jueves, 20 de junio de 2013

EL MENTIROSO

Quien afirma que nunca miente, tiene la misma credibilidad que quien dice que nunca se ha tirado un pedo. Lo cierto es que quien dice que no miente es un mentiroso. Paradoja. Y conozco a varios de estos "paradojos", que afirman rotundamente que siempre dicen la verdad porque sufren una patología bastante común: se creen sus propias mentiras.
No miento, tengo conocidos, compañeros e incluso amigos, que basan muchos de sus argumentos en mentiras. En algún caso lo hacen con buena intención, con mentiras piadosas; en otros, se trata de mentirosos compulsivos que disfrutan faltando a la verdad; pero el peor y más peligroso es el mentiroso concienzudo, que defiende sus mentiras con tal fogosidad, que llega a creer que sus afirmaciones son totalmente reales y que convence a todo el mundo de ello... incluido a sí mismo. Lo más desagradable es cuando te cuentan una película que has protagonizado tú y la cambian y pretenden convencerte de que las cosas no fueron como las viste y viviste tú. Llega un momento en que te hacen dudar sobre la propiedad de tus ojos y de tus oídos.
Hace unos días recorrí setecientos kilómetros en coche para reunirme con un político y que me mintiera; me hizo ir a verle para mentirme a conciencia y sin ningún pudor. Fue en el camino de vuelta cuando urdí todo este tratado sobre el comportamiento de los humanos, sean o no políticos, ante la verdad.
Recuerdo que mi madre dejó de ver a una de sus mejores amigas porque decía que no sabía hablar sin mentir, que en cada afirmación incluía una mentira, por exageraciones, por medias verdades y por enfermedad.
Nosotros, como todos los padres de buen ver, tratamos de inculcar en los niños valores de honestidad y sinceridad, invitándoles a decir siempre la verdad, pero la picardía les puede desde muy pequeños. Ayer, sin embargo, obligué a Lucio a mentir, pero no lo conseguí. Se había quedado dormido y le llevé tarde al colegio, con la excusa de que habíamos ido a sacar su pasaporte o que habíamos ido al médico o que su padre tenía el coche roto o que su hermano estaba malo... pero el muy capullo fue desmontando cada una de las excusas, demostrándome que eran mentira y negándose a decirle una mentira a la profesora. Así que llegó y dijo "me he quedado dormido", mientras su padre se escondía tras la puerta.
Después me enteré de que está ensayando para la obra de fin de curso, en la que le ha tocado hacer de Pinocho. Ya veis, de momento he encontrado a uno que no miente, aunque pedos sí que se tira. Doy fe.

3 comentarios:

  1. ¡Seguro que era Lucio el que se había quedado dormido? ¿o es que se ha metido tanto en el papel que se piensa que le va a crecer la napia con ramitas y todo si miente? De que el padre se tira pedos, doy fe, en alguna ocasión he sido testigo privilegiado del acontecimiento.

    ResponderEliminar
  2. """"Nosotros, como todos los padres de buen ver""""..............MENTIROSOOOOOOOOOOOOOO ¡¡¡¡

    Ah¡ y queremos foto de Lucio disfrazado de Pinocho.

    ResponderEliminar
  3. ¿Estas muy seguro de que la distancia que has recorrido, es solamente Setecientos kilómetros, para encontrarte con este amigo politico?

    ResponderEliminar