martes, 22 de abril de 2014

LUIS, EL IDIOTA


Pues no tenían razón Luis, no eras el cabrón, eras el idiota y ahora te estás ganando el mote con justicia. Pensaste que no te iban a dejar solo, eran muchos años de vivencias y connivencias en el partido, luchando por unos ideales, para que a la primera de cambio te dieran la espalda todos, pero así ha sido, eres un pringao. Te fiaste de ellos porque dijeron que te ayudarían, porque eliminaron al juez más peligroso, porque Mariano te mandaba mensajitos de ánimo en los momentos difíciles, porque te seguían pagando aunque fuese en diferido y simulado. Mientras estuvieses calladito estarías protegido, pero cuando se levanto el pastel y España entera se enteró de lo que teníais guardado debajo del felpudo de Génova, toda esa lealtad y amistad se fue al carajo y te has quedado más solo que la una, metido en el trullo, sin paseos ni patio, sin tu familia y sin tu dinero. Lo tuyo es uno de los ejemplos más bochornosos de lo que significa la palabra traición, pero no de ti hacia ellos, como piensan algunos, sino de ellos hacia ti.
Durante tantos años has estado comiéndote el marrón de llevar las cuentas con finura y disimulo para que nadie sospechase nada; tanto tiempo de dedicación al partido siendo el hombre más querido por todos porque generabas riqueza a la institución y de vez en cuando tenías algún sobre que repartir, y así te lo pagan, dándote la espalda de la forma más vil e insolidaria que podías imaginar.
No creo que quede ni una sola persona en este país que dude de los tejemanejes que os traíais, de que cobrabais donaciones ilegales para financiar al partido (supongo que a cambio de algún favorcillo a esos empresarios) y que os repartías el botín en sobresueldos en dinero negro. Todo el mundo da por hecho que Mariano y todos los que salen en esos papeles se llevaron la guita.
En aquellos primeros días la conmoción fue brutal, tembló Génova y La Moncloa. Todos pensamos que si caías tú caerían todos. Incluso algún bloguero cerró temporalmente su blog esperando esa sonada dimisión. Pero no, te traicionaron, miraron para otro lado, borraron tus ordenadores, quemaron tus agendas, apagaron los móviles, quitaron de en medio al periodista más peligroso y dieron por normalizada la situación. Con lo fácil que les resulta quitar y poner jueces, de ti pasaron. Consiguieron transformar al cabrón en el idiota.
Ese es el espíritu de compañerismo de tus amigos del partido, juntos han conseguido señalarte para que tú solo te lleves todo el marrón e incluso los votantes se ríen de ti por pringao y mala persona. Seguirán prietas las filas. Das pena, Luis.

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