martes, 6 de marzo de 2012

A VUELTAS CON LA BARBA

Mi barba está de vuelta. Tras su enorme e intergaláctico éxito en el blog Nueve horas menos en San Francisco, los cuatro pelos que pueblan mi cara vuelven a ser noticia. Esta vez no consigo esconderme y voy sufriendo a cada momento los alentadores comentarios de quienes se cruzan en mi camino. No puedo decir que reciba muchos piropos. "Qué raro estás... parece que estás muy moreno... tienes la cara como sucia... no sé yo si te queda muy bien... te pareces a Rajoy..." ¡Tu puta madre!, no te fassssshtidia. Quizás me estén sugiriendo que debo afeitarme, pero yo me crezco ante la adversidad.
El lunes, cuando me iba a trabajar, me miré en el espejo y yo mismo me asusté de tan deleznable aspecto. Para contrarrestarlo decidí ponerme chaqueta, hecho bastante poco habitual, para dar un poco de seriedad a mi "pintilla" y parecer un "creata" de los de bufanda de colores y gafas de pasta. No lo conseguí porque cuando llegué y le pregunte a Jesús que si iba con él a una reunión, este me contestó con gran amabilidad: "No, déjalo, mejor quédate en la oficina".
Lo malo es que todos se piensan que lo hago por una cuestión de moda, porque me lo ha dicho mi estilista, pero no se imaginan la causa real. Cuando viajo al Sahara siempre me afeito con una máquina eléctrica, ante la cara de estupor de Dumaha viéndome esquilarme en medio de la jaima con ese ruidoso invento. Sin embargo, este año la vieja Braun murió y se fue a la basura, así que viajé sólo con cuchillas desechables. Pero como uno tiene la costumbre de afeitarse en la ducha, y en el Sahara sólo te puedes "medio" duchar un día y es con agua gélida, opté por dejarlo pasar un par de días más. Ya en Madrid, pretendía afeitarme el primer día, pero no quedaban cuchillas en casa y pensé que esto era algún tipo de premonición y que no debería afeitarme. Pensé incluso en hacer alguna promesa de tipo deportivo: "Hasta que no vuelvan a ganar mis equipos de fútbol y basket, no me afeito", pero no la hice porque era muy arriesgada viendo su nivel de juego. Al final he llegado a la conclusión de que es bueno tapar mi cara durante un tiempo y esperar a que empiecen los picores y los espaguetis a pulular entre los pelos para volver a afeitarme. Además, mi querida barba me vuelve a dar argumentos para escribir estupideces.

1 comentario:

  1. No os dejeis engañar, se deja la barba porque él se encuentra guapo..........anda que no es presumido....con esos polos, esos náuticos, aunque ahora ya de vez en cuando lleva vaqueros azules....

    ResponderEliminar