lunes, 16 de junio de 2014

LA HABITACIÓN ROJA... AT HOME

Pau fue el primero en levantarse a eso de las dos de la tarde y apenas desayunó un Cola Cao con bizcochos; al rató salió Jorge y se atizó un gazpacho y unas cuantas piezas de sushi que habían sobrado de la larga noche anterior. Jordí es el más dormilón, se había acostado el primero y se levantó el último, pidiendo un café para espabilarse. El variado desayuno de mediodía fue buen momento para entrevistarles; mientras yo fregaba los restos de la batalla, los cacharros sucios de la fiesta, nos pusimos a hablar de su relación con los otros grupos del panorama indie y salvo alguna escasa excepción, todo fueron buenas palabras sobre sus colegas de profesión: "Llevamos muchos años en esto y nos vemos bastante. Con muchos hemos hecho giras juntos y en general hay muy buena relación"; recorremos por zonas y les salen muy buenas palabras para todos, Sidonie, LOL, Planetas, Second, Vetusta, Lori Meyers, León Benavente, Eladio, Ferreiro, Vegas... y Sr. Chinarro, con quién habían estado el día anterior. Repasamos los próximos conciertos, los festivales e incluso el diferente trato del público según donde toquen: "Pues como en todo, en el sur son más cálidos y efusivos y en el norte más serios, pero en todas partes nos tratan bien. Eso sí, no hay nada como México, Mexico es bestial".
No era la primera vez que hablábamos de México, a menudo les venían referencias sobre aquel país, recuerdos de conciertos y anécdotas. Lo mencionó Jorge cuando le tocó dormir en el colchón en el suelo porque sus dos compañeros se habían apropiado de las camas: "Si vieseis los sitios en los que hemos dormido en alguna gira por América..." También lo volvió a sacar Pau hablando de mundo, de viajes y de lugares bonitos: "Montse, tú que eres pintora fliparías con los paisajes". Y después Jordi recordando su ajetreado último viaje de regreso: "Estuvimos con turbulencias durante más de cuatro horas". Jorge es lo que peor lleva, los vuelos: "No me queda más remedio porque vivo lejos y porque nuestra vida es viajar, pero me inquieta el avión, me da la impresión de que cada vez me quedan menos papeletas para que me toque un vuelo malo".
Aún así lo que peor llevan de su profesión no son los viajes sino el sueño "este es un trabajo en el que se pasa mucho sueño, dormimos muy poco, por eso cuando podemos como hoy, aprovechamos"-afirma Pau, con sus compañeros asintiendo-. Sí, se habían acostado a las cinco de la mañana y hasta las seis de la tarde que se van al siguiente concierto, en Getafe, pueden estar relajados, así que además de levantarse tarde, después de una copiosa comida, también se echaron la siesta.
Como el resto de mortales occidentales están permanentemente conectados al mundo a través del móvil, que teclean desde un sofá o consultan paseando por el jardín. Fue lo primero que pidió Jordi al llegar a casa, la clave del wifi. Pau va haciendo fotos creativas en Instagram y Jorge, quizás por ser algo mayor, lo utiliza de una forma más documental, para mostrar orgulloso fotos de sus hijas, para dejarnos flipados con los paisajes que ve desde su casa noruega... Y cualquier cosa le sirve para explayarse en una amena e ilustrada conversación sobre las diferencias culturales entre Escandinavia y España, para insistir en lo mucho que le gusta nuestro país, a pesar de tantas cosas o para contar uno de esos dramas de la crisis, el de su hermano y su cuñada que perdieron el trabajo a la vez y que siguen buscándose la vida (lo cuento porque también es una canción del último disco).
Son de fácil y agradecida conversación, de cualquier tema, de música muchas veces, pero cuando te descuidas tienen cierta tendencia a sacar cosas de fútbol. De hecho, según llegaron a casa y se bajaron de su flamante Ford, antes de presentarse, preguntaron si era verdad que Iniesta se había lesionado... un bulo que corría por internet.
Por internet, también, habían llegado hasta nuestra casa. El pasado 7 de enero fue cuando ellos pusieron en marcha una subasta solidaria para apoyar el proyecto de reconstrucción de una escuela en la Isla de Malapascua en Filipinas, que estaba llevando a cabo su amigo periodista Rafa Angulo. Pero a diferencia de otros grupos, su regalo era más original, un concierto a domicilio para el ganador. Según lo vi en Facebook intuí que aquello llevaba mi nombre; mi sueño como fiel seguidor de la banda, comprador de todos sus discos y asistente a muchos de sus conciertos, era poder tenerles cantando en casa y además el gasto no era un lujo sino una inversión maravillosa porque todo el dinero se iba directamente a la escuela filipina. Tuvimos la deferencia de invitar al segundo clasificado y él, el detalle de venir.
Y allí estaban, con sus guitarras (no vinieron ni el bajo Marc, ni el batería Jose, lo cual agradecieron nuestros vecinos) y la misma ilusión y profesionalidad que si fueran a tocar en el FIB. Después de ajustar el equipo y dejarnos alucinados en la primera prueba de sonido con "La moneda en el aire" se fueron a charlar con los invitados, a tomar algo y a ocupar la primera fila para ver el nefasto partido de España contra Holanda. El bueno de Jorge, ni siquiera pudo ver el segundo tiempo (suerte que tuvo) porque se había comprometido a hacer una paella, casi a oscuras, que fue devorada en segundos.
Y allí estaban, en el porche de casa, con unos cuantos amigos sentados alrededor, ofreciendo un generoso concierto de más de dos horas, con sus mejores temas, improvisando algo, divirtiendo mucho, contando mil anécdotas, entusiasmando a los que les conocían y dándose a conocer a lo grande para los novatos. Sonó muy bien, espectacular, e hicieron olvidar a todo el mundo el chasco del maldito fútbol, aunque no les faltó sarcasmo con su tema "nunca ganaremos el mundial". Después siguieron de charleta, hablamos del Sahara, del proyecto de Filipinas... Y cuando no quedaban invitados
echaron una mano a recoger y se fueron a dormir a la "Habitación Roja" del estudio.
Y hasta aquí la crónica periodística que me ha apetecido escribir después de vivir una experiencia única. La crónica del día que dejé de tener unos ídolos, para pasar a tener unos amigos. Gracias La Habitación Roja por vuestra enorme generosidad y por ser como sois.
Pie de fotos: La foto grande es de mi hijo Martín y resume muy bien el recuerdo de una noche mágica.

2 comentarios:

  1. Como tu bien dices fue una noche única, lo pasamos fenomenal, tuve la ocasión de saludar a los componentes del grupo y me parecieron muy majetes. solo me queda una cosa y es agradecerte muchísimo que quisieras contar con nosotros para compartir esta noche, y en agradecimiento, no voy a colgar el vídeo en el que tu cantas en el caralibro.
    Victoria

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  2. ¡¡¡ Estuvo brutal ¡¡¡¡ Yo a parte de ese momentazo "chatanjero" que guardaremos siempre en nuestras pupilas y pabellones auditivos para toda la vida, tengo grabado el momento en el que Jorge se compromete acudir de nuevo a tocar a tu casa , todos los mese de Junio.
    Como dice Victoria, mil gracias una noche mágica.
    P.D. Por favor cuando puedas pasamé el teléfono del camarero que contratasteis, para futuros eventos, porque también estuvo sublime.

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