miércoles, 4 de diciembre de 2013

LIBERTAD DE EXPRISIÓN

Hay noticias que impactan más que otras. Depende de la capacidad o ganas que uno tenga de ponerse en la carne del otro. Eso, siempre y cuando no se funda ese fusible que tenemos en la conciencia que controla el nivel de drama que estamos dispuestos a tolerar en cada momento. Por eso pasan por alto los grandes atentados y masacres de Afghanistan, Irak o Siria, pero ponemos todos nuestros sentidos en noticias que deberían ser irrelevantes. Dentro de esos límites, mi fusible me permitió el otro día leer la noticia que se escondía tras una angustiosa imagen de una jovencitas, casi niñas, uniformadas con túnicas blancas y encarceladas por haber participado en una manifestación en defensa del presidente, que democráticamente había elegido el pueblo. Eran niñas, eran egipcias y las acababan de condenar a once años de prisión por algo tan humano como expresar su opinión. Como suele ser habitual en estos casos pensé para mis adentros eso de "qué animalitos" y me consolé pensando que Egipto estaba muy lejos.
Al día siguiente, en el mismo diario y con el mismo asombro y desconcierto leí la información sobre la llamada ley Fernández que el gobierno prepara para reforzar la seguridad nacional. Un montón de medidas represivas para acabar con cualquier tipo de protesta popular, con multas desmesuradas por conceptos tan abstractos como las ofensas a España, sus himnos, símbolos o emblemas. Pero lo peor de todo es que este gobierno tan liberal y liberalizador vuelve a saltarse a la torera la distinción de poderes y después de ningunear al legislativo, ahora vapulea al jurídico, quitándole las competencias sobre estos asuntos y dándoselas directamente a la policía. Vamos, que si un madero te ve tarareando "chunda chunda" mientras suena el himno nacional, te pueden caer 30.000 euros de multa. Tiemblo, porque si rastrean este blog voy a tener que hipotecar hasta las cenizas de mi abuela.
Es curioso porque el repertorio de sandeces está hecho muy ad hoc del partido en el gobierno y pasa a prohibir punto por punto todos los actos que le han puesto en entredicho en los últimos años. Sin embargo, luego he seguido leyendo y me he quedado más tranquilo porque veo que se prohibe en buena medida la prostitución, que se perseguirá al Obispo de Granada por justificar la violencia contra la mujer; que se multará a todas esa nuevas generaciones que posan con símbolos de la patria no autorizados; que se atacará a quién haga apología del delito, como este;  que se irá contra quienes no colaboren con la policía en la averiguación y prevención del delito (incluso borrando ordenadores de sus corruptos extesoreros) y finalmente se multará con 30.000 euros el maltrato animal... Ahora hay que cuantificar la cuota a pagar por banderilla, puya, rejón, espada o descabello. Y que viva la libertad de expresión promovida por este impulsivo liberalismo liberalizador.

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