martes, 31 de julio de 2012

UNA MIERDA PINCHADA EN UN PALO

Dice el refrán popular: "Dónde tengas la olla no metas la..." Lo aprendí pronto en el trabajo, no por experiencia propia sino por muchísimos casos rocambolescos que me han rodeado. Tardé un poco más en entender que las relaciones personales más básicas, como son la familia y la amistad, tampoco mezclan siempre bien con el trabajo. En numerosas ocasiones uno piensa que sus contactos personales le van a abrir muchas puertas laborales, pero a la larga termina por no ser cierto y mejor que no lo sea porque corres mucho riesgo de poner en peligro tu amistad.
Recuerdo en mis inicios, cómo repasaba la lista de conocidos en alguna firma relevante, que me pudieran echar una mano. Iba a una boda o un bautizo y rápidamente me informaba de dónde trabajaba cada invitado, por si sonaba la flauta. Todavía veo a mucha gente joven que sigue cayendo en la trampa, que piensa que por tener un primo trabajando en El Corte Inglés, va a conseguir que su teléfono con ruedas o su cojín con altavoces se venda en sus centros comerciales. No, el primo, amigo, cuñao, vecino o colega termina siendo coherente y salvaguardando la amistad por encima de una efímera relación comercial que puede salir mal y joderlo todo. En el fondo, debes agradecérselo.
Por eso ya no me importa si mis amigos o familiares son empresarios, directores de marketing, mendigos o incluso funcionarios. Por eso tampoco me importó cuando este fin de semana me invitaron a hacer una ruta por los Picos de Europa con unos montañeros, amigos de amigos; me dijeron que varios de ellos eran directivos de un banco y, entre cuchicheos, me confiaron que "el más alto es uno de los jefazos".
Joder como subían cuestas los malditos banqueros; yo creo que iban dopados, que habían desayunado prima de riesgo. Sudé tinta, la de los chipirones de la cena anterior y toda la almacenada en mis acolchados michelines. Qué forma de arrastrar mis huesos por aquella empinada cuesta, qué digo cuesta... pared. Pero también tuve mi momento de gloria, cuando en la cima, decidieron hacer una foto de grupo y yo, tirando de esa patosería infantil que tantos éxitos me ha dado, pinché con mi bastón una tierna y consistente boñiga de vaca y la lancé hacia el grupo con la intención de poner mi sello a la instantánea. Y bien que lo hice, el sello, entintado en marrón y bastante pestoso, quedó estampado en la mejilla de uno de mis compañeros de "cordada", imaginad cuál... Sí, ese, el más alto. Por eso no menciono el nombre del banco, aunque bien sé que nunca haré negocios con él.

lunes, 30 de julio de 2012

MI RESCATE

Aprendí a conducir con diecisiete años y cuando cumplí los dieciocho me saqué el carnet en Autoescuela Gaviota, "el que no aprueba es idiota", ese era su slogan. Desde entonces nunca me habían insultado tanto al volante como ayer.
Fue en Luarca, bonito pueblo pesquero asturiano, en una calle de un solo carril pero dos direcciones. El ayuntamiento está de recortes y ya tiene excusa para no regular la circulación de ese complicado tramo con un semáforo o un agente. Lo cierto es que tampoco lo hicieron cuando "vivíamos por encima de nuestras posibilidades".
La casa en la que hemos pasado unos días de descanso está justo en mitad del conflictivo tramo y todos los días hemos asistido a algún rifi rafe, pero ayer el asunto se nos fue de las manos. De un lado, señor gordo y bruto que no frena y se mete hasta dentro de la calle a pesar de ver que viene un coche de frente; del otro, abuela que lleva a su nieto a la playa y tampoco ha hecho caso a las señales. En el balcón de la casa, el árbitro, servidor, que salió ante los gritos de los dos energúmenos que se negaban a dar marcha atrás y empezaban a acumular coches detrás suyo. El hombre hizo valer su posición de sexo fuerte y cráneo pétreo para no moverse de allí y obligar a la nerviosa y acongojada abuela a dar marcha atrás. La calle es estrecha, a un lado la ría, al otro coches aparcados (entre otros el mío). Esa fue la causa de que el mencionado árbitro bajase a toda leche a poner orden en el asunto, porque la buena señora retrocedía haciendo zig zag de coche a ría y de ría a coche y sinceramente no me apetecía tirarme al agua a salvar al nieto y rematar a la abuela y mucho menos quería ver mi coche más arañado de lo que está. Por eso tiré de egoísta solidaridad y me ofrecí a sacar a la abuela de ese atolladero.
Como podéis imaginar, con mis dotes de piloto saqué el coche en un momento, a la vez que tranquilizaba al pobre chaval, que sentado en su sillita me decía "no, si por algo no quería yo ir a la playa con la abuela". Cuando llegué al final de la calle me hice merecedor de una sonora bronca: todos los conductores que llevaban varios minutos atrapados en el embudo empezaron a pitarme e insultarme, pensando que yo era el causante del altercado y la abuelita, en lugar de darme las gracias, me azuzó al gordo-bruto-chulo diciéndole que yo había dicho que él tenía la culpa. Se paró junto a mí con ganas de bronca, me soltó varios insultos acabados en "u" y educadamente se despidió con un sonoro "váyase usted a tomar por culo".
Así que le devolví el nieto, el coche y las llaves a la abuela y me volví a mi balcón, deseándoles a todos el peor de los rescates... que les intervengan cuanto antes.

miércoles, 25 de julio de 2012

CÁMARA SUBMARINA

Aquí donde me veis, yo inventé la Go Pro. Me explico. Una Go Pro es una camarita que está de moda, que se utiliza mayormente para sacar fotografías o vídeos subjetivos, es decir desde el lado del deportista o protagonista de la acción. Digo deportista porque se suele usar para grabar imágenes de bicicleta, moto, esquí y todo tipo de actividades un tanto rapidillas, pero si alguien las quiere usar para otras funciones, también sirve para cocinar una fabada, reparar la lámpara del salón, ver haciendo zapping un capítulo de Gran Hermano, tender la ropa y hasta...
Pero sigo explicándome antes de que me denuncien los dueños de la patente de la marca. Yo lo que hice fue todo un proceso de investigación sobre la fotografía subjetiva, pero con mucho más mérito porque no existía la fotografía digital así que hacía mis inventos, consumía los carretes y esperaba un par de días a tenerlos revelados y ver el, casi siempre, lamentable resultado. En mi experimento le ataba con cinta adhesiva mi cámara a un piloto de motocross y con un chicle o similar bloqueaba el disparador para que hiciese fotos, una tras otra, hasta acabar el carrete. Después probé con una bicicleta, más tarde con futbolistas, jugadores de rugby y hasta un tirador de esgrima... Pretendía hacer una serie para una exposición, pero por suerte para el arte de la fotografía, lo dejé apartado y di tiempo a que aparecieran las cámaras digitales y todas estas virguerías como la Go Pro.

Por eso cuando salió, me compré una para grabar vídeos desde el otro lado de la peli. Ayer falleció, eso creemos, cuando una ola del cantábrico le dio un buen revolcón a mi hijo Diego haciendo surf. El chaval se quedó chafado por la pérdida y el padre chamuscada la espalda de buscar durante horas una aguja en un pajar. Si os bañáis alguna vez en la playa de Peñarronda, mirad al suelo y si encontráis una Go Pro, es mía. Y por supuesto, si ha grabado algo, el copyright también es mío.

martes, 24 de julio de 2012

FOTO-BLOG

Soy becario. En verano los periódicos los hacen los becarios. Por eso tienen menos páginas, menos texto y fotos más grandes. Y como es veranito he decidido tomármelo con más calma y poner a currar a ese becario que llevo dentro. Una buena forma, también, para dejar descansar a los cientos de miles de fieles seguidores que tiene este soporífero espacio.
Así que cuando no encontréis entrada, sino una simple fotografía comentada, ya sabéis: es obra del becario...Un poco crecidito, pero becario.
Para empezar sirva este curioso y politizado anuncio de whisky. He intentado darle una explicación para sacarle el máximo partido, pero la verdad es que no consigo entenderlo. Os dejo interpretar.

domingo, 22 de julio de 2012

ABURRIDOS

Percibo cierto aburrimiento. Creo que los acontecimientos ya han superado a todo el mundo y noto que demasiada gente está por dejarse llevar. Hablo con bastantes amigos, conocidos, familia y dan claras muestras de abatimiento, de impotencia, de escepticismo... No puede ser de otra forma, la permanente tormenta de noticias económicas demoledoras ha llevado a mucha gente a un estado de autodefensa, a no querer oír, no querer saber, darlo todo por perdido... Comentarios como "para que voy a ir a la manifestación si no se va a conseguir nada" o "es lo que hay, no hay otro camino posible y lo que tenga que venir vendrá" o "si ya hace tiempo que nos dirigen desde Alemania, de nada sirve quejarse" o "si realmente el Gobierno poco puede hacer", llegan de personas que en etapas anteriores han sido luchadoras y reivindicativas.
Por eso me preocupo, porque veo flojera entre los que deberían parar esto. Ya doy por hecho que los votantes de esta holgada mayoría absoluta no reparan en que les hayan cambiado todo el programa, que han creído a pie juntillas lo de que hay que apretarse el cinturón porque antes vivíamos por encima de nuestras posibilidades, que se tragan uno tras otro los sapos de la corrupción dando por válido que para ser político hay que "meter la mano" y que ellos siempre tienen justificación para todo en el "y tú más" y la culpa es de la herencia de ZP. Por cierto, menudo pufo debió dejar el tal ZP en Murcia y Valencia ¿no?
En el fondo ellos también tienen activado el resorte de autodefensa y piensan todo esto para autocomplacerse porque en verdad también estaban convencidos de que sus "chicos" lo iban a hacer mucho mejor, que su sola presencia en La Moncloa iba a catapultar a los mercados y que traerían bajo el brazo un montonazo de ideas brillantes y creativas para incentivar la economía. Toma ya brillantez, abaratar el despido, reducir sueldos y aumentar impuestos... y encima no funciona.
Reconozco que yo también me aburro, que ya sigo Twitter con menos pasión, que las polémicas y los chanchullos escandalosos me ponen en pie de inmediato, pero que son tantos que me canso y me vuelvo a sentar. Por eso buscamos todos válvulas de escape y de eso se aprovechan, porque saben que hagan lo que hagan, son dos días de gritos y a otra cosa... Y lo peor de todo es que os estoy contagiando el aburrimiento y no quería. Me voy a dormir.

jueves, 19 de julio de 2012

A QUÉ HUELEN LOS VIAJES...

Tengo un amigo que trabaja en la T-4 y me cuenta mil y una batallitas que ocurren en aquella gran ciudad donde trabajan miles de personas y viven cerca de 200 homeless. Lo siento, no voy a rebelar ninguna de sus historias porque yo creo que algún día él mismo las escribirá. Eso sí, siempre me dice que en el aeropuerto hay cientos de cámaras y que siempre hay una que te está vigilando, así que no se te ocurra sacarte un moco a escondidas. Ayer las cámaras estarían siguiendo a unos chavalillos de verde con pintas sospechosas.
Sí, cuando veas a un teenager de verde, no lo dudes, es mi hijo. No sabemos cuál es su explicación pero nuestros dos hijos mayores van siempre vestidos de verde. Por eso ayer, cuando fuimos a recibirles al aeropuerto, su hermano Lucio se sentó en el suelo frente a la puerta de llegada y asomándose dijo: "a ver si veo a alguien de verde..." Y allí aparecieron, un escuálido americano vestido de negro y dos escuálidos españolitos y españolistas vestidos de verde.
Llegaban derrengados, desorientados, sudados, pero felices por volver a vernos, supongo, y por lo bien que se lo han pasado en su nueva experiencia californiana. Y esta vez , encima, llegaban orgullosos por haber superado con éxito la prueba de viajar solos, sin chaqueta Roja, ni verde ni nada. La compañía se equivocó y les dejaron solos, y con dos cataplines, los chicos se cruzaron el mundo para volver a casa sin ningún problema.
Evidentemente el papá subió al mostrador de reclamaciones a presentar una queja y reclamar el importe de la chaqueta roja esa o que por lo menos nos manden una de segunda mano. En ello están. Pero para lo que me sirvió el paseo fue para comprobar lo distintas que son las plantas de llegadas y de salidas del aeropuerto. La de arriba es agridulce, está llena de alegría de los que viajan, mezclada con pena, a veces dramática, de los que se quedan. Crueles despedidas. Abajo es lo contrario, todo son abrazos, caras de alegría, reencuentros de película y lágrimas de emoción. Alegres bienvenidas.
Y si uno no quiere entrar en este análisis tan profundo sobre la ternura humana, lo puede hacer sobre su olor. Arriba, en departures, huele a desodorante, a mañana, a ducha reciente, a mucha colonia, a Colgate... y abajo, en arrivals, la cosa es distinta: sudor ácido, aliento espeso, camisa empapada, noche eterna cruzando el charco y el único consuelo de la toallita refrescante embarrando un poco más el tema... Con lo bonito que me estaba quedando, al final lo he enguarrinado todo. Como siempre.

miércoles, 18 de julio de 2012

EL ENTIERRO DE LA CULTURA

El I.V.A. de los servicios funerarios y de las flores sube un 13%. Toca no morirse. Estos tipos del gobierno están tontos, si lo que necesitamos es menos gente, menos pensionistas, menos enfermos en los hospitales, que se mueran más españolitos y la economía subirá unas décimas. Pero no, con el IVA al 21% no hay quien se muera.
Bueno sí, han encontrado a alguien que pronto la va a palmar: la cultura.
Esto tiene una explicación de macroeconomía muy lógica. Imagino a Montoro explicándoselo a De Guindos: “Estos son los del cine, los culturetas, los del No a la guerra, que paguen el IVA como todos...je, je, je* (*La conversación aquí transcrita es figurada, no tengo constancia fehaciente de que se haya producido, aunque lo sospecho). Es verdad, por qué leches hay que favorecer a la cultura, el que quiera "vicios" que se los pague. Les entiendo, si para ellos cultura es el monumento de Fabra en el aeropuerto de Castellón, comparto su posición.
Ya se metió el gran tijeretazo en los presupuestos generales del Estado y ya se nos ha olvidado. Tienen tal promiscuidad inventando recortes, que unos van tapando a otros y parece que ya nadie se acuerda del tajo que nos metieron en los derechos laborales, ni el corte sesgado en los presupuestos, y en unas semanas nadie se acordará de la paga de los funcionarios, ni del IVA, ni de na de na. Todo vale, por la herencia recibida y porque hemos vivido durante muchos años por encima de nuestras posibilidades. Eso dicen.
Pero hay recortes que tienen una repercusión inmediata y otros de lenta pero dolorosa cocción. La inversión, en ciencia, en tecnología, en educación y en cultura es a corto plazo muy fácil de reducir, pero tiene unos efectos letales a medio-largo plazo, porque la cualificación de nuestros jóvenes y de nuestros trabajadores baja a pasos agigantados y pasamos a ser un país de mano de obra barata y no de creativos e innovadores con un gran futuro por delante. Pero se ve que esa es la consigna, serán los alemanes los que piensen, los que diseñen y lleven la vanguardia creativa y nosotros competiremos con el tercer mundo como montadores. Esa es la apuesta.
La cultura es sólo una víctima más del tsunami neoliberal. Las salas de cine cerrarán en masa, las productoras ya lo están haciendo, los cineastas harán guiones para coloquios de Intereconomía, los artistas volverán a emigrar a París o Nueva York, los pocos, y a morirse de hambre, los muchos. Qué penita.
Sólo puedo decir que hay que ser muy gañán para dar un golpe mortal como este al mundo de la cultura y que hay que ser muy ruin para aprovecharse hasta de los muertos.

PD. Mi intención hoy era escribir una bienvenida a Ainhoa y Enric, contándoles lo que ha pasado por aquí en sus nueve meses de cautiverio, pero no lo hago porque sino igual deciden volver al zulo... De cualquier modo, ¡Bienvenidos compañeros!

NUEVE HORAS MENOS...

Nueve horas menos en San Francisco, así se llamaba un blog divertidísimo que hay por ahí, colgado en la red. Y ahora, un año después de nuestro regreso, os entiendo perfectamente. Qué lejos está la costa californiana; qué lejos está en kilómetros y millas, pero sobre todo, qué lejos está en minutos y horas. Los chicos llevan allí casi tres semanas y nos ha sido complicadísimo contactar con ellos y apenas sabemos que están bien y que lo están pasando bomba por sus escuetísimos monosílabos en Facebook.
Realmente lo que eran breves eran las contestaciones. A interminables preguntas: ¿Qué tal todo lo estáis pasando bien habéis visto a todos los amigos hace buen tiempo que planes tenéis para el fin de semana nos echais mucho de menos os acordabais de San Francisco estáis contentos?, concisas respuestas: "Bien". Pero en cambio de vez en cuando había todo un derroche literario claramente justificado: "Hola Papi, todo muy bien por aquí, pero se me ha roto el Ipod y he encontrado un sitio barato donde me lo arreglan y como me gasté todo el dinero en chuches y en petardos para las fiestas del 4 de julio, no sé como voy a pagarlo y he pensado que podías hacer una transferencia ¿verdad?". Y son esos momentos en los que uno deja de sentirse padre para sentirse banco, pero claro dudas si eres un banco bueno o un banco malo, si tienes activos tóxicos (quizás este catarro alérgico crónico que me hace carraspear como un abuelillo) y si debes o no conceder el crédito que te están pidiendo, no vaya a ser que permitas que el chaval viva por encima de sus posibilidades y luego lo pague. Él y su prima.
Pero lo de las nueve horas es un gran inconveniente, a la vez que una gran excusa. De hecho yo me pasé medio año sin dar un palo al agua con la excusa del horario. Es verdad, cada vez que me preguntaban algo por mail, cuando contestaba habían pasado ya dos días y a nadie le importaba ya mi opinión. Bien es cierto que nunca les ha importado mucho, aunque esté en el mismo uso horario y latitud. Con los chicos pasa igual, cada vez que te acuerdas de algo y vas a preguntárselo, resulta que allí es de madrugada y no te atiende nadie, y cada vez que ellos escriben con urgencias monetarias, sólo pueden oír mis ronquidos y tienen que esperar a que desayune, se me pase el mal humor matinal y les conteste, ya cuando están dormidos de nuevo. Auténtica conversación de besugos, merluzos o cualesquiera pescados al horno con limón. Creo que tengo jet lag.

lunes, 16 de julio de 2012

YO TAMBIÉN SOY FUNCIONARIO

Oigo una y otra vez el más manoseado de los argumentos, cuando realmente no se tienen argumentos. Sí, todos lo hemos oído una y mil veces: los funcionarios son seres privilegiados que cuentan con unas condiciones especiales que ningún otro trabajador tiene y que se aprovechan de ello para vivir de puta madre. Sí, esa es la imagen que mucha gente tiene del empleado público y de inmediato te ponen de ejemplo al conserje de ayuntamiento que está toda la mañana leyendo el periódico, menos cuando está tomando café. Es una campaña populista de desprestigio de esa clase social o mejor dicho laboral; una campaña muy bien orquestada, que iniciaron Ana y Espe y ha seguido al dictado toda la derechona.
Claro está, si son así, tienen bien ganada la reducción de sueldo, la bajada de vacaciones y lo que les tenga que pasar. Lo que ocurre es que a mí me surgen algunas dudas. Tengo varios amigos médicos que trabajan en hospitales públicos, que curran como animales, que son grandísimos profesionales, que son un ejemplo de compromiso porque su propia dedicación así lo exige; cuando les veo, agotados porque salen de guardia y han operado a cinco personas en una noche, me pregunto ¿son estos los funcionarios de los que habla la gente?
Conozco también a un buen número de profesores, también excepcionales trabajadores, que se dedican en cuerpo y alma a esa profesión que sólo se puede hacer por vocación, que han superado complejísimas pruebas para al final tener que desplazarse a pueblos lejanos durante varios años y seguir disfrutando día tras día enseñando a nuestros hijos. Resulta que ellos también son funcionarios.
Tengo amigos químicos, que trabajan en laboratorios del Estado, que entran a trabajar a las ocho y no salen hasta que no está la tarea lista, que se llevan trabajo a casa a diario y todos los fines de semana, que viajan a dar cursos sin ninguna remuneración, que en cualquier empresa privada cobrarían el triple… Y resulta que también son funcionarios.
Y también soy amigo de algunos policías, de varios bomberos, de unas cuantas enfermeras, de algún guarda forestal, de varios empleados de museos y de muchos trabajadores de la administración, de los ayuntamientos, las comunidades o los ministerios. Y todos ellos son currantes de primera, enamorados de su profesión y convencidos de dar lo mejor de sí en cada paso de su trabajo. Siempre les he envidiado por su vocación y por su capacidad intelectual para preparar unas complicadísimas oposiciones con un nivel de exigencia más alto que en ninguna empresa privada.
Por eso hoy me siento funcionario y me solidarizo con el segmento laboral más importante de nuestro país; porque no se puede cambiar de forma unilateral las condiciones de un contrato que ambas partes habían aceptado. Porque hay otras muchas formas de conseguir ese dinero sin golpear de esta forma tan ruin a tantos buenos profesionales.
Ya sé que también hay funcionarios que no son tan buenos en su trabajo o que incluso son vaguetes, escaqueados y ventajistas, pero como los hay en la empresa privada. Ellos son la excepción y no se puede legislar sólo por las excepciones. De verdad, Monty, que hay dinero en otras partes, no sólo en el bolsillo de los más débiles.
PD. Vale, vale, tengo que renovar la sección de funcionariado en mi archivo fotográfico...

¡QUE SE JODAN!

Como hemos estado una semana fuera de España, no hemos seguido la actualidad al instante. Por eso al llegar nos ha golpeado el periódico con la misma pesadez que los cuarenta y tantos grados de la M-40. Pero de todo lo ocurrido en estos días, me quedo con esta frase.
No está claro a quién se refiere la chica. Quizás sea a los parados de larga duración porque son unos vagos que no hacen nada por buscar empleo y se acomodan viviendo del subsidio. Quizás sea a los funcionarios que se han acostumbrado a vivir del cuento, a tener asegurado su trabajo y a escaquearse con tanto moscoso. Quizás sea a los de las funerarias o las peluquerías o los cines, que tantos años llevan aprovechándose de un IVA tan ventajoso. O quizás se refiera a los demás partidos, los que no están de acuerdo con las medidas restrictivas que está imponiendo este gobierno y que están siendo puestas en cuestión hasta por el apuntador. Puede que incluso vaya dirigido a los millones de personas que no son votantes de su partido, para que se fastidien con estas medidas tan “fastidiosas”.
Y la verdad es que sí, que se van a joder y bien jodidos, pero no hacía falta restregárselo así. No hija, no. Algunos tenemos la fortuna de cara en la vida y podemos vivir como reyes porque a nuestro padre le toca la lotería todos los años y nos enchufa para que hagamos carrera política fulgurante en el partido, pero no debemos perder nunca las formas, ni esa buena educación que nos han enseñado en los mejores colegios.
Pero sobre todo, querida, no está bien desearle que le jodan a quien ya estás jodiendo por ser más débil que tú.
Me hubiera gustado volver a España y saber que ya no tenemos en la política personajes como los Fabra, pero no ha podido ser. Nos joderemos.

viernes, 13 de julio de 2012

ERIC E IÑAKI

Cuando llevas una semana en la France, tomando confit de canard y moules mariniere y diciendo je suis desole a todo el que te cruzas, cuando pasas la frontera virtual y cambias de France Telecom a Euskaltel, empiezas a sentirte en casa. Pasas de St Jean de Luz a Hondarribia y sientes de alguna forma que estás en casa. Has entrado en Euskadi, Euskal Herria o el País Vasco, como quieras llamarlo, es lo mismo. Y te vas a la calle San Pedro a tomar un zurito y unos pintxos y a disfrutar de esa atmósfera única, con la gente por la calle, que sólo en tu país es posible, por mucho que algunos politicuchos quieran evitarlo.
Y sabes que hoy vas a cenar bien porque has reservado en la Hermandad de Pescadores y te zampas unas cocochas con almejas que no encontrarás en ningún país del mundo, lo traduzcan como los traduzcan. Palourdes, Clams, Saint Jacques o Scallops, nunca tendrán ese saborcillo pil pil. Y después se sienta contigo Iñaki y te cuenta su vida, sus cinco años de pescador en el barco, su conocimiento de la mar y su apuesta por la buena y auténtica cocina. Y te habla del atún, que tiene cuatro lomos, tres de primera y uno de segunda porque es el que carga con todo el peso cuando muere. Y aprendes como muere el pez electrocutado para mantener la sangre en la carne; y sabes de los problemas de la especie por culpa de los japoneses que están pagando más de cincuenta veces su precio, sin preocuparse de su procedencia.
Y sales con la barriga llena y disfrutas del mejor blues del mundo en el festival de Hondarribia, con Eric Sardinas haciendo las delicias de un entregado público que flipa con su mano diestra, a pesar de saber que es zurdo y que aunque se llama Sardinas, es de Florida y no tiene nada que ver con el atún de los japoneses, pero eres feliz. Por un rato, sin acordarte del I.V.A.

jueves, 12 de julio de 2012

LA TUNELADORA

El otro día, justo antes de abandonar al peque durante una semana, me sentí generoso y estuve jugando con él durante un buen rato. Empezamos jugando al Lego con un castillo de superhéroes que le han traído los padres por sacar "progresa adecuádamente" en todas las asignaturas. Y como él es el dueño, siempre elige personajes y a mi me dejó la morralla: "Para ti los superhéroes malos y la tuneladora" y me soltó el kit completo que aparece en la foto; según los vi, solté una carcajada que el pobre Lucito no entendía, pero es que me acababa de dar en adopción a los mismísimos Espe, Gallardón y su tuneladora.
Como vio que me reía demasiado, intentó bajarme los humos con algunas instrucciones: "No te creas, son los malos, hacen muchos agujeros con la tuneladora y roban el dinero de la gente; luego se ríen a carcajadas porque son más ricos que los demás, pero al final siempre pierden porque no pueden volar". Y entonces yo intensifiqué mis risas para cabreo de mi hijo y de sus secuaces, que de inmediato iniciaron un ataque por tierra y por aire, con gran virulencia, dejando a los pobres Espe y Alberto totalmente destrozados, sin manos, sin piernas y decapitados. Yo hice una protesta formal por la violencia desmedida de la acción, pero el se excusó reafirmando que sus héroes eran los buenos (Batman y sus colegas) y que los míos eran malísimos. Probé a montarlos de nuevo, comprobando, como me temía, que las piezas de uno eran incompatibles con la del otro y satisfecho porque la tuneladora no había sufrido daños y todavía se la podíamos ceder al ejercito australiano.
Reconozco que mi entrada de hoy es algo frívola, pero es lo más coherente que se me ha ocurrido tras leer las noticias. Ahora estoy buscando el kit de Mariano y Güindos con sus tijeras todopoderosas.

miércoles, 11 de julio de 2012

LO QUE PIENSO CUANDO MEO


Ayer martes estuve montando en bici en la isla de Re. Me gusta hacerlo todos los martes que puedo. Y como es una isla y estás siempre rodeado de agua, porque sino no sería una isla, me pasó como a Víctor Manuel, que con tanta agua junta "apetezmear". Y allí estaba yo humedeciendo un enfangado canal en las marismas, mientras una garza atacaba a una gaviota y un grupo de turistas se afanaba en fotografiar la escena (de la garza, que no del españolito meando). Y según meaba en territorio galo, europeo, me vino a la cabeza el titular del periódico de la mañana, en el que el tal Draghi se cachondeaba de España comparándola con Ballotelli llorando al final de la Final.
Y entonces imaginé a Draghi comentando el partido con la Merkel y Monti, con comentarios socarrones y despectivos, casi envidiosos, sobre el equipo español. No creáis, que al principio me provocó cierto nacionalismo que resolví para mis adentros con un "habla de otra cosa gilipollas, mejor que de fútbol..." y luego me quedé pensando que realmente estamos muy engañados pensando que los políticos que desgobiernan el mundo son tipos súper preparados y de una clase especial; vamos que son de otra raza, casi de otra especie. No, no lo son. Sino no comentarían el partido como el resto de humanos en el bar. Y ya puesto, empecé a imaginarme al tal Draghi, bromeando con sus colegas, imitando, un poco mamadillo, el gesto de fortachón de Balotelli y diciendo que en el fondo no le gusta el fútbol porque ha perdido su equipo. Que sí hombre, que son tipos de carne y hueso, como cualquiera, y tampoco tienen ni puta idea de economía, como todos, y también mean y les huele el aliento al final de las reuniones y de vez en cuando tienen gases y se apartan del grupo para tirarse un pedete. Dicen que Draghi alguna vez ha tenido hasta diarrea, muy maloliente, y que aunque no lo reconozca, a veces se mea en la ducha.
Y pensando en las humanidades y necesidades fisiológicas de los que rigen nuestros destinos me quedé obnubilado mientras apuntaba mi chorrito hacia un gusano que salía del lodo. Y en eso estaba yo, cuando una mantis religiosa se subió en mi pantorrilla. Nunca antes había tenido una mantis en el gemelo y creo que muy pocos podéis presumir de ello. Era pequeñaja, pero mantis, y religiosa, porque la oí rezar tres ave marías y un credo. El caso es que la mantis me quitó a Draghi de la cabeza, me guarde la chorra y seguí pedaleando.

lunes, 9 de julio de 2012

VIVIR SIN MIEDO

Nuestra cabeza está predispuesta al agobio, al temor, al miedo. A que pase algo, a que nos quedemos sin trabajo, a que la salud nos falte, a que el niño suspenda, a que la prima suba, a que el Rayo baje... siempre se ha hablado de que vivimos en la sociedad del miedo. En San Francisco mucha gente nos recriminaba que no fuésemos más temerosos con los niños; teníamos una amiga que estaba siempre pensando en lo peor, se va a caer del árbol, le van a secuestrar, le va a morder un perro y era un sin vivir.
Uno que no tiene miedos terrenales (de los otros, muchos), es de la teoría de que si no te caes, nunca aprendes y que por tanto hay que asumir que la vida tiene riesgos. Y esto lo escribo después de leer el terrible suceso de la mujer del notario, que han matado al más puro estilo Pietro Arcan. Me ha impresionado pero me reafirmado en mi convicción de no vivir enjaulado y atemorizado todo el día.
También me empujó a escribir esto un programa de radio en el que hablaban de "cosas que no deberíamos prohibir a los niños". Me quedé con algunas y otras las añado yo: subirse a un árbol y ver la vida desde arriba, sacar la mano por la ventana del coche para aprender de aerodinámica, ver la tele desde cerca, tocar al perro del vecino, derrapar en la bici hasta que se reviente la rueda, mezclar Coca Cola con Fanta, bajar las escaleras por la barandilla, arrancar las margaritas y deshojarlas, lavarte las manos en la fuente de la plaza, concursar para ver quién mea más lejos, hacer guerras de almohadas, tirarse pedos bajo las sábanas y hacer inmersión, asomarse de noche a la tapia del cementerio, comer chocolate antes de la comida, hacer burbujas en la piscina... Vivir con cuidado, pero sin miedo.

domingo, 8 de julio de 2012

EL ATOLÓN DE MURUROA

He vuelto al presente. Como dice David Hockney, no existe pasado ni futuro, sólamente el presente, pero el presente es eterno. Qué trascendental me pongo para hablar de mi Vespa. Sí, durante una semana he vuelto al pasado y lo he disfrutado, pero ya estoy aquí, en el presente. También es verdad que mi viaje al pasado podía haberme devuelto al presente de cuerpo presente, porque he de reconocer que me he jugado el gaznate, pero aquí estoy vivito y coleando. Culeando estaba hace unos días a la salida de cada rotonda, peleando para levantar el motor de la Vespita de la derecha a la izquierda, para volver a la derecha; hay que decir, en defensa de mi viejo trasto, que cuando fue diseñada, allá por el siglo XV por Americo Vespucci, no existían las rotondas y no era tan grave lo de llevar el motor a un lado. Por mucho que los de Lambretta se rieran en su campaña de publicidad: "Ningún lince tiene el corazón en un lado".
También es cierto que cuando yo la compré hace treinta tacos, frenaba bien, cambiaba bien y era un vehículo fiable. No es que ahora no lo haga, sino que quizás ha cambiado nuestra percepción y nivel de exigencia en lo que se refiere a "frenar bien". Yo aprendí a frenar sin frenos en el Sahara, conduciendo el Land Rover de la familia Daha. Al principio impresiona y acojona, pero luego te acostumbras y es sencillo. Tienes que saber de antemano a dónde vas, dónde vas a querer detenerte y dejar de acelerar con el tiempo suficiente para que la inercia vaya reduciendo la velocidad; otra cosa es cuando surge algún imprevisto, que te encuentras un amigo... grita por la ventana que ya le llamarás; que viene un coche de frente... elige un lado del desierto y reza el Corán para que él elija el otro; que se cruza un niño... piensa que estás contribuyendo al control demográfico...
Con la Vespa es igual, miras dónde está la rotonda, te revientas la muñeca izquierda intentando reducir marchas, te luxas los dedos de la mano derecha apretando la maneta del freno y le metes patadones al pedal de freno trasero cual batería que le zumba al bombo. El resultado es que llegas a la rotonda algo descolocado, acongojado por si el motor gripa al reducir, temblando por si los cuadrados y acartonados neumáticos aguantan tanta presión y disfrutando como un enano, recordando tantos años de tumbadas, excursiones, tortazos y otras sobradas con mi scooter. Lo paso bien en Vespa, tanto que siempre que subo en ella voy cantando una vieja canción que yo mismo inventé y que canto siempre que paso por delante del Liceo Francés, se llama "El Atolón de Mururoa" y es un homenaje a la cara de culo de pato que hay que poner para hablar bien en francés. La letra repite infinitas veces el título de la canción.
Tengo que reconocer que nunca le he cambiado el aceite, ni las zapatas de freno, ni he limpiado el filtro del aire y la pobrecilla se sigue comportando, aunque como la he notado algo rencorosa y con ganas de matarme, he preferido dejarla aparcada por un tiempo, espero que no sean otros treinta años.

viernes, 6 de julio de 2012

¿ES EL ENEMIGO?

Si sabía yo que en el fútbol íbamos a encontrar las soluciones a nuestros problemas. Pero no sólo por la euforia desatada alrededor de la Roja, que llevará a los empresarios a contratar compulsivamente y a los ciudadanos a pedir hipotecas a diestro y siniestro. El modelo económico del fútbol parece un referente para la política de estado. Había cosas como las comisiones, los intermediarios y los trinques que ya existían en la política, pero ahora se ha encontrado una nueva fórmula a explotar: las cesiones.
El Ministerio de Defensa ha cedido un barco al ejercito australiano. Me parto. Australia pagará los gastos y la gasolina y España pagará los sueldos de los soldaditos. Lo mismo que cuando el Espanyol le cede un defensa malucho al Sabadell para ahorrarse su sueldo mientras no lo usa. Supongo que, con la misma seriedad que se aplica en el fútbol, dejarán claras todas las cláusulas de la cesión; por ejemplo, ¿qué pasa en caso de que entremos en guerra con Australia? supongo que, como en el fútbol, no dejarían que jugase nuestro propio barco y que nos bombardeen nuestros soldados. Es de coña, parece el guión de un monólogo del gran Gila o de ese otro gran humorista, llamado Tejero, con su gran tema: "Quietos. Quieto todo el mundo, vais a darle a los nuestros".
También me asiste otra duda. Si podemos cederlo será porque no lo necesitamos mucho y si es así, ¿por qué no lo vendemos?, siempre nos han dicho que no se pueden bajar los gastos de Defensa y en cambio sí podemos hacer esta mamarrachada. Claro que pensándolo bien puede ser un buen banco de pruebas para explotar esta fórmula en otras cuestiones. Por ejemplo, podríamos ceder el aeropuerto de Castellón o el de Ciudad Real, o quizás alguna caja de ahorros, incluso el Senado, tal vez algún ayuntamiento, y sin descartar el Gobierno en pleno y hasta el Rey, si quieren.
Eso es lo que se llama política creativa y me parece que deberían ahondar en ello. Gallardón podría ceder sus tuneladoras a los chinos; Espe cedería sus hospitales para que vengan abuelos holandeses a operarse de próstata; el Pocero puede ceder su ciudad fantasma a canadienses que sueñan con el calor manchego; Del Bosque le cede la Selección a los italianos para que nos ganen; Rouco le deja la Almudena a algún país beato, a cambio de que paga las ostias y el IBI; le cedemos también la central de Garoña a los japoneses, que ellos paguen los gastos y nosotros asumimos los riesgos... Se admiten sugerencias.

jueves, 5 de julio de 2012

RATO, LEIRE, HIGGS Y EL CÓDICE

Hay días en los que el periódico está lleno de paja (no seáis mal pensados, que nunca me compro el As), y otros en los que uno siente envidia de los periodistas, hoy es uno de estos. Qué aluvión de noticias espectaculares e interesantes. Algunas de ellas malas, como el colgado alemán que mató a todos los que le iban a deshauciar, o el niño que mató a un conductor de una pedrada, o el accidente de la Villota, o el brote de legionella, pero otras muchas, buenas. No sé por dónde empezar:
-Resuelta la pregunta más trascendental de la humanidad, ¿quiénes somos y de dónde venimos?: Del Bolsón de Higgs. Qué decepción, esperaba algo más rocambolesco. Desde luego que lo de Adán y Eva y la manzana estaba mejor argumentado, pero... como religión no está mal lo de ser "Bosonista".
-Encuentran el códice que un electricista robó por "codicia". Estaba claro que el que hizo el robo tenía muchos enchufes. El ladrón tenía 1.200.000 euros en casa, pero se beneficiará de la mejora en las condiciones de la amnistía fiscal propuesta por el Gobierno. Este asunto dará para un buen best seller de esos de catedrales y tinieblas.
-Descubren restos de veneno en las ropas de Arafat. Acaso todavía hay alguien que dude de su asesinato.
-Rato, Olivas y Acebes, imputados por el caso Bankia. Deshecho el agravio comparativo con los pobres Mario Conde y Ruiz Mateos.
-Acontecimiento de relevancia política universal. Leire Pajín deja la política.
-Detenido un etarra en una operación previamente anunciada por el Ministro. Conclusión, los etarras no escuchan la COPE.
-Pillan in fragantis a los capos de Barclays haciendo feos trapicheos. Otros más que caen. Mierda, si tengo una cuenta en Barclays...Glup!
-Y la más importante de todas: Sonya Thomas ha batido el récord del mundo en el concurso de Coney Island, comiéndose 45 perritos en 10 minutos. Y la pobre Ana Mato preocupada por la obesidad infantil.
A que valgo para tertuliano ¿eh?

martes, 3 de julio de 2012

BROTES VERDES

Oigo al Krugman decir que el triunfo de la Selección Española en la Eurocopa incentivará el consumo en nuestro país. Leo que el paro ha bajado en cien mil personas. La bolsa lleva una semana en verde... verde, verde, que te quiero verde, a ver si van a ser estos los primeros brotes verdes que decía aquel. Sería una gran noticia que todos debemos celebrar. Siempre es curioso escuchar también las interpretaciones posteriores a estas informaciones y en este caso me ha hecho gracia comprobar que es el primer dato en muchos meses que no es achacable a ZP.
Pobre ZP como siguen zumbándole por todos los lados. El otro día subí en un taxi y por consiguiente estuve oyendo la COPE y en tres noticias de temas distintos (economía, exteriores y medio ambiente) mencionaban el nombre del anterior presidente rodeado de carantoñas lingüísticas. Es verdad que hizo algunas cosas mal, que se empeño demasiado en negar la crisis y que estuvo algo dubitativo, pero lo que peor hizo en toda su legislatura fue aceptar que sus asesores le pusieran el mote de ZP para descojone de sus rivales.
Dicen que la historia termina poniendo a cada uno en su sitio y que todos ellos, González, Aznar o ZP, serán recordados por sus logros y fracasos, con más objetividad que ahora, pero me parece que nosotros no lo veremos porque si miras atrás en la historia, todavía hay mucha gente por recolocar.

MUÉRASE USTED...

La crisis llega a todas partes y por eso todas las empresas, sean de lo que sean, bombardean a posibles clientes con todo tipo de propuestas y promociones. Ya os he hablado en otras ocasiones de esos buzones repletos de publicidad-basura que se va directamente al contenedor del papel, o de las malditas llamadas de teleoperador a horas intempestivas. Pero en esta ocasión se trata de una oferta comercial que no puedo ni pienso aceptar: me acaba de llegar una carta en la que me envían una tarjeta de fidelización y me hacen cliente preferente del Tanatorio de Madrid. Eso implica que tengo un 5% de descuento en la compra de luces, esquelas y flores, en caso de que la palméis cualquiera de vosotros. También tengo prioridad en la elección de unidad de enterramiento, que supongo que es la tumba. Pero no queda ahí el tema, mi tarjeta dorada también me da derecho a recibir en mi correo electrónico toda la información y noticias relacionadas con el sector funerario y además lleva impreso el número de teléfono de atención al difunto por si en cualquier momento tengo una urgencia o apretón.
Reiros, pero no me hace ninguna gracia que estos tipos se hayan tomado la libertad de poner mi nombre completo en semejante tarjeta que denominan de "atención familiar"...Pero dejen a mi familia en paz. Bórrenme de su base de datos. No soy supersticioso pero la cuestión invita a ello; si ahora les devuelvo la tarjeta y les pido que borren mis datos, igual me borran del todo del mapa, porque estos tipos sí que deben tener conexiones en el más allá. Pero quedarme con ella me da mucho más yuyu y además corro el riesgo de confundirla con la Visa y pagar alguna comilona que después me descontarán en goma espuma del féretro o algo así.
Estas son las consecuencias del marketing mal entendido. En el mundo de la publicidad son bastante habituales los cambios de profesionales de una empresa a otra y es bastante normal que el desplazado trate de aportar las técnicas aprendidas en su antigua empresa a la nueva, es la forma de dejar su sello. Lo que ocurre es que no es lo mismo vender helados que ataudes y hay ciertas materias que requieren un poco más de sensibilidad. El menda en cuestión que me manda esta carta se ha permitido incluso hacer slogans como "La familia es lo primero" o "el mejor servicio en la tierra", cuando debería decir bajo tierra ¿no?
Desde luego es preocupante esto de la crisis, la gente no se atreve ni a palmarla. Con la tarjetita y sus descuentos, ya apetece un poquito más...

PD. Quizás no debería haber puesto la foto de la tarjeta porque me la pueden falsificar y cuando llegue a la tumba igual está ocupada...

lunes, 2 de julio de 2012

LA ROJA

Tenía escrita una entrada algo tétrica para hoy, pero con todos estos petardos, pitidos e histeria colectiva, me veo obligado a subir a la ola de celebración y poner también el sello de "La Roja" en este blog. Durante mucho tiempo el apodo de "La Roja" se ha utilizado de forma despectiva para tachar a una vecina, conocida o familiar que destacaba por sus ideas izquierdistas. También es cierto que la bandera del Reino de España era identificada con la otra banda del campo, la derecha. Y es cierto que el éxito de romper estos tópicos y prejuicios se lo debemos a estos chicos tan majos y que la tocan tan bien, y a ese señor de bigotes, tan cuerdo y coherente.
A mí me gusta el color rojo, siempre ha sido mi favorito. Os recuerdo que soy del RCD Espanyol por error, porque de pequeñín lo confundí con la Selección Española y no fui capaz de echar atrás. Orgulloso cabezón que es uno. Ahora asisto en primera persona a este "deja vu" porque veo que mi hijo Lucio empieza a tener el mismo lío. Pero es verdad que el color rojo es el más atractivo, el más vibrante, el más pasional; por eso los Ferraris son rojos, como las rosas, las fresas, el vino, la sangre, la Coca Cola o el Bisolvon Compositum. Para la tos seca va mejor que el Flutox que es blanquecino como el semen.
Y como uno defiende sus colores, me hice de un partido con el logo rojo, me compré un coche rojo, una moto roja y una casa roja. Me ligué a una roja y juntos nos fuimos a vivir la vida, subidos en una Vespa roja. Por eso hoy, con tanta pasión por la Roja he pensado que el mejor homenaje que podía hacerle era desempolvar mi queridísima Vespa e ir a trabajar mañana en ella... La verdad es que se me ha roto el coche, pero a que he quedado muy bien...