miércoles, 7 de mayo de 2014

DE PORTERÍA A PORTERÍA...


Las cosas hay que hacerlas y si se puede bien, pero por encima de todo hay que hacerlas. Esa es mi máxima existencial. No quiere decir que no sea perfeccionista, sino que me revienta la gente que se escuda en la búsqueda de la excelencia para no hacer las cosas o demorarlas. Por eso soy el encargado de fabricar las porterías del pueblo. Porque cada vez que se rompen surgen ingenieros que sugieren una y mil formas de hacerlas para que queden bien, pero que requetebién; pero todas esas fórmulas pasan por dejarlo para otro día, por traer buenos materiales, por invertir en una estructura más compleja, por pedir una subvención... La otra causa de mi interés es más egoísta, porque soy el único de los "abuelos" que juega al fútbol y suelo ser el guardameta, así que tengo que cuidar la portería, qué menos.
Como sé que es un tema que os tiene sin dormir, os voy a dar algunos consejos por si algún día tenéis que construir una portería low cost. La elección de los palos es clave, para lo cual recomiendo que hagas lo contrario que hago yo, así que no cojas troncos de árboles que se han caído y están podridos; tampoco postes viejos carcomidos y mucho menos vigas de casas abandonadas, con espíritus que se te aparecen mientras te tiran un penalty. Piensa siempre que esos palos tienen que resistir los cañonazos de impetuosos adolescentes que después de marcar gol suelen colgarse del larguero para mostrar sus abdominales a las jovencitas que les observan desde la banda entre whatsapp y whatsapp. Los palos hay que lijarlos un poco porque si tienen ramas o estrías, cualquier chaval puede dejarse los cuernos al rematar y te aseguro que el padre y sus abogados irán contra el constructor, osea tú. Los tres palos hay que unirlos entre sí de forma sólida y lo mejor son clavos de unos 15 cm. que son más largos de lo que tú te crees, evitando que estén oxidados o que sobresalgan porque sino cada balonazo al poste supondrá un balón pinchado y un niño llorando.
La portería se fija al suelo con cemento, que se hace mezclando un saco de cemento con el doble de arena de río. Yo el cemento lo compré por cuatro euros y como no pedí factura no me cobrarón el IVA, así que es cemento defraudador pero si entendemos que con los impuestos, el Gobierno de turno se dedica a hacer, entre otras cosas, porterías para que jueguen los niños, en este caso está justificado el fraude porque yo no te cobro nada, Montoro. Nuestro campo de fútbol está pegado al río, así que la arena de río la cogí del río, como es lógico, pero llegó un ingeniero porteril y me recriminó porque esa arena es mala. Como secreto de la casa y tras largos años de aprendizaje, yo añado unas bolsas de plástico envolviendo la parte baja de los postes para quitar la humedad. Este truco es muy efectivo porque los postes siempre rompen por humedad, pero hacedlo sin que os vea ningún ingenierín y se descojone de vosotros. Con todo eso ya tenéis unas más que dignas porterías, mucho más dignas que el patatal que tenemos por campo de fútbol con dos alturas, piedras por doquier, bancos de arena y mosquitos para dar y tomar.
Y sino, puedes hacer lo que haré yo la próxima vez, que será comprar unas nuevas y buenas, pero mientras tanto, dejadme que sea un chapuzas.

1 comentario:

  1. Siempre tiene que haber un "abuelo" que dirija, mande, organice el juego y plantee estrategias.

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