lunes, 7 de abril de 2014

TODOS CON AGUIRRE

Durante los últimos días hemos asistido al linchamiento mediático y social de una ciudadana madrileña ejemplar y discreta que ha sido víctima de una clamorosa injusticia. En solidaridad con esta amiga que está pasando por malos momentos, escribo estas líneas.
Amiga Esperanza, no sabes cuanto te entiendo, porque yo también he sido maltratado en muchas ocasiones por los desmanes del poder. Sin ir más lejos, la semana pasada me quitaron dos puntos y doscientos euros por circular a 121 km/h en una ancha y segura recta de Guadalajara que algún iluminado limitó a una velocidad de 90 km/h. Los muy mal intencionados estaban escondidos con el radar debajo de una encina. Además, el poli, un chuleta repeinado con gafas Ray Ban de imitación, me tuvo media hora esperando comprobaciones y supongo que buscando en Google si exceso llevaba la X en la primera, la segunda o la tercera sílaba. Pensé por un momento en marcharme, pero me dio miedo que me dispararan o que me detuvieran después; a nadie le gusta pasar la noche en el cuartelillo. Tuviste mucha suerte el otro día de que no te detuvieran, la verdad.
Ya ves, las cosas están chungas. Antes podías aparcar en Serrano en doble fila, entrar en el centro sin problemas y ahora esto es un caos. Desde que Gallardón se gastó la pasta suya y de los veintiocho siguientes alcaldes en soterrar la M-30, han llenado la ciudad de parquímetros y de “gusanos” que te fríen a multas si te pasas cinco minutos. Además han puesto coches pequeñajos que recorren el carril bus con cámaras y en cuanto te pillan dentro, te empapelan. Ahora la Botella ha ido a más en su represión y ha puesto cámaras en los autobuses. También hay cámaras en las calles del centro y en cuanto entras, te llega la receta a casa con una fotico del culo de tu coche. Yo hago la cole (del mío). Del IBI, la recogida de basuras, el paso de carruajes y los otros impuestos ni te hablo por no amargarte las torrijas de la Semana Santa.
También hay que tener cuidado porque en cuanto sales y te tomas dos cañas te encuentras luego un control de alcoholemia, te hacen soplar y te soplan cuatro puntos y una pasta. Tuviste mucha suerte el otro día de que no te hicieran el control, la verdad.
Además, ya sabes como son los polis por lo general, poco dialogantes y algo chuletas; yo al principio me enfrentaba a ellos, pero con los años he aprendido que lo mejor es llevarles la corriente con el clásico “sí, señor agente”, porque si no te pedirán la fotocopia compulsada del seguro y las bujías de recambio. Doy fe que los mendas estos de la movilidad son unos machistas rencorosos de ser mandados por tanta mujer y aparcan súper mal las motos, con lo cual cualquier ciudadano de bien en tu situación hubiera hecho lo mismo.
Ya ves, amiga Espe, esto es un sin vivir, no se puede fumar en ningún restaurante y si sales a la calle está llena de mendigos, el carril bus está separado por barreras de plástico, aparcar sale carísimo, no tenemos Juegos Olímpicos ni ganas, el Madrid ha dicho adios a la Liga… Los madrileños tenemos que estar muy al loro para no caer en las garras de este entramado del mal. Un consejo amiga, vuelve a la política, que se vive mejor.

PD. Lo único que no me gustó de tu aventura urbana e irreverente es que volvieras a utilizar, una vez más, el terrorismo de ETA para tu propio beneficio. Eso estuvo feo, lo demás…

No hay comentarios:

Publicar un comentario