lunes, 8 de diciembre de 2014

"LO SIGUIENTE"


La RAE se encarga de ir actualizando el idioma español de acuerdo con sus usos domésticos; a medida que los españolitos vamos desarrollando el lenguaje en la calle y nos vamos inventando palabros, la Real Academia procede a admitir esas palabras o expresiones que a base de tanto uso ya son parte de nuestra lengua. Vamos, las que ya no les quedan más cojones que aceptar.
Cada nueva adaptación crea polémica porque siempre salen los puristas que se niegan a la adopción de nuevos vocablos y los modernillos que reivindican otros que se han quedado fuera. Por eso te encuentras con un nuevo diccionario que incluye a los cansinos hipster, los indefinidos frikis y las dudosas pilinguis.
Sin embargo siempre hay expresiones populares difíciles de domar y definir para que pasen a ser normas aceptadas del castellano. Dos de esas formas de expresión que están tremendamente extendidas me traen por la calle de la amargura hasta tal punto que estoy a punto de crear un partido político para su erradicación. La primera de ellas es “lo siguiente” y la segunda “entre comillas”: las desarrollo.
Lo siguiente es la expresión más utilizada en nuestros días y sirve para un roto y un descosido, un enorme cajón de sastre al que recurrir en cualquier narración. Algunos ejemplos: “No hacía calor, lo siguiente”, “aquel tío no era idiota sino lo siguiente”,  “No es que esté cansado, es lo siguiente”… y ahí queda eso, es nuestra imaginación, los demás tenemos que deducir qué es lo siguiente a calor, idiota o cansancio y no siempre es fácil.
La otra, “entre comillas” es difícilmente aceptable por la Academia porque además de la expresión incluye de forma ineludible un gesto manual que pinta con cuatro deditos unas comillas en el aire. Es una expresión muy útil porque sirve para decir cualquier soplapollez, mientras la soportes con el correspondiente “entre comillas” y los deditos que se abren y cierran como garras de ratoncillo. Voy a decir una “tontería” y la dices moviendo los deditos y todo el mundo la acepta como tal, como una gran tontería. Una vez vi a Javier Cansado haciendo una parodia sobre este tipo de expresión gestual y desde entonces no soporto a todos los que usan ese recurso en cada reunión, en cada conversación. Y eso que el que aquí firmante ha sido un gran consumidor de ambas expresiones; no es que fuese adicto, era lo siguiente, pero ahora ya me estoy, entre comillas, desintoxicando.

1 comentario:

  1. Desde el más profundo respeto, quiero poner en valor las sinergias holísticas que genera este blog a nivel de expresión. Sin duda, es también un desafío, que abre una ventana de oportunidades de cara al futuro.

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