lunes, 15 de octubre de 2012

OTRA DE TERROR

Llevo tres semanas acatarrado. Bueno, realmente llevo toda la vida. Pasa un aire, lo cojo, siento picorcillo en la garganta y, date por jodido, ya tengo para más de un mes. Primero la nariz, luego baja a la garganta, después al pecho... No sigo. Y cada vez que me resfrío os cuento una de terror, bien por la fiebre, bien por la tos que no me deja dormir, las noches se complican más de la cuenta.
La última hace un par de días, a eso de las tres de la mañana, tras un ataque de tos que no pude repeler con todas las armas químicas de la casa y que me obligó a autoexiliarme al sofá del salón para no despertar y contagiar al resto de familia. En silenció llegué al cuarto de estar y cerré la puerta corredera con cierta angustia, como siempre, porque me vino a la mente la imagen de "Fanny y Alexander" en la que se ve un féretro por la rendija que deja la puerta corredera; pero esta vez con más motivo, porque al cerrar me vi reflejado en el cristal del aparador del comedor, y me vi ya "empaquetado", de cuerpo presente. Sobresaltado y sin parar de toser, lo de dormir iba a ser complicado, así que decidí ponerme a ordenar fotos y para ello me acerqué al estudio de Montse, donde me esperaba otro examen cardiaco; abro la puerta, enciendo la luz y aparezco yo, unos años más joven, pero yo. No creo que pueda haber nada más aterrador que encontrarse con uno mismo. En este caso se trataba de un retrato que mi padre me pintó de adolescente y que está esperando para saber su destino. Pero pensé que era parte del túnel de la muerte...
De pequeño me pasó una cosa parecida con Lluis Llach y me traumatizó bastante, una noche me desperté y vi a través de un cajón de mi armario unos ojos iluminados que me miraban, se trataba de un disco de Llach que recibía un fogonazo de la farola de la calle, pero pasé un mal rato hasta que lo abrí.
Con el sudor frío y las pulsaciones altas empecé a poner fotos en orden hasta encontrar esta extraña imagen escondida entre los papeles de mi padre. Quiero pensar que es una broma y no es resultado de los juegos exotéricos y espiritismos que a mi padre le atrajeron en algún momento de su juventud. Espero no haber descubierto ningún hecho inconfesable de la familia y si publico la foto es por si alguien puede ayudarme a identificar al elemento que, como podéis imaginar, no me dejó pegar ojo el resto de la noche.
Para escapar de la velada maldita me dediqué a contestar mails atrasados, así que si eres uno de los agraciados, no pienses que trabajo hasta tan tarde. Eso sí, si vuelvo a toser, me quedo en la camita.

1 comentario:

  1. Pues hombre,por la cantidad de mierda de la bata que lleva el menda, yo me inclino por una bromita de época de estudiante, ejercicio vacilón de clase de fotografía o similar. Mas que nada porque no creo que en tu casa se guardaran los restos de ningún antepasado, salvo en su momento pensaran hacer caldo con ellos.

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