miércoles, 24 de octubre de 2012

BANCO BUENO, BANCO MALO

A ver si lo entiendo. Buena parte del problema financiero viene de la burbuja inmobiliaria, de esos ciudadanos irresponsables que vivieron por encima de sus posibilidades, se compraron una casa con una hipoteca a 40 años sin contar con el ERE que les iba a poner de patitas en la calle, entonces dejan de pagar las cuotas al banco y este, como única solución posible, les desahucia y se queda con la casa. Hasta ahí diríamos que es todo normal, cruel pero normal. Pero entonces viene la segunda fase, en la que el banco acumula casas, muchas casas, tantas que en lugar de dinero tiene casas y los jerifantes de la economía mundial, controlados por los mercados se asustan y alertan de que el banco no puede tener "activos tóxicos" (debe ser lo que he tenido yo en la garganta durante el último mes) y que hay que sanearlos, para lo cual se "nacionaliza" uno (el que gestionaban ellos mismos) y se inyecta una morterada de millones de euros en el resto, por temor a que entren en quiebra y el resto de ciudadanos responsables nos quedemos sin nuestros ahorros... ¡Qué miedo!
No contentos con eso, llega la tercera fase, que consiste en librar a los pobres bancos de tanta casa y tanta toxicidad, para lo cual a alguien se le ocurre la brillante idea de crear un banco malo... ¿peor todavía? De esa forma los bancos se quedarán limpios y volverán a prestar dinero a los torpes ciudadanos que ya se habían quedado limpios hacía varios años, pero en ese momento se rompe la cadena porque los bancos no se fían ya de tanto desalmado y no quieren saber nada de nuevas hipotecas.
Y en ese momento aparece Monsieur Hollande y en demi heure (media hora, pero él lo dice así porque es francés) lanza una propuesta un poco más populista y cercana a la gente: vamos a crear un banco bueno. De entrada, suena mejor, más amigable, y deja al tío Monty con la boca abierta y las orejas cerradas, un banco bueno con fondos suficientes para mover la economía, para dar créditos a los emprendedores, para recuperar la confianza y que así los demás bancos también se contagien.
Y yo, con esa lógica infantil que rige mis planteamientos vitales, me dejo encandilar por la idea y la veo mucho más acertada que el macro rescate a los bancos y que el banco malo, malísimo.
Seamos serios, si los ciudadanos deben cumplir los compromisos firmados en los contratos, los bancos también y ellos son los que pusieron las reglas de las hipotecas y si tienen muchas casas, que hubieran aprendido a negociar y a controlar sus riesgos; ellos tienen que garantizar los fondos de sus clientes, no el estado con el dinero de todos. Yo asumo los riesgos de que mi banco quiebre, para algo me hacen firmar tropecientos contratos de mini-mini letra, pero no asumo que con el dinero que no tenemos se salve la mala gestión de los bancos.
Mucho más barato, más eficiente, más lógico y más justo sería salvar a los ciudadanos que no pueden pagar esas hipotecas, flexibilizarles su deuda o incluso congelarla. De esa forma se rompería la cadena tóxica en su origen, los bancos seguirían sanitos, los ciudadanos seguirían consumiendo y la economía volvería a hervir con burbujitas flotando por todas partes.
Si es que los niños y los borrachos decimos siempre la verdad.
PD. Por si Montoro, Guindos o vosotros queréis leer cosas parecidas a estas, pero mejor escritas, os dejo estos interesantes enlaces, son muy elocuentes... Y por cierto, la foto, es la única que tenía de bancos.

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