miércoles, 19 de marzo de 2014

SUPREMA FELICIDAD SOCIAL

Como últimamente este blog parece un libro de autoayuda con permanentes reflexiones sobre el bienestar y charlas de motivación dignas del más prestigioso y remunerado "coach", hoy os voy a hablar de la felicidad.
El otro día leí un titular de un libro de un autor español por el que siento cierto rechazo porque me parece un snob que siempre nos da lecciones de modernidad. No digo el nombre porque tampoco le conozco suficiente ni he leído nada suyo, con lo cual no me creo con autoridad moral para ponerle a parir en público. Simplemente no me cae bien; ya sabéis que soy un tío de prejuicios. Pues bien, el menda critica en su libro la actitud desaforada del ser humano en busca de la felicidad, rechazando esa actitud.
Me pareció el colmo de la estupidez. Quizás un buen tema para explotar en una historia y vender libros, pero una tontería. Qué tiene de malo buscar la felicidad. Lo horrible es lo contrario, no buscarla. Es como decir que no entiendes que los enfermos se empeñen en no sufrir dolor o que los hambrientos se obsesionen por comer. Qué bobada. Claro que sí, todos buscamos la felicidad, es nuestro sino; otra cosa será lo que para cada uno signifique la palabrita en cuestión. Para unos puede ser más superficial y para otros más profunda. Uno puede ser feliz leyendo a Kafka, otro haciendo autodefinidos y el de más allá, haciendo autopsias (por eso es el del más allá, je, je).
Entiendo que lo que este escritor quiere decir es que la obsesión por alcanzar la felicidad nos lleva por caminos erróneos o que hay gente que ha equivocado el concepto de felicidad y lo ha identificado directamente con el poder físico, político o económico. En eso estoy de acuerdo, para la mayoría de nuestros chavales la felicidad pasa por tener el nuevo mando de la nueva consola del nuevo móvil y para sus padres por tener el nuevo modelo del nuevo deportivo de la marca más molona de coches. Por eso criticaría lo que podemos entender por felicidad, pero no la felicidad en sí.
Y si hago este alegato de la felicidad es porque he escuchado que Maduro ha creado en Venezuela el Ministerio de la Suprema Felicidad Social. Vaya por delante que el elemento en cuestión no es santo de mi devoción como tampoco lo era su predecesor, por muchos momentos de carcajadas que nos hayan arrancado con sus apariciones de caras y sus desplantes a los gringos. Sin embargo he de reconocer que me parece mucho mejor para este mundo en que vivimos la existencia de muchos más ministerios de Suprema Felicidad Social y alguno menos de Competitividad como el que aquí tenemos. Os lo dice alguien que sí que busca la felicidad, incluso la de mis lectores, por pocos e infelices que sean.

2 comentarios:

  1. Por muy gris que se levante el día, siempre encuentro motivos por los que sentirme feliz.....
    Yo no sé de que escritor hablas, pero yo sin conocerle de nada, me atrevo a decirle ( principalmente porque esta pagina no es mia) que menudo
    " mea pilas y caga bandurrias infeliz " que es el individuo en cuestión.

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