento, con la sensación de estar robándole dinero a la empresa"... Bueno, bueno, tampoco os pongáis así, el pobre hombre tenía esa enfermiza adicción al trabajo por la que muchos hemos pasado en alguna fase de nuestra vida.
Uno, que ha tenido la suerte de trabajar en lo que le gusta o mejor dicho, hacer de mi hobby mi trabajo, nunca he tenido esa sensación, aunque he de reconocer que hay veces en las que las vacaciones me crean más estrés que el trabajo. Quizás sea porque nuestro sistema nervioso se va acostumbrando a la rutina y cuando sustituyes las llamadas de teléfono, los mails, las prisas, la presión del cliente y todas las tensiones del día a día por otras bien distintas, se cruzan los cables y surge otra clase de estrés. No sé por qué es pero los mayores dolores de cabeza los tengo en la playa o en el campo, en momentos que deberían ser de relax.
Recuerdo cómo uno de los responsables de la estación de esquí de Sierra Nevada nos comentaba que los madrileños llevábamos escrita en la cara nuestra procedencia, que llegábamos de mal humor, acelerados, con prisas para todo, empujando en el remonte, colándonos en las filas y no sabíamos cambiar el ritmo. En San Francisco, cada vez que íbamos al Museo de Ciencias Naturales, los niños se iban a ver un reloj de péndulo de movimiento continuo que iba tirando fichas cada quince minutos; pues cada vez se cansaron de esperar y se dejaron llevar por su impaciencia para darle una patada a la ficha antes de tiempo, con la consiguiente bronca del vigilante. Nos pasa también cuando vamos al Sahara e intentamos que Dumaha haga más rápido el te para ir corriendo de un lado a otro, cambiándoles sus costumbres.
Son distintas interpretaciones del tiempo y cuando intentas cambiar de revoluciones tu cerebro, este se revela y te manda una jaqueca. Lo tengo comprobado, mi mayor consumo de Ibuprofeno es en fines de semana, poniendo a los niños en fila para comer, arreglando diecisiete pinchazos de bicicletas, sentándome a escuchar música o tomando vinos con los amigos. En este último caso creo que hay algún líquido elemento externo que contribuye a la migraña.
El hombre del futuro deberá tener un regulador de velocidad para poder acoplarse al diferente ritmo del tiempo según el lugar y las circunstancias. Y si se lo curran bien llegaremos a tener botón de "pause" para parar el tiempo... Lo dejo, que llevo 14 minutos escribiendo y es demasiado para esta memez.

A MÍ, QUE ME LO EXPLIQUEN

Tengo un amigo, que siempre me ha asesorado en asuntos económicos, cuyo mejor consejo es: "No te metas en nada que no entiendas perfectamente". De esa forma hay que huir de la mayoría de los productos que te ofrecen los bancos y que normalmente llevan un siniestro objetivo escondido debajo de la letra pequeña.
Lo malo es cuando eso también pasa en la política; cuando no entiendes ni pajotera de lo que están haciendo los mandatarios y sientes que también hay intereses malignos escondidos en sus propuestas.
Sinceramente esperaba mucho más de Rajoy y me siento un tanto defraudado, no como votante, sino como ciudadano arrastrado por esa gran ola de clamor popular que decía que el cambio nos iba a sacar de la crisis de inmediato. Llegué a creerme esa vieja teoría del miedo que dice que la derecha siempre será mejor gestora de la economía. Trataba de averiguar las inexistentes o contradictorias propuestas de su programa y pensaba que no querían mostrar sus cartas hasta después de las elecciones para aparecer como salvadores de la patria. Llegué a escuchar las ruedas de prensa de los primeros Consejos de Ministros con ilusión, esperando esas mágicas medidas.
Lo estoy diciendo de verdad, porque lejos de partidismos, en estos momentos todos tenemos que desear que España salga adelante y no comparto la alegría de algún político o medio cuando un gobierno lo hace mal, si eso es malo para el país. Decía Churchil que "quien ayuda a su país está ayudando a su partido". Pero a pesar de todo esto y con la mejor de mis voluntades, no entiendo qué están haciendo y necesito que me lo expliquen.
La reforma laboral para facilitar el despido, los recortes presupuestarios y la gran mayoría de las medidas que se están tomando son meramente restrictivas. El papel gris de gestor que reduce gastos y endurece las normas sociales, suele ser un perfil valiente pero poco brillante. Lo realmente complicado es impulsar la economía, generar ingresos, incentivar  y motivar a las personas, para esto hace falta mucha más creatividad. Normalmente esas dos medidas son incompatibles. Yo estoy convencido de que eso, los chicos de Mariano lo saben bien, pero entonces, ¿qué pasa?
Quizás es que tenemos un gobierno que sigue haciendo oposición, encerrado en el "y tú más" y en la "herencia recibida" o a lo mejor está usando, en estas duras condiciones, técnicas de marketing electoral, sacando de golpe las medidas más drásticas, más impopulares, dando el volantazo hacia sus objetivos políticos al principio de la legislatura, para después ir suavizando y presentando un mejor panorama cuando se acerquen de nuevo las urnas... Ya entiendo por qué todos estos movimientos se hacen con la cara de Montoro y De Guindos por delante y escondiendo muy bien la de Rajoy para cuando haya que dar buenas noticias. Vamos, como Karanka y Mourinho. Pocas situaciones recuerdo tan ridículas e insultantes como la de un presidente de un país democrático dando la espalda a la prensa como el otro día. Pero hacen bien, porque dentro de tres años, estaremos saliendo de la crisis y del terreno perdido y los recortes sociales, nadie se acordará.

martes, 10 de abril de 2012

MINISTRO DE LA GUERRA

Oigo una entrevista con el ministro Morenés. Un día antes leí una entrevista con Gervasio Sánchez, de quien ya os he hablado en varias ocasiones. Qué dos formas tan distintas de entender el mundo, qué dos visiones tan preocupantemente opuestas, qué dos éticas tan enfrentadas. Una buena y otra mala, lo tengo clarísimo.
Siento escalofríos cada vez que leo las declaraciones o veo las fotos de Gervasio, pero siento pánico cuando oigo al Ministro de Defensa hablar de la importancia de la Defensa Nacional como la primera necesidad de los ciudadanos; se me revuelve el estómago cuando le oigo presumir del enorme crecimiento de la industria armamentística española en los últimos años y su gran aportación al PIB; me siento insultado cuando critica a quienes defienden una bajada presupuestaria en su ministerio.
Señor Morenés, la crisis es un argumento válido para todo. Válida para cambiar el contrato social y abaratar el despido y válida para presumir de la cantidad de empleos que este tipo de industria genera en nuestro país. Obsceno. Una vez más, todo lo rige la economía.
Qué indecencia. Le sigo oyendo hablar de submarinos y aviones de guerra con la misma inocencia con la que lo hace mi hijo pequeño jugando con los amigos. No son tiempos de ser antimilitarista, ni pacifista, te pueden acusar de "buenismo", algo que está muy mal visto. No se puede decir que ZP hiciera una buena labor en este sentido, porque no sólo no redujo la fabricación de armas, sino que la aumentó notablemente, pero por lo menos su mensaje era más conciliador, se llenaba la boca de buenas intenciones y en el fondo creía en conceptos "buenistas" como la Alianza de las Civilizaciones. En ese sentido comparto la opinión de Gervasio: "Todos los políticos son igual de obscenos en el negocio de la guerra". Y en este caso, el tema es más sangrante porque tenemos de ministro de defensa a un "señor de la guerra", un profesional en la fabricación de juguetes para matar, cuyo argumento para defender su "indigno" oficio es que el ser humano, desde que existe, vive en comunidad para defenderse de los demás. Viva la prehistoria y el más salvaje de los instintos, perfeccionado por los cualificados ingenieros de las armas, a quienes les agradecemos que nos suban el PIB y la imagen de nuestro país como potencia en I + D.
Apago la radio, busco de nuevo en internet la entrevista con Gervasio y suscribo cada una de sus palabras, con la misma rotundidad con la que rechazo las del Ministro de la guerra. Transformo la rabia en esperanza y la ira en "buenismo". ¡Ay!, si pudiéramos cambiar a uno por otro...

lunes, 9 de abril de 2012

EL VIEJO VERDE

Como soy un cotilla me gusta escuchar lo que dicen en la mesa de al lado. Me encanta saber qué tipo de vida lleva la gente y comprobar si se corresponde con su aspecto físico. Es una cuestión de prejuicios, lo sé, pero me gusta. También he de reconocer que creo en los prejuicios y que la mayoría de las veces la primera impresión que te da una persona, termina siendo la correcta cuando ya la conoces a fondo. Un tipo que te da mala espina de primeras, suele encerrar algo más que un simple prejuicio, aunque también hay quien intenta disimular sus carencias con su aspecto físico. Por eso los curas no toman el sol para estar paliduchos y parecer buenos chicos y por eso los defensas centrales se ponen diabólicos tatuajes para dar miedo a los delanteros.
Y en mi hobby de crearme prejuicios me gusta desconectar de la conversación de mi mesa, que suele ser una repetición de algo que ya he oído varias veces, para conectarme a la de al lado y saber algo más del barbudo de en frente que toma torrijas con su hija quinceañera. Cuando ya las chicas pasan de quinceañeras, tengo que tener mucho cuidado para que no detecten mi mirada porque sino rápidamente piensan que soy un viejo verde, en lugar de un vulgar cotilla.
Lo malo es cuando soy yo la víctima de este indiscreto juego, cuando me siento observado y murmurado por la mesa vecina. Me ocurre siempre que voy a comer o cenar solo con los niños; noto miradas compasivas hacia el pobre padre separado que mima a los niños durante el fin de semana que le ha tocado cuidarlos. El otro día, como vine a Madrid a recoger a Gali, cenamos juntos en el Vips y compartimos un sandwich y unas tortitas. Según entramos me vi rodeado de miradas, lascivas algunas, racistas otras y desconcertadas la mayoría. ¿Qué hacía ese señor canoso cenando con ese jovenzuelo tan moreno? Les rompimos los esquemas, noté que varias mesas dejaron de hablar de Mourinho y De Guindos y que los reojos pasaban a ser cabezas vueltas cuando pusimos las tortitas en medio de la mesa y comimos del mismo plato. Reconozco que al principio no me gustó sentirme observado, señalado, condenado, pero después me gustó tanto el juego que después de pagar, cogí a Gali por el hombro y nos fuimos caminando hacia el coche. Estuve a punto de girarme y levantar el dedo corazón a modo de saludo, pero me pareció excesivo.

domingo, 8 de abril de 2012

LA NUEVA ESPAÑA

Cuando en 2008 el castillo de naipes empezó a derrumbarse, políticos, economistas y tertulianos se echaban unos a otros la culpa mientras los ciudadanos, aturdidos, no entendían nada. Realmente ninguno de todos ellos entendía nada. Pero sí hubo una conclusión clara después del primero de los varapalos: el sistema había fallado y no podía mantenerse. Todos los economistas empezaron a analizar el pasado, que suele ser bastante más fácil que el futuro y concluyeron que la sociedad española había equivocado su camino con tanta hipoteca y tanto ladrillo. De todas todas, el nuevo modelo que debería nacer después de la crisis que viene después de la crisis que va después de la crisis, eliminaría todos los vicios y errores que nos llevaron al caos.
La nueva España no estaría basada en la filosofía del pelotazo, del compro casa, vendo casa, compro casa, vendo casa y soy mucho más rico; la economía no giraría alrededor de las hipotecas y los bancos aumentando beneficios año tras año; la política pasaría a ser, sí o sí, algo serio con el compromiso de todos de limpiar toda sospecha de corrupción; el sistema de medición del PIB dejaría de ser el número de grúas que se atisban en el horizonte... El batacazo de los mercados, la crisis de confianza y deuda y la calle, con aquel improvisado y revolucionario movimiento popular llamado 15M, habían dictado que había que cambiar.
Y aquí estamos, cuatro años después, preparados para la última aguadilla antes de poder salir a tomar aire, pero convencidos de que cuando por fin podamos volver a respirar lo haremos en una nueva España, sin corrupción, sin ladrillos, sin bancos... Perdón, no era ese el modelo, quiero decir sin indignados, sin derechos, sin justicia, sin vergüenzas... pero con otros valores que hacen ser optimista de cara al renacimiento económico. Una España con los que protestan detenidos y los delincuentes fiscales indultados; con los corruptos perdonados y los jueces condenados; con nuevos complejos hoteleros en playas vírgenes; con prósperos y educativos negocios como el gran Eurovegas; un país, como siempre, de pícaros en el que hasta el campeón del mundo hace trampas para sacarse el carnet.
No sé cuándo y a dónde llegaremos, pero de momento me parece que estamos equivovando de nuevo el modelo productivo. Si es que la crisis no era ni de deuda ni de confianza, era una crisis de valores.

miércoles, 4 de abril de 2012

GALI YA ES MAYOR

Gali es un tipo genial. Tiene el sentido del humor y la ironía habitual de los saharauis. Creo que su dura situación les lleva a tomarse la vida con filosofía y eso implica reírse de todo, incluso de sí mismos. Recuerdo como me ha sacado mil veces de mis casillas con sus ataques de risa que le dan, sin motivo aparente, en medio de un partido de fútbol, de una comida o de una clase. Si cuando era un niño me parecía divertido, ahora, que ya tiene 18 tacos, mucho más todavía.
Ayer llegó a Madrid para pasar la Semana Santa en casa. Son ya once años viniendo de vacaciones con nosotros, así que huelga (general) decir que es uno más de la familia. Ahora vive en Cartalla (Huelva) con su tío, pero hace un mes estaba en Almería con su hermana y hace dos meses, en el Sahara con su tía. Está dando un cursillo acelerado de inmigrante magrebí en España. En Cartalla tiene bastantes amigos, un saharaui y muchos marroquíes a quienes les ha dicho que es mauritano para evitar conflictos o represalias. Con algunos de ellos estuvo cogiendo naranjas la semana pasada, pero tras dos días de madrugón y de romperse el espinazo cargando cajas para ganar 15 euros al día, decidió hacer objeción de naranjas. También tiene una novieta andaluza, pero no lo digáis muy alto que ni su tío ni su hermana lo saben.
Como tiene dieciocho, he aprovechado nuestro viaje hasta el pueblo para dar una charla paternal y advertirle, entre otras cosas de los riesgos y responsabilidades de ser mayor de edad. Bromeando le he dicho que no puede pegar a un chaval más pequeño porque sería abusar de un menor y se puede meter en un lío; sorprendido, me ha mirado sonriendo y ha contestado: "Papi, podías haberlo dicho hace unos meses, que había dos o tres a los que les tenía ganas." Sobra decir que cuando dice lo de papi, con sus 18 añazos, al "papi" se le cae la baba.
En Santamera se ha reencontrado con los chicos, se ha dado un abrazo de hermano y ha corrido a saludar a todos los amigos y a ver el campo que quemó hace unos años por accidente. El muy cachondo se ha parado delante y muy serio ha dicho: "un minuto de silencio". Se encuentra bien en campo abierto, sin el asfalto que le queme los pies. Por eso cuando le preguntas dónde prefiere vivir, no lo tiene claro, por un lado le gusta España por sus "comodidades", pero por otro los campamentos por su "libertad" (observese el entrecomillado de ambas palabras). El caso es que al final me ha dado una noticia que desconocía y que él ingenuamente ha creído a pie juntillas: "Papi, me ha contado un amigo saharaui que van a traer los campamentos de refugiados del Sahara a España y los van a instalar en Jaén... Eso sí que estaría bien, porque estaría en España y en los campamentos a la vez." Desconozco la procedencia de semejante ocurrencia pero intentaré transmitirla a la ONU, es una solución al conflicto saharaui que creo que aun no se habían planteado.

lunes, 2 de abril de 2012

LOS PARALUEGOS

Aunque fui a un colegio de pago soy bastante ignorante en lo que se refiere a normas convencionales de educación. Apenas aprendí las reglas básicas que te enseñan los padres: lavarse las manos antes de comer, no sorber la sopa, no hincar los codos encima de la mesa, ni los mocos debajo... Quizás por esas dificultades de aprendizaje aun ahora, en la segunda edad, tengo que pedir asesoramiento ante muchas cuestiones de protocolo o "buena" educación.
Ya sé que en el segundo no se espera, pero como soy un ansioso, muchas veces he terminado el plato antes de que empiecen los otros comensales. Otro ejemplo, tu pan es el de la izquierda, eso sí lo aprendí, pero ¿qué pasa si el que se sienta a tu izquierda coge por error tu pan?, ¿haces lo mismo y coges el de tu derecha o eres el pringao de la mesa y te quedas sin pan?
Tengo un amigo que siempre reutilizaba los regalos de Navidad y se los volvía a enviar a algún compromiso. Dejó de hacerlo una vez que no comprobó que dentro iban las tarjetas del cliente que se lo había regalado. Eso mismo lo hice yo el otro día y estuvo mal visto. Una amiga vino a casa con una botella de vino (aunque lo parezca no es un juego de palabras) y como al final no nos la bebimos, al día siguiente la llevé a otra cena en la que también estaba esta amiga. Yo lo hacía con buena intención, para degustar el vino juntos, pero fue interpretado como una roñosa cutrez.
Lo siento pero es que hay muchas de estas normas de convivencia que me parecen ilógicas. No entiendo que esté bien visto sacarse un pañuelo durante una reunión o una comida y sonarse los mocos. Yo por si las moscas siempre me aparto, no sea que salpique un poco. Creo que ese sonoro espectáculo habría que hacerlo siempre en privado. En cambio está mal visto sorberte los moquillos para que no se te caigan a la sopa. Esto son convenios antidiluvianos.
Con los dientes también hay grandes dudas, sobre todo después de comer bacalao. Se supone que no está aceptado el palillo de dientes, pero te lo ponen en los restaurantes. Claro, que peor es lo que hace otro amiguete, que se saca el hilo dental en la mesa y empieza a tocar el violín sin cortarse un pelo. Yo también me aparto por si se escapa algún "paraluego". Pero la higiene ostentosa me parece también rechazable y no entiendo ese desfile que a veces hay en las oficinas de gente cepillándose los dientes en la puerta de los baños, como para presumir de lo aseados que son. Menos mal que no estamos en un país musulmán lavándonos los pies por todas las esquinas...
Ya tenía yo ganas de hacer una entrada de estas que les gustan a mis hijos... Otro día os seguiré preguntando dudas sobre los estornudos, los botones de la chaqueta, los colores de los calcetines y, como dice Lucito: "los pedos de sopla" (que son los que peor huelen).
Mientras tanto, seguiré siendo un mal educado.

LUCIO Y AMALIA

No creo. Ni en seres supranaturales, ni en el más allá. No creo. Tengo el mismo derecho que quienes creen. Cuento con argumentos más que suficientes para soportar mis teorías. Respeto los argumentos de los que sí creen, aunque en algún caso hay que tener mucha fe para dar crédito a alguna que otra "batallita". Por eso no me las creo. Mis padres tampoco creían. Les habían educado para que creyeran, pero no lo hacían, por eso, entre otras cosas, están en el Cementerio Civil de Madrid. Lo pidieron ellos.
Me gusta pasearme por el Cementerio Civil. No me gustan los cementerios, me dan pánico, me crean inquietud y mal rollo. Pero cuando voy al cementerio civil, se me escurren las horas. Visito a Pablo Iglesias y busco nombres conocidos de intelectuales, izquierdistas, comunistas y otros personajes que hasta en la muerte quisieron marcar su disidencia. Me gusta leer las lápidas, la mayoría llenas de contradicciones, las que separan a los que están bajo tierra de los que pagan la lápida, las que atormentan al heredero que no tiene tan claro como el difunto que Dios no existe.
Y entonces va uno y me pregunta ¿Y si no crees por qué vas? y le contesto con clarividencia: porque aunque no crea en la resurrección, ni en seres divinos que nos protegen (bastante mal, por cierto), sí creo en otros valores: en la memoria y en los símbolos. Me siento junto a la tumba de mis padres y hablo con ellos. Por supuesto que no me contestan. Pero ese frío trozo de mármol sirve para traerme a la memoria los martillazos de mi padre en el estudio, el flamenco de mi madre en el suyo, los paseos por la Puerta del Sol, los partidos de fútbol de los artistas, las paellas en Mojácar, la feria en Santa Cruz o la ópera en París... Que sí, que eso mismo podría recordarlo delante del álbum de fotos, pero ahí entra el simbolismo. Una flor sobre una lápida, en una semana estará seca, pero en el momento de depositarla es mucho más que una flor. Es un grito de reconocimiento, de memoria y de cariño que se siente demasiado tarde, que se expresa cuando ya no te oyen. Qué desagradecidos somos los hijos con nuestros padres, cuánto tardamos en hilar cabos para darnos cuenta de todo lo que hicieron por nosotros, qué tarde llegamos a decir gracias, a vencer el pudor para expresar el afecto. Y no hay vuelta atrás. Sólo el temor de no ser víctima del mismo error por parte de nuestros hijos.

jueves, 29 de marzo de 2012

ESTOY REUNIDO

Lo reconozco, no he sido capaz de decir la verdad. A mucha gente le he dicho que tengo una reunión y en el fondo así es, pero se trata de una reunión muy especial para un día muy especial.
A lo largo de mi extensa, laureada y brillante carrera profesional (toses de fondo) he mantenido reuniones en los sitios más disparatados que podáis imaginar. En castillos medievales, en medio del desierto, en el altar de una iglesia, en aviones, en la montaña, en el despacho de Julián Muñoz, en restaurantes, en hoteles, en tanatorios... ¡Coño! me falta el puticlub, a ver si puedo la semana próxima, que estoy de Rodríguez.
Ayer descubrí un nuevo sistema para aprovechar al máximo el tiempo en días de estrés. Terminé una reunión en la oficina a las once y media y tenía otra a las doce en el Ayuntamiento de Madrid, pero vino una visita a presentarme un proyecto; podía elegir entre "venga usted otro día" o llegar tarde al ayuntamiento, así que opté por la tercera vía: la "reunión-trayecto". Les mandé subir al coche y entre M-30, O'Donell y Alcalá escuché su propuesta y negociamos esquivando taxistas. Una vez en Cibeles, aparqué el coche y dimos por concluida la reunión. Nos volveremos a ver en unos días, pero me han pedido un trayecto un poco más largo para poder ahondar más en el proyecto.
Tampoco está mal la cita que tengo la semana próxima, he quedado con un colaborador para cerrar varios asuntos y charlar de futuros proyectos y me ha pedido permiso para venir a verme con su bebé recién nacido porque no tiene con quién dejarlo. Tengo que reconocer que me ha dado corte y le he dicho que mejor quedamos en una cafetería; realmente no quería entrar en el conflicto sexista que podía desencadenarse en la oficina cuando saliese yo de mi despacho pidiendo ayuda para cambiar unos pañales.
La de hoy es una reunión muy distinta. Ya sabéis que es un día especial, un día para reflexionar, un día para recordar. Hace un año que murió mi madre y me ha parecido un buen momento para llevarle las primeras flores de su jardín en primavera y, ya de paso, reunirme un ratito con ellos, con Lucio y Amalia.

martes, 27 de marzo de 2012

EL COCHE FÚNEBRE

Tengo un amigo que suda mucho. En realidad tiene un grave problema de claustrofobia. Siente tal pánico a estar encerrado que nunca puede utilizar un ascensor. Es periodista y continuamente tiene que acudir a presentaciones o ruedas de prensa que se celebran en terrazas de hoteles o áticos y se ve obligado a subir por las escaleras con el correspondiente sofocón. Ahora que está de moda montar actos en los rascacielos de Castellana, está haciendo objeción de rodillas y les pide que le manden la nota de prensa por e-mail.
Por ese mismo motivo tampoco ha subido en un avión en su vida. Le entiendo y en buena parte comparto su angustia. Porque en la peor de mis pesadillas trato de escapar a gatas de un laberinto oscuro por un interminable túnel lleno de recovecos. Y porque tampoco me gustan los aviones.
Un ejemplo, ayer teníamos una reunión en Lisboa. Facilito, madrugón, salida a las siete de la mañana, llegada a la una a Portugal, reunión, comida y regreso, con cenita en el camino, y entrada en casa a las dos de la madrugada. Una delicia. Ya sé que pensáis que estoy loco, pero no; muchos son los argumentos a favor: íbamos tres y nos sale más barato; iba con mis socios y aprovechamos para hablar todo lo que no hablamos en meses; ves los campos de Extremadura en primavera; te evitas la tensión de la noche previa pensando que te vas a subir en el hierro con alas; tienes coche para moverte por Lisboa y que te piten por llevar matrícula española; tienes flexibilidad de horario; si te matas lo haces de forma individual, personalizada, y no mezclado con otros doscientos y pico... Y además me gusta conducir.
Joder que si me gusta. Quienes han viajado conmigo saben que no comparto volante ni con el mismísimo Schumacher. Con Ferpo y Chuso he viajado por toda España, he ido a París, a Suiza, a Italia y siempre he conducido hasta el carrito de las maletas del hotel. Por eso ayer, de madrugada, ya llegando a Madrid, Fernando me bromeaba: "Chaval, que sepas que la venganza va a ser dura, cuando la palmes te juro que voy a alquilar el coche fúnebre con la condición de que me dejen conducirlo y antes de dejarte por ahí tirado, vamos a dar una cuantas curvitas para desquitarnos de todos estos años". La verdad es que me divierte el plan, aunque me da un poco de claustrofobia el ataúd.

MI HUELGA GENERAL

La huelga general del jueves va a ser un fracaso. Lo sabemos todos. Quizás la convocatoria ha sido algo precipitada, pero sobre todo la situación psicológica de los trabajadores acompaña poco. Una buena parte no la respaldará por motivos ideológicos, por no hacer una huelga contra el partido al que han votado; otros simplemente no se atreverán. No se atreven porque tienen miedo, porque la psicosis general invita a no arriesgar, a ser corderito, a no enseñar las cartas, no sea que pongas en juego tu futuro. Así está la cosa, en esta anestesiada sociedad, nos pueden hacer lo que sea que el escepticismo, mezclado con pasotismo y mucho miedo, impiden moverse a la gente para reivindicar sus derechos.
El camino lo han preparado bien. Primero con esa burda desacreditación, casi criminalización, de los sindicatos a través de algunas mentiras y mucha demagogia. Después con la amenaza de los mercados, las agencias y las primas de riesgo que vendrán a por nosotros con más fuerza si se nos ocurre parar el país aunque sólo sea un día. Más tarde con el fantasma de Grecia y de la mala imagen internacional que vamos a dar. Con todo esto se ha transmitido el mensaje de que España no está para huelgas, que ir a la huelga significa ser un irresponsable insolidario con la situación del país.
No me gusta la huelga general, pero voy a ir a la huelga, sí.  Y creo que todo el mundo debería ir, por una cuestión de conciencia y justicia. Aunque creamos que no sirve de nada. Creo que de alguna forma tenemos que decir que no, que estamos cansados de que nos engañen, de que la política sucumba ante la economía, de que la corrupción sea algo normal en nuestras vidas, de que la justicia no sea justa y de que los bancos ordenen la agenda de nuestro futuro. En este triste país en el que la gente no se escandaliza cuando ve al dueño de Mercadona decir que tenemos que trabajar como los chinos y que se idolatra a los grandes empresarios de la CEOE, olvidándonos de que su anterior "jefe", Díaz Ferrán era el chorizo que es y aun así teníamos que aguantar sus lecciones y reprimendas, es normal que encima pensemos que la culpa de lo que pasa es nuestra por haber pedido hipotecas más altas de las que podíamos pagar.
Señores ciudadanos, les están engañando. La reforma laboral no es una herramienta para crear empleo ni para salir de la crisis, es una ayuda a los empresarios para poder equilibrar más facilmente sus cuentas, para despedir con la mitad de los costes, para bajar los sueldos, para poder hacer un ERE sin pedir permiso y para dar marcha atrás, con la excusa de la crisis, a tantos derechos conseguidos por los trabajadores durante las últimas décadas. Cuando había vacas gordas no se repartían, así que ahora que se queden con las flacas ¿no? He sido empresario y de alguna forma sigo siendo directivo y precisamente por eso lo digo. Medidas como estas no nos van a ayudar a crear empleo, porque son medidas restrictivas y no constructivas. Restan, recortan y frenan, cuando ahora habría que pensar más en sumar, generar ingresos y acelerar la economía.
Posiblemente la huelga no sea el mejor sistema, hubiera preferido cualquier otro, pero la sociedad no puede ser cobarde, hay que decir a los políticos que no pueden seguir pisando a los ciudadanos. Si nos callamos sí que daremos una imagen penosa, sí que seremos irresponsables y sobre todo insolidarios con esos otros cinco millones que, aunque quieran, el jueves no irán a trabajar.

domingo, 25 de marzo de 2012

GRACIAS GERVASIO

Cuando estuvimos en Berlín visitamos el Museo del Holocausto con impresionantes y dramáticas imágenes del genocidio. Salías de allí sobrecogido y helado pensando cómo el ser humano podía haber llegado a ese extremo de crueldad y sadismo. Sin embargo, aquello, por suerte, era una etapa superada, era parte de la historia, y el museo era un mero recuerdo para mantener viva la memoria y que no vuelva a repetirse.
Ayer estuvimos viendo la impresionante y magistral exposición de Gervasio Sánchez en la vieja fábrica de Tabacalera y os prometo que todavía tengo la carne de gallina. Nunca jamás olvidaré esa visita. Gervasio es uno de los más destacados reporteros del mundo y sus fotografías son la más veraz y cruel crónica de la miseria humana. El compromiso de un hombre que está vivo de milagro y que ha visto las mayores atrocidades de las que el peor de los hombres es capaz, hace que cada una de sus imágenes sea mucho más que un click, sea una denuncia que abre los ojos del más frío de los espectadores.
Hemos ido cuatro amigos, y tras ver la primera foto, nos hemos separado y desperdigado por la sala; la fuerza de cada imagen invita a digerirlas en solitario, a analizar la situación, a mirar el paisaje, a ponerte en la piel del retratado, a sufrirlas como una víctima más. No puedo decir que se pase bien en la exposición, no es nada agradable, no se puede ir con niños pequeños, pero cuando hemos salido hemos coincidido todos: es una asignatura obligatoria. Si todo la gente viese esta exposición, el mundo sería mejor, seguro.
No es utopía, no. Las minas, los niños soldado, los desaparecidos y la vergüenza humana pueden ser corregidos y combatidos siendo conscientes de su existencia y de su dramatismo. No basta con ver películas de guerra o jugar a la PlayStation para saber qué hay realmente dentro de cada uno de esos conflictos que nos resume el Telediario. El trabajo de este reportero, como el de otros muchos colegas suyos hace un gran favor a la conciencia universal.
En un recorrido por las principales guerras y conflictos de las últimas décadas, Gervasio aporta una visión tan humana del dolor, que no puedes evitar sobrecogerte en cada foto, sentir un escalofrío que se va encadenando una tras otra durante los centenares de imágenes. En algunas cierras los ojos, en otras quieres desaparecer de este mundo y en la mayoría, las lágrimas te desenfocan la fotografía. El edificio en ruinas y los sonidos de disparos ayudan a meterte en la situación y a salir convencido de que lo estamos haciendo muy mal.
Lo más duro no son los cadáveres y las heridas, lo más impactante es saber que esto no es una historia lejana en el espacio, que se trata del más espantoso dolor de gentes como los bosnios, los serbios o los kosovares, que viven allí arriba, a un par de horas en avión, en nuestra civilizada Europa. Y que tampoco es algo lejano en el tiempo, que todos esos rostros, esas mutilaciones o esos niños sin presente ni futuro, viven ahora mismo en el mismo planeta que nosotros.
Ayer mismo leí que España ha aumentado considerablemente sus ingresos por venta de armas. La noticia venía acompañada de comentarios de tipo económico, valorando el impacto de ese incremento sobre nuestra maltrecha economía. Cualquiera que vea el trabajo de Gervasio, cambiaría su análisis materialista y egoísta de la noticia para avergonzarse.
Hay mucha gente que no puede soportar ver este drama. Yo también creo que antes era así, pero ahora estoy convencido que es la mejor terapia, el mejor aprendizaje para evitar la inhibición de la sociedad ante la injusticia y la cruda realidad. Por eso creo que es obligada la visita a la exposición. Además es un buen termómetro de relatividad del dolor. En una sala había una mujer que acompañaba a una amiga y apenas miraba las fotos, se limitaba a contarle a su acompañante todos sus problemas de salud, que si la rodilla, que si el reúma... Por Dios, señora, entre un segundo en cualquiera de esas fotos y verá como se le pasan sus males.

jueves, 22 de marzo de 2012

¿EL SEÑOR MUÑOZ?... SE HA MUERTO

Vale que estemos en crisis. Vale que haya que buscar clientes debajo de las piedras. Vale que los pobres trabajadores no tienen la culpa. Pero ¡vale ya! de aguantar la continua intromisión en nuestras vidas que hacen las compañías con sus malditas llamadas de telemárketing. El asunto empieza a ser insoportable y necesita una urgente regulación.
Uno ya no puede estar tranquilo en casa, leyendo, viendo la tele, durmiendo o tocándote las narices sin que suene el teléfono y una amable señorita sudamericana irrumpa en tu vida para ponerte de mal genio vendiéndote el Imagenio o pidiéndote encarecidamente que cambies de compañía de teléfono, de electricidad, de gas o de condones. Ahora además, para ahorrar costes te llama una máquina y cuando tú ya estás ahí preparado con el teléfono en la mano, te transfiere a un operador y así ellos no pierden tiempo, que para eso ya estás tú.
No estoy de coña, creo que deberíamos reaccionar todos juntos y plantar cara a esta peligrosa dinámica que sino nos llevará a apagar el teléfono en casa. Creo que realmente no es legal lo que hacen porque tus datos deben estar teóricamente protegidos y ellos los compran y te invaden. Lo primero que habría que hacer sería que nadie les hiciera caso porque cuando siguen llamando es porque de alguna forma alguien les escucha y consiguen liar a unos cuantos, sino suprimirían este servicio. Otra opción es crear una plataforma en Facebook o en otras redes sociales para denunciar y criticar a las compañías que utilizan esta técnica invasiva. Otra opción, la que aplicábamos en casa hasta hace unos días, es contestar educada pero drásticamente que hagan el favor de no volverte a llamar y que te borren de sus bases de datos. Pero no sirve de nada, vuelven a llamar, porque son muchos y cobardes... La siguiente posibilidad, en la que estamos ahora, es el vacile, contestar como si fueses un contestador o pedirle al operador su número personal para devolverle la llamada más tarde.
Pero como me temo que este sistema tampoco va a funcionar, todavía tengo varios planes en la recámara: uno sería hacerte el maño hasta desesperar al contrario; otro poner a todo nuestro equipo comercial a llamar a los directivos de esas compañías cada noche a su casa para ofrecerles nuestros servicios; otro, intentar ligar y de inmediato colgarán y si no lo hacen por lo menos has pillado ¿no?... Y ya a la desesperada, pondría el tema en manos de mis... hijos, que llevan tiempo pidiéndome permiso para aplicar una serie de contestaciones un tanto burdas que aprendieron en un vídeo de bromas en Estados Unidos y sino utilizaré una idea que me dió hace unos días una simpática señorita que llamó y dijo: "Buenas noches, me gustaría hablar con su padre..." a lo que yo le contesté: "Anda!, y a mi también..." Después le di más detalles y se despidió muy cortada. Así que a partir de ahora descolgaré y cuando pregunten "¿El señor Muñoz?"... SE HA MUERTO.

miércoles, 21 de marzo de 2012

A POR ELLOS...

Llego a casa cabreado. Me ha tocado doble sesión de baloncesto-papá y no estoy preparado para ello. No es que no me guste, que me encanta porque todo lo que sea ver deporte y si encima juega uno de tus hijos, me chifla. Sin embargo, no me encuentro cómodo en la grada con el resto de padres, quizás sea porque la atmósfera en San Francisco era distinta y todavía no estoy acostumbrado al incívico comportamiento habitual en cualquier tipo de gradas de nuestro país.
Dos partidos, uno ganado y otro perdido, pero en los dos el árbitro ha pitado escandalosamente en contra de nuestro equipo, no veía los pasos de los otros, sólo pitaba nuestras faltas y perseguía a nuestros jugadores con una obsesiva maldad. Dios mío, qué difícil es ser padre. Qué fácil es perder la objetividad y que difícil es ser un poco autocrítico. Mi lectura era bastante más sencilla: el partido que han ganado ha sido porque eran mucho mejores que el rival y el que han perdido porque eran más bajos y peores. Obvio, pero creo que nadie más piensa lo mismo. Los chavales ya son teenagers y juegan muy bien, pero aun son niños y deberían recibir una educación algo más sosegada. Hemos visto en muchas películas americanas la importancia del apoyo paterno o materno desde la grada para que el joven jugador se sienta arropado, pero ese apoyo y aplauso es totalmente contraproducente cuando se torna en gritos fanáticos y a veces ofensivos: "Árbitro, no tienes ni puta idea... chicos tranquilos que estáis jugando contra seis... gafas, necesitas gafas, árbitro... qué cara dura tienes, pitas distinto en un campo que en otro... chicos levantad las manos que os están robando..." Sinceramente, no sabía dónde meterme, estaba avergonzado y más aun cuando he visto que uno de los chavales desde el banquillo se giraba y pedía a los Papas and the mamas que se callaran.
Pero insisto que debo ser el único blandengue que no comparte esa línea de comportamiento porque al acabar el segundo partido le he comentado al entrenador de nuestro equipo que debería hablar con los padres para que tranquilizaran los ánimos y no subieran tantísimo la tensión de los partidos. También se lo he dicho a mi hijo y me ha mirado con cara de desaprobación diciendo: "Papá, ya estás con tus historias, los padres de todos los colegios hacen lo mismo".
Tampoco me ha gustado la estrategia seguida por uno de los entrenadores, que en lugar de motivar a los jugadores de forma positiva, les castigaba mandándoles al banquillo cada vez que cometían un fallo, con una buena dosis de humillación ante sus compañeros.
Seré un bicho raro pero no entiendo que los partidillos de colegios se vivan con la misma tensión que los de primera división y que todos, jugadores, entrenadores, árbitros y público se lo tomen tan a la tremenda. Sin duda no estamos inculcando valores de objetividad, ecuanimidad, autocrítica o humildad, más bien estamos preparando futuros cafres.

¿TOSE?... NO ME ATREVO

No puedo decir que tenga el cuerpo lleno de tornillos, como los pilotos de motos, ni de cicatrices, como los toreros. Uno es más humilde y se limita a llevar un palmo de alambre hecho un amasijo en un codo y un par de puntadas de dos operaciones. Pero eso no quiere decir que no me haya lesionado mil y una veces. Mi especialidad son las costillas, que suelo fisurármelas casi todos los miércoles y algún que otro sábado. En moto, en bici, en kart, jugando al baloncesto, al fútbol o al ajedrez, de todas las formas me he chafado alguna, así que ya no creo que me queden muchas de las 24 sin marcar una muesca. Que son venticuatro lo sé porque lo acabo de buscar en Google, porque antes de eso he intentado contarlas con el tacto y sólo he podido llegar a la conclusión de que hay demasiada grasa entre la piel y las costillas, casi tanta como en las patatas con costillas que me he apretado para comer.
Parece tontería, pero es una putada fisurarte una costilla. En primer lugar porque cuando lo cuentas es como si dices que tienes tos, nadie te compadece. Si vas al médico, se limita a constatar que tienes fisurada la costilla y te manda a casa sin vendaje, sin medicina y sin ninguna esperanza de que se te pase el dolor en las próximas semanas. Si preguntas a un amigo, todos te animan: "Uff, ¿una costilla?, duele un montón y tarda muchísimo en curarse y encima no puedes dormir..." En teoría puedes hacer vida normal, pero sin toser, ni estornudar, ni respirar muy fuerte, ni reírte, ni correr y durmiendo sólo del costado contrario a la lesión. Vamos que estoy como el tipo resfriado del chiste de Eugenio que por error tomó un laxante y no se atrevía a toser por si las moscas... Por eso, todos los días ves las estrellas un par de veces por intentar hacer un movimiento inadecuado. Si además eres subnormal y te vas a montar en moto al día siguiente de lesionarte, pierdes toda autoridad moral para quejarte.
Así estoy yo ahora mismo. El sábado en uno de esos apasionantes partidazos de fútbol rural en los que la suma de años de todo el equipo contrario era menor a mi edad, el extremo izquierdo visitante se abalanzó con rudeza sobre el portero del equipo local, reventándole el tórax, dejándole sin respiración, con las costillas del lado derecho insertadas en el "partenón" ese... Si os fijáis en la radiografía de cuando tenía cuatro años, ya se apreciaba mi fragilidad costillar. Lo que no sé es por qué no pusieron mi careto arriba, hubiera quedado mucho mejor ¿verdad?

lunes, 19 de marzo de 2012

MI AMIGO OBAMA

Como os impresionó mi foto con el cuñado de Iñaki, os voy a hablar de mis otras amistades.
Hace unos años, uno tenía los amigos que tenía, los del cole, los del trabajo, los del barrio, los de casualidad. La palabra amigo se refería a un elemento contable, no de profesión, sino de cantidad; si lo pensabas bien podías llegar a saber cuántos amigos tenías. Ahora la cosa ha cambiado, la globalización, el mundo virtual, las redes sociales y la madre que parió a Bill Gates nos han complicado mucho más el concepto amistad. Por ejemplo, yo, se supone que tengo 325 amigos en Facebook y que me siguen 157 personas en mi Twitter personal. Soy un tipo con suerte, nunca pensé que iba a conseguir tantos amigos con este carácter tan agrio que de vez en cuando tengo. Además hay algo que me hace sentirme todavía más feliz, que es que muy buena parte de mis amigos reales no están en ninguno de esos dos grupos. También tengo que decir que soy bastante selectivo admitiendo amigos y si no los conozco o tengo referencias directas de algún amigo, no suelo aceptar nuevos contactos.
Sin embargo, mi pozo en un gozo, el otro día me puse a revisar ambas listas y caí en una profunda depresión. Entre los 325 hay muchos que no sé si son rubios o morenos, que no he visto nunca jamás, que no sé de dónde han salido y con quienes me une un estrechíiiisimo hilo de "amistad", por ser generoso. En el caso de twitter el asunto es más grave, pues como yo no tengo el derecho a admitir o rechazar a mis seguidores, me encuentro con una serie de gente que lee mis soplapolleces que no sé con qué objetivo se han hecho seguidores míos. Algunos son por asuntos profesionales, otros por cuestión ideológica, también hay varios del Sahara, pero lo preocupante es que me sigan algunos con extraños fines; chicas o chicos con nombres sugerentes, aficiones perversas y aspecto provocador... No sé que habrán visto en mí.
El nivel avanzado en cuestión de amistad es ya la persona que tiene tu e-mail y asiduamente te escribe contándote cómo le van las cosas. Aunque ya hace unos meses que nos volvimos de San Francisco, todavía hay varios amigos con los que seguimos escribiéndonos. Pero los que más lo hacen son los chicos de Revolution Books, una simpática tiendecita de Berkeley, reducto del Partido Comunista americano, que me manda todas sus convocatorias. No son grandes amigos, aunque no me importaría porque eran unos tipos muy interesantes y con más moral que el Alcoyano. El otro se llama Barack Obama y me escribe un par de veces por semana para contarme sus planes, sus propuestas y pedirme algo. Por gracia dejé mi nombre y mi e-mail en una mesa de captación de voluntarios en Mission y desde entonces recibo sus mails. Tengo que reconocer que me hace ilusión cada vez que me escribe, pero en honor de la verdad hay que decir que también me cabreo mucho cuando leo el contenido: sólo me escribe para pedir pasta, siempre igual, que si tres dólares, que si la voluntad, que si con 100 euros puedo optar a cenar con él... No me gustan esos amigos que sólo te quieren por tu dinero.

viernes, 16 de marzo de 2012

ISIDORO

El aspecto lo es todo. Decídmelo a mí, que he triunfado en la vida con mis jerseys dados de sí, mis polos carcomidos y mis pantalones desteñidos. Sin embargo, últimamente la cosa se me está yendo de las manos y estoy recibiendo demasiados toques de atención. Es cierto que muchos vienen dados por el aspecto desaguisado de mi barba, pero cuanto más me critican, más fuertes crecen los pelillos. Algunas críticas son injustificadas como las que algún irresponsable ha vertido en este blog, pero otras las asumo.
Desde hace unos años, mi objeción de conciencia se ha ampliado. Además de la cuestión militar, la religiosa y la política, he antepuesto mis principios entre la corbata y yo. Eso significa que no puedo usarla más de dos veces al año, una en boda o similar y otra en alguna cuestión de trabajo ineludible. Quizás por eso cuando me pongo chaqueta noto risitas en mi entorno; risas e incluso algún comentario o "piropo" como el que me dijeron el otro día al verme en una rueda de prensa con mi chaqueta de pana: "Ya está aquí Isidoro". No les faltaba razón porque mi aspecto era totalmente felipista, pero me hizo gracia que el creador del mote era mi amigo "el Comu", un tipo para quien vestirse bien para algún evento importante significa tener que acercarse a casa de sus padres para coger unos vaqueros.
También me chirrían los oídos cuando voy a trabajar con el coche de Montse, un Beetle amarillo con su flor en el salpicadero. Por cierto, que cagaos los de Volkswagen que han hecho el nuevo coche con colores sosos, ya no me lo compro. Más que nada porque no van a juego con mis polos naranjas.
Hablando de polos, el otro día en el Sahara pasé algo de vergüenza porque me llevé el más viejo que tenía, sin darme cuenta que estaba lleno de agujeros. Cuando lo vieron mis compañeros, tiraron de las mangas hasta rajarlo y me quedé con unos harapillos haciendo la risión. En un gesto de solidaridad que me honra, se lo dejé a Dumaha para trapos de cocina.
Vamos, que como estilista no tengo precio y además ya he conseguido que la gente se acostumbre a mi aspecto y no les choque mi pinta. De hecho el otro día un cliente comentó que yo tenía pinta de llevar una buena vida. No le falta razón, pero me tiene algo mosca saber si lo decía por el aspecto, por mi fingida tranquilidad o por qué...
Ahora estoy algo agobiado porque me han dicho que dentro de unas semanas me tengo que poner el traje porque tengo que estar en un acto con Ana Botella y ya sabéis que no me gusta... la corbata.

miércoles, 14 de marzo de 2012

LA VIDA MÁS FÁCIL

Un inventor es alguien que en teoría se dedica a hacernos la vida más fácil. Cuando le sale bien el invento, que cuando se le tuerce el tema, nos complica la existencia hasta límites insospechados. Cada día me surgen decenas de sugerencias que hacer a los brillantes ingenieros encargados de evolucionar las cosas y cuando uno de mis hijos sugiere que va a ser inventor (alguno tiene maneras) rápidamente le sugiero algunas ideas pendientes de evolucionar.
La que más me obsesiona es la electricidad sin cables, para poder tirar a la basura todos los cargadores que pueblan la casa y tener todo cargado por un sistema similar al wifi y, por supuesto, sin electrocutarnos ni llevar los pelos de punta. También demando a menudo el frigo-ondas, es decir el micro-ondas que enfríe en unos segundos, para meter la cerveza de Montse que tiene que estar a -80 grados o la taza de café cuando me he pasado tres pueblos con el micro-ondas.
Pero también hay que mejorar algunas cosas que ya existen, como el abre fácil de las latas que al principio va muy duro y de repente corre tanto que cuando quieres frenar ya tienes todo el aceite de los mejillones en los... pantalones. También deberían incluir un libro de instrucciones para quitar el plástico de los CDs para que uno pueda oír el disco el mismo día que se lo compra; ahora entiendo que la gente se baje la música de internet, más barata y sin plástico. Y ya puestos podían hacer un poco más resistente la estrellita de plástico que sujeta los discos a la funda. Un día intenté arreglar una con Loctite y me acordé de muchas madres, por el disco y por el puto pegamento: nunca se les ha ocurrido que si hacen un pegamento tan fuerte se pegará hasta la tapa y cuando la intentas abrir con los dientes te salta el loctite en los labios y si se te pegan los labios es na ptda prq n pds hblr...
Tampoco entiendo por qué para abrir el papel de un Chupa chups hace falta una cizalla o por qué el botón del mechero está tan cerca de la jodida llama o por qué el cromo de Pokemon tiene que venir en el fondo de la caja de cereales cuando se sabe que todos los niños están obligados a sacarlo antes de empezar a comer "chocochumis" o por qué las bolsas de Sugus llevan tantos sabores si a todo el mundo le gusta el azul o por qué le ponen papel plateado al bombón que no quiere nadie o por qué la sorpresa del roscón está en la parte más estrecha cuando todos estamos buscando en la ancha. Pensadlo, es por joder, no puede haber otra explicación.
Os parecerán nimiedades pero no lo son. La vida es demasiado corta como para perder tantísimo tiempo quitándole una red al vino, ¿quién es el imbécil que pensó que el vino se podía escapar? debía estar mamado. Como el que decide que la mayoría de los alimentos tienen que tener exceso de embalaje, como los yogures con su estúpido e inútil cartón o las botellas de agua con tapa por dentro para dejarte como idiota cuando intentas servir. Es un sector digno de estudio el del embalaje. Por qué narices los garbanzos o las lentejas van en bolsa de plástico y la harina y el azúcar en envoltorios de papel que pierden por todas partes.
La vida no es más fácil porque en la gasolinera te den un guante de plástico si cada vez que lo cojes tiras veinticinco al suelo y tienes que agacharte a cogerlos, ni porque te vendan los calcetines en paquetes de seis en seis cosidos entre sí, para que pegues el tirón y tengan tomates en doce calcetos desde el primer día.
Qué dolor de cabeza me está entrando de pensar gilipolleces, me voy a tomar un Paracetamol, si consigo abrir la caja por el lado que no está el prospecto... Lo dejo, de la escobilla del WC os hablaré otro día, que esa sí que tiene lo suyo...

martes, 13 de marzo de 2012

EL CORAZÓN SANGRADO

Tengo un compañero de trabajo que es muy religioso. Siempre bendice la mesa antes de comer, sigue todos los rituales católicos (ceniza, cuaresma...) y el domingo deja lo que esté haciendo para ir a misa. Este año se ha venido con nosotros al Sahara, pero no con la idea de evangelizar a los saharauis sino a trabajar por una buena causa con convencimiento y entrega. Es el responsable de que en la familia de Dumaha hayan mejorado las instalaciones una salvajada, con una renovada placa solar perfectamente instalada y con una ducha que va a ser la envidia de todos los vecinos. A mí, tengo que reconocer que me chocaba cuando le veía santiguarse antes de empezar a comer el cus cus, y cuando le veía por la noche leer el Nuevo Testamento en la jaima con una linterna.
Por eso hubiera sido lógico que me hubiese regalado él esta imagen que desde el viernes tengo en mi despacho. Pero no, han sido todas las chicas de la oficina las que aparecieron con todos estos "muñecos" para agradecernos los detalles que les habíamos dado el día de la Mujer trabajadora. Creo interpretar cierta ironía en el regalo y quizás por eso nos pusimos a jugar un rato con las figuras como si fueran "Madelmanes", pero sólo un rato, hasta que la mujer de la limpieza que casualmente estaba por allí, se sintió un tanto ofendida y me pidió que no nos riéramos tanto. Yo, que soy muy respetuoso con las creencias, le pedí disculpas, lo que le sirvió a ella para crecerse y decirme: "Qué suerte tienes, te ha tocado el Sagrado Corazón, mi favorito". Tuve que disimular para no volver a reírme.
El caso es que el Sangrado Corazón de Jesús, reside ahora en mi despacho y preside mi santuario en la desordenada mesa, junto a las medallas del Sahara Marathon, las fotos de viejos eventos, las tarjetas de los clientes y decenas de pins con la bandera saharaui. Estoy dudando si llevármelo a casa pero es que en las teles de hoy en día no hay sitio para ponerlo encima.
Sí, lo he puesto bien, Sangrado Corazón, es así como se llama el mío y lo pone bien claro en las dos inscripciones que lleva. No sé si se trata de una cuestión etimológica o de historia religiosa que yo desconozco o que la figurita está fabricada en algún país que no tiene demasiada información al respecto. Ay, si es que hay cosas que no se pueden comprar en los chinos.

lunes, 12 de marzo de 2012

KONYPULACIÓN

Trabajo en marketing cobrando. Trabajo en solidaridad sin cobrar. Eso quiere decir que soy profesional de lo primero y "aficionado" de lo segundo. Por eso, porque lo conozco bien, no me suele gustar la mezcla entre marketing y solidaridad. Quizás porque el marketing es el arte o la técnica para vender y eso, como en publicidad, implica esconder cosas malas, destacar las buenas y no ser plenamente objetivo. La solidaridad, en cambio, necesita poco maquillaje, cero mentiras y objetividad plena.
Por eso no me ha gustado demasiado la campaña Kony 2012 que tanto furor está haciendo en el mundo como inmejorable ejemplo de mercadotecnia solidaria. Parto de que el objetivo final es loable y no pongo en duda el buen fin de quienes la promueven, pero desde que empecé a ver el vídeo me chirriaron muchas cosas y algunas hasta me provocaron dudas que me impidieron terminar firmando mi adhesión a la campaña.
El vídeo es muy bueno, no puedo negarlo y el objetivo de llegar al corazón del americano medio y difundirlo a través de redes sociales por todo el mundo, lo han conseguido. Hay muchos medios detrás de la producción y un riguroso estudio de qué decir y que no para llegar al corazoncito de la gente sin pasar demasiado por su cerebro. Como siempre, hay que analizar también los medios y no sólo el fin. Lo que no me gusta:
No me gusta el excesivo protagonismo del impulsor de la campaña que se erige en "salvador" de África y que utiliza a su hijo como gancho emocional. Intuyo un segundo objetivo en la campaña además de hacer famoso a Kony, hacerse famosos ellos. Los candidatos a premios Nobel de la paz deben trabajar más en el anonimato y que sean otros los que destaquen sus virtudes y les pongan en los vídeos. No me gusta ese protagonismo, ese autobombo.
Tampoco me gusta la simplificación casi infantil que se hace del problema de los niños soldados, reducida a la maldad de un loco secuestrador, violador y criminal que les abduce. En África ha habido y hay niños soldados en Sierra Leona, Liberia, Congo, Angola, Sudán, Uganda... Y no se puede simplificar tanto la explicación del problema porque eso no ayuda a su resolución y mucho menos a la reintegración social de esos niños que no sólo son víctimas de un secuestro. Quizás se podría hablar también de la enorme facilidad que hay en la zona para conseguir un arma y ver cuál es la procedencia de las mismas.
No me gusta la falta de objetividad a la hora de analizar el problema ni la caprichosa aportación de datos. Según tengo entendido, Kony hace tiempo que no actúa en Uganda, está en el Congo o en la República Centroafricana, su grupo de milicianos es ahora muy pequeño, sólo 200 o 300, no los 30.000 que dicen, y los trabajos de los países de la zona han dado algunos resultados. Eso, por supuesto, no significa que no sea un indeseable criminal al que hay que poner ante la Corte Internacional.
No me gusta o no termino de entender toda esa maquinaria de marketing que lleva la campaña, que además de ser costosa, tiene un objetivo algo confuso: hacer famoso a Kony. Tengo mis dudas de si lo que se consigue con eso no es hacerle más fuerte y que se crezca en su salvajismo.
No me gusta el papel paternalista como claro sello del país de origen de la campaña. Hay mucha gente, muchas instituciones y organizaciones trabajando allí y escuchando a los locales para ver como resolver el conflicto y esa debe ser la fórmula y no imponer desde fuera nuestro sabio criterio. Quizás habría que ayudar a Uganda con sus problemas reales que ahora son la pobreza, la prostitución y el Sida y combatir eso es mucho más fácil.
Y sobre todo no me gusta la solución propuesta al problema, con envío de soldados americanos para aleccionar a un ejercito que tampoco es el paradigma del respeto a los derechos humanos. Estas cuestiones no pueden simplificarse tanto como para sólo apuntar a un "malo malísimo", comparándolo con Bin Laden o Hitler. El sistema Sadam Hussein o Gadaffi no es la solución. La violencia no se combate con violencia y en este y el resto de conflictos de guerrillas en África, ya se ha demostrado en decenas de casos. Estoy cansado de marines salvando al planeta.
En definitiva, este vídeo me parece todo un ejemplo de manipulación informativa y emocional. He leído varios libros y he visto documentales durísimos y realistas sobre el tema de los niños soldado, que nunca llegarían a tener tanto éxito porque la gente los cerraría en el minuto dos.
Por todo eso no he firmado, por sentirme manipulado por la propaganda, aunque sea por un teórico buen fin. Después he leído varios artículos muy interesantes que me confirmaban mis teorías y algunos que van mucho más allá. El tema ha despertado conciencias y polémica, que cada uno lo analice como quiera.
Por último, deciros que lo que menos me gusta de todo es Joseph Kony.