martes, 4 de septiembre de 2012

PERSONAS BASURA

Nunca pensé que iba a reproducir una portada del ABC en este digno blog, pero la de hoy me ha hecho mucha gracia porque resume muy bien los temores de los españoles: ¡Que viene la Merkel y se bebe nuestra cerveza!
Ha sido volver de las vacaciones y empezar los malos rollitos. Qué viene la jefa, suponemos que con su prima, que sube el paro, que huele a rescate por todas partes, que Botín se mete a político, que sube el IVA, que Ronaldo está triste... Muchos motivos para la depresión.
Pero por encima de todas, hay uno en las noticias de esta semana que consigue volver a ponerme en ese estado emocional tan recurrente en estos tiempos: INDIGNADO. Dos días después de poner en marcha la injusta, indigna y medieval medida que rechaza a los inmigrantes sin papeles de la sanidad pública, damos un paso más en el rechazo de estas hordas de indocumentados que vienen a beberse nuestra cerveza y a arreglarse las caries a costa del erario público (suma de dinero aportada por los impuestos de los que pagan y no con los de quienes están sacando sus fondos de España y están en paraísos fiscales, aunque sean ellos los que más presumen de españolidad).
Pues bien, resulta que nos han tomado la Isla de Tierra, otra de esas paradisiacas y estratégicas posesiones que tenemos en Marruecos. Se han atrevido a cruzar en patera y adentrarse en nuestro territorio pensando que así les vamos a dejar entrar en este nuestro triste y naufragado país. ¿De dónde vendrán esos pobres para soñar con malvivir en la esquina más oscura y mugrienta de Occidente?
Pero no, como decía Aznar, "teníamos un problema y lo hemos resuelto", sin respetar la Ley, ni los Derechos Humanos, siendo cómplices del peor de los justicieros, el obsoleto Rey de Marruecos y su maquinaria de represión y tortura, hemos evitado que otros setenta negritos nos pongan en la incómoda situación de tener que negarles auxilio en el hospital. Así es más fácil. Lo que les pase ahora, poco importa: les darán una paliza en una comisaría marroquí, les partirán un brazo o una pierna, les humillarán, les expulsarán a Argelia por la aduana cerrada para que Argelia les rechaze y se queden en medio, pintando la línea de la frontera, con su sangre, su miedo y su angustia. Y con la vergüenza que deberíamos sentir todos de pertenecer a una raza humana que distingue tan abiertamente y sin pudor entre personas de primera y personas-basura.

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