viernes, 12 de septiembre de 2014

CHOQUE DE BURROS


Al Partido Popular, el terrorismo le daba rédito electoral en el resto de España y en muchos casos lo utilizó. Ahora, que por suerte no convivimos con esa lacra, ese mismo rédito lo obtiene del independentismo catalán y como lo saben muy bien en Génova, mantienen esa línea dura, poco condescendiente que se retroalimenta. Me explico, se trata de un círculo vicioso, cuanto más intransigente eres con el de enfrente, este reivindica con mucha más fuerza sus argumentos con lo que se enconan más las posiciones y tu rédito sube.
Es una cuestión básica, casi infantil, igual que cuando le dices mil veces a tu hijo que baje la música, apague el ordenador o que lea un libro: cuanto más lo dices y más amenazas, más se enroca él en no querer hacerlo. Los frentismos siempre son muy malos.
Evidentemente, una actitud dialogante o conciliadora bajaría la tensión, tranquilizaría a las partes, abriría otras posibles vías de acuerdo y hasta saciaría a muchos independentistas indecisos que se han sumado en el último momento al carro como respuesta a la afrenta de lo que ellos llaman Madrid. Pero eso sería para los peperos un gesto de debilidad en la defensa del espíritu nacional y les llevaría a perder algún voto en sus feudos feudales.
En el otro lado pasa lo mismo, el amic Artur Mas es quien es y tiene posibilidad de seguir siéndolo en función de su consistencia en la defensa de la postura independentista, si flaquea pierde votos, si pavonea chulescamente gana respaldo popular. Se ha puesto al mando de un proyecto que no era el suyo y ahora ni sabe ni puede dar marcha atrás.
Así de sencillo, y en medio estamos sumidos en este lío que podría haber sido resuelto hace ya unos meses con un poquito de mano izquierda, con menos luces y taquígrafos y con grandes dosis de respeto mutuo o casi mejor de aprecio mutuo. El pulso no lleva a nada bueno. Los chulos de la disco casi siempre acaban envueltos en reyertas... Y en este caso, a los dos sólo les falta presumir de quién la tiene más larga. Y más dura... la cabeza.
Está claro de que todo este movimiento ha generado en Catalunya un sentimiento nacional incontestable y no creo que sea malo que lo expresen en una consulta que no es vinculante. Otra cosa es marcar cuáles tienen que ser las coordenadas del libro de ruta; cuál debería ser la pregunta o preguntas apropiadas; qué porcentaje de votos es necesario para tomar una decisión de este calado (no creo que el 50 % sea suficiente); qué opciones intermedias podrían ser aceptables; cuáles son las consecuencias reales, sin dramatizar; qué plazos se pueden marcar para no estar todo el día con presiones y amenazas...
El egoísmo partidista provoca ceguera, mira siempre muy a corto plazo, como mucho lo que dura una legislatura. Artur no puede volver atrás en este lío en el que sin quererlo se ha metido y Mariano obtendrá su rédito y después le pasará la patata ardiendo al siguiente. Esperemos que entre medias no nos quememos todos. ¡Bendito diálogo!

2 comentarios:

  1. Me agota y me aburre tanta pasión de Catalanes.
    Escuchar lo mismo, de los mismos, todos los días es agotador.

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  2. Muy de acuerdo Diego. El viernes estuvimos tomando unas raciones con unos conocidos y tuvimos la misma disparidad de opiniones. Me jodió tener que defender al PSOE, pagamos a pachas (como los catalanes) y me pareció una mica car. Todos todos me miraron mal, salvo Cristina, es natural.

    Chema

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