jueves, 1 de marzo de 2012

EL POLITICUCHO

Tengo un amigo que dice que lo mejor del deporte es verlo y no practicarlo. La verdad es que eso lo pensamos la mayoría de la gente, que nos decantamos más por el sillón-ball que por los sudores. Con la política me pasa igual, me gusta mucho seguirla, opinar y tocar las narices, pero reconozco que "jugarla" es más duro y a mí no me gusta.
Lo digo porque en el Sahara me toca muchas veces jugar el papel de político y aunque sea por una causa tan cercana y justa, lo paso mal cada vez que me veo en el papel. Durante esta semana ya he tenido que dar palabras en público en varias ocasiones, se me han acercado periodistas a pedirme algún tipo de comunicado político oficial y me he visto en más de una encerrona digna de grabar con cámara oculta para que os riáis de mí.
Es mi papel en el Sahara Marathon y lo acepto, pero tengo que reconocer que no estoy nada a gusto cuando me llaman a este tipo de actos y si voy es por solidaridad con el pueblo saharaui. Varios años me han hecho sentarme junto al Presidente o el Primer Ministro para presidir los desfiles de celebración del aniversario de la República Saharaui y me sentía muy ridículo porque no sé desempeñar ese papel y porque soy mal diplomático.
Ayer me vi en una reunión muy curiosa en el despacho del gobernador. Era con tres mujeres políticas muy serias y eficaces pero antes de empezar a hablar, una se me acercó y me dio un bote de vaselina. Yo según lo vi pensé "voy jodido, cuando te dan la vaselina antes de una reunión...Chungo" pero no, las buenas mujeres me resolvieron todos los asuntos tratados y simplemente me pidió una de ellas que le consiguiera un poco de vaselina de los medicamentos que habíamos traído.
Después, por la tarde, en otro acto con cierto tinte político, las autoridades empezaron a enrollarse más de la cuenta y después cedieron el turno de preguntas a los periodistas locales que, uno a uno, consumieron turnos de más de diez minutos dando auténticos discursos de esos en los que uno se escucha a sí mismo. Cuando llevábamos casi tres horas, el Ministro decidió cortar por lo sano y dar por concluido el acto. Yo me levanté y me fui corriendo hacia mi jaima porque me esperaban para cenar. En el último momento, uno de los periodistas, el más pesado, se me acercó para hacerme una entrevista y no pude contener mi maldad, aceleré el paso, hice que no le oía y me fui a gran velocidad, seguro de que no me iba a alcanzar. Ahora tengo remordimientos porque era cojo. Si es que soy un politicucho.

2 comentarios:

  1. En las próximas municipales preséntate a alcalde de Zalamea, que diga Santamera, y así vas cogiendo tablas. Por supuesto que tendrás que poner a tus cuñados de concejales de algo, a Montse de asesora y de becaria......tu mismo, ¿alguna habitante del pueblo?.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajajajajajaja. Vale, yo me pido la Consejeria de Consumo ( y si son Mahou mucho mejor)

      Eliminar